Quito. 10.01.95
(ArtÃculo realizado por TIME)
Cómo puede un banco diseñado para hacer buenas acciones sin
siquiera obtener utilidades, granjearse una reputación tan
negativa? El Banco Mundial, que este año cumple 50 años de
fundado, deberÃa estar celebrando su trayectoria como la madre
Teresa de las finanzas mundiales. En total, el banco ha
otorgado US$300.000 millones en prestamos para sufragar los
gastos de 6.000 proyectos que van desde el tren bala de Japón
hasta una clinica oftalmológica para operar de cataratas a 11
millones de personas en India. Sin embargo, en lugar de
inspirar congratulaciones, el aniversario de oro de la
institución ha suscitado acusaciones condenatorias según las
cuales el banco ha ocasionado daños al medio ambiente, ha
apoyado a regÃmenes autoritarios y ha favorecido mas a los
ricos que a los pobres. La crÃtica se esta tornando ruidosa y
contundente.
Una coalición de varios centenares de grupos planea enviar a
miles de manifestantes a la cumbre anual del banco, que se
celebrara en Madrid este mes de octubre. El banco, constituÃdo
en medio de la atmósfera pacifista inmediatamente posterior a
la segunda Guerra Mundial como base para un sistema económico
internacional ordenado y sabio, es financiado por
contribuciones de las mas ricas de sus 177 naciones
accionistas. Sin embargo, hoy dÃa existe una multitud de
quejas contra la institución. Entre ellas están:
- En el ultimo año fiscal, el banco distribuyó casi US$
16.000 millones pero recibió casi US$20.000 millones en
reembolsos e intereses de los prestatarios. Según algunos
crÃticos, como resultado el banco esta sentado sobre el
capital en lugar de estarlo canalizando hacia los paÃses
pobres.
- Con demasiada frecuencia los prestamos financian enormes
proyectos de construcción en el Tercer Mundo, sobre todo
represas gigantescas, lo cual altera drásticamente el entorno
y obliga a millones de personas a reubicarse.
- Las recetas fiscales y monetarias que impone el banco a los
prestatarios han ocasionado grandes trastornos a las economÃas
de algunos paÃses en desarrollo, elevando los precios de los
artÃculos básicos hasta el punto de colocarlos por fuera del
alcance de los pobres.
- El banco esta mal administrado y sus 6.000 empleados se
encuentran sobre remunerados (salario promedio: US$ 123.000
anuales).
- La ambiciosa renovación de la sede del banco en Washington,
que agregó 140.000 metros cuadrados de espacio, costara US$100
millones mas de lo presupuestado.
Estos ataques contra el Banco Mundial, ventilados en varias
publicaciones académicas y en discursos pronunciados por
lideres del Congreso, han instado al presidente de la entidad,
Lewis Preston, a propulsar lo que podrÃan ser cambios
históricos en el banco. En 1992 inició una reestructuración de
la cartera de prestamos de US$104.000 millones, y un año
después contrató al genio neoyorquino de las relaciones
publicas, Herb Schmerts, y le encomendó la misión de
transformar la imagen de la institución. Hace algunos meses,
Schmertz presentó un informe confidencial en el que se
reconocÃan algunas de las acusaciones mas serias proferidas
contra el banco y se admitÃa la existencia de "una brecha
significativa" entre lo que dice el banco y lo que hace.
Algunas de las crÃticas mas fuertes contra el banco se
refieren al superávit de capital ocioso que mantiene esta
institución sin animo de lucro. Los paÃses han estado
reembolsando sus deudas con intereses a un ritmo mas rápido
que el de los prestamos nuevos que concede el banco. En el
ultimo año fiscal, el Banco Mundial distribuyó cerca de
US$16.000 millones para apoyar 1.900 proyectos, pero también
recibió casi US$20.000 millones en reembolsos y otros cargos
por parte de los prestatarios, muchos de ellos paÃses pobres.
Eso ha dejado un excedente de US$4.000 millones, la mayor
parte del cual el banco mantiene en inversiones con intereses
a corto plazo.
