Quito. 19 dic 96. Son las12 figuras políticas cuyo nombre
fue mencionado en mayor número de veces en las 23
ediciones de 1996 de Vistazo. Para seleccionarlas
recurrimos a nuestro archivo computarizado. Los
presidentes Bucaram y Durán-Ballén ocuparon el
primer lugar: 49 ocasiones para Abdalá, 36 para Durán-
Ballén

El presidente

En el primer trimestre electoral ocupaba el cuarto puesto.

Hizo una campaña alegre, iracunda, bailable y de promesas.
La división de los electores del centro político y el
carisma populista le dieron la primera vuelta. El temor a
León Febres-Cordero y la forzada serenidad de Nebot le
ayudaron a ganar la Presidencia. En ella ha representado
los papeles de prioste de fiesta de pueblo, y de estadista
salvador. Como prioste puso en el poder a su familia y a
su jorga de amigos; siguió en campaña electoral
ofreciendo, insultando a sus adversarios, bailando.
Como estadista se aseguró la fidelidad del Congreso,
acaparó las funciones del ministro de Gobierno y
presentó un audaz y exigente plan de reformas
estructurales en lo político, económico, financiero y
laboral de amplias aunque imprecisas repercusiones
sociales. Su mayor opositor es él mismo por la falta de
credibilidad personal y la medianía de sus colaboradores.

Parece sincero en su deseo de cambiar a fondo el
Ecuador y pasar con brillo a la historia.

Un auténtico demócrata

Llegó con la aureola de un hombre bueno, bien
intencionado. Sixto Durán-Ballén se fue con la frente
en alto y el cariño de quienes vieron en sus cuatro
años, la figura de un auténtico demócrata. No fueron
cuatro años de vino y rosas. Decidió aplicar un
programa económico austero, por lo mismo
impopular. Tuvo que enfrentar una guerra de 35 días,
que sumió al Ecuador en la angustia y el desconcierto
y él extendió la mano a amigos y enemigos para formar
un solo frente y combatir la agresión. Y tomó, en
medio de la crisis la resolución de aceptar la vigencia
del protocolo de Río de Janeiro, para por primera vez
en 44 años enrumbar el proceso hacia una solución
definitiva. Perdió a su colaborador y amigo más
cercano, el vicepresidente Alberto Dahik en un
polémico juicio. No obstante, no subordinó los
asuntos de Estado a los asuntos personales. Al
terminar su mandato y realizar la más ordenada
transmisión de mando en este nuevo período de
democracia, lo hizo con un 75% de popularidad:
tanta como cuando fue elegido.

Las tentaciones de la Guagua Cero Cero

Si algo define la meteórica carrera política de la
primera vicepresidenta en la historia del país es el
don de la ubicuidad: mientras Bucaram es capaz de
plantear y dominar todos los escenarios posibles,
Rosalía no se queda atrás: está al mismo tiempo en
la oposición y en el gobierno. Factor decisivo en el
triunfo de la fuerza de los pobres, ha tenido que
padecer las de Caín desde antes del 10 de agosto.
Primero perdió el round del Ministerio de Bienestar
Social, luego sufrió la deserción del MIRA de su ex
secretaria, Sandra Correa; tercero el alejamiento del
ministro de Salud, Marcelo Cruz y, por último, la
renuncia de la Ministra Guadalupe León la hizo perder
su única cuota de poder en el gabinete; derrotas
enmarcadas en el ninguneo del presidente y en los
constantes enfrentamientos con el secretario general
de la Administración, Mickey Salem y el ministro
Alfredo Adum.

Sin embargo, de las acusaciones Rosalía ha salido
fortalecida, a pesar de la silbatina de la plaza de toros,
convirtiéndose en una supuesta adalid de las mujeres.
Tratando de aplastarla, lo único que ha logrado el
gobierno es que la Guagua Cero Cero mantenga
intactas sus ambiciones que, en honor a la verdad,
no son poca cosa.

A control remoto

Fue noticia en 1996 aunque ya no era vicepresidente
de la República. Había llegado al pico de su eficacia
a fines de 1994.

Tuvo que afrontar en 1995 la crisis fiscal nacida de la
guerra del Cenepa, la crisis de los gastos reservados, el
juicio político en el Congreso, la instauración del juicio
penal en la Corte Suprema de Justicia, la renuncia a su
cargo y el autoexilio en Costa Rica. Consiguió el asilo
político.

Desde allí dirigió su defensa apelando a que había
obrado legalmente según las normas establecidas por
distintos ministros de Finanzas y aduciendo que el
juicio instaurado en su contra era nulo. De hecho
mantiene intactas sus esperanzas, pues la sala
correspondiente de la Suprema no se ha pronunciado
todavía dado el cambio del escenario político.
Incluso a control remoto supo dar golpes certeros
que implicaban a funcionarios como el contralor
general de la Nación. En el último trimestre de 1996
su perfil en la noticia casi había desaparecido, pero
sigue siendo una carta política que se puede jugar
nuevamente sobre todo si la Corte declara el juicio
nulo y regresa al Ecuador, donde, valiéndose de su
sapiencia económica, podría ser un recurso en la gran
batalla de la convertibilidad que ocupará el escenario
público durante 1997. Dahik sin ser ahora noticia es
y será noticia virtual.

