En Pascuas, política y filantropía son sinónimos. Así, el ambiente navideño de 2004 hizo que la clase política hiciera aparecer juguetes por todo lado. Los aguinaldos más sonados fueron los del presidente Gutiérrez. Y no por lo festivo sino por la polémica, pues se dijo que los regalos fueron dados por empresarios privados, cuyos nombres son un misterio. Eso porque el propio Gobierno mantiene el tema en secreto.

¿Juguetes que salen de la nada?

Solo una empresaria aparece como uno de los aportantes voluntarios de los obsequios entregados por el mandatario. Bolívar González gastó $1 millón de su bolsillo, dice, en actos ajenos a los del Ministerio

El domingo 19 de diciembre de 2004, las expectativas de los organizadores del agasajo navideño en la Presidencia se desbordaron. Los 500 cupos previstos fueron superados por cientos de personas que se agolparon en el Palacio de Gobierno al enterarse de la entrega de aguinaldos a la ‘gente pobre’. La fiesta infantil, por poco, se convierte en tragedia por el desorden. Hubo varios golpeados.
Pero el ajetreo que provocó la desesperación de niños, adolescentes y adultos fue poco comparado con el momento de las explicaciones. Los funcionarios presidenciales señalaron que la organización estuvo a cargo del capellán Ricardo Chamorro y de Marcia Campos, representante de la empresa de animación La Fiesta Mágica, que supuestamente había entregado aquellos juguetes. No se dieron más explicaciones y la entrega quedó como otro aporte de empresarios privados benefactores, por la palabra del propio presidente.
Chamorro, padre mercedario, aclaró que su participación tan solo se limitó a conseguir a la gente de los barrios pobres (alrededor de unas 500 personas) y que no tenía nada que ver con el origen de los regalos. Campos confirmó que la entrega fue suya, pero evitó entrar en detalles de si ese fue el único aporte a la Presidencia o si hubo otros.
Y es que la entrega de los juguetes de Lucio Gutiérrez se mantiene bajo cuatro llaves en Palacio. Desde el pasado 27 de diciembre, BLANCO Y NEGRO intenta un diálogo con el secretario de la Presidencia, Carlos Pólit, para que explique el sentido que tiene para la Primera Magistratura la entrega de los juguetes. Pese a la insistencia, su asistente ha señalado que ha estado "muy ocupado" atendiendo reuniones. Tampoco ha respondido a un mensaje en su celular. Y mientras faltan las explicaciones, se mantiene la incógnita de si los donativos han ido acompañados de sus respectivos soportes. Por último, no hay autorización para la entrega de fotos de los agasajos realizados por el primer mandatario.
BLANCO Y NEGRO indagó sobre los aguinaldos ofrecidos por el primer mandatario, en algunos puntos del país, desde el 19 de diciembre. Entre las realizadas en Colta, Zambiza y en Palacio, se calcula 2 000 mil entregas de juguetes, aunque ese volumen es mínimo comparado con el total de entregas, según una fuente de Gobierno.
Así, el capellán afirma que mucha gente que no pudo obtener su regalo el día del aguinaldo en Carondelet, fue atendida en otra ocasión, pues se elaboró una lista de rezagados.
La entrega de regalos también pasa por los costos. En un sondeo realizado entre varias tiendas especializadas, se pudo tener un promedio de los precios de juguetes similares a los que se entregaron por parte de la Presidencia. Un tanque de guerra, como los distribuidos en Colta, tiene un costo de $60. A precio de costo, $30. Lo que quiere decir que los juguetes entregados el 19 de diciembre pudieron significar un aporte de $15 mil, sin contar los gastos del acto.
Aunque ese monto podría cuadruplicarse por las otras entregas, resulta mínimo comparado con los obsequios dados, "a título personal", por Bolívar González, el subsecretario de Desarrollo Institucional del Ministerio de Bienestar Social, a quien se considera como el artífice de la acción de promoción del régimen.
Su entrega de juguetes fue a escala nacional y se estima en un millón de presentes entregados en actividades realizadas desde antes de diciembre, lo que, a groso modo, por la calidad de los regalos (promedio de $1), se estaría hablando de gastos por $ 1 millón.
González no lo niega y afirma que todo salió de su bolsillo, por lo cual incluso ha tenido problemas con su esposa, quien le exige el cuidado del patrimonio familiar.
Extraoficialmente, se conoció que hubo unos 30 mil pedidos ante este Ministerio. González tampoco lo niega, pero aclara que ninguna entrega se ejecutó con la logística de esa Cartera. El funcionario afronta al momento una indagación fiscal por haber usado el garaje del ministerio durante una de las marchas indígenas a favor del régimen.
Con todo, el funcionario asegura que no le mueve ningún interés y que, de paso, no es candidato a nada.
La filantropía navideña también ha movilizado al diputado Gilmar Gutiérrez, hermano del presidente, que repartió juguetes en varios centros escolares y comunidades de la provincia de Napo: carros y muñecas de un costo aproximado de $3 por unidad, y caramelos. (LB)

