Ha comenzado con la inscripción válida de 10 binomios presidenciales y varios miles de nombres que han sido postulados para más de 830 dignidades del Congreso Nacional, Parlamento Andino y diversas entidades seccionales, como son Municipios y Consejos Provinciales. DifÃcil tarea para un electorado confundido, apático e incrédulo en su gran mayorÃa. Las diferentes encuestas registran más de la mitad de ciudadanos indecisos, que todavÃa no saben por quién votar.
Lo que nadie puede extrañar es la amplitud y diversidad de opciones con que contamos en esta elección. Como nunca, tenemos desde polÃticos tradicionales con suficiente experiencia, hasta figuras verdaderamente nuevas, que reclaman la oportunidad de dar al paÃs opciones o nuevos estilos de gobierno. Concursan por la primera magistratura dos ex presidentes, un ex vicepresidente, varios legisladores, una embajadora, un militar golpista, y un empresario que exige que en esta oportunidad no se burle la voluntad electoral con un fraude similar al que se realizó en su contra, en la ultima elección de 1998.
Este último, el abogado Noboa, ante el desconcierto de los demás candidatos, sin mayor presencia y participación en la campaña, encabeza diversas encuestas desde hace largos meses, con porcentajes que en todas ellas superan el 20%, seguido a buena distancia por el doctor Borja de la ID. Este último y el ingeniero Febres Cordero intercambian frecuentemente piropos, lamentando que la salud del lÃder socialcristiano no les haya permitido reeditar la contienda de 1984, y hacen votos para que la segunda vuelta sea entre los candidatos de estos partidos, sin la presencia del más opcionado Alvaro Noboa.
Obviamente, todos los candidatos reconocen implÃcitamente que sus opciones en segunda vuelta, se ven seriamente disminuidas, si la contienda se centra en derrotar a Noboa, especialmente si este logra mantener o aumentar el margen que lo separa del resto del pelotón. Por ello, todos califican su candidatura y las listas 7 del Prian, como el capricho de un rico heredero que no merece la oportunidad ni tiene los méritos para gobernar. Noboa replica que él representa genuinamente los anhelos de cambio de un electorado desengañado por los polÃticos tradicionales, que nos han llevado a la más grave crisis de nuestra historia republicana.
León Roldós decidió tardÃamente participar y desperdició precioso tiempo, hoy difÃcil de recuperar, más aún con su binomio que poco le aporta en esta disputada contienda electoral. Su candidatura, digna del amplio respaldo ciudadano que muestra tener, debe remontar el espacio perdido ante Borja y Gutiérrez. Otras candidaturas valiosas, como las de Hurtado y Velázquez, se esfuerzan por captar simpatÃas entre los indecisos, que les permitan continuar con vida en la segunda vuelta, resultado muy difÃcil aunque todavÃa no imposible de conseguir.
El Tribunal Electoral, máxima autoridad del proceso, deberÃa comenzar haciendo respetar el espÃritu de la norma constitucional, que impide ser candidatos de elección popular a quienes hayan participado en derrocamientos o gobiernos de facto, más aún si uno de ellos faltó a su juramento militar de respetar la Constitución.
Lo que nadie puede extrañar es la amplitud y diversidad de opciones con que contamos en esta elección. Como nunca, tenemos desde polÃticos tradicionales con suficiente experiencia, hasta figuras verdaderamente nuevas, que reclaman la oportunidad de dar al paÃs opciones o nuevos estilos de gobierno. Concursan por la primera magistratura dos ex presidentes, un ex vicepresidente, varios legisladores, una embajadora, un militar golpista, y un empresario que exige que en esta oportunidad no se burle la voluntad electoral con un fraude similar al que se realizó en su contra, en la ultima elección de 1998.
Este último, el abogado Noboa, ante el desconcierto de los demás candidatos, sin mayor presencia y participación en la campaña, encabeza diversas encuestas desde hace largos meses, con porcentajes que en todas ellas superan el 20%, seguido a buena distancia por el doctor Borja de la ID. Este último y el ingeniero Febres Cordero intercambian frecuentemente piropos, lamentando que la salud del lÃder socialcristiano no les haya permitido reeditar la contienda de 1984, y hacen votos para que la segunda vuelta sea entre los candidatos de estos partidos, sin la presencia del más opcionado Alvaro Noboa.
Obviamente, todos los candidatos reconocen implÃcitamente que sus opciones en segunda vuelta, se ven seriamente disminuidas, si la contienda se centra en derrotar a Noboa, especialmente si este logra mantener o aumentar el margen que lo separa del resto del pelotón. Por ello, todos califican su candidatura y las listas 7 del Prian, como el capricho de un rico heredero que no merece la oportunidad ni tiene los méritos para gobernar. Noboa replica que él representa genuinamente los anhelos de cambio de un electorado desengañado por los polÃticos tradicionales, que nos han llevado a la más grave crisis de nuestra historia republicana.
León Roldós decidió tardÃamente participar y desperdició precioso tiempo, hoy difÃcil de recuperar, más aún con su binomio que poco le aporta en esta disputada contienda electoral. Su candidatura, digna del amplio respaldo ciudadano que muestra tener, debe remontar el espacio perdido ante Borja y Gutiérrez. Otras candidaturas valiosas, como las de Hurtado y Velázquez, se esfuerzan por captar simpatÃas entre los indecisos, que les permitan continuar con vida en la segunda vuelta, resultado muy difÃcil aunque todavÃa no imposible de conseguir.
El Tribunal Electoral, máxima autoridad del proceso, deberÃa comenzar haciendo respetar el espÃritu de la norma constitucional, que impide ser candidatos de elección popular a quienes hayan participado en derrocamientos o gobiernos de facto, más aún si uno de ellos faltó a su juramento militar de respetar la Constitución.
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