Quito (Ecuador). 02 jun 96. Si usted tiene un vehículo de un
modelo anterior a 1990, preocúpese.

Si a su carro le pusieron un motor de otra marca, o la máquina
le adaptaron piezas a la criolla, vaya pensando en cambiar de
carro o guardándole puesto en algún cementerio de autos.

El Consejo Nacional de Tránsito, CNT, y el CONAM están a punto
de "modernizar" la revisión vehicular, concesionando a una
empresa extranjera la inspección técnica para el parque
automotor ecuatoriano.

En principio, la idea es buena: se trata de que los vehículos
que circulan por el país cumplan todas las normas mecánicas de
seguridad. Los accidentes de tránsito por fallas mecánicas
tienden a crecer y la revisión que hace la policía es (y a
quién no le consta) calificada de "subjetiva y rudimentaria".

Cuando se rompe la dirección

"Yo me iba a Mindo en el bus. Veníamos unos ocho pasajeros; el
bus venía despacio pero le sonaban los paquetes (sic), por lo
que el chofer se bajó a ver qué pasaba. Luego se subió y poco
después parece que se le fue la punta de los ejes. El carro se
resbaló y caímos". Arturo Játiva, de 65 años, habla a la una
de la madrugada del 23 de marzo de 1996 desde una camilla del
hospital, Carlos Andrade Marín, del IESS.

El es una de las víctimas del accidente que sufrió una buseta,
modelo 81, que esa mismo día viajaba en la vía Nono-Mindo y
que, a las siete de la noche rodó por una pendiente de 400
metros hasta quedar destrozada en una cañada.

Tres personas murieron y otras tres quedaron heridas. El
informe del Servicio de Investigación de Accidentes de
Tránsito, SIAT, reveló un mes más tarde que el accidente se
debió a una rotura en la barra de la dirección anterior
izquierda, por la pésimas condiciones de mantenimiento. El
otro factor fue el mal estado de los frenos.

Pero lo que determinó l accidente fue informado por el
subteniente de Policía, Geovanny Naranjo, al jefe del SIAT de
Pichincha; "el sistema (de la dirección) estaba en pésimas
condiciones. Debido al uso y poco mantenimiento se desgastó
produciendose demasiado huelgo (cuando el volante "baila" en
su propio eje) y la posterior rotura de la terminal anterior
izquierda de la barra de la dirección".

¿Causas desconocidas?

Durante 1995 se produjeron más de 15 mil accidentes de
tránsito en el Ecuador (más de 40 diarios). De ellos 350 se
dieron por fallas mecánicas comprobadas, y cerca de tres mil
por causas desconocidas, de las cuales, la mayoría
correspondería a fallas mecánicas no comprobadas.

Un accidente de tránsito es algo impensado. Pero si se cumplen
todas las normas de seguridad, sus riesgos son muy reducidos.
Aunque las fallas mecánicas comprobadas tienen un registro
mucho menor como causa de accidente, que, por ejemplo, la
embriaguez del conductor, es un factor que se puede evitar y
hasta reducir totalmente.

Una falla mecánica que provocare un accidente, puede ser
evitada. Las más comunes son: fallas en el sistema de frenos,
en el sistema de la dirección del vehículo y, sobre todo, en
el rodamiento de los neumáticos. En morocho: llantas lisas.

Estas deficiencias en el sistema de seguridad de los vehículos
pueden ser detectadas. Internacionalmente, la norma es la
inspección o revisión vehicular, requisito previo la obtención
de la matrícula.

Para esta revisión, cada país, por lo general, establece
normas técnicas o parámetros, que determinan, por ejemplo, que
un vehículo modelo 90 debería frenar en 50 metros cuando va a
una velocidad de 100 kilómetros por hora.

Cada país aplica estas normas en su inspección vehicular de
acuerdo a la antigüedad y calidad de su parque automotor. En
el Ecuador no es así.

La revisión (cualquiera que haya matriculado un carro lo sabe)
es un mero trámite que implica únicamente que las luces de
freno se prendan cuando se aplasta el pedal respectivo, que el
número de motor sea el que consta en la matrícula o que se
tenga cinturón de seguridad y extintor.

