El Grupo de Fuerzas Especiales Nº 25 de Esmeraldas trabaja con el Batallón de Infantería de Marina de San Lorenzo, el Batallón de la Marina de Esmeraldas y las autoridades provinciales. Los patrullajes son en períodos irregulares para evitar la rutina. El cuidado de la infraestructura, especialmente el oleoducto entre Esmeraldas y Quinindé, es permanente.
La provincia de Esmeraldas tiene 15 239 kilómetros cuadrados y una temperatura promedio de 25 a 30 grados centígrados; entre enero y mayo es invierno, el resto del tiempo es verano. Sus ríos principales son el Mataje, Santiago, Cayapas, Onzole, Esmeraldas y Quinindé. Esmeraldas no es solo playas, comprende una considerable extensión de comunidades, y una área selvática, montaña tupida en 4 de los 7 cantones. Cuarenta kilómetros de frontera de difícil vigilancia están bajo la responsabilidad del Batallón de Fuerzas Especiales Nº 25, y por sus cercanías con la geografía colombiana, constituyen puntos susceptibles de penetración de elementos de la guerrilla. Son muchos los pasos clandestinos y durante los patrullajes terrestres, los traficantes y contrabandistas emplean las vías fluviales; pero si el patrullaje es por el río, simplemente cambian su recorrido a las rutas localizadas en tierra firme. El militar ecuatoriano en todo el cordón fronterizo trabaja al límite de su capacida. Hay jornadas de semanas y es normal que en esas situaciones coma solamente dos veces por día; la ración que carga en su mochila es atún, galletas, un poco de pinol y la infaltable cantimplora con agua. Esta es la alimentación básica para enfrentarse a la trocha, al camino selvático.
El Plan Colombia para los esmeraldeños ha significado más presencia de colombianos en todo el país y según el propio Consulado, en la provincia de Esmeraldas hay por lo menos 800 colombianos. La cifra corresponde a los que están legalmente registrados, pero el número verdadero es mayor. El ciudadano colombiano generalmente se escabulle de las patrullas militares. Muchas veces llegan como refugiados e invierten en la zona; por otra parte, la mano de obra colombiana es más barata que la nacional y también en los bares y restaurantes de los balnearios playeros, se aprecia la presencia de guitarristas y cantantes colombianos que se ganan unos cuantos dólares. En cualquier lugar de la frontera norte hay contrabando, amenazas internas, delincuencia, pobreza e insuficientes fuentes de trabajo. Las fronteras vivas existen, pero es arduo evitar una verdadera invasión; además, no se pueden negar los lazos familiares entre ecuatorianos y colombianos. En muchos pueblecitos, la falta de atención gubernamental es notoria. Por ejemplo, en la comunidad de El Pan (cantón San Lorenzo) hace dos años que no hay profesor. Tanto la salud como la educación son primordiales para los esmeraldeños, hay gente que todavía muere por el paludismo y la mordedura de la culebra venenosa. Los teléfonos celulares, por no ser rentable para las empresas, sirven en pocos lugares de la provincia; lo mismo sucede con la señal de los canales de televisión nacional.

Proyecto piloto de salud

El Grupo de Fuerzas Especiales Nº 25, luego de realizar algunos censos en la provincia, impulsa un proyecto de asistencia médica aprobado por la Dirección Provincial de Salud. El propósito es formar a 300 o 400 enfermeros de las diversas comunidades concentrándolos en la ciudad, alojándolos en la dependencias militares y solicitando colaboración para la alimentación. La construcción de los pequeños dispensarios de salud estará a cargo del Consejo Provincial y personeros de la Embajada de EEUU proporcionarán las medicinas y capacitación. Además, se han hecho contactos con la OCP para que colabore en la tarea.
Este proyecto comprenderá un programa de capacitación de dos semanas con talleres y servicios de primeros auxilios con la colaboración de la Cruz Roja y de enfermeros y médicos del Ejército. Madereros, ganaderos, petroleros, comerciantes -entre otros- contribuirán con algún dinero para que estos auxiliares de enfermería reciban un pequeño sueldo.
Paralelamente, la provincia de Esmeraldas, que desde hace mucho está dejando de ser verde, continúa ofreciendo al visitante sus atractivos turísticos y su gente, aquella que vive llena de necesidades en los pueblecitos más apartados de la frontera, sigue esperando que lleguen días mejores.



