La Paz. 06.06.93. Dos hombres, unidos por el modelo económico
neoliberal instaurado en el paÃs en 1985 pero separados por los
enconos personales y polÃticos, focalizan las mayores
expectativas del electorado boliviano, convocado para elegir un
nuevo Presidente de la República el próximo domingo 6 de junio.
Gonzalo Sánchez de Lozada intenta por segunda vez, a sus 63 años,
convertirse en Presidente de Bolivia. La primera vez fue hace
cuatro años, cuando obtuvo la mayor cantidad de votos, pero lejos
de la mayorÃa absoluta que, según la Constitución, lo hubiera
consagrado automáticamente. En la segunda vuelta en el Congreso,
también establecida por la Constitución, fue derrotado.
Hugo Banzer, luego de haber presidido un gobierno militar entre
1971 y 1978, intenta por quinta vez realizar su sueño de ser
Presidente constitucional. En 1985 fue primero en las urnas, pero
el Congreso no lo eligió. En 1989 fue el segundo más votado. En
la definición congresal fue el artÃfice de la derrota de Sánchez
de Lozada, al apoyar con los votos de su partido al actual
presidente, Jaime Paz Zamora, que habÃa resultado tercero en el
escrutinio.
Lo paradójico del caso es que, entre 1985 y 1989, Sánchez de
Lozada fue, como ministro de Planeamiento, el artÃfice de la
aplicación del plan de ajuste económico que derrotó la
hiperinflación y estabilizó la rebelde economÃa boliviana, con el
apoyo parlamentario y polÃtico de Banzer y de su partido Acción
Democrática Nacionalista.
La confrontación comenzó a principios de 1989, cuando el
Movimiento Nacionalista Revolucionario de Sánchez de Lozada en
lugar de retribuir el apoyo de Banzer y secundar su candidatura
presidencial, prefirió desligarse de todo compromiso y cortarse
solo.
Una agresiva campaña electoral con mutuas invectivas en ese año
abrió el abismo que los fue separando en forma creciente.
Hoy, con sus 67 años a cuestas, el ex general dice que será
Presidente "ahora o nunca" y que tiene "derecho" a ello por haber
permitido "la gobernabilidad del paÃs" en los últimos ocho años.
Por su parte, Sánchez de Lozada ha manifestado claramente su
renuencia a una eventual alianza postelectoral con quien, al
menos ideológicamente, parece estar más cerca.
Según las previsiones de los expertos y de sondeos privados de
opinión, Sánchez de Lozada obtendrÃa una mayorÃa de votos de
alrededor de 30%, seguido por Banzer a escasa diferencia, por lo
que ambos tendrán que recurrir a alianzas parlamentarias para
poder llegar al poder.
Es en la perspectiva de esas eventuales alianzas que adquieren
relevancia otras dos duplas de candidatos, que siguen en la
escala de las preferencias electorales.
La primera, constituida por dos candidatos llamados "populistas",
el empresario cervecero Max Fernández, de Unidad CÃvica
Solidaridad, y el animador y propietario de televisión Carlos
Palenque, de Conciencia de Patria.
Estos dos aspirantes, también, aparecen duramente enfrentados,
disputándose palmo a palmo la misma clientela electoral y
enfrascados en una pugna que ha llegado incluso hasta los
estrados judiciales. Sus posibilidades se ubican en un rango que
va del 10 al 20%, lo que según los analistas les otorga un
virtual poder de definición en la elección del futuro Presidente,
sobre la base de las eventuales alianzas que puedan forjar.
Con mucho menos poder, pero también importante a la hora de
definir, aparece la tercera dupla de "hermanos ideológicos"
enfrentados, constituida por Antonio AranÃbar, del Movimiento
Bolivia Libre, de izquierda nacional, y Ramiro Velasco, candidato
de la Izquierda Unida, coalición que reúne al Partido Comunista y
otras agrupaciones de la izquierda tradicional boliviana.
De la combinación pragmática que pueda resultar entre estos
protagonistas de primera lÃnea, sobre la base de los resultados
del 6 de junio, y más allá de las diferencias ideológicas y los
enconos personales, surgirá la configuración del gobierno que se
instalará el 6 de agosto en Bolivia. (AFP)
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Ciudad N/D
Publicado el 06/Junio/1993 | 00:00