Así lo admiten las propias autoridades policiales. Esta es una
constante en todo el país y una verdad evidente: no hay una
inspección, al menos mínima, de los 600 mil vehículos que
circulan por los caminos del Ecuador.

Dolorosa y rudimentaria

El Consejo Nacional de Tránsito, CNT, organismo que por ley
planifica y dirige las operaciones para la organización del
tránsito de vehículos en el Ecuador que el parque automotor es
obsoleto, que estos vehículos ruedan en forma insegura debido
a su mal estado mecánico y sin ningún control técnico, y que
los métodos para la revisión vehicular son "rudimentarios".

Para el CNT, rudimentario significa que la revisión vehicular
se la efectúa solamente de los datos de identificación del
vehículo; que al automotor se lo revisa cuando no está en
movimiento; que solo se mira si las luces funcionan y no si es
que funcionan correctamente; y, que "dicha incipiente revisión
está sujeta a la intervención humana produciéndose en algunas
oportunidades dolo en el procedimiento".

El negocio de los 100 millones

Los fundamentos son lógicos. El CNT parte del hecho que debe
darse un cambio radical en el sistema de revisión vehicular.
El número de accidentes por fallas mecánicas está en directa
proporción a la antigüedad del parque automotor. Las cifras de
accidentes por daños crecieron desde 1993: de los vehículos
matriculados, 63 por ciento son modelos anteriores a 1983; 12
por ciento son de los años 84 al 88, y el resto son de 1989 en
adelante.

Para lograr este "cambio radical", el Consejo Nacional de
Modernización, CONAM, y el CNT están impulsando lo que han
dado en llamar la "modernización de la revisión vehicular".
Que consiste en la concesión a una empresa o consorcio privado
de la inspección técnica de los vehículos para la obtención de
la matrícula.

El salto de la revisión ocular a la técnica tendrá un costo
para el usuario, cuyo valor no se ha determinado aún. El costo
actual es de 40 mil sucres, y se estima que la cifra a pagar
será el equivalente de 15 a 20 dólares. Su cumplimiento se
regularía con una calcomonía colocada en el parabrisas del
vehículo que haya pasado la inspección.

Para ello se convocó a una licitación pública internacional,
que se fundamentó en un "profundo análisis" de la realidad
actual de la revisión vehicular. Un cambio radical, para el
cual se "requiere de equipos de última tecnología (sic)".

¿Qué se exige a las ocho empresas extranjeras que finalmente
presentaron sus carpetas? Básicamente hacerse cargo a nivel
nacional de la revisión de al menos 400 mil vehículos al año.
La concesión es por 15 años, y al final, la empresa ganadora
tiene que dejar sus locales y sus equipos en manos del CNT.

Mientras tanto, y según varios interesados consultados por
BLANCO Y NEGRO, con una inversión de 6 millones de dólares, y
gastos operativos anuales de 1,2 millones de dólares, esta
concesionaria ganaría un mínimo de seis millones de dólares
por año, sin considerar el crecimiento del parque automotor ni
que los vehículos pesados deberán hacerse dos revisiones
anuales, ni tampoco que se calcula que la mitad de los
vehículos particulares no pasarán el primer "chequeo".

"Es un negocio de más de 100 millones de dólares", dice uno de
los inversionistas ecuatorianos, que prefirió -como todos los
connacionales- no participar en la licitación porque considera
que "todo en las bases está garantizado para que gane una
empresa extranjera".

En efecto, no hay empresas ecuatorianas participando en esta
licitación.

Otro argumento es que toda esta licitación "no se hizo con
base en estudios técnicos". Quienes denuncian esto sostienen
que todas las pruebas que se piden para realizar al parque
automotor ecuatoriano no contempla la realidad nacional: son
técnicamente ideales, pero inaplicables. Al respecto, en los
requerimientos que plantea el CNT está un equipo que "incluirá
un registro con los datos proporcionados por el fabricante del
vehículo a ser revisado y con las normativas vigentes, con la
finalidad de comparar los resultados de la inspección con los
datos estándares". Al respecto se preguntan: ¿cuáles son los
datos estándares? ¿dónde están las normas vigentes? ¿bajo qué
parámetros técnicos se establecerán las comparaciones entre
las especificaciones del fabricante y la realidad?

