Quito (Ecuador). 22 oct 95. "El primer Mundial del siglo XXI
se jugará en Asia", anunció hace algún tiempo Joao Havelange.
Sus palabras fueron el inicio de una nueva guerra fría.

Viejas rivalidades políticas nunca olvidadas entre Japón y
Corea, encontraron un nuevo campo de batalla: la organización
del Campeonato Mundial de Fútbol del 2002.

Pero, mucho más que la simple contienda por una sede
futbolística, el sueño mundialista ha llegado a convertirse en
un paso trascendental para ambos países, pues cada uno de
ellos quiere imponer su liderazgo político y económico en el
continente asiático.

Japón, por su parte, ha difundido el slogan "Japan Loves
Goals" (Japón ama los goles) en su campaña por conseguir la
sede de la Copa. No obstante, su designación no es segura, y
una de las razones es que el fútbol continúa siendo el quinto
deporte preferido entre los japoneses, luego del sumo, el
béisbol, el tenis y el golf.

A ello se añade que la selección nipona nunca ha llegado a
situarse en el grupo de los 24 mejores equipos del mundo.

Corea, en cambio, ingresó sorpresivamente en la pulseada por
el primer Mundial del siglo XXI, con una historia que la
respalda: es la única nación asiática que se ha clasificado
para participar en cuatro torneos mundialistas: Suiza-54,
México-86, Italia-90 y el último de Estados Unidos-94.

Política candente

La movida, sin embargo, no es solamente deportiva. La política
está, por estos días, bastante candente. La ilusión coreana
aumentó
notoriamente cuando Chung Mong-Joon, presidente de la
Asociación Coreana de Fútbol y una de los directivos de la
poderosa firma Hyundai, fue elegido vicepresidente de la FIFA,
durante una reunión de la Confederación Asiática de Fútbol.
Chung, en una maniobra que le ganó amplios elogios, desplazó
al candidato japonés Tadao Murata, asegurando de paso un voto
para su país, cuando el proximo junio se decida finalmente la
sede.

Esto no es todo. El éxito en los Juegos Olímpicos de Seúl-88,
es otro aval esgrimido por los coreanos en su sueño
mundialista, ya que desde entonces cuentan con la
infraestructura necesaria.

La unificación coreana

Pero, los compromisos van mucho más allá: la unificación
definitiva de Corea del Norte y Corea del Sur, tiene en el
fútbol un importante papel.

La Copa Mundial podría acelerar el proceso de reunificación de
la Península Coreana, el hogar de 70 millones de personas, que
permanece dividida como el último vestigio de la Guerra Fría.
Y es que en lo único que parecen estar de acuerdo los
gobiernos de Seúl y Pyonyang, es en llevar a cabo, tanto en
una como en otra parte, los partidos del anhelado campeonato.
En otras palabras, la unificación definitiva de la nación
tiene en el fútbol un elemento decisivo a su favor.

Claro que los rencores persisten, pero no es menos cierto que
la magia de una pelota puede imponerse sobre los históricos
conflictos internacionales y servir como prenda de armonía.

La nueva guerra

En opinión de diversas personalidades internacionales, premiar
a Corea con la sede de la primera Copa Mundial en Asia, puede
ser el acontecimiento que marque la historia de la paz
mundial.

De todos modos, como están las cosas, se ha iniciado una lucha
sin sangre, aunque con muertos políticos. Una contienda de
intereses y dinero que enfrenta a Japón y Corea. Es el
comienzo de una nueva guerra asiática. Los coreanos, por
ahora, llevan ganada buena parte de la batalla.

Hacia el futuro

- Los coreanos cuentan con 16 ciudades candidatas a ser sedes
de los partidos de la Copa Mundial. De ellas, 11 contarán con
escenarios nuevos construídos a propósito para el fútbol.

- Corea invertirá 1,330 millones de dólares para brindar
estadios que, desde ya, tratan de ser símbolos del deporte del
próximo siglo.

- Los estadios han sido planeados con miras al futuro, tienen
un mínimo de 65.000 asientos, así como revolucionarios diseños
que sorprenden a los visitantes.

