Quito. 10.04.95. La última quincena de marzo un enviado especial
de la diplomacia norteamericana, el embajador Luigi R. Einaudi
llegó a Quito para entrevistarse con el presidente Sixto
Durán-Ballén.
Representante del secretario de Estado norteamericano, Warren
Christopher, el Dr. Einaudi jugó un papel importantÃsimo en las
negociaciones de cese del fuego firmadas entre Ecuador y Perú en
Brasilia, y al parecer su misión no ha terminado.
Aunque el tema de sus conversaciones con Durán Ballén no
trascendió a la prensa, se sabe que Einaudi habrÃa recibido un
encargo muy concreto del Departamento de Estado: lograr una
solución definitiva al problema fronterizo entre Ecuador y Perú.
Al parecer, tanto Washington, como Brasilia, Buenos Aires y
Santiago están hartos del conflicto en la frontera ecuatoriano-
peruana y habrÃan decidido forzar una solución basada en el
artÃculo 9 del Protocolo de RÃo de Janeiro, que establece que
"las partes podrán otorgarse las concesiones recÃprocas que
consideren convenientes, a fin de ajustar la lÃnea de lÃmites a
la realidad geográfica ".
El determinar cuáles son esas "concesiones recÃprocas" que ambos
paÃses estarÃan dispuestos a hacer, es parte fundamental de la
misión de Einaudi, quien al parecer está actuando en estrecha
coordinación con la CancillerÃa de Brasilia: una semana después
de su la visita, Durán Ballén recibió al Embajador Julio César
Gomes dos Santos, un asesor especial del presidente Fernando
Henrique Cardoso.
¿QUIEN ES EINAUDl?
En Quito, Einaudi se entrevistó también con el ministro de
Defensa, José Gallardo, el Canciller Galo Leoro, el presidente del
Congreso, Heinz Moeller, y además con lÃderes de opinión,
académicos e, incluso, hombres de negocios.
Luego viajó a Lima, donde su primera cita era con el
vicecanciller peruano Eduardo Ponce Vivanco. Descrito como el
verdadero "arquitecto" del Acuerdo de Paz de Itamaraty, Einaudi,
de 59 años y doctorado en Harvard, es un académico con una vasta
experiencia en América Latina y conoce ampliamente las realidades
de Ecuador y Perú.
Aparentemente, el nombre de Einaudi entra en escena a causa de
las serias crÃticas al tratamiento que el Departamento de Estado
estaba dando al conflicto.
Una en especial, la del ex embajador en Quito, Richard Holwill
(publicada en Vistazo) causó un serio malestar y "habrÃa
contribuido al nombramiento de Einaudi sobre Watson como
negociador", según fuentes cercanas a la diplomacia
norteamericana.
Alexander Watson, que en su calidad de subsecretario de Estado
para América Latina, se encontraba en Brasilia negociando un acuerdo de
cese al fuego, fue reemplazado por Einaudi, quien finalmente suscribió el
acuerdo.
En años anteriores, Einaudi trabajó para la Corporación Rand, un
centro de investigaciones que labora con el Consejo de Seguridad
Nacional y la Fuerza Aérea de los Estados Unidos.
En 1974 ingresó al Departamento de Estado, donde fue miembro del
personal que trabajaba con Henry Kissinger, para después ser
director de Planificación de PolÃticas del Buró de Asuntos
Interamericanos del Departamento de Estado.
De 1989 a 1993 fue representante permanente de los Estados Unidos
ante la Organización de Estados Americanos. Fue en esa época
cuando tuvo contacto por primera vez con el presidente Alberto
Fujimori, condenado por la opinión pública internacional a raÃz
del golpe de Estado de abril de 1992.
Hombre más práctico que apegado a los tecnicismos legales,
Einaudi desplegó sus mejores esfuerzos en la reunión de
Cancilleres de la OEA, celebrada en Nassau en mayo de ese año,
para darle una salida honrosa a Fujimori. El plan diseñado en esa
ocasión permitió que Fujimori convoque a una constituyente que
ahora permite su reelección.