Esta realidad es que un gran número de vehículos caminan con
motores de otra fábrica; que las carrocerías y los chasís son
alterados de acuerdo al gusto del usuario; que muchos motores
son viejos, incluso contaminantes, y sus partes son adaptadas
incluso fabricadas a la criolla.

La consecuencia de aplicar este requerimiento sería que más de
la mitad de los vehículos ecuatorianos tendrán que adaptarse a
las especificaciones impuestas por parámetros extranjeros -eso
implica ir varias veces a la revisión- o, simplemente, salir
de la circulación.

Lo que se pide al inversionista

Los requerimientos que se hacen a las empresas que concursan
por la concesión son:

- El sistema de revisión deberá ser computarizado, acorde con
la tecnología actual.

- Posibilidad de inspeccionar los vehículos en condiciones
reales de rodamiento y funcionamiento.

- Equipos que inspeccionen todos los sistemas de seguridad a
un mismo tiempo, y que detecten la influencia de un parámetro
sobre otros.

- El tiempo que demande la inspección de todos los parámetros
de seguridad no deberá ser mayor de 5 minutos.

--Durante la inspección, todos los resultados se indicarán
continuamente en un monitor gráfico, para detectar a qué
velocidad se producen los desperfectos del vehículo a ser
revisado.

--El equipo operará automáticamente, sin la intervención de
operador o persona alguna sobre los resultados, los cuales
serán transferidos automáticamente a un computador central.

- El equipo incluirá un sistema cerrado, de modo que no se
pueda acceder al mismo ni modificar los resultados de la
inspección ni durante ni después de la misma.

- El resultado de todas las inspecciones visuales que se
efectúen. será transferido al computador central por medio de
un terminal el cual determinará las instrucciones de
inspección.

- El tiempo de inspección, desde la recepción del vehículo
hasta su entrega no será mayor a 15 minutos, con una
frecuencia de salida promedio de 3 minutos.

Los equipos para todos estos requerimientos técnicos
solicitados por la CNT solo son fabricados por dos empresas en
el mundo, como una unidad completa y computarizada, que es lo
que el CNT solicita.

Las especificaciones técnicas de las bases coinciden con las
ofertas de estas empresas, que se hacen en los catálogos de
las mismas. "Parece que se tomó los catálogos y se copió de
ellos los datos técnicos que se exigen en las bases de la
licitación", dice una fuente.

Una licitación amarrada

Los inversionistas ecuatorianos se negaron a participar en la
licitación porque consideraron que las bases "fueron
elaboradas sin un estudio adecuado de las realidades
existentes en el país, y con serias omisiones que ponen en
duda la imparcialidad con que se puedan analizar las
propuestas que se presentan".

Básicamente, los cuestionamientos apuntan a que en los
criterios de evaluación -en manos de un comité de cuatro
técnicos nombrados por el CNT- no se establecen los puntajes
que se otorgarán por exigencias como que "todos los equipos
estén conectados a un computador" ni por la calificación de
"bases de datos, información, fabricantes y experiencia (que
en el país es ninguna NDR)". ¿Cómo decidirá el comité de
evaluación cuál fabricante es mejor que otro?

En los criterios para la evaluación de los montos de inversión
a realizar tampoco se otorgan puntos, pero se anota que se
calificará "de acuerdo a las ventajas de las ofertas,
otorgando mayor puntaje a la que más beneficie al Tránsito
nacional (sic)". La pregunta es: ¿cómo se determina
técnicamente lo que más beneficia al tránsito nacional?

El mismo criterio se aplicaría para otorgar puntajes a los
terrenos, construcción, equipo, plazo de ejecución y tarifas.

