Alejandro, de 18 años, vive en Cumbayá y recibe $5 diarios de sus papás entre semana, pero su mesada aumenta a $10 los sábados y domingos. El forma parte del grupo de adolescentes ecuatorianos que manejan en conjunto un promedio de $29,2 millones al mes.
Según el reporte microeconómico Pulso Ecuador, el 54,7% de los padres en las 15 principales ciudades del paÃs asigna dinero para gastos personales a sus hijos, la proporción es más alta en la clase A, de mayores ingresos, donde el 72,1% de los papás da âplata de bolsilloâ a sus retoños menores de 24 años.
Esto convierte a los jóvenes en una fuerza de consumo importante, que dirije su poder adquisitivo hacia las industrias de ropa, transporte, telefonÃa, entretenimiento, cuidado personal y alimentación.
Además de la mesada, Alejandro recibió una tarjeta de crédito con la que paga sus farras, la gasolina para su camioneta y su ropa. Una vez por semana invita a sus amigos a cenar, todo por cuenta de papá.
Mauricio Orbe, técnico de Pulso Ecuador, explica que la mayor parte del dinero que reciben los adolescentes clase A se va en gastos corrientes (27,2%), por los que se entienden ropa, accesorios, invitaciones a los amigos y una porción para el ahorro.
Entre los chicos clase B, cuyos padres tienen ingresos medianos, la mayor parte de los gastos está representada por transporte y movilización, al igual que en el segmento C, de ingresos bajos. Esto se explica porque muchos no usan el transporte escolar y van a sus colegios en bus o en taxi.
âLos muchachos de clase media prefieren ir en bus público porque piensan que transportarse en el del colegio es para niños. Quieren sentirse más independientes. Otros estudian en colegios sin bus, generalmente en el caso de los hijos de familias de menores ingresosâ, dice Orbe.
El 61,3% de los padres de clase media da mesadas a sus hijos, mientras que en las familias de menores ingresos la proporción es del 40,6%.
Los chicos de las clases B y C gastan más en alimentación, 25,3% y 23,5% de sus mesadas, respectivamente, mientras que los de clase A destinan más al entretenimiento y los teléfonos celulares (22,1%).
A Ana LucÃa, de 14 años, su papá le regala una tarjeta prepago para celular de $10 cada mes, además gasta otra adicional de $2 cada dos dÃas. En cuatro semanas puede consumir hasta $70 solo en celular.
Después de mirar las estadÃsticas, Marcelo Orbe asegura que los jóvenes saben utilizar bien su dinero. âLos gastos de transporte y alimentación son estables entre las clases B y C. Eso muestra que no piensan solamente en ir de farraâ, dice.
Daniela es un ejemplo de ahorro: juntó durante un año $25 semanales de sus mesadas y trabajó con su mamá en la empresa familiar. Con lo que logró juntar, cumplió su sueño de irse a Bélgica, en donde trabaja para mantenerse al tiempo que estudia francés.
âA los hijos hay que darles la caña y no el pescado, porque vivimos en un mundo muy competitivo. Hay que enseñarles a trabajar para que el dinero que les llega sea bien ganadoâ, recomienda Pablo Villavicencio, de 22 años, que recibe de su papá $200 al mes. (CB-MT)
La vida es bella
Gel, hamburguesas, tabacos y gasolina
Pablo Villavicencio, de 22 años, quiteño y estudiante de Derecho de la UDLA, recibe $200. Sus gastos son varios, pero los tres productos que le representan mayores egresos son el gel, que no puede faltarle ni un dÃa y en el que gasta $20 al mes, los cigarrillos para los que pide $28 y la gasolina de su auto, que le sale a su papá por $40. Pablo come en Burguer King por lo menos dos veces a la semana, lo que le representa un gasto de $50 al mes, además invierte cerca de $20 en CD de música entre originales y piratas, y gasta $12 en juegos. (CB)
Cine, maquillaje, bisuterÃa y farra
Ana Recalde, de 19 años y estudiante de Belleza en Lendan en Quito, recibe $25 a la semana, más $40 los sábados y domingos. Además, sus papás le regalan $60 mensuales para ropa. La mayor parte de su dinero lo gasta en entretenimiento, especialmente en boletos de cine. "Me puede faltar todo, menos mi maquillaje y la bisuterÃa", dice.
