Quito. 24.04.95. Representantes de todos los paÃses de América
Latina y de las principales redes regionales de organizaciones no
gubernamentales se encontraron en Quito, en la Reunión regional
de ONGs para el seguimiento de los acuerdos de la Cumbre Mundial
sobre Desarrollo, que culminó ayer, luego de tres dÃas de
sesiones.
HOY aprovechó la ocasión para conversar con Miguel Ceara Hatton,
director del Centro de Investigaciones Económicas para el Caribe
y presidente de la Asociación de Economistas del Caribe, y Peter
Marchetti, director del Instituto de Investigación y Desarrollo
de la Universidad Centroamericana, y de la fundación Nitlopán
(tiempo de siembra).
Los dos nos hablaron de las satisfacciones y desengaños que la
Cumbre de Copenhague les ha dejado, de los retos que deben
enfrentar ahora las ONGs, y de la importancia de lograr que los
compromisos asumidos por Latinoamérica en la Cumbre lleguen a
hacerse realidad...
HACER LA LUCHA DESDE EL INTERIOR DEL MONSTRUO
"Lo que sucedió en Copenhague es importante porque se colocó a la
pobreza como eje central de la discusión, pero los resultados no
fueron tan satisfactorios", afirma Miguel Ceara refiriéndose a la
Cumbre de Desarrollo.
Desde su punto de vista, no se podÃa esperar mucho más cuando "el
mundo se está moviendo con dos lógicas paralelas":
La de la OMC, que ha creado el marco institucional de la
globalización (homogeneización de gustos, de reglas del comercio,
eliminación de aranceles, etc) y que parte del principio de que
todo el mundo es igual.
Y la de Copenhague, que nos habla de un mundo de asimetrÃas y
desigualdad.
"Estamos viviendo entonces una dicotomÃa en la que parecerÃa ser
que la Cumbre de Copenhague no es más que un mecanismo de
compensación social. En un sistema que crea riqueza reproduciendo
la miseria hay que compensar a aquellos que están excluidos",
dice Ceara, y agrega que si no fuera asÃ, los temas de la Cumbre
Social habrÃan sido discutidos en la reunión de Marraquesh -que
dio forma a la OMC-, a fin de generar una polÃtica social
consustancial a la polÃtica económica de desarrollo.
INSERTARSE EN LAS INSTANCIAS DE PODER
Frente a esta situación, para Miguel Ceara, a las ONGs les quedan
dos opciones: marginarse de este orden, o meterse por ahà para
dar la batalla desde adentro.
"En la segunda lÃnea se inscribe esta reunión -señala,
refiriéndose al encuentro de Quito-. Tenemos que reconocer que
estamos en un escenario que no dominamos, y tratar de ver cómo
podemos navegar en esas aguas, buscar mecanismos para presionar
coordinadamente, para que lo poco que se ha logrado en la Cumbre
se cumpla realmente".
Para Ceara, las cumbres son en este contexto de globalización y
falsa igualdad "un espacio que hay que pelear". "El proceso es
dialéctico -dice-, está lleno de contradicciones: hay que saber
cómo se están moviendo los poderosos, y aprovechar las
oposiciones entre ellos, las fisuras en el poder".
"Creo que ahora hay un reconocimiento de que el papel de opositor
eterno no lleva a ningún lado -agrega-; tenemos que insertarnos
en los procesos de decisión, pero con nuestra perspectiva".
EL PAPEL DE LAS ONGS
"Las ONGs deben ser acompañantes", afirma Miguel Ceara cuando le
preguntamos cuál es, en definitiva, el papel de las ONGs.
"Nosotros acompañamos a los movimientos populares en la
elaboración de documentos, de estudios... pero no podemos
sustituir al movimiento popular, incluso por nuestra propia
condición de clase pequeño-burguesa. La decisión la tiene el
propio movimiento social", explica.
Mirando hacia el futuro, Ceara se encuentra con un miedo: en este
mundo globalizado, a las ONGs se les ha asignado un rol, ser el
instrumento de la compensación social.
"O lo aceptamos o buscamos otro rol -señala-. Tenemos que hacer
conciencia de no ser instrumentos ciegos de esa estrategia
globalizadora, y el encontrarnos como ahora lo hacemos puede
facilitar el entendimiento de ese proceso".
