Es prioritario y fundamental que luego de dos años y medio de instaurada oficialmente la dolarización se asegure un manejo ordenado de la economÃa para que no se produzcan daños de inconmensurable costo social. Los ejemplos dados por otros paÃses en los últimos años y los casos actuales son una advertencia.
Existe una gravÃsima responsabilidad para el actual y el próximo gobierno en gestionar y aplicar varias polÃticas que le aseguren al Ecuador una rápida recuperación de la confianza nacional e internacional, pues las actuales condiciones mundiales nos obligan a actuar bajo parámetros coherentes, perseverantes y consistentes.
La inflación se ha reducido de manera importante, aunque no a la velocidad deseada, del 108% en septiembre de 2000 al 12% anual en julio de este año; el PIB ha pasado de $14 000 millones a $21 000 millones; la economÃa creció en 5.6% en el 2001 y se espera no menos del 3% en el 2002; los depósitos en el sistema financiero han crecido en $2 700 millones; el crédito bancario ha aumentado en el último año al 16% anual; el ingreso mÃnimo del trabajador ha pasado de $60 a $140 mensuales entre enero de 2000 y junio de 2002; el desempleo se ha reducido del 16% al 9%; y, el subempleo del 45% al 32% .
Es indudable que la dolarización ha generado estabilidad.
No obstante, el Ecuador continúa mostrando varios problemas: no ha mejorado la calidad del gasto público; los ingresos fiscales aunque mejorados continúan con distorsiones; no se ha modernizado el sector público; la competitividad y productividad todavÃa tienen niveles inadecuados; el sector externo está débil con un déficit comercial que podrÃa llegar al 5% del PIB y una deuda externa excesiva; la confianza internacional sobre el manejo de nuestra economÃa es baja; el crecimiento económico ha perdido dinamismo; persiste la corrupción; no se han creado los Fondos de Estabilización y Contingencia que exige la dolarización; el gasto público se ha expandido usando recursos que debÃan ahorrarse para atenuar los efectos de problemas que se presenten en el futuro.
No todos estos resultados negativos se derivan de la dolarización. Algunos conviven con el paÃs por muchos años. No obstante, se puede concluir que, en balance, la economÃa ecuatoriana se encuentra mejor pero atraviesa una situación vulnerable. Esto demanda la adopción de las siguientes metas y acciones urgentes, tanto por el actual como por el próximo gobierno:
1. Es prioritario perseverar en bajar la inflación a porcentajes menores al 5% anual. Para ello es fundamental una estricta austeridad fiscal y la promoción de mercados internos más competitivos.
2. Debe mejorar sustantivamente la calidad del gasto público para evitar el desperdicio y la corrupción. Educación, salud y seguridad deben ser las prioridades. Sin capital humano no hay futuro.
3. Los subsidios indirectos, generalizados y sin una cuantÃa global que generan fuertes distorsiones y favorecen a los estratos altos de la población deben limitarse a cambio de fortalecer los subsidios focalizados que promuevan una polÃtica de desarrollo social concentrada a favor de los más pobres y vulnerables.
4. El paÃs debe ahorrar en épocas de bonanza para utilizar estos ahorros en perÃodos de escasez. Es indispensable mantener superávit fiscales permanentes para lograr una reducción gradual de la deuda pública.
5. En los ingresos públicos se deben eliminar los numerosos impuestos poco rentables para el fisco. Se debe ampliar la base de contribuyentes.
6. Los servicios públicos deben modernizarse de forma urgente con el concurso de la inversión privada nacional y extranjera. Caso contrario, sin recursos ni tecnologÃa no habrÃa como mejorar el funcionamiento de los mercados básicos ni sostener la economÃa.
7. El sistema bancario y su regulación prudencial debe persistir en alcanzar estándares internacionales.
8. Es fundamental acelerar las polÃticas que mejoren la competitividad de los sectores público y privado con mayor inversión y mejor tecnologÃa. Es imperativo definir indicadores de productividad que sean comparables con el exterior. Deben generarse mecanismos flexibles en todos los mercados y en particular el laboral compartiendo las ganancias de productividad entre trabajadores y empresarios.
9. Es necesario diseñar polÃticas de carácter sectorial para promover agresivamente actividades como la exportación tradicional, la exportación no tradicional y el turismo.
10. La polÃtica petrolera debe atraer inversión extranjera, incrementar la producción y expandir rápidamente la exportación.
11. Es fundamental respetar los acuerdos internacionales para mantener una imagen externa que promueva la inversión y genere empleo permanente y bien remunerado.
12. Las polÃticas económicas deben ser perseverantes y persistentes para alcanzar sus objetivos a lo largo del tiempo. Deben ser polÃticas de Estado alejadas de cualquier presión polÃtica.
13. Es imperativo institucionalizar el Ecuador con entidades públicas profesionales, serias y eficientes que despoliticen las polÃticas públicas. Esto ayudará a combatir la corrupción.
No adoptar estas decisiones y dilatar sus metas comprometerÃa seriamente al paÃs bajo cualquier circunstancia, peor aún con las rigideces derivadas de la dolarización y las exigencias de un mundo globalizado y altamente competitivo. El resultado se verÃa en una economÃa sin futuro, con más injusticia social, con mayores desequilibrios sociales y graves respuestas en la inseguridad. Si anhelamos un futuro mejor llamamos la atención del paÃs y de sus lÃderes a no repetir los errores del pasado.
Pensamos que es el momento de que los partidos polÃticos y sus candidatos que aspiran a gobernar el paÃs reflexionen sobre estos temas y expresen sus posiciones y programas de manera clara y objetiva, dejando de lado la demagogia, de tal forma que el paÃs pueda elegir de manera acertada su futuro.
Abelardo Pachano Bertero
Mauricio Pozo Crespo
Pablo Lucio Paredes
Walter Spurrier Baquerizo
César Robalino Gonzaga
Agosto 12, 2002