Para las emergencias, sus padres le dieron una tarjeta Diners, pero la usa para pagar sus incursiones en los McDonald´s de Cinemark o del Centro Comercial Iñaquito.
Los $40 de mesada de fin de semana le sirven para ir a farrear a "buenos sitios". (VE)
Colación, ahorro, celular y caprichos
Emma Pólit, de 17 años, estudiante del MarÃa Auxiliadora de Guayaquil, asegura que es ahorrativa, y que invierte muy bien los $30 que recibe mensualmente de sus padres para la colación del colegio. "Me aseguro de comprar los alimentos en el comisariato y de llevarlos preparados al colegio. En eso aproximadamente gasto $20 y el resto lo invierto en una tarjeta prepago para mi celular", dice. Además de recibir la mesada ordinaria que le dan sus papás, cuenta con $10 adicionales para cualquier "capricho extra", como el cine, un regalo de cumpleaños o su maquillaje. (NMCH)
Estirando el dólar diario para comprar juegos
Andrés López, de 14 años, estudiante del colegio Vicente Rocafuerte, dice no recibir dinero mensual de sus papás, pero sà $1 diario. "Es una manera de controlar el gasto. Saben que soy un poco despilfarrador", admite con algo de vergüenza. Los fines de semana no le dan mesada extra.
¿En qué invierte su dólar diario? "En juegos de video, en discos compactos, en las entradas para el cine y en las salidas con mis amigos. Se gasta bastante, especialmente en taxis".
En cuestión de ropa Andrés dice que su madre se encarga de dotarlo cuando la situación lo amerita. (NMCH)
Una maestrÃa de Derecho en España
MarÃa Cecilia Alvarado, de 22 años, es directora de Estudiantes de la Universidad del Azuay, paga letras de $300 mensualmente por su carro. Aunque para ella la diversión es importante, también ahorra su mesada y lo que gana trabajando en la Universidad para pagarse en el futuro una maestrÃa en Derecho Administrativo y en Derechos Humanos, cuyo costo bordea los $13 mil.
Pretende ir a España con una beca de manutención, de manera que solo pagará la colegiatura con lo que logre juntar de sus ahorros. (RMT)
Según el reporte microeconómico Pulso Ecuador, el 54,7% de los padres en las 15 principales ciudades del paÃs asigna dinero para gastos personales a sus hijos, la proporción es más alta en la clase A, de mayores ingresos, donde el 72,1% de los papás da âplata de bolsilloâ a sus retoños menores de 24 años.
Esto convierte a los jóvenes en una fuerza de consumo importante, que dirije su poder adquisitivo hacia las industrias de ropa, transporte, telefonÃa, entretenimiento, cuidado personal y alimentación.
Además de la mesada, Alejandro recibió una tarjeta de crédito con la que paga sus farras, la gasolina para su camioneta y su ropa. Una vez por semana invita a sus amigos a cenar, todo por cuenta de papá.
Mauricio Orbe, técnico de Pulso Ecuador, explica que la mayor parte del dinero que reciben los adolescentes clase A se va en gastos corrientes (27,2%), por los que se entienden ropa, accesorios, invitaciones a los amigos y una porción para el ahorro.
Entre los chicos clase B, cuyos padres tienen ingresos medianos, la mayor parte de los gastos está representada por transporte y movilización, al igual que en el segmento C, de ingresos bajos. Esto se explica porque muchos no usan el transporte escolar y van a sus colegios en bus o en taxi.
âLos muchachos de clase media prefieren ir en bus público porque piensan que transportarse en el del colegio es para niños. Quieren sentirse más independientes. Otros estudian en colegios sin bus, generalmente en el caso de los hijos de familias de menores ingresosâ, dice Orbe.
El 61,3% de los padres de clase media da mesadas a sus hijos, mientras que en las familias de menores ingresos la proporción es del 40,6%.
Los chicos de las clases B y C gastan más en alimentación, 25,3% y 23,5% de sus mesadas, respectivamente, mientras que los de clase A destinan más al entretenimiento y los teléfonos celulares (22,1%).
