LA CARA OCULTA DE ESTE AÑEJO MECANISMO DE REEXPORTACION
por Teresa Herrera

Quito. 22.12.90. La maquila prefiere mujeres jóvenes por su
mayor productividad y su menor conflictividad laboral. La
maquila, una alternativa industrial que agoniza en los países
desarrollados, actualmente es impulsada en el Ecuador como una
vía para resolver el problema de la desocupación.

Sin embargo, varios factores cuestionan el establecimiento de
este veterano sistema a nivel de la organización productiva,
que obliga a renunciar a todo avance tecnológico y abre las
puertas para que el capitalismo ejercite su desarrollo, a
través de un proceso de subcontratación internacional.

El desarrollo del capitalismo internacional ha hecho posible
el desplazamiento físico de algunos procesos productivos desde
países centrales (naciones industrializadas) hacia zonas
periféricas (países en desarrollo), con el propósito de que
materias primas y productos semielaborados salgan del país,
sean objeto de procesos intensivos de mano de obra y regresen
luego al territorio original para su acabado, consumo o
reexportación.

Las manos laboriosas de cientos de miles de mujeres han dado
vida al mecanismo que se sustenta en el empleo temporal de
mano de obra barata, preferentemente femenina, que aún no ha
sido incorporada en forma masiva al mercado de trabajo.

La ley de la maquila -uno de los grandes temas económicos de
1990- se halla en vigencia en el Ecuador desde el 3 de agosto
último, después de más de dos décadas de haberse iniciado en
México, Hong Kong, Taiwán y Corea del Sur, países anfitriones
de estas fábricas para el mercado mundial.

Este mecanismo posteriormente habría de extenderse hacia otros
países en vías de desarrollo de Asia, Africa y América Latina.

¿Qué es la maquila?

Se conoce como maquila al proceso industrial o de servicio
destinado a la elaboración, perfeccionamiento, transformación
o reparación de bienes de procedencia extranjera, importados
bajo el régimen de admisión temporal especial para su
reexportación posterior, con la incorporación de componentes
nacionales, si fuere el caso, conforme especifica la ley.

Según ese régimen jurídico, las operaciones de maquilado están
dirigidas a la modernización y tecnificación de los sectores
productivos, la inversión en sectores de tecnología avanzada,
la captación de mano de obra y su capacitación, así como para
propiciar la mayor incorporación de componentes nacionales en
los procesos de maquila y estimular la inversión extranjera
directa en el país.

El desencanto de la maquila

Sin embargo, las experiencias vividas en los países
latinoamericanos, dejan en evidencia el desencanto de la
maquila, aunque en el Ecuador "se ha empezado con pie
derecho", según expresa el subsecretario de Industrias, Carlos
Palacios, quien destaca "la reacción positiva de los
empresarios ecuatorianos al programa".

Hasta la fecha, el Ministerio de Industrias, Comercio,
Integración y Pesca ha autorizado a 6 empresas para la
ejecución de la maquila, pertenecientes en su mayoría, al
sector de las confecciones.

Los países capitalistas han movilizado sus plantas
industriales hacia los en vías de desarrollo, para abastecerse
de barata y abundante mano de obra. Se trata de una estrategia
de las grandes corporaciones multinacionales para abaratar los
costos de producción y aumentar sus tasas de ganancia.

En este contexto, la clase trabajadora es la más perjudicada
con el establecimiento de esa industria, mientras que, la
desocupación a nivel nacional lamentablemente no se reduce de
una manera significativa.

Mujeres jóvenes, las más cotizadas

En México, por ejemplo la contribución de la maquila a bajar
el desempleo es limitada porque el mercado de trabajo de esta
industria es selectivo. Su demanda se dirige a una parte
específica de la población económicamente activa: las mujeres
jóvenes, que en el caso mexicano representan menos del 20% del
total de la fuerza laboral, señala la investigadora mexicana
del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México,
Arcelia Tanori Villa.

El margen predominante de edad en las maquiladoras fluctúa
entre los 17 y 25 años, lo que significa que el perfil de edad
de la población desocupada no coincide necesariamente con la
fuerza de trabajo que demanda ese sector. Además, se prefiere
a mujeres solteras, sin hijos, ni embarazadas.