El nuevo sistema de revisión vehicular establece que la
empresa que gane la concesión tenga instalaciones fijas en las
principales ciudades del país y varias estaciones móviles para
el parque automotor, sobre todo rural. Se ofrece una lista de
ciudades donde se deberán brindar los servicios, pero se pide
a los oferentes que "con base a este cuadro de distribución
geográfica y numérica de los vehículos existentes en el país
para su matriculación anual, podrán diseñar su propuesta para
la provisión de bienes y servicios". Para ello, dicen las
bases, "los oferentes indicarán los lugares donde instalarán
los tipos de estaciones para la revisión". EL CNT debería
haber determinado exactamente dónde quería las estaciones, el
tipo de terreno y sector que se requiere, señalan sectores
opuestos a la forma en que se han planteado las bases. Por
ejemplo, la ciudad de Quito necesita tres lugares con un área
determinada con una ubicación geográfica y área de parqueo que
no congestione el tránsito de la capital. Las mejores ofertas
sobre esos requerimientos se tomarían en cuenta.

Tarifas que pueden llegar hasta 40 dólares

Se anuncia que las tarifas al usuario serán revisadas cada 12
meses. Pero no se explica porqué causas, bajo cuáles
justificaciones: ¿inflación? ¿devaluación?

Las tarifas se determinarán de acuerdo al monto de inversión:
mientras las empresas demuestren que han gastado más plata,
pueden cobrar más por vehículo revisado.

Al respecto, se señala que se concesiona la revisión vehicular
a una sola empresa. Esto aumenta considerablemente el monto de
inversión: hay que construir infraestructura en todas las
zonas del país. Situación que no lo podía hacer nunca un
inversionista ecuatoriano, dada la crisis económica.

De acuerdo al número de vehículos (en esto no se toma en
cuenta la provincia del Guayas, en manos de la Comisión de
Tránsito) se calcula que se requieren al menos 50 pistas de
inspección vehicular para despachar la cantidad actual de
carros. Eso si es que se pretende hacer la revisión durante
todo el año, porque si se quiere revisar todos los vehículos
en los seis primeros meses de cada año -que sería lo ideal- se
requerirán al menos 100 pistas. Esto con el actual parque
automotor.

Los catálogos de los fabricantes (y que al parecer han servido
de modelos al CNT) estiman que sus equipos pueden revisar 30
mil vehículos al año, por pista. Esto implica que por cada
pista pueden pasar 82 vehículos diarios, a un ritmo de tres
por hora ..si es que se trabaja las 24 horas diarias, los 365
días del año. Técnicos consultados calcularon que, dada la
realidad nacional, una pista puede pasar 8 mil vehículos
anuales.

Con el nuevo sistema de revisión vehicular se controlarán
estos parámetros en los automotores:

Sistema de frenos

Fuerza de los frenos, eficiencia, balance, distancia de
frenado, fuerza del pedal del freno, tiempo de respuesta,
sobrecalentamiento y freno de mano.

Sistema de alineación

Angulos, deriva, desviación de la dirección durante la marcha
y paralelismo del chasis.

Vibraciones de las ruedas

Balance de las ruedas, huelgos en el sistema de dirección y
falta de excentricidad.

Sistema de suspensión

Juegos de la suspensión, desviación de la dirección como
resultado d los defectos de suspensión, resortes y
amortiguadores.

Retardadores

Fuerza de frenado, eficiencia, tiempo y distancia

Gases de escape

CO, HC, CO2, O2 y Lambda

También se controlarán el funcionamiento correcto del
velocímetro, l tacógrafo, las luces; el peso, en relación al
frenado, el nivel de ruidos y el funcionamiento del taxímetro.

Lo que no consta en el nuevo sistema es la revisión del
desgaste de los neumáticos, que es la principal causa de
accidentes.

Vea, eso es adelanto

Según el director general del CNT, sí se preparó un estudio
técnico, y las normas, también. Pero no encuentra
justificación para diferenciar al parque vehicular de un país
con el de otro.

Frente al gran televisor Toshiba de 32 pulgadas, las coloridas
imágenes sobre el proceso de revisión vehicular, que lleva a
cabo la empresa privada IVESUR en Andalucía, dan muestra del
comentado adelanto tecnológico que España ha alcanzado en esa
área.

