LN POR LA UNIDAD
Quito. 12.10.91. Liberación Nacional, partido polÃtico que
lidera Alfredo Castillo, planteó la formación de un "Frente de
la Patria" para llevar adelante las tareas que nos permitan
salir del atraso.
En este sentido, Castillo convocó a la organización de un gran
frente multipartidista, "incluso de posiciones ideológicas
diversas, supuestamente ubicadas en la contradicción del
pasado, para que puedan enfrentar la contradicción del
presente, la real, la que tiene que ver con la que existe
entre subdesarrollo y desarrollo".
Según Castillo, los candidatos a las distintas dignidades
debes ser observados desde los procesos diversos que convocan
antes que desde los estereotipos de la biografÃa individual
que exhiben.
Creo -dijo- que en el actual momento existe una disputa entre
dos sectores económicos: el uno ligado al desarrollo y a la
producción, y el otro que insiste en "viejas formas
especulativas de conducción del Estado en el plano económico".
"Viejas formas ideológicas también, un poco sectarias y
dogmáticas de conducción del Estado, porque el dogmatismo
desgraciadamente en el Ecuador caló con mucha fuerza en el
conservadorismo, en el liberalismo, en el independentismo, en
el izquierdismo.
Según Castillo, todas las doctrinas se volvÃan de pronto
dogmáticas en razón de que la realidad no les ha sido exigente
y, en este instante, es imprescindible desarrollar un
pensamiento "más versátil, elástico, más sujeto a las
exigencias de la diversidad que a los imperativos de la
secta".
Por eso -insistió- Liberación Nacional ha planteado la
formación de un "Frente de la Patria" con la pluralidad que
constituye la nación ecuatoriana.
A su criterio, para las elecciones del 92 "los partidos que
actuan desde su exclusiva demanda partidaria no pueden
convocar la fuerza que conduzca hacia la victoria.
"Solo la diversidad que se organice en un proceso electoral
puede tener esa convocatoria. Este Frente deberÃan integrarlo
todos los que admitan una reestructuración del Estado, una
modificación de las funciones del aparato financiero y quizás
cabe Unidad Republicana, quizás cabe la posibilidad de
organizar una social democracia, que no existe en el Ecuador.
En este contexto reconoció que Sixto Durán Ballén tiene una
fortaleza grande porque se diferenció moralmente "de una secta
empresarial y constituyó una ola con un componente y una
diversidad importante para tratar los problemas actuales".
Asimismo, Castillo, reconoció que en la Izquierda Democrática
se encuentran tendencias que gestan la posivbilidad de una
social democracia, que es una postura ideológica muy
importante en la conducción de procesos fundamentales en el
mundo.
Dijo que el social cristianismo se transformó en la expresión
"polÃtica del viejo sector del poder ecuatoriano, ligado a ese
mundo especulativo, desvinculado de las demandas fundamentales
del proceso de producción, del proceso del desarrollo social,
vinculado solo a los contratos de las obras que se exhiben
pero lejos de las reformas esenciales que reclaman las
necesidades populares".
En la izquierda ecuatoriana, en cambio, están factores de
transformación y anhelos que no han tenido la oportunidad
histórica para convertirse en una fuerza motriz de ese
desarrollo.
Para Castillo, no es posible, en la hora actual, actuar desde
un sector social sino desde el conjunto de los intereses de la
nacion: por ello LN propone afrontar con entereza los
problemas del desarrollo, los problemas internacionales en el
plano eocnómico, los conflictos con nuestros vecinos y los que
demanda el proceso subregional andino.
El dirigente reclamó la creación, en conjunto, de una razón
que nos represente a todos. Calificó de obsoleto al Estado
ecuatoriano porque está envejecido en sus funcioens, en su
organización, en su estructura; desde el año 30 del siglo
pasado al tiempo actual no ha cambiado casi nada".
Manifestó que es imprescindible una transformación del aparato
estatal porque en todos los años solo han cambiado las
estructuras de poder que lo conducen y utilizan. (A-2).