La diferenciación histórica por sexos determina que el sector
femenino aparezca como portador de mano de obra inferior,
hecho que se traduce en la exclusión de la mujer de ciertas
actividades y su confinamiento en otras.

Sin ser una mano de obra calificada ni especializada, la
actividad que realiza la mujer dentro de las fábricas
maquiladoras se halla ligada a su papel "femenino" que la
sociedad le ha impuesto.

Según investigaciones realizadas en torno al tema, para las
empresas maquiladoras emplear mujeres jóvenes significa,
además de una mayor productividad, el manejo de una fuerza de
trabajo inexperta y manipulable políticamente, factor que
ayuda a disminuir los riesgos de conflicto laboral.

Maquila favorece enfermedades irreversibles en la mujer

Según datos obtenidos en una maquiladora mexicana, más del 50%
de las trabajadoras sufrían de afecciones múltiples.

Enfermedades irreversibles, accidentes y explotación son
algunos de los problemas que atraviesan los trabajadores de la
maquila, especialmente las mujeres.

Los ritmos y jornadas de trabajo, el empleo de sustancias
químicas, la escasa ventilación, el uso de aparatos de
precisión como el microscopio, entre otros, constituyen las
principales causas de la dramática situación que soportan
quienes laboran en este tipo de industria.

La investigadora mexicana Arcelia Tanori Villa describe en su
obra "La mujer migrante y el empleo" una serie de enfemedades
que son comunes en las trabajadoras de la maquila.

De un total de 83 mujeres entrevistadas en una maquiladora de
Tijuana, 45 padecían de ojos irritados; mientras que 35 (de un
total de 65) sufrían de depresión durante la jornada, dolor de
espalda, problemas de acomodación visual y piel reseca.

De igual forma, de 63 mujeres entrevistadas, 34 estaban
afectadas por irritaciones en boca y garganta. En tanto que,
33 (de un total de 61) acusaban dolores de cabeza; asimismo,
de 59 encuestadas, 32 sufrían de nerviosismo o irritabilidad;
mientras que, los estornudos afectaban a 31 maquiladoras de
las 57 encuestadas y la tos a 29 de las 54 mujeres
entrevistadas. Es decir, en la mayoría de los casos las
afecciones superaban el 50% de las mujeres encuestadas.

Las cifras hablan por sí solas.

El inevitable matrimonio entre las zonas francas y la maquila
"Su instalación no constituye ninguna solución para superar el
desarrollo regional desigual que existe en el país"

El tema de las zonas francas se asocia con el de la maquila,
en la medida en que es posible utilizar la capacidad
subempleada de las zonas para que las fábricas maquiladoras
puedan funcionar en ellas.

Las zonas francas son espacios territoriales establecidos como
soportes de acciones económicas, que se desarrollan en forma
libre y no se someten a leyes nacionales.

Hoy por hoy, en el país las zonas francas se convierten en una
condición indispensable para dar respuesta a la instalación de
las industrias maquiladoras.

Este fenómeno es distinto al que ha ocurrido en otros países
(República Dominicana y Costa Rica) donde dichas áreas se han
instalado con el fin de sostener actividades comerciales,
antes que la industria de la maquila.

Zonia Palán, economista e investigadora del Instituto de
Investigaciones Económicas de la Pontificia Universidad
Católica del Ecuador, se muestra radicalmente opuesta a la
conformación de esas zonas, puesto que "su instalación no
constituye ninguna solución para superar el desarrollo
regional desigual que existe en el país", sostiene.

Las experiencias latinoamericanas, agrega, demuestran que las
zonas francas se han constituido en áreas deprimidas donde el
deterioro de las condiciones de vida, principalmente de las
mujeres que trabajan en la maquila, son críticas.

Además, su población se caracteriza por ser migrante, hecho
que genera la desarticulación familiar. Si se toma en cuenta
la temporalidad de los contratos, se produce también un
fenómeno de desempleo flotante hasta que el obrero pueda
colocarse en otra industria.

Zonia Palán opina que "de ninguna manera esta alternativa de
desarrollo sirve para mejorar las condiciones de vida de la
población trabajadora". (A-2)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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