Quito. 24.07.94. Cuando tuve que cambiar un foco "quemado", se me
ocurrió preguntarme qué habÃa detrás de esa bombillita que forma
parte la vida cotidiana de todos y que se daña a cada rato. Y
cuando tuve que pagar por un foco nuevo, y contemplar la cara
sonriente del tendero acostumbrado a mis ires y venires, también
me pregunté si todos en mi barrio cambian con frecuencia sus
focos, o si yo era el único que botaba medio salario en reponer
bombillas.
El problema de la calidad del foco va más allá de su poca o mucha
duración o de su intensidad de luz; tiene relación con otros
factores que la mayorÃa de personas no toman en cuenta al momento
de elegir un foco.
Por ejemplo, muy pocos se fijan que, en las cajas, están escritas
las normas de control de calidad a las que están sujetos los
fabricantes y la duración del producto, además de que muy pocos
entienden por qué un foco dura menos de lo que se estipula como
garantÃa.
Claro, los fabricantes son los que tienen que responder por la
calidad del producto. En Ecuador, Osram, la única fábrica de
bombillas que existe en el paÃs, argumenta asà respecto a la
duración del producto: la empresa es controlada por los técnicos
del Instituto Ecuatoriano de Normalización (INEN) y por técnicos
de Alemania, que realizan un análisis permanente del producto que
sale a la venta. Esta empresa ofrece un producto mejorado en
relación al que se vendÃa en años anteriores; ahora estos focos
son fabricados con filamentos de tungsteno para mayor durabilidad
y mayor resistencia al sobrecalentamiento de voltaje.
Las subidas y bajadas del voltaje
Un foco es, pese a que no se lo toma como tal, un aparato
eléctrico, con los mismos principios técnicos de un televisor o
una computadora, pero que tiene un valor mucho menor si lo
ponemos en términos económicos. Todos protegen sus televisores
con reguladores de voltaje, pero a nadie se le ocurre pensar que
una bombilla también sufre de la variación de voltaje y que
necesita protección. Como un foco cuesta mil doscientos sucres
promedio, no amerita tal cuidado.
En el Ecuador, las empresas eléctricas ofrecen un voltaje de 120
voltios, que en teorÃa debe ser estable siempre. Pero hay horas
en que el consumo de energÃa es tan alto, que el voltaje se
desnivela y afecta a los aparatos eléctricos. Un foco es un
aparato sensible, cuya duración se reduce a la mitad, con una
variación de voltaje de un 5%. Y registros de voltaje en bandas
de papel demuestran que, en horas "pico" (6H00 a 9H00 y de 18H00
a 23H00), la variación es de un 10%.
Además, según las empresas vendedoras, los consumidores también
son responsables de la variación de voltaje, pues provocan
situaciones que las suministradoras de energÃa no pueden
controlar. Por ejemplo, el mal uso de la energÃa doméstica en los
calentadores de agua, encender a cada momento los focos de la
habitación sin necesidad, dejar que se acumule mucho hielo en el
congelador, son pequeños detalles que alteran el voltaje de la
casa. Y no se menciona aún el robo de energÃa que realizan
algunos "sapos" que, por usar cables y conductores inapropiados,
alteran el voltaje de todo el vecindario.
El foco ocupa, al fin de cuentas, un lugar destacadÃsimo en
nuestra vida diaria. Aunque muchas personas no estén conformes
con su calidad y hasta despotriquen contra los focos, lo cierto
es que dependemos en gran medida de ellos. Las bombillas son las
que permiten extender las actividades cotidianas por la noche, y
son el punto culminante y la razón de ser de miles de dólares
invertidos en proyectos hidroeléctricos. Y el encanto de apagar
la luz para irse a dormir, o para continuar con el encanto de la
vida, merece la pena el sacrifico de cambiar los focos quemados.
¿O no?
LIBRE MERCADO DE FOCOS
En lo que se refiere al mercado interno, aunque Osram es la única
fábrica de focos del paÃs, actualmente hay importadores que
prácticamente han inundado el mercado de focos. Ahora se importan
sin aranceles focos de HungrÃa, Estado Unidos, Brasil y China.
Pero Osram se ha defendido y saca provecho de la apertura andina
para vender focos ecuatorianos a otros paÃses. Desde 1992, los
focos "made in Ecuador" empezaron a comercializarse en forma
exitosa en Colombia y Perú, y en 1993 llegaron, vÃa Alemania, a
Túnez, Marruecos, Madagascar y Taiwán.
Hay que tomar en cuenta que Osram es una empresa vinculada al
grupo Siemens de Alemania y, como toda industria importante de
Europa, dedica gran parte de su presupuesto a la investigación e
innovación de mercados.
Es que un foco no solo sirve para alumbrar la casa, sino que
tiene muchÃsimas otras funciones. Por ejemplo, para iluminar los
escenarios donde se filman las pelÃculas. Por sus aportes
tecnológicos al séptimo arte, Osram de Alemania ha recibido tres
premios Oscar de la Academia Norteamericana de Ciencias y Artes
Cinematográficas.
En nuestro paÃs, los centros comerciales se han adornado con unas
"campanitas" llamadas halógenos de costal que consumen menos
energÃa y que no generan calor, además de ser hermosos elementos
de decoración a bajo costo.
CORTOS
- El consumo anual de focos es de 1,2 por habitante en nuestro
paÃs, consumo normal en relación al mundo industrializado.
- Si usted se fija en las cajitas de focos, leerá Norma INEC 64,
que es la norma de control de calidad para este tipo de productos
en Europa.
- Osram obtiene un 40% de rentabilidad por productos que no
tienen más de 5 años en el mercado, y ofrece más de 50 productos
de fabricación local.
- Existe mayor variación de voltaje en Quito y Cuenca que en
Guayaquil.
- Las marcas más comercializadas en centros especializados son
Osram, Phillips, Tungstrom, General Electric y Sylvania.
- Un foco nacional es fabricado con materias primas importadas en
un 95%. Sólo son locales la cajita y la impresión (claro que la
cartulina y el cartón también son importados).
- La luz del foco no afecta la salud visual de las personas. Si
usted siente cansancio con la luz mientras estudia o trabaja,
debe iluminar más la habitación.
- La luz débil de un foco tampoco obliga a usar lentes. La miopÃa
o el astigmatismo son males hereditarios; pero si usted usa
lentes, procure que el lugar donde trabaja o estudia esté
suficientemente iluminado para que el ojo no trabaje demasiado.
(2A)
en
Explored
Ciudad N/D
Publicado el 24/Julio/1994 | 00:00