Quito. 20.10.93. Un corriente mayoritaria en el Congreso Nacional
parece apoyar la iniciativa de eliminar las elecciones
intermedias (a partir de 1996) en las que se eligen diputados
provinciales y se renuevan las minorÃas de los gobiernos
seccionales. Sin embargo, para que la reforma constitucional sea
aprobada se requieren las dos terceras partes de los diputados.
Asà pues resulta aventurado afirmar que la reforma pasará.
Esta corriente a favor de la reforma parece expresarse en el
informe para primer debate que ha elaborado la Comisión de
Asuntos Constitucionales, presidida por el socialcristiano
Ricardo Noboa, en la que se establece que los diputados durarán
cuatro años, asà como los concejales y consejeros.
Los únicos partidos opuestos a esta reforma son la Izquierda
Democrática, el Partido Socialista Ecuatoriano y el Movimiento
Popular Democrático. Estos partidos opinan que las elecciones a
medio perÃodo sirven para evaluar al gobierno de turno y, además,
para refrescar la representatividad de los diputados, puesto que,
a dos años de haber sido elegidos, es probable que muchos de
ellos -o sus partidos- ya no cuenten con apoyo popular, por lo
que es legÃtimo volver a consultar al pueblo.
Socialcristianos, gobiernistas y la Democracia Popular han
apoyado la tesis. Pero ¿cuáles son las razones para que resulte
beneficiosa esta reforma constitucional que puede ser tratada a
mediados de noviembre durante el anunciado congreso extra?
El presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales, Ricardo
Noboa, es un firme convencido de las bondades de la reforma y
anuncia una serie de reuniones con los jefes de bloque para
"crear consensos" sobre el tema antes de debatir las reformas
durante el perÃodo extraordinario.
La posición de la Democracia Popular, expresada en el proyecto de
reformas constitucionales presentado por su presidente Osvaldo
Hurtado, es de que "de esta manera se facilitará que el
presidente electo cuente con una mayorÃa parlamentaria y que la
conserve a lo largo de su mandato". En definitiva, la posición de
la DP consiste en que el ejercicio polÃtico en el paÃs necesita
de mayor estabilidad y que los gobiernos deben contar con mayor
tranquilidad para el trabajo en beneficio del paÃs.
Los razonamientos de Noboa
Son dos las razones básicas que, según Noboa, hacen necesaria la
reforma a la Constitución en este punto.
En primer lugar, dice, las elecciones, tal y como han funcionado
hasta hoy, han llevado a "electorizar la polÃtica" en exceso.
Esto quiere decir que de los dos años que tienen para ejercer sus
funciones los diputados, por lo menos siete meses los dedican al
trabajo proselitista. "La elección de mayo hace que el trabajo
electoral inicie en enero. Esos siete meses son tremendamente
politizados", dice Noboa, quien asegura que ese fenómeno acorta
el trabajo de los diputados provinciales, puesto que pierden el
interés por el trabajo legislativo para dedicarse al proselitismo
a favor de su partido. Además, el Gobierno, interesado en captar
la mayor cantidad de diputados, se envuelve en una campaña
proselitista que significa un descuido de su programa.
La otra razón expuesto por Noboa es la que tiene que ver con el
desgaste de los partidos polÃticos. El que los partidos reanudan
su labor proselitista a tan solo un año y medio de las elecciones
presidenciales significa que deben hacer grandes inversiones
cuando sus arcas se han agotado por el proceso anterior, asegura.
Además, los cuadros de los partidos han sido agotados. Es decir
que estas elecciones cada dos años son perjudiciales para la vida
nacional y para los partidos polÃticos.
Las ventajas
Se ha dicho que el proceso electoral a medio perÃodo representa
una forma de "examen" que el pueblo formula al Gobierno de turno.
Sin embargo, Noboa piensa que este supuesto examen no puede ser
aplicado en un paÃs que tiene un perÃodo presidencial tan corto y
en el que durante el primer año de mandato los gobiernos de turno
apenas han comenzado a delinear su trabajo. "La experiencia dice
que el primer año es de tanteo y de evaluación de la herencia del
Gobierno anterior", sostiene el diputado socialcristiano, para
quien las elecciones cada dos años son un "examen
distorsionador". Por ello, se muestra partidario de una
evaluación cada cuatro años.
Otra de las tesis con la que se defienden las elecciones a medio
perÃodo es que constituyen una fórmula de participación
ciudadana. Noboa dice que ante el nivel de ausentismo del 20 %
que existe en este paÃs, donde el voto es obligatorio, cabe
preguntarse ¿cuál serÃa el ausentismo si el voto no fuera
obligatorio? En otras palabras, Noboa sostiene que la
participación activa (es decir opinión y activismo) queda en
manos de una élite, mientras que la gran masa no participa de una
forma real y efectiva. "La gente del pueblo quiere caminos y
puentes, mientras que esta supuesta participación lo único que
significa es que los gobiernos posterguen esas obras por su
preocupación en las elecciones", asegura Noboa, quien dice que si
a un hombre del campo se le pregunta si prefiere una obra a unas
elecciones cada dos años, seguramente se pronunciará por la
primera opción.
EN SINTESIS
- Aparentemente existe una corriente mayoritaria
al interior del Congreso Nacional para reformar la Constitución y
eliminar las elecciones de medio perÃodo.
- Solo la Izquierda Democrática, el MPD y el socialismo se oponen
aduciendo que estas elecciones representan un mecanismo mediante
el cual el pueblo evalúa al Gobierno de turno.
-Quienes sostienen la necesidad de mantener las elecciones a
medio perÃodo, opinan también que la representatividad de los
diputados se ha perdido a dos años de su elección.
- El informe para segundo y definitivo debate -que deberá
realizarse seguramente a mediados de noviembre durante un perÃodo
extra- establece la eliminación de estas elecciones.
- La DP opina que el paÃs necesita de mayor estabilidad y que es
conveniente que el Gobierno de turno mantenga una mayorÃa
parlamentaria obtenida en las elecciones presidenciales.
- Quienes apoyan la eliminación sostienen que no existe el
supuesto examen puesto que el perÃodo presidencial es muy corto
por lo que al año y medio -cuando se convoca a elecciones- los
gobiernos no han podido aún aplicar su programa.
- Además, dicen que no existe una real participación de las
mayorÃas, puesto que el ausentismo es muy alto y porque son tan
solo las élites urbanas las que participan con opinión y
activismo polÃtico. (6A)
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Publicado el 20/Octubre/1993 | 00:00