Quito. 23 feb 97. Los vecinos de la décimo tercera etapa de
la Alborada, una ciudadela de clase media al norte de
Guayaquil, recuerdan haber visto en el día domingo 9 de
carnaval, varios autos lujosos estacionados frente a la villa
donde vivía Víctor Miranda Estrada, conocido intérprete de las
canciones del Partido Roldosista.

En cada uno de ellos iban algunos hombres, casi todos de
fuerte contextura física. Un vecino que no quiso identificarse
aseguró que secuestraron a Miranda y que éste llamaría
posteriormente a su esposa para juntar el dinero de su
rescate. Sería la misma esposa, Wendy Nolivos, quien
inmediatamente reunió 350 millones de sucres y habría pagado a
los secuestradores, que luego abandonaron a Miranda, golpeado,
por la Vía Perimetral.

El 12 de febrero, Miranda ratificó esta versión en la denuncia
presentada en el Juzgado Décimo Cuarto de lo Penal.

En la misma denuncia asegura, además, que ese día los
secuestradores intentaron repetir el secuestro en las calles 9
de Octubre y Tungurahua, pero que gracias a la intervención de
la policía y de sus guardaespaldas, se logró frustrar tal
intento y capturar a cuatro individuos: Carlos Cristóbal
Suárez, Luis Antonio Segovia Meza, Freddy Cobos Acosta y Dunio
Mercado Mina, cuya detención fue legalizada el 13 de febrero
por la jueza décimo cuarta, Angelita Albán.

Como consecuencia del enfrentamiento armado resultó herido
Julio Vera, guardaespaldas de Miranda. Los detenidos son
integrantes del grupo conocido como "Los Pepudos", una fuerza
de choque del Partido Roldosista que actuaba de guardaespaldas
del abogado Abdalá Bucaram y sus hermanos.
La mayoría de ellos ocupó alguna función pública durante los
seis meses de gobierno roldosista.

Otros informes indican, que al igual que Miranda, otros
funcionarios sufrieron similares actos de fuerza y extorsión.

Versiones señalan que Carlos Hidalgo Villacís y Xavier
Aguirre, anteriores funcionarios aduaneros, fueron también
secuestrados aunque ellos no presentaron ninguna denuncia
pública.

El jueves de la semana pasada también cayó como víctima Sergio
Marzo, del APRE, y ex director del Registro Civil. Marzo, sin
embargo, no admitió haber sido extorsionado. "Fue por motivos
políticos", declaró.


La fuerza de choque: unos buenos chicos

Víctor Sergio Miranda Estrada, 44 años, es conocido en filas
del PRE como alguien muy cercano a "Los Pepudos". Este grupo
de militantes roldosistas nació en la Alcaldía de Abdalá
Bucaram allá por 1984, y sus integrantes se caracterizan
por ser de una instrucción académica baja, clase social pobre,
algunos han sido deportistas en su juventud, pero todos
guardan una lealtad incondicional a los líderes roldosistas,
de los cuales eran sus inseparables guardaespaldas.

Así se convirtieron en la "fuerza de choque del PRE", y casi
todos han ocupado un cargo público en las administraciones
roldosistas.

De los pepudos se han escuchado muchas cosas a lo largo de los
años. Sin embargo, a la faz pública es prácticamente la
primera vez que aparecen y con una disputa aparentemente
interna con uno de sus supuestos integrantes, Víctor Miranda
Estrada.

Actualmente se calcula que serán unos treinta, de los que
cuatro están en prisión. Se sabe que Cobos Acosta, Segovia
Meza y Mercado Mina eran funcionarios de PETROECUADOR en
Quito, con sueldos de alrededor de cuatro millones de sucres
mensuales.

Además los rumores de que Los Pepudos tendrían mucha
influencia en la adjudicación de las villas del plan "Un solo
toque", se ratifican con la denuncia por estafa presentada en
contra de Luis Segovia Meza en el Juzgado Cuarto de lo Penal.

El acusador es Genaro Villafuerte, quien asegura haber
entregado a Segovia un millón y medio de sucres para que
1/4mueva sus influencias1/4 y lo haga adjudicatario de una villa.

Cuando se publicaron las listas de beneficiados, Villafuerte
no apareció en ellas. Como él existen muchas personas, que por
temor a represalias, no presentan sus denuncias.

Perjuicio millonario en las Aduanas de Guayaquil

La Zona de Carga Aérea de las Aduanas del aeropuerto de
Guayaquil es una dependencia anexa al Distrito Aduanero de
Guayaquil, que ha pasado más bien desapercibida en todo el
escándalo aduanero que se desató en el país.

Pero podría ser el botón que basta para la muestra. En los
pocos días que lleva al frente la nueva administración, las
recaudaciones en la Zona de Carga Aérea tienen un promedio
diario de 500 millones de sucres. En la administración de
Miranda, tal promedio diario sólo bordeaba los 300 millones.
Existen 200 millones de sucres diarios de diferencia de
recaudación entre las dos administraciones. Tal diferencia de
dinero podría ser la respuesta a muchas interrogantes surgidas
en torno de Víctor Miranda.

