Quito. 30 abr 96. Los familiares de Carlos Ponce MartÃnez
describen la habitación donde fue encontrado el cadáver como
un escenario "dantesco": desorden por doquier, las almohadas
empapadas de sangre, el cadáver del prominente empresario
resbalaba por la cama.
El infierno que vivió Carlos Ponce MartÃnez al amanecer de
lunes se refleja en las huellas que dejaron sus asesinos,
cuatro individuos de entre 17 y 22 años de edad detenidos por
la PolicÃa al mediodÃa del lunes, en una casa de San Roque.
Según el informe forense, el cuerpo de Carlos Ponce presentaba
una herida de bala en la comisura derecha de la boca; otra de
arma cortopunzante en la espalda; y un hematoma sobre la ceja
derecha. Además, habÃa sido atado de pies y manos con dos
corbatas. Mientras que otra le amordazaba la boca.
Una noche de horror
Como todos los domingos, luego de regresar de su hacienda en
Cayambe, Carlos Ponce MartÃnez se "recogió temprano". En horas
de la tarde, recibió la visita de dos de sus hijos.
El empresario vivÃa en la esquina de la Seis de Diciembre y
Roca, en el primer piso de un edificio de departamentos,
ocupados por varios hijos y nietos del occiso. El empresario
compartÃa su departamento con Christian, el último de sus
hijos, estudiante de primer año en la Escuela de Finanzas de
la Universidad San Francisco y testigo clave del asesinato. La
empleada de la casa sirvió la comida al padre y al hijo y los
dos se acostaron temprano.
Los hechos siniestros que antecedieron a la muerte de Carlos
Ponce ocurrieron entre las 2h00 y las 5h00, en la madrugada
del lunes.
Según el coronel Luis Durán, jefe de la Oficina de
Investigación del Delito (OID-P) -que ofreció declaraciones a
la prensa en el mismo lugar de los hechos-, relató que,
aproximadamente, a las dos de la madrugada, cuatro individuos
ingresaron al domicilio de Carlos Ponce MartÃnez.
Los sujetos saltaron a una terraza y vulneraron las escasas
seguridades de la casa retirando las celosÃas de una de las
ventanas, sobre la calle Roca. Los individuos entraron a la
sala y se desplazaron hacia el área de las habitaciones,
relativamente alejadas de la terraza.
El informe policial asegura que los cuatro individuos
inmovilizaron a Carlos Ponce con una corbatas y que,
aparentemente, en el forcejeo hirieron al empresario en la
espalda con una arma corto punzante.
Sus gritos de auxilio despertaron a Cristian, que dormÃa en
otra en habitación. Al salir de su dormitorio encontró a tres
de los cuatro individuos en el pasillo. Christian fue
intimidado con unos cuchillos y arrastrado hasta el dormitorio
de su padre.
En ese momento, uno de los asaltantes encontró en el cajón del
velador el revólver Smith and Wesson americano, que pertenecÃa
al empresario. Uno de los sujetos acercó el arma al rostro de
Carlos Ponce y apretó el gatillo. La bala penetró por la
comisura derecha de la boca y lo mató instantáneamente,
asegura la PolicÃa, luego de las investigaciones.
La huida
Tras asesinar al empresario, los delincuentes exigieron al
muchacho que les entregue las llaves de uno de los autos
estacionados en el garage: una camioneta autómatica Mazda, de
color vino, que el lunes por la tarde fue encontrada
abandonada en la Cima de La Libertad.
Al parecer ninguno de los cuatro asesinos sabÃa conducir, por
lo que obligaron al joven a conducir el vehÃculo. Antes de
partir, los delincuentes embarcaron en el vehÃculo dos
televisores y un VHS: que paradójicamente, se convirtieron en
el único móvil del crimen al empresario.
En su relato, Christian Ponce asegura que los asaltantes le
obligaron a conducir el vehÃculo por el sector de los Túneles,
con dirección al sur de la ciudad, hasta El Pintado. Ahà le
vendaron los ojos y le ataron las manos. Minutos más tarde, el
joven era abandonado en la Panamericana sur, a la altura de la
ciudadela La Ecuatoriana. En el curso de su huida, los tres
sujetos desembarcaron los electrodomésticos en una casa.
Los asaltantes le quitaron la cédula de identidad y le
amenazaron de muerte y iban a dirigirse al terminal para
marcharse a Esmeraldas.
Cristian Ponce logró liberarse de la venda que le cubrÃa os
ojos, salió a la vÃa principal e hizo parar un taxi.
La versión de la portera
Los ruidos del auto saliendo del garage despertaron a la
portera del edificio de los Ponce MartÃnez, que dio aviso a la
hija del empresario que vivÃa en el último piso. Luego del
macabro descubrimiento, la familia dio aviso a la PolicÃa, que
realizó el levantamiento del cadáver. Christian llegó a su
casa a las 5h00, en estado de shock.
