Madrid. 08.06.93. Felipe González inicia un nuevo cambio en
España y en el gobernante Partido Socialista Obrero Español
(PSOE) con una cómoda mayorÃa parlamentaria, la cual alcanzó en
las elecciones de este domingo, las de mayor participación de
este paÃs.
El lÃder socialista prometió en la vÃspera "el cambio sobre el
cambio", una nueva forma de gobernar y una renovación del PSOE,
poco después de confirmarse que su partido obtuvo 159 diputados
de los 350 que se eligieron, aventajando por 18 a su mayor rival,
el derechista Partido Popular (PP).
A pesar de obtener casi un millón de votos más que en las
anteriores elecciones legislativas en 1989 y de aproximarse a los
diez millones de su histórico triunfo de 1982, por primera vez en
diez años el PSOE carecerá de la mayorÃa absoluta, cifrada en 176
escaños.
La razón de esta aparente contradicción reside en que la derecha
y el centro derecha concentraron sus votos en el PP, con la
desaparición en el parlamento del Centro Democrático y Social
(CDS), fundado por el ex presidente Adolfo Suárez.
El nuevo gobierno será designado por el parlamento, a propuesta
del rey Juan Carlos, quien antes de proponer un candidato deberá
recibir en consulta a los portavoces de todos los partidos que
hayan logrado representación parlamentaria, proceso que comenzará
el 19 de junio.
Según el vicepresidente general y coordinador de la campaña del
PSOE, Alfonso Guerra, es difÃcil que su partido opte por un
gobierno de coalición. Lo más probable es que forme gobierno
propio, quizá nombrando ministros a algunos independientes y
previa negociación de apoyos parlamentarios.
Esos apoyos puede tenerlos por su izquierda, con la coalición
Izquierda Unida (IU, basada en el partido Comunista) y por su
derecha, con los nacionalistas vascos y catalanes.
IU se convalidó como la tercera fuerza parlamentaria con 18
escaños, siguiendo Convergencia y Unión (CIU, el nacionalismo
catalán de centro derecha), con 17.
El relativo mal resultado de IU, Partido Nacionalista Vasco (PNV)
y CIU, que ganaron menos escaños de los que permitÃan calcular
todas las encuestas anteriores a la elección, otorga al PSOE una
indudable ventaja a la hora de negociar apoyos legislativos, sin
necesidad de ofrecer ministerios.
"He comprendido el mensaje del triunfo, que debe ser entendido de
impulso democrático", dijo González y se manifestó dispuesto a
coordinar un esfuerzo de diálogo con los interlocutores sociales,
económicos y parlamentarios.
Con esa frase el dirigente socialista respondió a las crÃticas
más generalizadas a sus diez años de gobierno, las que le
reprochan haber gobernado con soberbia, escaso diálogo,
tecnicismo y un abandono de su tradicional buena relación con los
sindicatos de trabajadores.
El nuevo gobierno socialista contará con cuatro o cinco mujeres,
en vez de las dos actuales y uno o dos independientes,
manteniendo asà la tónica iniciada en estas elecciones, en las
que incluyó destacados independientes en puestos preferentes de
sus listas de candidatos.
Una vez constituido el nuevo gobierno, en un plazo máximo de dos
meses a contar del 29 de junio, la atención socialista se
centrará en su Congreso general ordinario, que será convocado
para fines de 1993 o principios de 1994.
Si bien la participación de González ha sido decisiva para lograr
el triunfo, el cuarto consecutivo y caso único en la historia
europea, en la pugna interna de su partido también aparece muy
fortalecido Alfonso Guerra, distanciado del lÃder socialista en
los últimos años.
Guerra, aunque coordinó toda la campaña electoral de su partido,
concentró su actividad personal en AndalucÃa y Extremadura, dos
regiones en las que el PSOE obtuvo más del 50 por ciento de los
votos.
La diferencia de escaños con el PP en AndalucÃa, 18, es
equivalente a la que separa a ambos partidos en toda España.
El proceso interno que cobrará fuerza en el PSOE, según
personalidades de sus diversas corrientes, deberá culminar en un
reacomodo de fuerzas y, sobre todo, en una regeneración capaz de
dar un nuevo impulso al proceso democrático español y a las ideas
socialistas. El cambio sobre el cambio prometido por González
deberÃa tener asà unos alcances que superen a la mera
constitución de un nuevo gabinete gubernamental. (IPS)
España y en el gobernante Partido Socialista Obrero Español
(PSOE) con una cómoda mayorÃa parlamentaria, la cual alcanzó en
las elecciones de este domingo, las de mayor participación de
este paÃs.
