En las 12 provincias que opera hay 800 locales ilegales.

Locutorios piratas, $9 millones al año no entran a Andinatel.

LOS MINORISTAS legales tienen el 30%, las operadoras
"máster" el 8% y la telefónica el 62%.

En la zona de operación de Andinatel hay 800 locutorios legales y otros 800 considerados piratas. Estos últimos operan al margen del control de las autoridades de telecomunicaciones.

La proliferación de locutorios "informales" no solo ha saturado el mercado, también ha afectado a Andinatel, que habría dejado de recibir alrededor de $9 millones anuales por esa causa.

Cada año, los locutorios legales generan $14,4 millones de ingreso neto. Estos son manejados por operadores minoristas, los cuales dependen de siete comercializadoras "máster" que tienen contratos con Andinatel.

A inicios de 2002, la estatal firmó contratos con las comercializadoras: Celtel, Sitel, Teledomestic, Datadosmil y Fononexo. Poco tiempo después se sumaron Andercol y la empresa Munditel.

Según los contratos con las comercializadoras "máster", el 62% de los ingresos brutos le corresponde a Andinatel ($9 millones), mientras que el 38% es para las empresas "máster".

De ese 38%, estas se quedan con el 8% y el 30% corresponde a los minoristas que operan los 800 locutorios legalizados.
Los ilegales, que manejarían otros 800 locutorios en la zona de Andinatel, no entran dentro de esos porcentajes, debido a que no se ha contabilizado formalmente su volumen de ingresos.

Únicamente se pueden hacer estimados sobre la base de lo que generan los locutorios legalmente controlados; de ahí que un estudio realizado por las empresas "máster" determina que los piratas también generarían $14,4 millones por año.

De esta forma, si Andinatel tuviera acceso al 62% de esos ingresos informales, percibiría otros $9 millones. Esto que no ocurre en la actualidad.

Las comercializadoras "máster" y los minoristas legales se quejan de que hay competencia desleal, porque los contratos establecían distancias de 400 metros entre cada locutorio y actualmente se los encuentra a cada paso. (AA/MCV)

Reventa de telefonía pública

El comercializador "máster" es la persona jurídica, calificada y contratada por Andinatel para que realice la reventa de telefonía pública mediante locutorios. El comercializador menor o minorista es la persona natural o jurídica designada por el comercializador "máster" para revender el servicio de telefonía pública por la vía de la construcción o administración de locutorios. Así lo establece el contrato con Andinatel. (AA/MCV)

"Competidores deben ubicarse a 400 metros"

EN LOS LOCALES, está prohibido vender artículos de bazar, papelería, teléfonos, accesorios y tarjetas de telefonía

La entrega del servicio de telefonía pública mediante locutorios se hizo de acuerdo al modelo argentino.
Según los contratos, los comercializadores "máster" deben presentar a Andinatel las ubicaciones exactas de los locutorios y la telefónica puede autorizarlos o negarlos.

También establecen que un locutorio debe estar ubicado, al menos, 400 metros a la redonda de otro locutorio existente o reservado por otro comercializador "máster".
En los contratos también se definen las características de las cabinas, como el acceso local, regional, nacional, internacional y celular.

Las cabinas deben contar con un visor que detalla el servicio y el consumo en dólares.

Asimismo, las facturas deben indicar todos los rubros del servicio utilizado por los usuarios de las cabinas.
Los comercializadores "máster" también se comprometieron a no vender en sus locutorios productos y servicios no relacionados con la telefonía pública ni con Andinatel.

La restricción se extendió a los minoristas; por esa razón, en los locales que tienen en el rótulo el logotipo y los colores de Andinatel (es decir, legalmente autorizados), no se encuentran a la venta artículos de bazar, papelería, teléfonos celulares, accesorios, tarjetas de telefonía(AA/MCV)

La telefonía móvil tiene miles de locutorios

EN LAS CALLES DE QUITO, es fácil observar instalaciones de porta, alegro y movistar ubicadas en una misma cuadra.

