Quito. 23.12.90 El Ecuador está frente a una etapa crucial. La
decisión de unirse o no al mercado común andino, puede
compararse con darle o negarle el futuro comercial y económico
al paÃs.
La desventaja industrial con respecto a los demás paÃses
andinos, excepto Bolivia, es innegable y el proteccionismo,
tan nombrado en los últimos dÃas, es el principal responsable.
Por ello, la decisión de acelerar la desgravación arancelaria
hasta el año 1992, ha remecido al Gobierno y a la industria,
ha puesto en evidencia sus fallas y les ha obligado a
despertar del letargo que ocasionó la escasa competencia.
Algunos sectores industriales han expresado su voluntad de
aceptar la desgravación arancelaria hasta 1992, pero otros se
muestran temerosos ante la competencia extranjera. Ese temor
se origina entre otras cosas, según han manifestado los
industriales, en la falta de polÃticas gubernamentales de
fomento industrial que son fundamentales para el desarrollo
del sector productivo.
Hace falta entonces, y parece que esta vez será la única
salida, llegar a una concertación entre los diferentes
sectores sociales y el Gobierno o como lo resume el ex
secretario de Planificación del CONADE, Cornelio Marchán, "hay
que entrar a competir y dejar de llorar".
¿Fuera del Pacto Andino?
Si el Ecuador no acata lo expresado en el acta de La Paz, que
es la decisión más probable, perderÃa la oportunidad de
integrarse a un mercado con alrededor de 90 millones de
consumidores.
Algunos sectores han mencionado, incluso, que el Ecuador
podrÃa quedar fuera del Pacto Andino, si no se une a la
decisión de los otros cuatro miembros.
El secretario general de la Administración, Washington
Herrera, asegura que ello no ocurrirá, puesto que por muchos
años el paÃs ha estado dentro del Acuerdo de Cartagena y al
momento cumple las resoluciones que fueron acordadas en la
reunión de Galápagos.
Sin embargo, reconoce que si el Ecuador no reduce sus
aranceles hasta 1992, como han planteado las demás naciones,
no podrá gozar de las nuevas ventajas que ofrece un proceso de
esa naturaleza. Entre esas ventajas, están la posibilidad de
exportar una gran cantidad de productos sin aranceles a varios
mercados. "El paÃs podrá gozar de esos beneficios una vez que
se haya igualado en el proceso de desgravación", sostuvo.
El Ecuador, entonces, continuarÃa cumpliendo el acuerdo de
Galápagos, según el cual la desgravación se efectuarÃa hasta
el año 1995.
Esta supuesta buena salida tiene, sin embargo, su lado
obscuro, por el gran perjuicio que una decisión de esta
naturaleza ocasionarÃa a la industria del paÃs.
El presidente de la FENAPI, Carlos Rivadeniera, respalda esa
afirmación y considera que los paÃses están obligados a
integrarse, "pues quedar aislados, puede tener efectos muy
negativos en la economÃa". "Al momento, la industria
ecuatoriana no está preparada, pero debe tomar las medidas
correctivas necesarias para poder competir con los demás
paÃses, defender el mercado y exportar", señaló. "Es renunciar
a la integración". La economÃa debe aprender a vivir sin ese
"sueldo nacional" que constituye el petróleo
El ex secretario de Planificación del CONADE, Cornelio
Marchán, opina que si el Ecuador no acepta el acta de La Paz
quedará fuera del Pacto Andino por tres años y cuando pretenda
entrar a competir con los demás paÃses en el año 1995, el
mercado ya estará copado por las demás industrias. Es
renunciar a la integración, señaló, y ello no es posible en
una época en que todo el mundo se une en bloques.
Una decisión asà dejarÃa al Ecuador aislado del Pacto Andino y
del comercio mundial, sostuvo. La decisión de Venezuela, Perú,
Colombia, Ecuador y Bolivia de formar una zona andina de libre
comercio, ha sido impulsada durante el último año por una
serie de acuerdos firmados por los cinco presidentes.
Los acuerdos de Galápagos, Machu Pichu y La Paz han marcado un
hito histórico en las relaciones comerciales entre los paÃses
del Grupo Andino.
Una situación incómoda para Ecuador
El último documento suscrito en Bolivia, puso al Ecuador en
una situación incómoda ante la decisión de los otros cuatro
paÃses, de acelerar el proceso de desgravación arancelaria.
Carlos Rivadeneira piensa que el paÃs debe aceptar la vigencia
de una nueva época, en la cual el movimiento del mercado marca
el rumbo de la economÃa. "Si se entra en un proceso
aperturista, no solamente debemos pensar en la posibilidad de
comercializar dentro del Pacto Andino, sino también en
exportar a terceros paÃses para lo cual deberá adoptarse el
arancel externo mÃnimo común", señaló.
Al respecto, el secretario de la Administación, Washington
Herrera, informó que existe ya un acuerdo para fijar el
arancel externo mÃnimo común (la tarifa arancelaria que
cobrarán los paÃses del Grupo Andino a las importaciones de
terceros), que va del cero al 30%.
Con toda esta tendencia aperturista, el Ecuador debe fomentar
una nueva cultura exportadora, que bien aprovechada puede
traer grandes beneficios para el paÃs, expresó.
Herrera considera que las perspectivas son halagadoras y que
la economÃa debe aprender a vivir sin "ese sueldo nacional"
que constituye el petróleo.