Los crÃticos también están en desacuerdo con la imposición de
las denominadas polÃticas de ajuste estructural, que forman
parte de la estrategia utilizada por el banco y el Fondo
Monetario Internacional para ayudar a los paÃses en bancarrota
o mal administrados a que reestructuren su funcionamiento. A
cambio de aprobar un préstamo, el FMI frecuentemente exige que
los paÃses tomen medidas como privatizar las industrias de
propiedad estatal, devaluar la moneda y adoptar polÃticas de
austeridad y orientadas hacia las exportaciones. Sin embargo,
muchas veces los gobiernos financian estos programas mediante
la reducción de subsidios cruciales de alimentos y otros
artÃculos básicos para los pobres.
La devaluación monetaria promovida por el banco y el FMI en
los paÃses francófonos de Africa occidental sirve de ejemplo
del problema que ocasiona la imposición de estas medidas. En
enero, cerca de 80 millones de personas en 14 paÃses africanos
encontraron que los precios de los bienes de primera necesidad
se habÃan doblado de un dÃa para otro; la decisión provocó
disturbios de protesta en Senegal. El FMI y el Banco Mundial
defendieron la polÃtica, aduciendo que la sobrevaluación de la
moneda estaba restándoles competitividad a las exportaciones
agrÃcolas e industriales de estas naciones en el exterior.
Pero "con gran frecuencia el resultado son salarios en
descenso, desigualdades cada vez mayores en los ingresos y una
mayor pobreza", dice Douglas Hellinger, director
administrativo del Grupo de Desarrollo de PolÃticas
Alternativas, una asociación de defensa sin animo de lucro.
Otro problema por el cual se esta culpando al banco son las
reubicaciones involuntarias a escala masiva para facilitar la
construcción de represas y de otros proyectos financiados por
la institución. Una investigación interna del Banco Mundial,
cuyo contenido fue revelado hace algunos meses, encontró que
las empresas financiadas por el banco habÃan generado 2.5
millones de "refugiados del desarrollo" entre 1986 y 1993.
Seiscientas mil personas adicionales, en su mayorÃa de India y
China, podrÃan verse afectadas entre 1994 y 1997.
La débil administración interna también le ha hecho pasar unas
cuantas vergüenzas al banco. La proporción de los prestamos
que se consideran "grandes problemas" porque los prestatarios,
por ejemplo, no han reducido los déficit presupuestales o los
subsidios, aumentó de 11% en 1981 a 20% en 1991. Una cuarta
parte de los proyectos agrÃcolas y de irrigación tenÃa
problemas, asà como aproximadamente un tercio de los proyectos
cuya intención era combatir la pobreza. Un informe comisionado
por el banco criticó la "cultura de aprobación" de la entidad,
según la cual los empleados respondÃan a presiones de la
gerencia para conceder prestamos sin examinar con suficiente
cuidado la calidad de los proyectos en cuestión. "Todos en
este banco pensaban que iban a ser ascendidos simplemente por
la cantidad de prestamos cuya aprobación conseguÃan dice
Preston. Era una forma absurda de dirigir una empresa".
Pese a todas sus fallas, incluso algunos crÃticos convienen en
que el banco sigue siendo un instrumento relativamente
eficiente para distribuir un monto cada vez mas limitado de
dinero en ayuda para el desarrollo. Por ejemplo, una
contribución de US$2.000 millones le da a la institución
suficiente garantÃa colateral para conseguir cerca de
US$45.000 millones en los mercados mundiales de capital y
luego ofrecer ese dinero en calidad de prestamos. Esto
significa que, muchas veces, el banco se encuentra en el
corazón de algunos de los cambios mas extraordinarios del
mundo. En mayo inauguró la primera parte de un programa
innovador de un préstamo de US$2.400 millones para estimular
el crecimiento económico en la Margen Occidental y en la
Franja de Gaza. El año pasado ofreció US$610 millones para
restaurar la producción en los campos petrolÃferos de Rusia y
US$450 millones para ayudarles a compañÃas del sector privado
en Polonia. Pero sin reformas adicionales, es posible que los
principales donantes se vuelvan incluso mas reticentes que
ahora en cuanto a seguir financiando esas buenas obras
misioneras.
*Texto tomado de: revista CASH INTERNACIONAL #43 (Pag. 48-51)
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Publicado el 01/Octubre/1995 | 00:00