Las operadoras de telefonía móvil Portacelular (Conecel), Movistar (Otecel) y Alegro (Telecsa) también forman parte del negocio de los locutorios.

En la región de Andinatel, Movistar tiene 1 500 locutorios, Porta dispone de 1 000 y Alegro tiene 300.
Estas empresas no tienen contratos con Andinatel como los denominados comercializadores "máster", pero pueden instalar sus locutorios amparadas en los contratos de concesión y de interconexión que mantienen con el Estado.

Esto les permite operar sus propias redes así como pagar una tarifa a Andinatel por el tráfico de llamadas a teléfonos fijos.

A su vez, la telefónica estatal paga un porcentaje a Movistar, Portacelular y Alegro, por las llamadas desde sus cabinas a los teléfonos móviles. Esto se conoce como "tasa de interconexión".

Sobre estos locutorios no rige la norma de respeto a los 400 metros de ubicación entre ellos. Por eso es fácil observar juntas cabinas de las tres operadoras móviles, ubicadas a poca distancia de aquellas que son operadas por los minoristas de Andinatel.

Tampoco tienen prohibición de vender otros productos en sus locales. En estos locutorios se pueden adquirir teléfonos celulares, accesorios y repuestos así como tarjetas de telefonía de esas empresas. (AA/MCV)

Los minoristas dicen que "el negocio ya no es rentable"

ALGUNOS PIDEN AUTORIZACIÓN para vender otros productos en sus locales para enfrentar la competencia, como lo hacen las móviles.

En el sector de la Mariscal en Quito, abundan las cabinas telefónicas

"Vendo locutorio cambio locutorio por taxi" Esta clase de anuncios se observa a diario en los periódicos de circulación nacional.

Son mensajes de comercializadores minoristas legales, que desertan por la proliferación de esta clase de negocios.
El minorista Rodrigo Galárraga muestra a BLANCO Y NEGRO recibos originales para demostrar que la instalación de su locutorio costó $18 mil hace más de tres años. Dice que en esa época facturaba un promedio de $400 diarios, lo que generaba un ingreso de $12 mil mensuales.

Actualmente, la facturación mensual bordea los $5 000. Tras pagar los impuestos y los porcentajes que le corresponden a Andinatel, le quedan $1 200, que alcanzan para pagar sueldos de empleados y el arriendo del local. Esto lo sustenta con balances, que incluso muestran un saldo negativo los dos últimos meses.

Paco Izurieta, quien tiene un locutorio en el centro de Quito que empezó con 22 cabinas, con el paso del tiempo las redujo a 16.

El lugar es limpio, muy iluminado, las cabinas son cómodas, hay una cajera, un guardia de seguridad, una persona de servicios generales y otra que entrega los turnos.

Junto a su local funciona un restaurante y al lado hay un locutorio con cabinas de Porta. A menos de 400 metros se encuentran las cabinas de otro comercializador minorista autorizado por Andinatel.

Izurieta reconoce que al inicio fue "muy rentable" el negocio, pero ahora, en su caso, ha solicitado autorización para montar una heladería en el espacio que quedó libre luego de que retiró seis cabinas. "Solo de esta forma podré obtener ganancia con el locutorio", afirma.

Otro minorista, que pidió omitir su nombre, indica que pierde en el negocio. Manifiesta que factura $900 al mes, de ello paga $300 a sus empleados y $108 por el arriendo del local, además de los impuestos del IVA e ICE y el porcentaje que debe descontar para Andinatel y el comercializador "máster". (AA/MCV)

En los lugares "piratas" hay de todo; también hay locutorios para chinos y japoneses

Los locutorios legales están plenamente identificados con los logotipos de Andinatel y de la correspondiente comercializadora "máster".

En cambio los ilegales son fácilmente reconocibles porque son una especie de "multicabinas": en un mismo locutorio se observa los distintivos de diferentes operadoras móviles, además ofrecen servicio de internet, fax, incluso están ubicadas en tiendas y cafeterías. Los recibos que entregan a los usuarios no incluyen el IVA ni el ICE.