- Los estadios serán iguales, y en algunos casos mejores que
los ofrecidos por Japón, pero con una inversión menor, pues
los costos de renovación y mano de obra son mucho menores que
los japoneses.

- Para los coreanos, el fútbol está en la sangre. Cada
escuela primaria y secundaria cuenta con un equipo y un campo
de fútbol.

- En Seúl funciona la mayor escuela de fútbol infantil del
mundo, a donde pueden acudir menores de seis a 15 años de
edad. La enseñanza es gratuita.

- También existe un equipo que orgullosamente alínea a
jugadores cuyas edades fluctúan entre los 55 y los 70 años.

- En la actualidad, el ingreso per cápita de los coreanos es
de 11.000 dólares. Se espera que para el año 2002 sea de
20.000 dólares.

- Reconocidas marcas coreanas como Hyundai, LG-Goldstar,
Samsumg y Daewoo participarán como patrocinadores oficiales
del Mundial.

- No obstante el impresionante crecimiento económico y su
desarrollo, Corea es es la opción más costeable -en
comparación con Japón-, tanto para patrocinadores como
aficionados al fútbol de todo el mundo.

El fútbol unificará a Corea, dice presidente

Cuando el presidente de Corea, Kim Young-Sam, era estudiante
universitario, tenía dos grandes pasiones: en un cartel
colgado en la pared de su casa se podía leer: "Aquí vive el
futuro mandatario de Corea". Esa era su mayor ambición, que
logró hacer realidad hace dos años.

La otra obsesión era el fútbol, un deporte que practicó como
capitán y centro delantero en varios equipos de su país. Hoy,
a los 67 años de edad, el líder coreano tiene su mayor
compromiso con el fútbol: el apoyo total de su gobierno y la
búsqueda de respaldo de otros importantes mandatarios del
mundo a la candidatura de Corea para ser la sede del primer
Campeonato Mundial del siglo XXI.

En una entrevista concedida en Seúl, Kim habló de muchas
cosas. Pero, concretamente sobre la Copa Mundial, el diálogo
fue el siguiente:

- ¿Por qué es tan importante para usted que se otorgue la
sede de la Copa Mundial a Corea?

En lo personal es importante porque -como todos los coreanos-
amo el fútbol. Es algo que está en nuestra sangre. Para el
país, consideramos que será una nueva aparición de Corea en el
escenario mundial, tras las Olimpiadas de Seúl, que podría
tener grandes implicaciones para acelerar el proceso de
unificación de la Península Coreana.

- ¿O sea que con la sede de la Copa pueden mejorar las
relaciones entre Corea del Sur y del Norte?

- Sin duda: el fútbol nos ha brindado uno de los momentos más
llenos de esperanza: en 1991 un equipo conjunto Sur-Norte se
presentó en el Campeonato Mundial Juvenil y fue una experienia
conmovedora para todos los coreanos. Primero, al ver a los
jóvenes jugadores en partidos de selección en Seúl y Pyonyang,
y luego verlos como un solo equipo jugando en Portugal. La
República de Corea está buscando ser la sede oficial, pero
cuando la decisión se produzca dentro de ocho meses, todavía
quedarán seis años para que se celebre el campeonato. En ese
período, el fútbol puede volver a jugar un papel importante en
la reunificación del pueblo coreano. Creo que está
consideración tiene mucho peso en la decisión del señor
Havelange y los demás miembros del Comité Ejecutivo de la
FIFA.

- ¿Cómo se sintió con las actuaciones del seleccionado coreano
en la Copa Mundial del año pasado?

Muy orgulloso. Obviamente, me hubiera gustado que pasáramos a
octavos de final y casi lo conseguimos.

- ¿Si Corea resulta ser la sede del 2002, cree que ustedes
tendrán la oportunidad de ganar la Copa Mundial?

El fútbol coreano se ha desarrollado muy rápido. Espero que
para el 2002 seamos buenos contrincantes, aunque creo que
también vamos a dar la sorpresa en Francia-98. (Deportes)
(Diario HOY) (1B)
EXPLORED
en Ciudad Quito (Ecuador)

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