Ceara teme que muchas organizaciones estén trabajando con los
barrios, con los gremios... siempre con la mejor de las
voluntades, pero sin conciencia de su realidad. "A veces el
trabajo micro hace que perdamos de vista la perspectiva de lo
global: al fin y al cabo las ONGs somos las principales agentes
de la privatización de la polÃtica social. La función nuestra
como acompañantes de los movimientos sociales, es también hacer
que tomen conciencia del papel que se nos está asignando",
concluye.
DE CARA AL TIEMPO DE LAS PROPUESTAS
"El nivel de consenso entre las ONGs a nivel mundial y
latinoamericano está en ascenso, y esto hace que puedan cooperar
entre ellas, y tengan la capacidad de negociar con los gobiernos
de la región, dar seguimiento a sus compromisos e incidir en los
programas públicos de desarrollo", afirma Peter Marchetti, y
explica asà la validez de la reunión que lo trajo a Quito.
Este estado de consenso y de cooperación entre las ONGs de la
región se fue forjando, según Marchetti, en el proceso de
preparación de la próxima Cumbre de Beijing, y de la reciente
Cumbre de Copenhague, en la que "por lo menos se logró una
aceptación de los gobiernos del mundo de que tras 15 años de
ajuste, el problema de la pobreza no está resuelto, sino que está
creciendo".
Pero, si bien este reconocimiento fue importante, Marchetti
señala que las ONGs no están conformes con dos detalles de la
Cumbre:
El nivel de apertura a la participación de las ONGs en los planes
de desarrollo. En el fondo, en el marco de la Cumbre de
Copenhague no se fijaron mecanismos para esta participación, y
las de muchos gobiernos mantuvieron sus propuestas en el más
absoluto secreto hasta que llegó el momento de exponerlas.
Además, no hay garantÃas de la implementación de lo dicho en el
documento final de la Cumbre.
"Queremos participar realmente, discutir qué se va a hacer y cómo
se va a evaluar, por eso estamos aquà reunidos -dice Marchetti-.
Los gobiernos deben responder a la valoración del pueblo no solo
en el voto; parte de este derecho es que deben permitir que la
sociedad civil los evalúe en el cumplimiento de sus promesas".
EL DESARROLLO POSIBLE
En medio de estas circunstancias, Peter Marchetti está convencido
de que "ya pasó el tiempo de solo protestar" y de que el futuro
está en "las propuestas que hagan las organizaciones populares en
base a su capacidad de solucionar problemas".
"Algunos definen el desarrollo como la creencia casi inconsciente
de que puedo solucionar mis problemas con mis recursos y mi
capacidad. Si extraemos esto del plano individual y lo aplicamos
a las organizaciones populares, el desarrollo es posible, y el
papel de las ONGs aquà es organizar ese proceso y poner a su
alcance recursos financieros, tecnológicos y de
comercialización", explica.
LOS NUEVOS RETOS
Pero, para lograrlo es necesario que tanto las ONGs como los
movimientos populares vayan alcanzando mayor autonomÃa y que se
abran sus propios espacios en la sociedad.
"Es necesario que las organizaciones de la sociedad civil sean
autónomas y autosostenibles; si no utilizan sus propios recursos,
por pocos que sean, nunca van a ser autónomas. El vivir de
subsidios siempre va a disminuir su capacidad de mejorar, de
resistir y de negociar con el Estado", señala Marchetti, y agrega
que si bien la mayorÃa de ONGs seguirán dependiendo de subsidios
internacionales por algún tiempo, tarde o temprano se sostendrán
a sà mismas, como de hecho lo hacen ya alrededor de 12 grandes
ONGs en América Latina, a través de la venta de servicios o del
establecimiento de empresas que crean fuentes de empleo y
producen solo los excedentes necesarios para mantenerse.
Conforma ONGs y organizaciones populares vayan alcanzando esta
autonomÃa, se irán abriendo más espacios para que el pueblo pueda
hacer su contribución al paÃs, tanto en el plano económico como
en el cultural.
Todo este aporte, según Peter Marchetti, se está perdiendo
actualmente. "Todos los años -dice-, 500.000 millones de dólares
del sur del planeta se transfieren al norte porque aquà no hay
mercados libres. Por lo menos otros 500.000 mil millones se
pierden porque no se permite la existencia de espacios en los que
la gente desarrollo su potencial". (7B)
en
Explored
Ciudad N/D
Publicado el 24/Abril/1995 | 00:00