En la Mariscal, en Quito, también hay cabinas de chinos y japoneses, cuyas leyendas están escritas en sus respectivos idiomas, que tampoco se hallan en el sector formal pues no dependen de ninguna de las comercializadoras "máster" autorizadas por Andinatel. Estos locutorios ofrecen llamadas internacionales desde ¢7 por minuto, porque utilizan banda ancha, como lo verificó BLANCO Y NEGRO en un recorrido por el centro y del norte de Quito. (AA/MCV)

Ilegales operan con tarifa residencial

CON EL SISTEMA FAST VOICE, que cuesta $40 mensuales, es posible hacer llamadas internacionales baratas.

Los locutorios ilegales usan líneas de tarifa residencial subsidiada, mientras los legales pagan la tarifa de telefonía pública por las líneas que usan en sus cabinas.
Por la tarifa residencial subsidiada, Andinatel cobra ¢3 el minuto, mientras que, por la de telefonía pública, recibe ¢10, en el caso de las llamadas locales.

De esta forma, si un local pirata generase ingresos por unos $5 000 mensuales, al pagarle a Andinatel una tarifa de ¢3 solo por llamadas locales (corresponden al 25% del total de llamadas de un locutorio promedio), pagaría a la telefónica estatal apenas $375, en vez de $1 500 mensuales que debería cancelar si usara las líneas de tarifa pública para este tipo se servicios.

Los piratas tampoco pagan costos de interconexión porque las mismas líneas de tarifa residencial se usan en llamadas a celulares, regionales, nacionales e internacionales.

Los costos de las llamadas internacionales son menores a los que se paga en los locutorios autorizados por Andinatel, porque los ilegales pueden contratar con Andinanet un canal de Internet denominado fast voice, a un costo de $40 mensuales. Esto les permite cobrar a los usuarios tarifas bajas por el servicio.

BLANCO Y NEGRO comprobó que, en este tipo de locales, una llamada a China cuesta ¢5 y el mismo valor se aplica para los Estados Unidos. En cambio, en los locutorios legales, que pagan impuestos y porcentajes a Andinatel, las llamadas a esos mismos países tienen un valor de ¢45 y ¢25, respectivamente. (AA/MCV)

A todos los líos se suma el caso de competencia desleal

ANDINATEL NO SOLO deja de recibir plata por la piratería. Tampoco haría respetar las reglas del juego a todas las comercializadoras.

Funcionarios de Andercol dicen que esa firma solo tiene 135 locutorios.

Los comercializadores "máster" se quejan de la supuesta competencia desleal por parte de la empresa mayorista Andercol, que también tiene autorización de Andinatel para instalar locutorios por medio de operadores minoristas.
Afirman que esta empresa tiene más de 50 locales aprobados por Andinatel a menos de 400 metros de otras "máster". Esta regla fue fijada por la telefónica estatal en los contratos firmados en 2002 con Fononexo, Sitel, Celtel, Teledomestic y Datadosmil.

También la acusan de ubicar sus locales, al lado o al frente de direcciones solicitadas a Andinatel por otras comercializadoras "máster", que han sido negadas por la empresa estatal.

BLANCO Y NEGRO tuvo acceso a la copia de un documento en el que consta el pedido de una comercializadora para instalar locutorios entre las calles Amazonas y Óscar Efrén Reyes de Baños. Andinatel negó el permiso, pero sí autorizó a Andercol a colocarlos en las mismas avenidas, con diferente numeración.

Por casos parecidos, una empresa "máster" puso una docena de reclamos a Andinatel. Otras firmas consultadas tienen denuncias similares sobre 110 "direcciones clonadas" por esta empresa Todavía no hay respuesta de la telefónica.
BLANCO Y NEGRO buscó varias veces al gerente de Andercol, Horacio Bastidas, pero en su oficina dijeron que estaba en reuniones fuera de ella.