En primer plano

Fue reelegido alcalde de Guayaquil con el voto de
tres de cada cuatro habitantes. Ese respaldo
mayoritario tenía como base el reconocimiento
público a una obra inmensa, pues en cuatro años el
alcalde León Febres-Cordero convirtió al municipio
porteño en una entidad moderna y a la ciudad en una
urbe que progresa. A la vista está un sistema vial
reestructurado, con calles repavimentadas y pasos a
desnivel; un ambicioso programa para mejorar los
parques antiguos y crear nuevos espacios verdes y
sobre todo la planificación para que la ciudad ingrese
al nuevo milenio, por otra senda. Y lo hizo en medio
de graves problemas de salud, que incluyeron una
operación coronaria de alta cirugía y otra de su ojo.
Sin embargo, la noche de la reelección, tuvo un desliz
grave: llamó al electorado de su contendor a alcalde,
el actual ministro de Energía Alfredo Adum: lumpen,
prostitutas y marihuaneros. Aprovechada la frase por
el partido Roldosista, el desliz le costó votos al
candidato socialcristiano Jaime Nebot.

Posesionado el presidente Bucaram, el alcalde Febres-
Cordero ha abandonado su antiguo protagonismo
político y guardado prudente silencio en bien de la
ciudad: le ha tocado bailar con la más fea.

El troleman

Obtuvo una victoria resonante sobre un adversario
inescrupuloso. Fue reelecto alcalde de Quito por
la construcción del trolebús pese a una campaña
difamatoria y a sabotajes, por la conclusión de la
nueva Vía Oriental, el ensanchamiento de la
Panamericana Sur, el moderno camal de rastro, la
eliminación de buses obsoletos que contaminaban
el medio ambiente, la habilidad política para sortear
la oposición cerrada de la minoría en el Concejo, el
impulso a la cultura popular con "Agosto, mes de las
artes", el cuidado de los barrios marginales gracias a
la descentralización del Municipio, y por su política
de comunicación clara, cordial y razonada con los
habitantes del Distrito Metropolitano. No ha sido
ciento por ciento eficaz en mantener limpia la ciudad.
Se le ha acusado de liberalidad en los gastos y en los
viajes al exterior. Ha sido objeto de infundios sobre
administración poco honorable de los dineros
municipales, pero Contraloría ha desvanecido hasta
ahora esos rumores. El roldosismo intentó poner una
unidad ejecutora, nombró un gobernador de Pichincha
con funciones que interfieren las del alcalde, favorece
los afanes alcaldicios de Santiago Bucaram y no ha
entregado al municipio -por la crisis fiscal- los
fondos presupuestados. La conducta de Mahauad
frente a estas dificultades ha sido tinosa y firme.

Cuatro años de agotamiento

Jaime Nebot Saadi era el seguro finalista en las
elecciones de 1996 y para muchos el hombre
imposible de vencer. Hizo del Palacio de Carondelet
su meta: al día siguiente de perder las elecciones
frente a Sixto Durán-Ballén, comenzó su campaña.
Montó una maquinaria electoral casi perfecta: durante
cuatro años no hubo foro, entrevista o cita con grupo
importante a la que dejará de asistir. Buscó cambiar su
imagen de político duro e intransigente, con la de un
hombre firme en sus decisiones, pero conciliador. El
mejor ejemplo de esa conciliación fue el haber
escogido como binomio, al canciller del gobierno de
la Izquierda Democrática Diego Cordovez. Pero el
engranaje casi perfecto tenía una imprecisión: el
candidato de tanto hablar, de tanto presentarse, de
tanto hacer campaña no tenía ni novedad ni frescura
ni interés. Su sonrisa fue percibida como parte de una
careta y a la hora de la primera vuelta electoral, sufrió
el primer shock: un virtual empate con Abdalá
Bucaram. Su suerte entonces quedó echada.

La sorpresa

El poder de la televisión, se probó en estas últimas
elecciones. El presentador Freddy Ehlers fue la gran
sorpresa electoral. Con apenas dos meses de campaña y
poquísimos fondos, casi es finalista de la segunda vuelta.
Ehlers, un periodista de prestigio, que ha abogado por la
ecología, los derechos humanos, tuvo como plataforma
la formación de un Nuevo País. Respaldado por el
movimiento indígena, los sindicatos y el partido Izquierda
Democrática se convirtió en la estocada que derrumbó la
candidatura de Rodrigo Paz, quien no pudo aglutinar las
fuerzas de centro izquierda. Ehlers también fue el
candidato de los jóvenes, que creyeron en su idealismo.
Su alta votación ocurrió pese a una campaña en contra
de su familia política: importantes diplomáticos y
periodistas peruanos. Su talón de Aquiles fue el tiempo.

