Quito. 10.09.95. La segunda etapa de la Cuarta Conferencia de
Mundial sobre la Mujer, Beijing 1995, se inició este fin de
semana.

Inaugurada el 4 de septiembre pasado, la más grande Cumbre de
la ONU, recibió a las delegaciones oficiales de 174 países.
Resaltó la presencia de la primera Dama norteamericana,
Hillary Clinton, y de la primera ministra pakistaní, Benazir
Bhuto.

La atención mundial se concentró, también, en la localidad de
Huairou, a 60 kilómetros de Beijing, donde 30 mil
representantes del movimiento internacional de mujeres,
convivieron durante ocho días en "el mundo de las mujeres" y
pusieron en evidencia su alto nivel de organización.

Paradójicamente, el salto adelante del movimiento femenino se
contrapone a "un salto atrás" de muchos gobiernos que actúan
en la Conferencia oficial y que llegaron a Beijing con
posiciones de extremo conservadorismo, y que entrampen las
resoluciones de la Cumbre.

Los organizadores han advertido que uno de los mayores riesgos
es que la Conferencia se empantane en dos temas polémicos: El
primero, la salud y los derechos reproductivos -los métodos
anticonceptivos, el debate sobre la planificación familiar y
el aborto-. Y el segundo, referido a la "igualdad de los
sexos".

Sobre estos temas, las divisiones son cada vez más
pronunciadas entre Estados religiosos y laicos y se
enfrentaron durante las reuniones preparatorias celebradas en
Nueva York, en abril donde se elaboró la Plataforma de acción
que debe ser adoptada en Beijing.

Como consecuencia de estos choques: un porcentaje récord del
texto de 150 páginas no obtuvo el consenso en Nueva York, y
deberá ser negociado en Beijing.

Polémicas de siempre

Se prevé que las polémicas, que ya habían paralizado la
Conferencia sobre Población de El Cairo, en 1994, estallen
nuevamente en Beijing.

En la reunión de El Cairo, las delegaciones conservadoras
católicas -entre ellas el Vaticano, Perú, Honduras, Venezuela-
rechazaron el aborto, los métodos anticonceptivos y la
educación sexual, que fueron defendidos por las delegaciones
norteamericanas y europeas como un derecho adquirido.

Por su parte, las delegaciones musulmanas -Irán, Sudán,
Pakistán-rechazaron oficialmente toda "igualdad" entre hombres
y mujeres, aduciendo que el Islam no le reconoce a los dos
sexos un valor igual en el plan jurídico, sino que sólo acepta
una simple "equidad".

El Vaticano y los países musulmanes defendieron la concepción
de la familia tradicional, denunciando cualquier relación
fuera de matrimonio, e hicieron suprimir las nociones de
"salud sexual" y "derechos sexuales". Los representantes
religiosos ya se pronunciaron. La universidad islámica de
Egipto, recordó que en materia de herencia, no puede haber
igualdad entre hombres y mujeres.

A su vez, el Vaticano denunció la "presión" de la ONU para
intentar "imponer a las mujeres del mundo entero un modelo
occidental de promoción femenina".

En la tribuna de Beijing se librarán seguramente las mismas
batallas que ya se dieron en El Cairo, donde los principios
morales vinculados a la religión, los derechos individuales y
los modelos de sociedad remplazaron las antiguas divisiones
Este-Oeste o Norte-Sur.

Hablar fuerte es una acto político

En Beijing, el Tribunal Global sobre Violaciones a Derechos de
la Mujer, organizado por el centro para el liderazgo global de
la mujer, sesionó en el marco de la Cumbre de Mujeres de
Beijing.

El Tribunal se abrió dos años atrás en Viena, donde causó un
gran impacto por intensa fuerza de los testimonios de mujeres
de distintos continentes. En Beijing, 22 mujeres relataron
experiencias de crueldad y silencio, vividas bajo las pautas
patriarcales, que confieren naturalidad a crímenes que se
cometen en el ámbito privado, o inscritas en creencias
religiosas y políticas que excluyen y denigran a la mujer.

Estos son algunos de esos testimonios:

Dapne:

Cuatro años de confinamiento en un hospital psiquiátrico y la
castración de su adolescencia fue el precio pagado por Dapne
Scholinski, norteamericana, por no poseer la apariencia,
gestos y comportamientos ajustados al modelo de mujer, que sus
padres esperaban.

En el psiquiátrico, viví con personas que se creían Jesús y
pretendían que iba a robarles sus huesos. Una mujer murmuraba
a mi lado que quería morir.