La protección arancelaria difiere en ramas industriales
En el caso de medicamentos, la estructura arancelaria protege
a la industria farmaceútica extranjera y no a la nacional
El arancel es un impuesto que se aplica a los productos que se
importan desde distintos paÃses. En el Ecuador, ese impuesto
va del cero al 60% sobre el valor del bien. Esta banda
impositiva se refiere a las tarifas que deben pagar los
productos terminados, los bienes intermedios y las materias
que entran al paÃs del resto del mundo.
En general, los productos terminados pagan una tarifa del 60%.
En el caso de las importaciones provenientes de las naciones
de la subregión andina, los productos terminados pagan
actualmente un 10% menos y pagarán, desde enero del 91, un 25%
menos del 60% que fija el arancel.
Es decir, que si el Ecuador compra café elaborado al Brasil,
ese producto debe pagar el 40% de impuesto, pero si el café
viene de Colombia tendrÃa que pagar, en enero del 91, el 25%
menos. Ese descuento se da porque, siguiendo las disposiciones
de los acuerdos andinos, el Ecuador eliminó un 5% de impuesto
a las importaciones en el año 1988, una cantidad similar en
1989 y este mes deberá bajar un 15% más.
Sin embargo, no siempre se aplica este duro tratamiento a todos los
productos terminados que se importan de otros paÃses.
Por ejemplo, según la Reforma al Arancel de Importaciones, las
tabletas de penicilina no pagan ningún arancel, en tanto que,
la materia prima para elaborar cápsulas antibióticas de
penicilina por parte de la industria farmaceútica del Ecuador
está gravada con un 5%. Cosas de Ripley, puesto que la
estructura arancelaria, en este caso, protege a la industria
farmaceútica extranjera y no a la nacional.
En el caso de la producción de neumáticos, la diferencia entre
los aranceles aplicados a la materia prima importada para su
confección y los existentes sobres llantas importadas apenas
difiere en un 10%.
Al contrario, en el área alimentaria, la protección es mucho
mayor para los productos nacionales terminados. AsÃ, la
materia prima para elaborar harina de trigo está gravada con
apenas un 5%, en tanto que a la harina importada se le aplica
un arancel del 40%.
Ecuador, el único paÃs andino con aranceles altos frente
alresto de los paÃses de la subregión
Según el Acuerdo firmado por los presidentes andinos en
Galapagos hace un año, a partir del 31 de diciembre de 1990 el
Ecuador debe reducir un 15% anual sus aranceles hasta llegar a
cero en el año 1995.
En cambio el acta de La Paz, suscrita hace poco, acelera ese
proceso de desgravación y señala que los aranceles andinos
deberán desaparecer hasta el año 1992.
El objetivo de ello, es que todos los paÃses puedan
comercializar mutuamente y sin trabas sus productos y
aprovechar los otros mercados. Ecuador es el único paÃs del
Pacto Andino que aún mantiene aranceles altos para sus
vecinos. Perú, Colombia y Venezuela eliminaron ya esos
impuestos y Bolivia aplica entre un 5 y 10% a todos los
productos que importa.
El mare magnum arancelario
La lista de excepciones y las nóminas de reserva serán
eliminadas en el mes de junio de 1991
El universo arancelario ecuatoriano contiene 6.149 items. Item
es la designación con la cual se especifica el tipo de
producto. Un item es igual a un producto.
La estructura de ese universo está compuesta por los programas
de integración industrial, la desgravación automática y listas
comunes y de excepciones, y las nóminas de reserva.
Los programas de integración industrial contienen 808 items,
que están regidos por esquemas arancelarios diferentes de los
que tienen los demás productos. En ellos están los sectores
petroquÃmico, metalmecánico, siderúrgico, automotor.
Entre tanto, el programa de desgravación automática contiene
4.662 productos que al momento están sujetos a una reducción
arancelaria del 15% anual. En ese programa está incluida la
lista común que contiene 110 productos y la lista de
excepciones. En la lista de excepciones existen 600 items -los
demás paÃses andinos tienen 250- que no se rigen por los
acuerdos arancelarios andinos.
Los productos incluidos en ese mecanismo pagan el arancel que
rige para terceros paÃses, es decir, entre 0 y 60%. En cambio,
las nóminas de reserva contienen los productos que Ecuador se
ha reservado para sus propios programas industriales.
Ese mecanismo de protección contenÃa más de 870 items, pero
fue eliminada casi totalmente y al momento solo tiene 220
items. La lista de excepciones y las nóminas de reserva serán
eliminadas en el mes de junio de 1991, por lo que el Ecuador
está obligado a presentar los proyectos de industrialización
que le interesen hasta el mes de marzo del próximo año.
Según se conoce, el Ecuador podrá mantener 100 productos en la
lista de excepciones hasta el año 1995.
Otro de los mecanismos de protección que deberá ser eliminado
en enero de 1991 son las nóminas de reserva. En ellas están
contenidos los productos que sà se fabrican en el paÃs y que,
de autorizarse la libre importación de bienes similares de
otros paÃses andinos, podrÃa afectarse la producción nacional.
A través de ese mecanismo se fijan los cupos para la
importación, con el fin de evitar que esos bienes entren
indiscriminadamente al paÃs.
La eliminación de todos estos mecanismos y la decisión del
gobierno de reducir el techo del arancel de 60% a 45%,
constituyen ya una aceleración arancelaria pero que
lamentablemente no es suficiente. (A-2)