La glucosa es el combustible fundamental de nuestro cerebro. Así que cuide que sus niveles de glucosa no disminuyan. Si se reduce brúscamente el azúcar en la sangre, es decir, los niveles están por debajo de lo normal (menos de 70 miligramos por decilitro), se produce la hipoglusemia.
Puede presentarse en cualquier persona, pero los más propensos son los diabéticos que utilizan insulina, y aquellos que están mal nutridos.
La desnutrición les vuelve a los jóvenes propensos a esta patología, especialmente entre las mujeres adolescentes que hacen una dieta rigurosa y sin control médico. "Ahora hay la tendencia a la delgadez extrema, no se alimentan bien, no hacen las tres comidas diarias", cuenta el endocrinólogo Clemente Orellana.
El 80% de pacientes que ha acudido a su consultorio por este problema tiene entre 14 y 20 años y el 20%, entre 20 a 35 años. El 90% es mujer.
Orellana explica que las personas muy delgadas no tienen el glucógeno hepático (glucosa almacenada en el hígado) que funciona como reserva para que soporten el ayuno por varias horas. Asegura que el 80% de las hipoglusemias dura alrededor de una hora y mejora gracias a los mecanismos reguladores de la persona, hormonas que le ordenan al hígado que saque el glucógeno hepático de reserva al torrente sanguíneo. Pero el 20% no tiene esa reserva, "generalmente porque están mal nutridas y pueden llegar a tener una hipoglusemia más severa", dice el médico.
Los síntomas van de acuerdo a la intensidad. Las leves se presentan con taquicardia, sudoración fría, palidez, decaimiento y debilidad.
Las más severas provocan pérdida de la conciencia y convulsiones, por lo que la intervención médica debe ser urgente. "Si el cerebro no tiene glucosa circulante, muere".
A José Castro, diabetólogo, acuden pacientes con síntomas similares: "Creen tener hipoglusemia, pero en realidad es ansiedad". La duda se aclara realizando una prueba simple de glucosa.
Los expetos recomiendan una dieta saludable y completa: hidratos de carbono, proteínas, vitaminas, minerales (la fruta con cáscara), vegetales frescos, hidratos de lenta absorción (arroz, pan, pasta, fréjol, lenteja.) Y no olvidar las tres comidas del día. (ED)



A CUIDARSE

Gritar

Un profesor de Técnica de Voz, un psiquiatra y los jóvenes coinciden en la necesidad de no retener las emociones. Gritar sí es una manera de desahogarse



Edvard Munch es el autor de la obra

El grito ayuda a descargar energía. Pero solo cuando hay un sentimiento de pormedio que nos impulsa a hacerlo. Esta intensidad en la voz se debe manejar de acuerdo a lo que sentimos.
El problema, dice Santiago Rodríguez, profesor de Técnica de Voz, es que: "Socialmente nos van condicionando y siempre nos han dicho que no hablemos muy alto. Nos mal educan en la casa, en la escuela, nos quitan la posibilidad de opinar y uno va perdiendo la voz".
El ser humano está hecho de diferentes emociones y diferentes formas de expresarlas. El grito es una forma de ellas. Rodríguez reflexiona sobre su propia vida: "Cuando mis hijos alzan la voz, no lo considero falta de respeto, ya que están viviendo una serie de emociones fuertes que deben dejar salir".
Pero, ¿existe la terapia del grito para poder desahogarse? El real desahogo es que en su contidianidad, "la gente no tenga miedo de hacerse escuchar". La real terapia es conectar el sonido con las emociones y pensamientos "solo ahí se lograría una liberación".
Para el psiquiatra Carlos León no se puede hablar de una terapia de gritar por gritar. Para que dé resultado, dice, el grito debe estar ligado con las emociones, es "la capacidad de relacionar nuestras emociones con la expresión".
Es decir que el grito, el llanto, la risa... salgan en el momento adecuado, cuando realmente lo sentimos y no sin motivo. "Si no hay la emoción, el grito resulta inadecuado", dice. Para Gabriela Cano (20 años) el grito es indispensable: "Cuando estoy sola, es una forma de desahogarme".
Daniela Carrillo (22) tiene una sensación de libertad, aunque por vergüenza no lo hace frente a otras personas.
Stalin Coronel (23) cree, en cambio, que esa no es la única forma de desahogo. Tiene la suya propia: "Pintando mucho", como lo hizo el célebre pintor noruego, Edvard Munch en su cuadro El grito, que representa la angustia que siente el ser humano. Quizás, el grito que él impregnó en el lienzo fue su propia forma de liberarse. (ED)


LOBECTOMÍA PULMONAR

Diez días hospitalizado y un descanso largo



La lobectomía es la extirpación de tejido pulmonar. También se la conoce como neumonectomía, toracotomía, biopsia pulmonar y torascocopia.
Este procedimiento quirúrgico se emplea para extirpar infecciones o tumores pulmonares, obtener un diagnóstico o realizar un trasplante de pulmón.
Las tecnologías permiten que estas cirugías se realicen con la ayuda de una cámara (torascospia) para realizar la intervención con mayor éxito.
Existen riesgos mínimos: los coágulos sanguíneos, neumonías o infecciones.
La hospitalización dura entre siete y 10 días. Se recomienda que el paciente descance de forma prolongada para que la incisión se cure. (GCA))


CONSEJOS DE SALUD

No confunda la gripe con un simple catarro

El problema de la gripe es que sus síntomas son muy similares a los de los resfriados comunes, lo que provoca que mucha gente crea que la padece cuando lo que tiene es un vulgar catarro.
Algunos de los síntomas que pueden ayudar a distinguirla son la fiebre alta (en los cuadros catarrales no suelen alcanzarse temperaturas tan elevadas), aparición repentina y sus signos pueden llegar a durar entre una y dos semanas. Otros síntomas: dolor de cabeza, congestión nasal, dolor de garganta y tos seca, los dolores abdominales y articulares, el agotamiento extremo y, en ciertos casos, problemas gastrointestinales.
La gripe no es una enfermedad "peligrosa". Pero determinados grupos de riesgo presentan complicaciones como una neumonía, que podría ser mortal. Entre ellos, las personas mayores de 65 años, aquellas que padecen algún tipo de enfermedad crónica, inmunodeprimidos o bajos de defensas, diabéticos, niños pequeños... (LM).