"Durante mi administración en esa dependencia se recaudaban
seis mil millones de sucres mensuales", dice el Jorge Zavala
Egas, Subsecretario de Aduanas durante el gobierno del
Presidente Durán Ballén. "En el período posterior dichas
recaudaciones cayeron a cuatro mil millones mensuales",
agrega. Otras versiones señalan que de esos cuatro mil
millones que se recaudaban, tan solo el 30 por ciento ingresó
al fisco. El 70 por ciento restante pasaba a formar lo que se
llamó "la bola", que se repartía entre varias personas.

La Zona de Carga Aérea se encarga de recibir la mercadería
proveniente del exterior en los vuelos que llegan al
aeropuerto Simón Bolívar, su aforo y verificación, y posterior
salida luego de pagar sus impuestos. La administración de
Zavala Egas encargó todo este trabajo a la empresa privada
EMSA y a verificadoras como la SGS. La medida, según los
propios interesados, fue positiva y las actividades se
desarrollaron con mucha eficiencia.

Al llegar Carlos Hidalgo Villacís, esta forma de trabajar se
suspendió.

Ingresaron a la Zona de Carga Aérea más de veinte personas
afiliadas al PRE sin ningún conocimiento técnico aduanero. En
tales circunstancias, llegó como Sub Administrador de la Zona
de Carga Aérea, el señor Víctor Miranda Estrada. El resultado,
según el Dr. Gustavo Villacís, actual Sub Administrador
encargado en reemplazo de Miranda, fue "que esto se convirtió
en un mercado".

Los del PRE no volvieron

Al contrario de lo que ocurre en otras dependencias estatales,
apenas se posesionó el nuevo gobierno de Fabián Alarcón,
ningún empleado del PRE volvió a su trabajo. En reemplazo de
Víctor Miranda fue nombrado provisionalmente el Dr. Gustavo
Villacís, empleado portuario con nueve años de carrera.
Villacís descarta que éste sea un puesto con cuyo sueldo una
persona se pueda enriquecer. Pero reconoce que si no se actúa
con honestidad se lo podría conseguir en pocos meses, pues con
la sola firma de este funcionario, la mercadería puede salir.

Villacís no descarta la corrupción en esta Zona. El problema
radica en que nadie denuncia, porque ambas partes se ven
beneficiadas: tanto el que paga, porque paga menos de lo que
por ley debe pagar, y el funcionario, porque todo lo que
recibe no lo ingresa a las cuentas fiscales.

El cantante de los pobres

Licenciado en Ciencias Sociales, sin empleo formal conocido,
Víctor Miranda cobró fama al componer el himno roldosista "La
Fuerza de los Pobres", con cuya fuerza, difundida por la
televisión, Abdalá conquistó audiencias.

Aunque no consta como artista reconocido en los registros de
la Sociedad de Autores y Compositores Ecuatorianos, SAYCE,
Miranda se transformó en un cantante popular. Compuso también
una versión ridiculizada de la canción social-cristiana
"Guayaquil Vive por Ti", que Miranda tituló "Guayaquil Robo
por Ti" y en el que atacaba al alcalde León Febres Cordero.

En realidad su empleo más fijo, durante estos últimos diez
años, fue la de estar presente en los mítines de Bucaram,
interpretando sus canciones. En las tres campañas electorales
de Abdalá, Miranda lo acompañó a su lado en la tarima. Los que
lo conocen, sin embargo, lo consideraron siempre "una persona
pobre".

Por ejemplo, en el Registro de la Propiedad del cantón
Guayaquil no existe ningún bien inmueble inscrito a su nombre.

Las Aduanas fueron su recompensa

Cuando por fin los roldosistas llegaron al poder, Miranda fue
recompensado con el cargo de Sub Administrador de la Zona de
Carga Aérea de las Aduanas del aeropuerto de Guayaquil, pese a
no tener ningún conocimiento sobre esta función. Si bien su
situación laboral mejoró al obtener un empleo fijo, su salario
no llegaba al millón de sucres mensuales.

Con todo, su situación económica mejoró ostensiblemente.

Según sus vecinos recientemente adquirió un auto último
modelo, pero un indicio de su reciente capacidad económica se
encuentra en la cantidad que su mujer pagó a los
secuestradores: 350 millones de sucres, en efectivo.

Quizás su condición de nuevo rico se hubiera mantenido en el
anonimato si Miranda no hubiera incurrido en el error de
denunciar el hecho a las autoridades, despertando de esa
manera la curiosidad de la prensa sobre el origen de su
fortuna.

Pero mientras la Policía hacía las investigaciones, Miranda
voló a Miami. La jueza décimo cuarta no puede iniciar ni
siquiera el autocabeza de proceso porque la Policía no entrega
aún su informe. (DIARIO HOY) (P. 6-A y 7-A)


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