Tanto en la Oficina de Investigación del Delito como en la
morgue, los ajetreos empezaron desde la mañana. La búsqueda
de los asesinos se inició. Los asesinos fueron encontrados en
una vivienda de San Roque.
SANGRE EN LA CAMISA
Los asesinos de Carlos Ponce MartÃnez fueron detenidos en el
domicilio de una amiga de estos, en el barrio de San Roque. Se
trata de cuatro jóvenes cuyas edades oscilan entre los 17 y
los 22 años. Fueron encontrados con las ropas ensangrentadas,
en el momento en que se disponÃan a escapar con el botÃn
robado.
El comandante general de la PolicÃa informó que el autor
material de la muerte de Carlos Ponce MartÃnez es Joffre
Eduardo Cortez Nicolta, (a) el Ratón". "A las 02h00 de ayer
cuatro sujetos asesinaron a Carlos Ponce MartÃnez y raptaron a
su hijo Cristian Ponce", dijo Hinojosa. Todos los detenidos
tenÃan antecedentes delictivos.
La captura de los asesinos fue posible gracias a la
descripción que hizo de ellos, Christian Ponce, el hijo del
empresario. Su fotografÃa constaba en los historiales
delictivos de la OID-P.
Después de ocho horas de rastrear intensamente la ciudad, la
PolicÃa pudo capturar a todos los involucrados en el asesinato
y asalto.
"Se trata de simples "departamenteros, delincuentes que entran
en los domicilios para robar electrodomésticos", dijo
Hinojosa.
Con la identificación de "El Ratón", los agentes de la OID-P
buscaron las "caletas" que, regularmente, son utilizadas como
escondites por los delincuentes. También fue capturada la
dueña del inmueble.
Los asesinos tenÃan en su poder
Tal como lo relató Christian Ponce, "El Ratón" vestÃa de negro
y en su camisa habÃan huellas evidentes de sangre. A su lado
estaba Jimmy Eduardo Chichano Charlcopa, (a) el Mulato, y
Pedro Javier Quintero Quiñónez, (a) el Abuelo. Según los
agentes de la OID-P, "El Abuelo" dijo que "debÃan agradecer
que lo encontraron dormido porque si no los mataba a todos".
En poder de los asesinos fueron encontrados dos televisores,
un horno microondas, planchas, un VHS, tres cuchillos, un
escopeta y dos revólveres. Junto a las armas de fuego estaban
seiscientos cuarenta mil sucres, en billetes de veinte mil y
diez mil. Los billetes estaban ensangrentados.
CARLOS PONCE MARTINEZ: EL HOMBRE Y SU VIDA
Carlos Ponce MartÃnez nació en Quito, el 4 de abril de 1918.
Realizó sus estudios primarios en el Pensionado Pedro Pablo
Borja y los secundarios en el colegio San Gabriel. Luego
ingresó en la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad
Central y, aunque cursó los seis años, no optó por el tÃtulo
de abogado.
Su temprana vocación por la literatura le llevó a la cátedra
de esa asignatura en varios colegios secundarios. A la
lectura -que fue una pasión constante en él- unió su culto a
la música clásica, de la que fue un brillante conocedor y un
experto coleccionista.
Su actividad como industrial se inició como creador de los
molinos El Censo.
Fue gerente de la Pasteurizadora Quito y de Edialge.
Fue presidente de la Fundación Banco del Pichincha, Edialge,
Pasteurizadora Quito, Impartes, Comeraut, Autolandia,
Ecuagran, Asociación de Empresarios, Cámara Ecuatoriana
Automotriz, Cámara de Comercio de Quito, Industriales
Molineros de la Sierra, Fundación Ecuatoriana de Desarrollo y
Distribuidora Malta.
Fue vocal de la Junta Monetaria, Banco Nacional de Fomento,
Fundación Mariana de Jesús, Banco del Pichincha, Maresa y Fe y
AlegrÃa.
Fue vicepresidente del Banco del Pichincha, Ecuatoriana de
Autopartes y Ecuatoriana de Granos.
Fue miembro de la las Cámaras de Industrias, Comercio,
Agricultura, Instituto de Cultura Hispánica y Sociedad
Filarmónica de Quito.
En el terreno polÃtico, intervino como diputado por Pichincha
en los Congresos de 1968 y 1970.
Católico ferviente, enfiló su devoción a la Virgen Dolorosa en
cuyas novenas su presencia resultó obligada.
Estuvo casado con Fanny GarcÃa.
Austero en sus costumbres, fue siempre muy metódico. Su
amplia cultura le convirtió hombre de consulta obligada para
los más diversos asuntos, entre los cuales sobresalÃan los
económicos y polÃticos.
Sus hijos fueron Carmen, Alicia, Elena, Carlos, Santiago,
Victoria y Christian. (DIARIO HOY) (P. 7-A)
en
Explored
Publicado el 30/Abril/1996 | 00:00