El jefe de productividad, Giovanni Bayas, manifestó que tienen 135 cabinas en la zona de Andinatel y negó los supuestos irrespetos de la empresa a los 400 metros de distancia entre locutorios. No obstante, en una copia de una denuncia enviada a las autoridades de telecomunicaciones, constan "invasiones" de zona por parte de Andercol, que van entre 140 y 350 metros dentro del radio determinado por Andinatel.

Al igual que los otros comercializadores, el funcionario de Andercol también se queja por la proliferación de locutorios piratas a los que las califica de "híbridos", porque además de no ser controlados por las autoridades pueden vender otros productos y servicios en ellas.

No obstante, varios comercializadores mayoristas y minoristas se preguntan sobre la influencia que habría tenido Andercol en la telefónica estatal durante el gutierrismo, porque esa administración le habría permitido incumplir las reglas del juego.

Ante las nuevas autoridades se han presentado varias denuncias, pero estas ofrecieron hablar sobre el tema en el transcurso de la próxima semana.

La falta de respuestas por parte de Andinatel y de las autoridades encargadas del control en telecomunicaciones solo favorece a los "piratas".

Lo mismo sucede cuando los llamados a controlar dicen no tener jurisdicción para eso.

"Súper" sanciona pero el Conatel autoriza"

Según la Superintendencia de Telecomunicaciones, las multicabinas" (locales que tienen terminales de varias operadoras de telefonía fija y móvil) no tienen autorización para funcionar. Afirma que por eso ha sancionado a muchos de estos locutorios y que estos, a través de sus asociaciones, han solicitado al Conatel (Consejo nacional de Telecomunicaciones) la autorización correspondiente.

Sobre los locales que usan banda ancha para llamadas telefónicas al exterior sin estar autorizados, la Superintencia indicó que "procede a sancionarlos cuando los detecta", en una ayuda memoria enviada a BLANCO Y NEGRO.

En ese mismo documento expicó que los cibercafés tienen autorización para usar la banda ancha para tener acceso al Internet.

La Superintendencia puntualizó que seguirán las tareas de control sobre quienes prestan el servicio de telefonía pública. (AA/MCV)

PUNTO DE VISTA

Hay que detener a los piratas

A estas alturas de los tiempos, no cabe duda que las telecomunicaciones constituyen la mayor revolución a la que la humanidad asiste, y de la que nadie puede abstraerse. Por eso, el negocio de las telecomunicaciones es de los más rentables del mundo.

Seguros de este potencial, los Estados han sacado gran ventaja de las concesiones o privatizaciones de las telecomunicaciones, con lo cual se han hecho de importantes rentas para beneficio de sus ciudadanos.
Pero en el Ecuador esto no ocurre.

Al contrario, cada vez que hay una iniciativa para extender los servicios a la comunidad, los propios entes estatales se encargan de "dañar el negocio", con lo cual se ha armado el caos, ya que nadie respeta las normas ni las leyes.

Eso está ocurriendo ahora con los locutorios que funcionan en Quito y Pichincha, y que fueron entregados en base a acuerdos con Andinatel, que regula el uso y el servicio telefónico.

Pero los comercializadores "máster" que instalaron bajo autorización y mediante convenios con Andinatel los locutorios, hoy se quejan de competencia desleal, ya que ciertos "mayoristas" actúan al margen de las regulaciones, entregando a ""minoristas" locutorios en sitios indebidos.

Pero no es todo. Muchos de estos locutorios le están propinando un serio daño económico a la propia Andinatel y, por ende, al Estado, puesto que, instalados de manera irregular en sitios donde también comercializan otros productos y ofrecen otros servicios, desnaturalizan su función.

Asimismo, habiendo decidido actuar de espaldas a las leyes, no tributan, por lo que tampoco se sienten obligados a entregar recibos o facturas por las reducidas tarifas que cobran a los usuarios.

Así, el círculo de las ilegalidades se cierra, y todos perdemos en un negocio que debería dar solo ganancias. Definitivamente, hay que detener a los piratas.
(TFF)(Blanco y Negro)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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