A Ana LucÃa, de 14 años, su papá le regala una tarjeta prepago para celular de $10 cada mes, además gasta otra adicional de $2 cada dos dÃas. En cuatro semanas puede consumir hasta $70 solo en celular.
Después de mirar las estadÃsticas, Marcelo Orbe asegura que los jóvenes saben utilizar bien su dinero. âLos gastos de transporte y alimentación son estables entre las clases B y C. Eso muestra que no piensan solamente en ir de farraâ, dice.
Daniela es un ejemplo de ahorro: juntó durante un año $25 semanales de sus mesadas y trabajó con su mamá en la empresa familiar. Con lo que logró juntar, cumplió su sueño de irse a Bélgica, en donde trabaja para mantenerse al tiempo que estudia francés.
âA los hijos hay que darles la caña y no el pescado, porque vivimos en un mundo muy competitivo. Hay que enseñarles a trabajar para que el dinero que les llega sea bien ganadoâ, recomienda Pablo Villavicencio, de 22 años, que recibe de su papá $200 al mes. (CB-MT)
La vida es bella
Gel, hamburguesas, tabacos y gasolina
Pablo Villavicencio, de 22 años, quiteño y estudiante de Derecho de la UDLA, recibe $200. Sus gastos son varios, pero los tres productos que le representan mayores egresos son el gel, que no puede faltarle ni un dÃa y en el que gasta $20 al mes, los cigarrillos para los que pide $28 y la gasolina de su auto, que le sale a su papá por $40. Pablo come en Burguer King por lo menos dos veces a la semana, lo que le representa un gasto de $50 al mes, además invierte cerca de $20 en CD de música entre originales y piratas, y gasta $12 en juegos. (CB)
Cine, maquillaje, bisuterÃa y farra
Ana Recalde, de 19 años y estudiante de Belleza en Lendan en Quito, recibe $25 a la semana, más $40 los sábados y domingos. Además, sus papás le regalan $60 mensuales para ropa. La mayor parte de su dinero lo gasta en entretenimiento, especialmente en boletos de cine. "Me puede faltar todo, menos mi maquillaje y la bisuterÃa", dice.
Para las emergencias, sus padres le dieron una tarjeta Diners, pero la usa para pagar sus incursiones en los McDonald´s de Cinemark o del Centro Comercial Iñaquito.
Los $40 de mesada de fin de semana le sirven para ir a farrear a "buenos sitios". (VE)
Colación, ahorro, celular y caprichos
Emma Pólit, de 17 años, estudiante del MarÃa Auxiliadora de Guayaquil, asegura que es ahorrativa, y que invierte muy bien los $30 que recibe mensualmente de sus padres para la colación del colegio. "Me aseguro de comprar los alimentos en el comisariato y de llevarlos preparados al colegio. En eso aproximadamente gasto $20 y el resto lo invierto en una tarjeta prepago para mi celular", dice. Además de recibir la mesada ordinaria que le dan sus papás, cuenta con $10 adicionales para cualquier "capricho extra", como el cine, un regalo de cumpleaños o su maquillaje. (NMCH)
Estirando el dólar diario para comprar juegos
Andrés López, de 14 años, estudiante del colegio Vicente Rocafuerte, dice no recibir dinero mensual de sus papás, pero sà $1 diario. "Es una manera de controlar el gasto. Saben que soy un poco despilfarrador", admite con algo de vergüenza. Los fines de semana no le dan mesada extra.
¿En qué invierte su dólar diario? "En juegos de video, en discos compactos, en las entradas para el cine y en las salidas con mis amigos. Se gasta bastante, especialmente en taxis".
En cuestión de ropa Andrés dice que su madre se encarga de dotarlo cuando la situación lo amerita. (NMCH)
Una maestrÃa de Derecho en España
MarÃa Cecilia Alvarado, de 22 años, es directora de Estudiantes de la Universidad del Azuay, paga letras de $300 mensualmente por su carro. Aunque para ella la diversión es importante, también ahorra su mesada y lo que gana trabajando en la Universidad para pagarse en el futuro una maestrÃa en Derecho Administrativo y en Derechos Humanos, cuyo costo bordea los $13 mil.
Pretende ir a España con una beca de manutención, de manera que solo pagará la colegiatura con lo que logre juntar de sus ahorros. (RMT)
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