"Ya lo ve, eso es lo que pretendemos introducir en nuestro
país", parece querer decir y convencer con su mirada, el
Director General del Consejo Nacional de Tránsito, Dr. Jorge
Domínguez. Reiteradamente él explica que equipos sofisticados
como los que utiliza esa empresa, al ser incorporados para la
revisión vehicular de nuestros autos, lograría disminuir el
alto índice de mortandad que ocasionan los accidentes de
tránsito originados por daños mecánicos previsibles.

Basado en los cuadros estadísticos que anualmente emite el
SIAT sobre los accidentes de tránsito, Domínguez resalta aún
más los beneficios a obtener con el Centro de Revisión Técnica
Vehicular, que el Consejo Nacional de Tránsito, CNT, se ha
propuesto crear, a fin de garantizar la seguridad del buen
estado que presentan los vehículos que transitan libremente
por las vías.

Eso es lo que opina Domínguez, al comparar nuestro actual
sistema de revisión vehicular con el que se propone
implementar el CNT.

Bases, a cambio de cinco mil dólares

Las empresas que se han sometido al concurso de licitación son
ocho, todas internacionales. Tres españolas, una israelita y
una norteamericana, según lo delataron fuentes que prefirieron
auscultar su identidad.

Para poder integrarse en el concurso de licitación, las ocho
empresas tuvieron que comprar las bases del concurso, a cinco
mil dólares. Tras estudiarlas, deberán exponer sus ofertas,
hasta el 1 de julio próximo.
Luego de cumplido el plazo, el subsecretario de Gobierno
nombrará a una comisión que evalúe la oferta más conveniente
y, finalmente, se firmará con ella el contrato.

Lo que las bases clarifican es que ese contrato tiene una
validez de quince años, luego de los cuáles deberá entregar
sus equipos al Consejo Nacional de Tránsito.

El estudio técnico que respalda las bases del concurso, para
el que se publicó dos convocatorias -una a fines de febrero y
otra a principios de marzo-, sí existió; asegura Domínguez.
Para culminarlo requirieron de un año entero y, aunque no
recuerda los nombres de quiénes participaron en ese análisis,
afirma que éste cuenta con la aprobación de varios
profesionales técnicos.

No se necesitan estudios técnicos

"La elaboración de las bases es un proceso que no tiene
antecedentes en este país, es bastante complejo y ha llevado
muchísimo tiempo", advierte el ingeniero Edwin Mejía, vocal
del Consejo Nacional de Tránsito, e indica que en 1995 se
crearon las bases del concurso que pretende innovar el sistema
de revisión vehicular, en nuestro país.

Sin embargo, niega que la comisión designada por el
subsecretario de Gobierno, para estructurar las bases del
concurso, se haya respaldado en un minucioso estudio técnico,
porque "no es necesario ningún estudio técnico, lo único que
usted tiene que saber es el número de vehículos que tiene que
revisar, el tiempo que se demora en revisar cada vehículo y
establecer cuántas líneas de revisión requiere para poder
copar el universo de vehículos que se tiene que revisar. Así
de simple", opina Mejía, pero reconoce que sí se pidió
asesoría a distintos técnicos de la Politécnica Nacional y de
la Policía.

En cualquier parte del mundo los vehículos son los mismos, los
que transitan aquí con los que transitan en Europa, y las
condiciones de un vehículo deben ser las mejores para poder
circular, añade. Y lo que hace ese equipo, que existe en el
mercado mundial, es revisar y dar un diagnóstico del vehículo
para que las autoridades, de acuerdo a la norma que se haya
establecido en el reglamento, autoricen con tal porcentaje el
estado de vehículo.

"No es que estamos inventando nada, todo está en las leyes,
todo está en la norma y lo que tratamos es de enmarcarnos por
primera vez en lo que establece la norma", señaló, al tiempo
que reconocía que actualmente no existe una norma que rija el
sistema de revisión vehicular.

Las normas que regirán el funcionamiento de la empresa privada
concesionaria, en el nuevo sistema, aún no se han establecido;
pero Mejía cree que, para el caso de nuestro parque automotor,
esa elaboración no toma más de cuatro días.