DESDE EL CONSULTORIO

Traumatismos cráneo encefálico (TCE)

Francisco Xavier Jijón Letort,
Pediatra

El TCE es una causa muy común de morbilidad y de mortalidad en los niños. El tamaño de la cabeza es relativamente más grande y más pesada que en un adulto. Los pequeños son muy activos y traviesos y eso les pone en riesgo de traumas de cráneo. Las causas más frecuentes son los accidentes de tránsito, caídas y abuso físico.
Los traumatismos o golpes en la cabeza (conmoción cerebral) se clasifican en leves, moderados o graves. Los primeros se asocian con la pérdida del conocimiento transitoria, sin lesión.
Los graves causan la pérdida del conocimiento y lesiones en el cerebro, como contusión o laceración cerebral. El traumatismo puede afectar las estructuras que recubren el cerebro y producir sangrado, fracturas o laceraciones del cuero cabelludo en el cráneo óseo o en las estructuras intracraneales.
Todo golpe fuerte en la cabeza puede ser peligroso. No pierda de vista a su hijo y si aparecen los siguientes signos o síntomas, llévelo de inmediato al especialista: pérdida de conocimiento luego del golpe, vómitos repetidos o en proyectil, decaimiento y adormecimiento, desorientación y pérdida de la memoria, rigidez del cuello, lesión y sangrado del cuero cabelludo, sangrado o salida de líquido por los oídos o la nariz, convulsión, dolor persistente de la cabeza, inmovilidad de extremidades.
Si el golpe de la cabeza se debe a un accidente de automóvil, el menor puede tener golpes en otras partes del cuerpo, por lo que tendría dificultad para respirar. Es necesario saber la historia clínica, si hubo cirugía cerebral o defectos de coagulación de la sangre (hemofilia).
Cuando el golpe en la cabeza fue en un accidente, no lo mueva sin proteger su columna cervical, pues a mas del trauma en la cabeza podría haber una lesión de la espina dorsal.
Luego de hacer un examen neurológico completo al niño, incluida una valoración del nivel de conciencia, el pediatra determinará si es necesario hacer exámenes complementarios que pueden incluir una radiografía, una tomografía axial computarizada o una resonancia magnética de la cabeza. Luego de los estudios, el pediatra decidirá si es necesario hospitalizar al niño o enviarlo a la casa.
En casos de traumatismos graves, el pequeño deberá ser hospitalizado en terapia intensiva, y si se han producido sangrados de las estructuras intracaneales, es necesaria una interconsulta a un neurocirujano.
En casos de traumatismos cráneo-encefálicos leves en los que no hay afectación del estado de conciencia y el examen neurológico es normal, el niño podría ser observado en casa por un adulto al que se le debe instruir sobre la evaluación del niño en las siguientes 48 horas y a quien se le ha indicado que se deberá llevar al niño a la emergencia si hay cualquier signo de deterioro neurológico.
Anteriormente se creía que los niños toleraban mejor los TCE que los adultos, pero estudios recientes han demostrado que es todo lo contrario.
Los niños son más susceptibles de daños cerebrales postraumáticos que los adultos y pueden presentar complicaciones hasta años después del golpe. Estas complicaciones tardías pueden ser problemas de aprendizaje, convulsiones o trastornos psicosociales. Es por esta razón que si sufren traumatismos craneales importantes, se les mantiene en seguimiento médico a largo plazo..



CUIDADOS PARA EL CABELLO GRASO

Cuando lave su cabello, hágalo solo con agua tibia

Lavar el cabello con frecuencia hace que quede sin volumen. Lo mejor es usar un champú adecuado a cada tipo. El agua demasiado caliente no es conveniente para la piel ni para el cabello graso, pues estimula aún más la producción de las glándulas sebáceas.

Utilice el acondicionador, solo en las puntas

Las personas con el pelo graso pueden usar acondicionador. El champú abre las escamas para retirar la grasa excesiva y el papel del acondicionador es cerrarlas. Use una pequeña cantidad y nunca se lo aplique en el cuero cabelludo. Solo en las puntas.

No restriegue su cabello, solo basta envolverlo en una toalla

No es conveniente restregar fuertemente el cabello con la toalla, pues las fricciones estimulan la producción de sebo y, además, se puede irritar el cuero cabelludo. Lo mejor es envolverse la cabeza con una toalla suave para que el exceso del agua se absorba.

El mejor cepillo es el de madera o el que tiene cerdas naturales

Evite el cepillado brusco, pues agrede el cuero cabelludo y estimula la grasa. Es mejor utilizar peines de madera o con cerdas naturales. El calor del secador estimula la producción de sebo. Séquese a una distancia de 15 cm del cabello y no a fuerte intensidad. (ED)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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