La primera frase que oí provino de una mujer que se detuvo
frente a mi ventana y dijo: "creo que voy a matarte". Un
hombre de 20 años me violó estando amarrada a la cama...

Kamalavali, una mujer hindú, que no tiene casta y pertenece a
los intocables, contó sobre la inimaginable marginación y
humillación que es ser una mujer de una franja social tan
baja, que tocarla contamina o degrada. Kamalavali relató el
rapto de una niña por un hombre que luego la violó. Todo el
pueblo se enfureció contra el violador, pero no en razón de su
crimen, sino de haber llevado a una intocable a un templo,
lugar que les está vedado a los de su grupo, al igual que los
pozos públicos y otros espacios sociales.

Otro testimonio que se escucho fue el de Elaine Hewitt, una
mujer de Barbados. "Pesé que si me quedaba callada, por algún
milagro todo iba a volver a ser normal. otra vez. No ocurrió.
Los golpes continuaron por cinco años. Mi hija murió en 1975,
a la edad de 15 años. Luego de eso, mi matrimonio se derrumbó.
Mi marido empezó a beber y a golpearme. No se lo dije a nadie.

Luego, a los 40 años, ayudada por un grupo de amigas, Hewitt
salió adelante. Ahora, además de su trabajo como enfermera,
trabaja en un centro de mujeres, que combate la violencia
contra la mujer.

"En los casos de violencia, todo el mundo culpa a la víctima",
dice Hewitt. Los jueces y la policía preguntan, ¿qué habrá
hecho la mujer para provocar el ataque?. Todos tratan de
ignorar la situación.

La violencia ejercida contra las mujeres en regiones o países
en conflictos fue ilustrada por mujeres de Algeria, Uganda,
Ruanda.

Persecución política, acoso y crímenes de fundamentalistas y
discriminación económica, fueron documentadas con testimonios
del presente.

"Hablar fuerte es un acto político. La violencia solo es
reconocida cuando se la nombra y ustedes lo han hecho",
expresó la jueza Jaqueline Pitangey, de la Organización no
Gubernamental CEPIA de Brasil. dirigiéndose a las
testimoniantes. Guerreras y sobrevivientes que han roto el
muro de la prisión.

Familia: primera disputa

El tema de la familia desató el sábado una áspera controversia
en la Conferencia de la ONU sobre la Mujer, cuando la
delegación del Vaticano acusó a los países europeos de
impulsar un programa liberal que propicia la homosexualidad y
la maternidad extraconyugal.

El vocero del Vaticano, Joaquin Navarro Valls, atacó a la
"coalición minoritaria" que, según él, está bloqueando los
esfuerzos para que el documento de la Conferencia coincida con
las cartas internacionales de derechos humanos.

"La Unión Europea figura de manera prominente en ese grupo que
está impidiendo el consenso", afirmó Navarro Valls, sin
mencionar a ninguna nación. Pero esos países -agregó- "no
tienen autoridad para socavar los pilares de la tradición en
derechos humanos".

Durante toda la noche del viernes, las intensas negociaciones
para redactar los capítulos sobre control de nacimientos,
aborto y papel de la mujer no permitieron ningún avance,
declaró una fuente diplomática.

En esas discusiones se perfila claramente un conflicto entre
los delegados de países liberales, especialmente europeos, y
los conservadores, incluyendo el Vaticano y los Estados
musulmanes del Oriente Medio.

El bloque conservador se opone a todo texto que permita
ampliar el acceso de la mujer al aborto y la anticoncepción y
pretende que el documento refleje los valores tradicionales de
la maternidad y la familia, sin la comprensión liberal -que
juzgan excesiva- de la homosexualidad y las familias
monoparentales.

En sus declaraciones, Navarro-Valls no hizo mención de las
minorías sexuales, pero afirmó que los liberales están
luchando contra los compromisos internacionales sobre el rol
de la familia, en un esfuerzo por ampliar su interpretación
que, según él, contradice los documentos fundamentales sobre
derechos humanos.

La Declaración Universal de la ONU sobre los Derechos Humanos
"hace del casamiento un derecho fundamental" e insiste en que
"la familia es el grupo natural y fundamental de la sociedad,"
afirmó el vocero del Vaticano.

En contraste, el borrador del documento final de la
Conferencia "contempla negativamente el casamiento y la
familia, como impedimentos a la realización de la mujer",
continuó Navarro-Valls. (Diario HOY) (5B)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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