Quito. 12.10.91. Liberación Nacional, partido polÃtico que
lidera Alfredo Castillo, planteó la formación de un "Frente de
la Patria" para llevar adelante las tareas que nos permitan
salir del atraso.
En este sentido, Castillo convocó a la organización de un gran
frente multipartidista, "incluso de posiciones ideológicas
diversas, supuestamente ubicadas en la contradicción del
pasado, para que puedan enfrentar la contradicción del
presente, la real, la que tiene que ver con la que existe
entre subdesarrollo y desarrollo".
Según Castillo, los candidatos a las distintas dignidades
debes ser observados desde los procesos diversos que convocan
antes que desde los estereotipos de la biografÃa individual
que exhiben.
Creo -dijo- que en el actual momento existe una disputa entre
dos sectores económicos: el uno ligado al desarrollo y a la
producción, y el otro que insiste en "viejas formas
especulativas de conducción del Estado en el plano económico".
"Viejas formas ideológicas también, un poco sectarias y
dogmáticas de conducción del Estado, porque el dogmatismo
desgraciadamente en el Ecuador caló con mucha fuerza en el
conservadorismo, en el liberalismo, en el independentismo, en
el izquierdismo.
Según Castillo, todas las doctrinas se volvÃan de pronto
dogmáticas en razón de que la realidad no les ha sido exigente
y, en este instante, es imprescindible desarrollar un
pensamiento "más versátil, elástico, más sujeto a las
exigencias de la diversidad que a los imperativos de la
secta".
Por eso -insistió- Liberación Nacional ha planteado la
formación de un "Frente de la Patria" con la pluralidad que
constituye la nación ecuatoriana.
A su criterio, para las elecciones del 92 "los partidos que
actuan desde su exclusiva demanda partidaria no pueden
convocar la fuerza que conduzca hacia la victoria.
"Solo la diversidad que se organice en un proceso electoral
puede tener esa convocatoria. Este Frente deberÃan integrarlo
todos los que admitan una reestructuración del Estado, una
modificación de las funciones del aparato financiero y quizás
cabe Unidad Republicana, quizás cabe la posibilidad de
organizar una social democracia, que no existe en el Ecuador.
En este contexto reconoció que Sixto Durán Ballén tiene una
fortaleza grande porque se diferenció moralmente "de una secta
empresarial y constituyó una ola con un componente y una
diversidad importante para tratar los problemas actuales".
Asimismo, Castillo, reconoció que en la Izquierda Democrática
se encuentran tendencias que gestan la posivbilidad de una
social democracia, que es una postura ideológica muy
importante en la conducción de procesos fundamentales en el
mundo.
Dijo que el social cristianismo se transformó en la expresión
"polÃtica del viejo sector del poder ecuatoriano, ligado a ese
mundo especulativo, desvinculado de las demandas fundamentales
del proceso de producción, del proceso del desarrollo social,
vinculado solo a los contratos de las obras que se exhiben
pero lejos de las reformas esenciales que reclaman las
necesidades populares".
En la izquierda ecuatoriana, en cambio, están factores de
transformación y anhelos que no han tenido la oportunidad
histórica para convertirse en una fuerza motriz de ese
desarrollo.
Para Castillo, no es posible, en la hora actual, actuar desde
un sector social sino desde el conjunto de los intereses de la
nacion: por ello LN propone afrontar con entereza los
problemas del desarrollo, los problemas internacionales en el
plano eocnómico, los conflictos con nuestros vecinos y los que
demanda el proceso subregional andino.
El dirigente reclamó la creación, en conjunto, de una razón
que nos represente a todos. Calificó de obsoleto al Estado
ecuatoriano porque está envejecido en sus funcioens, en su
organización, en su estructura; desde el año 30 del siglo
pasado al tiempo actual no ha cambiado casi nada".
Manifestó que es imprescindible una transformación del aparato
estatal porque en todos los años solo han cambiado las
estructuras de poder que lo conducen y utilizan. (A-2).
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