Andamiaje estatal en agasajo

"Un aporte de empresarios". Así lo aseguró el mandatario sobre el orígen de los regalos. No obstante, el desplazamiento de él y de los obsequios para concretar esa colaboración se realizó en transporte de FFAA

La mañana del 24 de diciembre, en Majipamba, los habitantes del poblado, ubicado junto a la Laguna de Colta (Chimborazo), esperaban con expectativa al presidente Lucio Gutiérrez, quien un día antes había anunciado su visita, "para compartir la Navidad con los más pobres".
Radio Colta anunció la llegada de Gutiérrez, cargado de juguetes. A las 09:30, militares y policías empezaron a llegar al lugar, al igual que los dirigentes indígenas, casi todos evangélicos. Al primer mandatario, llegar a Colta era como ir a casa. Ahí fue reelegido el alcalde Pedro Curichumbi, con una coalición liderada por SP. Y es la "mata" de la Feine, la organización de indios evangélicos.
A las 11:00, un camión del Ejército llegó cargado de cartones. "Son los juguetes que trae el presidente", comentaban los indígenas, quienes se encargaron de levantar una carpa. Pasado el mediodía, Lucio Gutiérrez llegó a Majipamba en un helicóptero. Aterrizó a un costado de la laguna de Colta. Antes había estado en Huachi Chico (Tungurahua), entregando cheques y juguetes.
Luego de los discursos políticos, empezó la repartición. "Son donaciones de empresarios, porque hay que reconocer que también hay empresarios honestos", dijo Gutiérrez.
El primer niño en recibir una réplica de un vehículo militar fue José Valente Morocho. "Toma este carro con soldaditos para que hagan justicia", dijo el presidente, mientras otros niños se agolpaban a la tarima y su desesperación provocó el desorden.
Gutiérrez regaló, ese día, réplicas de tanques de guerra, camiones y aviones militares. Eso, a despecho del Patronato Municipal San Pedro de Riobamba, que, a inicio de mes, inició una campaña para intercambiar juguetes bélicos por no violentos. Según Juanita Mera, presidenta de la entidad, hubo una excelente respuesta. "El objetivo era que fomentemos la paz y no la guerra".
Luis Terán, director del Patronato, cuestionó que se regalen juguetes ajenos, además que tengan un mensaje violento: "Los niños jugarán a matarse y aprenderán que los conflictos se resuelven con las armas".
Terán, a su modo, justificó la actitud del presidente por su condición de militar. (JP)

UN DECRETO QUE SE APLICA ANTES DE SU PUBLICACION

Papa Noel también llegó para hijos de militares

El 23 de diciembre de 2004, el presidente Lucio Gutiérrez firmó un decreto ejecutivo con el cual se autorizó al Ministerio de Defensa la suscripción del contrato con la empresa Dinecomisc para la adquisición de 36 250 juguetes para el agasajo de los hijos menores de 12 años del personal militar y civil de la Fuerza Terrestre. El monto previsto fue de $1 289 000.
El decreto es consecuencia del acuerdo ministerial 052 del 15 de octubre de 2004, con el cual se exoneró de los requisitos precontractuales y contractuales al proceso de compra. La obligatoriedad de esta autorización la establece el literal K del art. 6 de la Ley de Contratación Pública.
El decreto presidencial señala que ese instrumento entrará en vigencia a partir de su publicación en el Registro Oficial (RO). El decreto fue publicado en el RO con el número 495, el 3 de enero de 2005.
Según la versión de militares activos, el agasajo navideño a los hijos de los uniformados y de los empleados civiles se realizó el 22 y 23 de diciembre de 2004. Es decir, antes de que rigiera la autorización de la compra. (LB)