El lÃder socialista prometió en la vÃspera "el cambio sobre el
cambio", una nueva forma de gobernar y una renovación del PSOE,
poco después de confirmarse que su partido obtuvo 159 diputados
de los 350 que se eligieron, aventajando por 18 a su mayor rival,
el derechista Partido Popular (PP).
A pesar de obtener casi un millón de votos más que en las
anteriores elecciones legislativas en 1989 y de aproximarse a los
diez millones de su histórico triunfo de 1982, por primera vez en
diez años el PSOE carecerá de la mayorÃa absoluta, cifrada en 176
escaños.
La razón de esta aparente contradicción reside en que la derecha
y el centro derecha concentraron sus votos en el PP, con la
desaparición en el parlamento del Centro Democrático y Social
(CDS), fundado por el ex presidente Adolfo Suárez.
El nuevo gobierno será designado por el parlamento, a propuesta
del rey Juan Carlos, quien antes de proponer un candidato deberá
recibir en consulta a los portavoces de todos los partidos que
hayan logrado representación parlamentaria, proceso que comenzará
el 19 de junio.
Según el vicepresidente general y coordinador de la campaña del
PSOE, Alfonso Guerra, es difÃcil que su partido opte por un
gobierno de coalición. Lo más probable es que forme gobierno
propio, quizá nombrando ministros a algunos independientes y
previa negociación de apoyos parlamentarios.
Esos apoyos puede tenerlos por su izquierda, con la coalición
Izquierda Unida (IU, basada en el partido Comunista) y por su
derecha, con los nacionalistas vascos y catalanes.
IU se convalidó como la tercera fuerza parlamentaria con 18
escaños, siguiendo Convergencia y Unión (CIU, el nacionalismo
catalán de centro derecha), con 17.
El relativo mal resultado de IU, Partido Nacionalista Vasco (PNV)
y CIU, que ganaron menos escaños de los que permitÃan calcular
todas las encuestas anteriores a la elección, otorga al PSOE una
indudable ventaja a la hora de negociar apoyos legislativos, sin
necesidad de ofrecer ministerios.
"He comprendido el mensaje del triunfo, que debe ser entendido de
impulso democrático", dijo González y se manifestó dispuesto a
coordinar un esfuerzo de diálogo con los interlocutores sociales,
económicos y parlamentarios.
Con esa frase el dirigente socialista respondió a las crÃticas
más generalizadas a sus diez años de gobierno, las que le
reprochan haber gobernado con soberbia, escaso diálogo,
tecnicismo y un abandono de su tradicional buena relación con los
sindicatos de trabajadores.
El nuevo gobierno socialista contará con cuatro o cinco mujeres,
en vez de las dos actuales y uno o dos independientes,
manteniendo asà la tónica iniciada en estas elecciones, en las
que incluyó destacados independientes en puestos preferentes de
sus listas de candidatos.
Una vez constituido el nuevo gobierno, en un plazo máximo de dos
meses a contar del 29 de junio, la atención socialista se
centrará en su Congreso general ordinario, que será convocado
para fines de 1993 o principios de 1994.
Si bien la participación de González ha sido decisiva para lograr
el triunfo, el cuarto consecutivo y caso único en la historia
europea, en la pugna interna de su partido también aparece muy
fortalecido Alfonso Guerra, distanciado del lÃder socialista en
los últimos años.
Guerra, aunque coordinó toda la campaña electoral de su partido,
concentró su actividad personal en AndalucÃa y Extremadura, dos
regiones en las que el PSOE obtuvo más del 50 por ciento de los
votos.
La diferencia de escaños con el PP en AndalucÃa, 18, es
equivalente a la que separa a ambos partidos en toda España.
El proceso interno que cobrará fuerza en el PSOE, según
personalidades de sus diversas corrientes, deberá culminar en un
reacomodo de fuerzas y, sobre todo, en una regeneración capaz de
dar un nuevo impulso al proceso democrático español y a las ideas
socialistas. El cambio sobre el cambio prometido por González
deberÃa tener asà unos alcances que superen a la mera
constitución de un nuevo gabinete gubernamental. (IPS)
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