Quito. 07.05.91.Quito, con un crecimiento desmedido de su
espacio urbano en menos de 20 años, necesita desde hace varios
años de un número mayor de recolectores de basura para cubrir
esta necesidad vital.

Sin embargo la llegada del equipo de basura cumple hasta hoy
un trámite que se inició en enero de 1989 y que terminará, si
es que no se dispone de otra urgencia, los primeros meses de
1992.

En la actualidad la ciudad cuenta solamente con 60 vehículos
que están sometidos a desperfectos cotidianos porque la
fábrica que los produjo cerró sus puertas hace mucho tiempo.
Pero la ciudad necesita por lo menos 110 para cubrir la
demanda.

De las mil toneladas de basura que produce la ciudad el
Municipio recoge el 70 por ciento: 700 toneladas. Las 300
restantes deben esperar pacientemente ser conducidas a los
botaderos o volar por la ciudad enrumbada por los vientos.
Pero también los botaderos como el de Zámbiza están por llegar
a los límites de saturación, debido a que cada recolector
entrega 1.500 kilos de basura diaria.

Y todo comenzó...

En enero de 1989 se inició el asunto de intentar comprar 20
recolectores de carga posterior, un distribuidor de sello
asfáltico, 25 chasises para volquetes, dos rodillos
vibratorios y uno neumático, dos cargadores frontales, una
motoniveladora, tres equipos para recoger la basura de los
contenedores y tres equipos semirecolectores, con crédito de
la Corporación Andina de Fomento , CAF, y siete
tracto-camiones, diez equipos semirecolectores, dos de carga
frontal, dos tractores, un rodillo compacto, una moto
niveladora, tres volquetes, dos tanqueros y una báscula, con
crédito del Banco Ecuatoriano de Desarrollo, BEDE, por un
monto de 5 mil 514 millones de dólares.

Al principio parecía que estaría concluido en unos meses,
pero...

El papeleo, para el crédito de la CAF, pasó a la Contraloría y
a la Procuraduría para que estos organismos revisaran las
bases de la licitación. Recién en enero de 1990 el Municipio
pudo presentar las ofertas, pero cuando adjudicó a la compañía
IIASA verificó que no tenía recursos en el banco que la
acreditaba en los Estados Unidos. Fue cuando declaró desierta
la licitación. El 11 de junio de 1990 convocó a otra
licitación y para el 4 de octubre del mismo año recibió nuevas
ofertas. La nueva adjudicación, el 30 de octubre de 1990, fue
a la compañía Morisáenz. En este punto el trámite para traer
los recolectores de basura arribó al Ministerio de Finanzas,
que tuvo que pedir informes a la Junta Monetaria y a la
Procuraduría. De allí tomó avión rumbo a Caracas.Porque en la
capital venezolana se encuentra la sede de la CAF, entidad que
financió el crédito de 3 mil 679 millones de sucres. Ella tuvo
que ubicar los recursos con otros requerimientos en su sede.
y por fin el 14 de marzo de 1991 fueron firmados los
documentos. Pero el Municipio de Quito los recibió recién el
28 de marzo.

Vía Caracas regresó la documentación nuevamente a la
Contraloría, para que revisara el informe previo al contrato
en 15 días hábiles (que en realidad son tres semanas
cotidianas).

De allí siguió la apertura de la carta de crédito del Banco
Central, donde se demoró un mes. Con respectivos informes
cumplidos en el Ministerio de Industrias, exoneración de
impuestos en el Ministerio de Finanzas y también en la
Comisión Ecuatoriana de Bienes de Capital, CEBCA, se dictaminó
que algunos volquetes debían tener cajones hechos en el país.
La CEBCA, integrada por diferentes representantes de sector
automotor, solo se reúne una vez al mes.

SI ES QUE LA AUTORIDAD LO PERMITE

Ahora, los trámites para la importación de los recolectores de
basura fueron enviados del Ministerio de Finanzas, con su
respectiva demora, hasta la Presidencia de la República, para
que ahí se emita el decreto que autorice al Municipio de Quito
esta adquisición.

180 días será necesario esperar, después de la firma de la
Presidencia, para que sea efectiva la carta de crédito del
Banco Central, porque la Corporación Andina de Fomento, CAF,
tiene que ubicar y congelar los recursos. Pero cuando termine
ese plazo serán precisas otras diligencias en las aduanas.

Todos los pasos han sido difíciles y a cada momento los
trámites deben pasar por varios escritorios, mientras la
ciudad amontona 30 por ciento de basura diaria que permanece
por falta de recolectores. Los primeros días de abril,
Rodrigo Paz, alcalde de Quito, informó que las acciones de
licitación tuvieron que volver a la Contraloría de la Nación
por cuatro veces consecutivas.

Aunque Paz reconoció, en aquella oportunidad, que ese
organismo siempre atendió al Cabildo en la medida de las
circunstancias: "las reformas a la Ley de Contratación Pública
más bien han empeorado las cosas y entorpecido los trámites,
para servicios que Quito tan urgente necesita".

Paz manifestó que esa nueva Ley demora las cosas en los
detalles más simples y devuelve los documentos por las
situaciones más ínfimas. Lo que significa cada vez un retraso
de 15 días que se multiplican hasta la eternidad. La historia
de siempreDesde diciembre de 1988, con motivo del aniversario
de la ciudad, el Municipio de Quito firmó varios convenios
para realizar diversas obras.

Estos créditos blandos fueron de 58 mil millones de sucres,
con organismos internacionales, y con el Banco Ecuatoriano de
Desarrollo, BEDE, créditos reembolsables de 25 mil millones de
sucres y 43 millones de dólares. Como es evidentes, estos
también han tenido que pasar por los engorrosos escritorios de
algunas oficinas públicas.

"Los procesos burocráticos son tan lentos que a veces los
proyectos están listos y no pueden empezar por dichas
demoras", comentó Rodrigo Paz.

René Pinto, asesor municipal de Relaciones Internacionales,
consideró que el país no está para perder el tiempo en estos
papeleos, pues "es necesario que se revise la Ley de
Contratación Pública, porque las pérdidas solo por inflación
son cuantiosas".

El papeleo largo y tedioso para traer la maquinaria de aseo
de las calles quiteñas parece que está a punto, pero ciertos
detalles aún faltan.

En otras palabras la gente del barrio escuchará las campanas
que anuncien la llegada de los nuevos recolectores en enero de
1992, como para empezar bien el año.

BASURITAS

- El país pierde en realizar estos trámites muchos recursos
humanos y financieros.

- Los trámites tuvieron que volver a la Contraloría por cuatro
veces consecutivas.

- La Contraloría ha intervenido también por dos ocasiones:en
las bases de la licitación y en el contrato de
adjudicación.

- Los recolectores que tiene Quito sufren desperfectos porque
la fábrica que los hizo cerró sus puertas. (C-8).

EXPLORED
en Ciudad N/D

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