El populismo tiene su propia faceta navideña

Las cuentas de la recaudación del show presidencial de 1996 no cuadraron. Los juguetes y caramelos fueron transportados por militares y repartidos por el PRE

El 15 de diciembre de 1996, el ex presidente Abdalá Bucaram animó, como en tiempos de campaña, la teletón. Sus íntimos colaboradores Alfredo Adum y Roberto Isaías ofrecieron 1 200 millones de sucres; Álvaro Noboa, 520 millones; Eduardo Azar, 600 millones; Fernanda Peñafiel, 200 millones; Mario Minuche, 300 millones y Vicente Estrada, desde 60 millones hasta 320 millones. Antes de bailar con la modelo Jessenia Mendoza, en el clímax del show, Bucaram anunció que los ministros autorizaban el descuento de mediodía de sueldo de los empleados públicos, algo así como 5 000 millones de sucres más.
De esa forma reseñó BLANCO Y NEGRO, en enero de 1997, el acto organizado por el ex presidente y que iba a financiar la llamada "Navidad de los pobres", que constituyó otro escándalo más del bucaramato, pues no cuadraron las cuentas de lo recaudado ni se entregaron los juguetes en la cantidad ofrecida.
Para muchos, el descuento del mediodía de sueldo a los burócratas fue una arbitrariedad. Todo era más complejo, por cuanto las FFAA y otras instituciones estatales movieron su engranaje por varios días para una iniciativa privada.
A fines de diciembre de 1996 se comprobó que, en más de una provincia, las fundas, que fueron trasladadas por militares en camiones de las FFAA, fueron repartidas por diputados y militantes del PRE.
Al cerrar la teletón, Bucaram anunció la recaudación: más de 17 000 millones de sucres; en efectivo, 16 298 124 600 de sucres, el resto en bienes. Al otro día, dijo que se beneficiaría a 600 mil niños y que daría 300 mil fundas de 35 mil sucres cada una. En total, 11 000 500 millones de sucres. Según el presidente, los 7 000 u 8 000 restantes eran para cenas navideñas. Al 3 de enero de 1997, se ofreció una cena a solo 200 niños, gratis, pues las hamburguesas fueron donadas. (LB)

El aguinaldo de Elsa Bucaram

"El tobogán de la muerte"

Uno de los momentos más dramáticos en la Alcaldía de Guayaquil se vivió en las navidades de 1991, durante la administración de la roldosista Elsa Bucaram.
El ambiente de fiesta que vivía una muchedumbre de habitantes de los barrios marginales, por los números artísticos, se transformó en un infierno, cuando, en medio de la euforia colectiva, la alcaldesa empezó a lanzar juguetes por el "tobogán navideño", una estructura que se había construido supuestamente para la entrega masiva de juguetes. Mientras Bucaram se divertía en lo alto del Municipio, dos niños murieron aplastados en la calle. (LB)

PUNTO DE VISTA

¿Un Papá Noel sin credenciales?

No hay explicación. Cada funcionario consultado, parecería, tiene la misma disposición: todo fue una donación de la empresa privada. ¿De cuál? ¿Cuánto? ¿Por qué?
A esas preguntas no hay respuestas. Y, lógico, las dudas se desbordan. Es que solo hay una cuestión clave por responder: ¿por qué el presidente del Ecuador, usando la infraestructura estatal, entrega relagos de Navidad, que supuestamente le proveen los empresarios, al punto que pudo provocar una desgracia en Carondelet por la desorganización y alboroto que produjo un acto desorganizado?
El primer dignatario de la Nación no puede ocultar de dónde recibe los regalos, porque no tendría la autoridad de demandar a sus subordinados lo mismo cuando de coimas, chantajes o prebendas se llenen "ejerciendo" su oficio.
Esto es un asunto de transparencia para garantizar confianza y responsabilidades colectivas.
De otro lado, entregar a un grupo de niños un paquete en Navidad reafirma el carácter asistencialista de gobernar. Si el presidente quiere actuar con visión histórica, debería estimular a todo el país a preocuparse por los pobres, empezando por sus ministerios y entidades estatales.
Otra pregunta que queda flotando en este informe: ¿por qué motivos políticos el subsecretario de Bienestar Social, Bolívar González, se gasta $1 millón, de su bolsillo, en regalos y tiene que hacerlo público en nombre de la dependencia para la que trabaja? (OP) (Blanco y Negro)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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