En Ecuador, la cosa recién está comenzando. A nosotros nos tocaron el estómago antes que a ustedes.
Sandro Ferreira González Colombiano




Comandante
Freddy Narváez


Con helicópteros, el patrullaje sería más efectivo poque desde el aire es posible detectar las
plantaciones de coca.

Lo triste es la contraparte del Ejército colombiano. Su
presencia no existe
en la frontera y con la
guerrilla nosotros no podemos negociar.

Cualquier playa es punto de embarque para las actividades ilícitas. Es imposible controlar cada paso clandestino.

Nuestra presencia es disuasiva. El empleo de la fuerza militar en este problema es el último recurso.

No solo las Fuerzas Armadas son
responsables de la seguridad del país; también el Estado, que debe dar educación, salud y asistencia
técnica en la frontera.



La Historia

Prevenir antes que reprimir

"Trabajamos con lo que tenemos. El ánimo siempre es positivo, pero faltan helicópteros para un control más efectivo. Si en un patrullaje aéreo se detectan sembríos de coca en territorio ecuatoriano, se los destruye de inmediato. Las plantaciones siempre están camufladas y es difícil descubrirlas Es imposible para el Ejército ecuatoriano estar en todos los rincones. Nariño, por citar un ejemplo, limita con Esmeraldas, Carchi y Sucumbíos. Lo triste es que no hay colaboración del Ejército colombiano, muy profesional, pero no está en la zona fronteriza para evitar el desarrollo de las grandes plantaciones ilícitas controladas por la guerrilla y los "narcos". Esa es una de las razones por las cuales los grupos ilegales (AUC, FARC, ELN) han cobrado gran fuerza; con muchos recursos económicos, están armados y equipados y tienen años de experiencia en combate de selva. Sin la intervención del Ejército colombiano, todo es infructuoso y por ende existe la posibilidad de que en nuestra geografía hayan bases de entrenamiento de la guerrilla, pasos ilegales para el narcotráfico, para precursores químicos a través de las redes fluviales. No debemos descartar que toda playa puede ser punto de embarque para el narcotráfico, armas, municiones y explosivos”, expresa el Tte. Crnel. Fredy Narváez, Comandante del Grupo de Fuerzas Especiales Nº 25.
“Nuestra presencia es disuasiva; trabajamos con la filosofía de prevenir antes que reprimir. Lo importante es la paz y tranquilidad para el desarrollo del país. La delincuencia ha afectado al turismo en esta provincia, pero no ataquemos a los efectos de un problema sino las causas; también hay que reconocer que se pueden formar grupos irregulares o que penetren ilegales. Pero no solo las Fuerzas Armadas son responsables de la seguridad del país; también interviene el Gobierno dando educación, salud, asistencia técnica, mejoremos las condiciones de vida de la gente sin reprimir, que no es la solución. El empleo de la fuerza militar en todo este problema es el último recurso y en ese caso, esa fuerza debe ser gradual. Debemos tener consciencia de país en base a la seguridad fronteriza y esa seguridad significa inversión económica. Ultimamente el presupuesto del Ejército ha sido recortado. La provincia es grande y yo me pregunto si en un año que debo permanecer aquí, alcanzaré a recorrerla”.


EN SINTESIS

Para los esmeraldeños, el Plan Colombia significa una mayor presencia de colombianos en el país. La frontera noroccidental es un punto de entrada.

La provincia de Esmeraldas tiene una extensa zona selvática, por lo menos cuatro de sus siete cantones son de geografía montañosa.

Los contrabandistas emplean las rutas terrestres y fluviales. Son innumerables los sitios de acceso que se escapan de los controles y los patrullajes.

Esmeraldas continúa siendo una provincia turística y en sus playas también se aprecia la presencia de artistas colombianos que se ganan algunos dólares.

En toda la zona no existe atención médica suficiente y la gente todavía muere a causa del paludismo y la mordedura de la culebra venenosa.

Quienes conocen a fondo la geografía esmeraldeña, aseguran que han acabado con los bosques y en pocos años más habrá sequía y erosión.
EXPLORED
en Ciudad Quito

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