Quito. 13.1.0.91. Arturo Uslar Petri nació en Caracas en 1906; estudió
ciencias políticas en la Universidad Central de Venezuela. La
literatura fue, desde su primera juventud, una vocación que
tuvo que compartir con la actividad social y politica. En
1928 publicó Barrabás y otros relatos, un conjunto de piezas
breves en las que resulta evidente la influencia de la
tradición indigenista y naturalista americana. La publicación
de Las lanzas coloradas en 1931, le otrogó un papel
preponderante en el panorama narrativo del continente.
Redactada entre los primeros meses del año 1927 y los últimos
de 1930, constituye una minuciosa y sagaz recontrucción
histórica de algunos de los hechos más relevantes de la guerra
de Independencia americana. Arturo Uslar Pietri se propone y
consigue, en Las lanzas coloradas, no tanto subrayar los
aspectos épicos de la guerra, sino descubrir, en sus
mecanismos interiores, los gérmenes de la actual
Latinoamérica, desunida y a merced de los intereses
colonialistas.

A partir de entonces, la creación literaria de Uslar Pietri
incluye colecciones de relatos -Red (1936), Pasos y pasajeros
(1965)-; novelas -El camino de El Dorado (1948), la inacabada
trilogía El laberinto de la fortuna, integrada por Un retrato
en la geografía (1962) y Estación de máscaras (1964), y Oficio
de difuntos (1976)-; ensayos -De una a otra Venezuela (1949),
Las nubes (1954), Vista desde un punto y La vuelta al mundo en
diez trancos (1971)-, obras teatrales, críticas. Pero al
mismo tiempo, Uslar Pietri ha cumplido una importante obra de
reflexión científica, en torno a las especialísimas
condiciones en que desarrolla la economía de Venezuela y del
conjunto de América Latina. En ese terreno, su Sumario de
economía venezolana constituye una obra ya clásica.

En 1963, un frente compuesto por organizaciones politicas
liberales postuló la candidatura de Uslar Pietri a la
Presidencia de la Republica. Aunque no resultó elegido, la
candidatura de Uslar Pietri sirvió para mostrar el enorme
prestigio que el escritor tenía, no solamente entre los
intelectuales de su país, sino también entre sus clases
populares.

Es que, en el fondo, el conjunto de la obra de Uslar Pietri
(su narrativa, sus ensayos y su actividad como economista e
historiador) constituye un notable esfuerzo por ayudar a
estructurar un pensamiento nacional latinoamericano, en una
situación histórica en la que el continente no parece o
parecía capaz de pensarse a sí mismo, de encontrar las claves
de su identidad. Y esa actividad tiene, en un país como
Venezuela, una repercusión política inmediata y profunda.

En Las lanzas coloradas, Uslar Pietri intenta (y en gran
medida cumple) una doble jugada: por un lado, rescatar el
impulso independentista, la carga épica latente en la
conciencia de los venezolanos, por el otro, mostrar cómo y por
qué ese impulso fue finalmente derrotado, a pesar del triunfo
aparente.

Con una escritura tersa y desprovista de todo amaneramiento,
Arturo Uslar Pietri se mueve en el terreno de los mitos
colectivos del hombre latinoamericano, al mismo tiempo, quiere
sentar las bases de una historiografía, o de una actitud
historigráfica, desprovista de las rémoras del colonialismo
cultural y del engolamiento patriotero.

Esa doble tensión a que está sometida la novela impidió a
Uslar Pietri concretar la unidad de magia y realismo que
postulaba como ensayista. El sólido aparato racional de Las
lanzas coloradas no permite ninguna concesión a los aspectos
maravillosos. Y pasaron muchos años antes de que otra novela,
de otro autor, consiguiera aunar perdurablemente los dos
elementos. Pero Las lanzas coloradas, y sin que en ello
influyera la volunta de Uslar Pietri, se conviertió en una
especia de paradigma de la novela histórico-realista en
América Latina.

Junto con Miguel Angel Asturias, Jorge Luis Borges, Alejo
Carpentier, Leopoldo Marechal y Eduardo Mallea, Uslar Pietri
contribuyó de una manera decisiva a renovar la narrativa
latinoamericana del siglo XX, y su obra es un antecedente
crucial del posterior boom de los años sesenta. Las lanzas
coloradas, tanto como sus ensayos y sus relatos breves,
reacciona contra el pintoresquismo y el naturalismo, dos
tendencias que parecían los úncos caminos abiertos a la novela
en el continente.

Las huellas de Uslar Pietri, de sus concepciones críticas y
estéticas, aparecen -a juicio del crítico uruguayo Emir
Rodríguez Monegal- en la novelistica de la generación
posterior, algunos de cuyos representantes más ilustres son
Onetti, Rulfo, José María Arguedas, Cortázar, José Lezama
Lima, Sábato y Bioy Casares.

Profesor en varias de las más prestigiosas universidades
americanas, director del diario El Nacional -uno de los más
influyentes de Venezuela- Uslar Pietri ha desarrollado
posteriormente una rica labor de novelista. En Oficio de
tinieblas narra un tormento período de la historia venezolana:
la dictadura de Juan Vicente Gómez, caracterizada por las
constantes y sangrientas contiendas civiles, por la corrupción
y por el crimen.

En 1981, Uslar Pietri publicó La isla de Róbinson, una novela
en la que, sin abandonar el mundo de significaciones que
caracteriza a su obra anterior, introduce algunas variantes
temáticas y normales a menudo sorpendentes. Lo que se
mantiene intacto en el novelista es su capacidad de reinventar
los mitos, el impulso épico de los grandes momentos de la
historia americana, sin renunciar al análisis crítico ni a las
propuestas renovadoras.

Desde Las lanzas coloradas en adelante, la obra narrativa y
crítica de Uslar Pietri se ha convertido en una clave del
pensamiento latinoamericano, en una de las más altas y
fecundas expresiones del humanismo liberal del
continente.(p.7-8)


EXPLORED
en Ciudad N/D

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