Lo que quiso el negro

Para muchos ecuatorianos, incluso para algunos que
no votaron por él, Rodrigo Paz era el candidato a la
Presidencia más capacitado. Una candidatura que se
desinfló paulatina y trágicamente, una derrota cuya
explicación más simplista se la endosa a Rodrigo
Borja, el apoyo en la segunda vuelta -más por
nobleza que por convicciones- a Bucaram y las
luchas fratricidas, incomprensibles, que ha tenido
al interior de la Democracia Popular con Jamil
Mahauad y Ramiro Rivera terminan arrojando un
saldo en números rojísimos en la cuenta de un
hombre -más que un político- de la solvencia
moral y la capacidad de Paz.

Tiempo es lo que ya no tendrá: ésta fue su última
campaña política, sin contar, por supuesto, la
factibilidad de que retome el timón de una
institución tan apreciada en Quito como la Liga.

Es posible que su capacidad sea más útil desde la
barrera, como en el caso de la denuncia de corrupción
que realizara contra el gobierno. Pero, para ello, habrá
que dejar bastante de lado la soberbia y la vanidad,
esos defectos tan criticados en los demás.

El más polémico

Sus méritos para ser ministro se asientan en la
experiencia de comerciante en general y el
financiamiento de la campaña. Alfredo Adum intenta
moralizar ese ministerio que ha enriquecido a varios
funcionarios y clientes; revisó el contrato con la
Maxus y otras compañías y negoció hábil y duramente
con Ecuapower, hechos que, se supone, han beneficiado
al fisco. No ha expuesto con claridad los objetivos de
su gestión; ha contratado personas ignorantes para
dirigir la comercialización del petróleo; ha hecho
declaraciones precipitadas como construir un
oleoducto sin licitación; ocasionó el
desabastecimiento de combustibles al eliminar los
tanqueros obsoletos sin que mediaran diálogos ni
plazos; ha perseguido por medios ilícitos y violentos
al sindicato de trabajadores petroleros. Víctima de un
carácter violento agredió de obra a dos funcionarios
de la Texaco, a un diputado, a una funcionaria y a un
empleado del aeropuerto. Insultó a la mujer
ecuatoriana. Usa un lenguaje de los bajos fondos. Ha
intervenido en las funciones de la ministra de Trabajo,
ha insultado a un experto petrolero del Consejo de
Modernización, se ha burlado del Congreso que le
amenazó con un juicio político. Su comportamiento
como ministro no ha tenido parangón en la historia
del Ecuador.

¿La favorita de palacio?

Autocontrol, sangre fría, sonrisa petrificada y
capacidad para verbalizar coherentemente durante
horas sin decir absolutamente nada... Parece que a
Sandra Correa le dijeron desde chiquita que, lo que
fuera a hacer en su vida, tenía que hacerlo bien. Sólo
así se explica que haya ganado la carrera de peor
ministra, incluso sobre un rival de la talla de Alfredo
Adum.

Audacia es el nombre del juego jugado por la ministra
a lo largo de todo el año. Audacia para ayudar a la
conformación del MIRA, audacia para defender su
"derecho" de ser nombrada ministra de Educación,
audacia para distanciarse de Rosalía y el MIRA y su
posterior afiliación al PRE, audacia para poner su
destino en las manos del presidente Bucaram, erigido
en defensor a capa y espada de una causa tan
vergonzosa como la acusación de plagio que pende
sobre su cuello, convirtiéndola es una especie de
favorita de palacio, favoritismo que en verdad suena
más a utilización de un tema para desviar la atención.

Correa ha sido noticia todo el año, casi siempre de la
mala. Su última aventura, la inexplicable visita a la
Madre Teresa, parece un premio de consolación
anticipado por servicios prestados, un agradecimiento
por el contrato de emergencia de la mochila escolar.

El otro loco

Frank Vargas Pazzos fue sin duda el candidato que
perdió para ganar.

Dueño de uno de los temperamentos más pintorescos
de todo el gabinete, ha sido hasta ahora una muestra
simbólica promedio del gobierno: sin los excesos de
Adum, sin el perfil bajo de casi todos los demás, ha
deambulado entre el folclor y el protagonismo: desde
su aura de sex-symbol hasta la disputa con el PRE y la
subsecretaria de Gobierno, Edith González, pasando
por su renuncia -por causas aún no esclarecidas- y su
consiguiente arrepentimiento, Vargas ha trascendido a
pesar de que su función natural ha sido cubierta en gran
medida por el secretario de la Administración.

A su favor hay que decir que ha logrado que la
percepción de la sociedad hacia él sea muy favorable.

Su futuro sigue siendo tan incierto como siempre. Sin
embargo, el fenómeno que lo ha catapultado hasta las
altas esferas del poder parece que seguirá
manteniéndose: la ausencia de líderes y cuadros
políticos. Mientras sea así, el general puede confiarse
de que su carisma le basta para ser protagonista.
(FUENTE: REVISTA VISTAZO N. 704, PP. 21-28)
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