Hasta antes de su misión especial, era asesor de alto nivel de la
Oficina de Planificación de PolÃticas de la SecretarÃa de Estado
con enfoque en el Hemisferio Occidental, Europa del sur y asuntos
multilaterales.
CONCESIONES RECIPROCAS
En todo caso, es obvio que la posición norteamericana respecto al
conflicto con el Perú ha variado notablemente.
El año pasado, el Embajador Peter Romero se atrevió a decir que
debÃamos olvidarnos de nuestras derechos amazónicos, porque el
Perú tiene unas Fuerzas Armadas más numerosas y más equipadas",
dice el general (r) René Vargas Pnzzos, que fuera Jefe del
Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas ecuatorianas en los años
posteriores al conflicto de Paquisha.
"Los últimos hechos", agrega, "han demostrado sin embargo que no
tienen la eficiencia como para podernos barrer, y esto les hace
también pensara los americanos que hay que buscar una solución
por otros caminos".
La nueva visión del Departamento de Estado sobre el problema con
Perú fue expuesta el 7 de febrero último por el subsecretario de
Estado, Alexander Watson, en una declaración en Washington en la
que afirmó su comprensión por la posición del Ecuador que, dijo,
"perdió gran parte de su territorio en la guerra de 1941", hecho,
este último reiteradamente negado por Perú.
Según la revista peruana Caretas, "es altamente probable, según
las indiscreciones diplomáticas de los últimos dÃas, que los
paÃses garantes del Protocolo no sólo hayan urgido a los paÃses
beligerantes para que se allanen a una fórmula definitiva sino
que, incluso, le hayan dicho al Perú que si Ecuador aceptó la
vigencia del Protocolo, Perú debÃa ceder también en algo ".
Aunque las reuniones de Einaudi, tanto en Quito como en Lima, se
realizaron en la más estricta reserva, se dice que el diplomático
llevaba en su portafolio su propia propuesta de solución al
diferendo.
Trascendió, sin embargo, que Einaudi habrÃa limitado sus
gestiones en esta ocasión a tantear el terreno, escuchando las
posiciones de los diferentes sectores.
Las cosas no han sido fáciles. En Perú, por ejemplo, una reunión
en conjunto con los candidatos presidenciales fracasó porque
Pérez de Cuéllar le hizo saber que podÃa recibirlo en su casa,
pero no acudir a la embajada de Estados Unidos.
¿QUE PASO?
A más de las negativas del segundo más importante candidato a la
presidencia del Perú, los principales obstáculos al avance de la
misión de Einaudi están en el plano militar.
En estos momentos dicha misión parece haber quedado congelada, en
parte debido a lo difÃcil de la situación militar.
"El problema es que el proceso de separación de fuerzas ha sido
sumamente lento ", dice el general (r) Richeliú Levoyer.
Ello se deberÃa a que los norteamericanos consideran que la zona
es insegura.
"Como ellos tienen leyes tan rÃgidas, piden permiso para todo
movimiento a su base en Panamá, y hasta a su Congreso" dice una
fuente de la CancillerÃa.
"Esto provoca demoras porque ellos son los dueños de los 4
helicópteros Halcón Negro que están al servicio de los
observadores".
Los paÃses garantes no quieren arriesgar la vida de sus soldados,
y si algo sucede, ellos se retirarÃan.
En todo caso, Einaudi ha señalado que el aspecto positivo
inmediato es que difÃcilmente se retornará a una situación de
enfrentamiento bélico.
Aunque su misión es de plazo indefinido, en medios diplomáticos
se dice que el encargo de Einaudi es, en principio, por un
perÃodo de tres años, lo que revela que el Departamento de Estado
considera que el proceso de negociación será largo. (Tomado de La
Revista Vistazo N§ 663) (P 8-9)
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Publicado el 04/Octubre/1995 | 00:00