Mas, tras una breve meditación, dice: "Las normas están en los
propios productores de vehículos", y explica que, de acuerdo a
la marca del automóvil, el equipo medirá el número de
revoluciones que le permitan declararse apto para transitar y,
por ende, para recibir el visto bueno en la revisión
vehicular.

"Aquí hay mecánicas que si hubieran querido presentarse podían
tranquilamente concesionar", asegura, aunque alega que sí
desconfía de la efectividad que la empresa ecuatoriana tenga
en revisión vehicular, porque aún no ha desempeñado esa
función. Piensa que hubiese sido más difícil coordinar el
nuevo sistema con varios talleres mecánicos del país y con
profesionales en ingeniería mecánica, que confiar en la
experiencia de empresas internacionales. "El hecho de que haya
un convenio con 200 (empresas privadas ecuatorianas) es más
complicado que con una sola...que ya tenga una buena
experiencia", concluye Mejía.

Sin embargo, asegura que no hubo empresas ecuatorianas
interesadas en la concesión, aparte de las ocho
internacionales. Posteriormente, una de ellas manejará los
equipos técnicos, ante la supervisión de los miembros de la
institución policial; "porque la Policía siempre va a ser una
supervisora del sistema...para que las cosas se hagan bien",
informa Mejía.

También comenta que él, junto a otros funcionarios del
Ministerio de Obras Públicas, aprovecharon un viaje de
negocios en España, para visitar a la empresa privada IVESUR,
que realiza revisión vehicular en ese país, y a CONPIUTEC, que
desempeña el mismo trabajo en Israel. Estas dos empresas
también participan en el concurso de licitación al que convocó
el CNT.

¿Qué hacer con los vehículos híbridos?

Lamentablemente no podrán pasar o habrá que crear un nuevo
estandar para esos, sugiere Mejía. Pero, "es que no están
autorizados, dígame si en este país la norma permite el armaje
de vehículos. No permite, entonces, por qué tenemos que tratar
de incorporar, ¿es que siempre tenemos que tratar de legalizar
lo ilegal?", cuestiona, casi inmediatamente.

"Gracias, siga no más..."

"Por favor, alce el capó, siéntese frente al volante, aplaste
el freno, prenda las luces, haga cambio de luces, saque su
extintor, saque los triángulos de seguridad, mmm...muy bien,
puede seguir, gracias".

En la mañana o en la tarde, cuando usted acude a la revisión
vehicular, es muy probable que escuche aquellas indicaciones.
Su mayor preocupación, antes de presentarle su auto a la
autoridad, quizá sea reemplazar a esas desgastadas llantas por
otras menos lisas, o renovar un poco el líquido de los frenos,
o hasta cambiar la luna de los faros delanteros, aunque muchos
sólo prefieren darles un retoque general de limpieza.

Pero, si decide ahorrarse la compra del extinguidor, de los
cinturones y de los triángulos de seguridad, posiblemente opta
por entregar una razonable cantidad de dinero a la autoridad,
a fin de que éste pase por alto esos pequeños detalles que
pudieran echar al tacho de basura su paciencia y supuesta
responsabilidad.

¡Eso ya no podrá hacer, después de unos meses!, puesto que a
la máquina, que se encargará de esa revisión, aún no se le ha
programado como para aceptar los conocidos billetes "de por
medio".

"Nuestra idiosincrasia ha hecho que a nosotros, los policías,
la gente talvez nos mire mal, pero es por el mal
comportamiento de la gente mismo", señala el subteniente Pablo
León, jefe de la sección de los revisados en la Jefatura
Provincial de Pichincha. El no objeta la decisión de comprar
equipos técnicos para suplir el actual trabajo manual de la
Policía, en revisión vehicular; mas, cuestiona el porqué no se
pensó más bien en proporcionar de esos equipos a la
institución y en capacitar a su gente para que las utilice de
forma correcta. Sin embargo, comparte la necesidad de un
cambio.

Aunque hay algo que le preocupa, la precisión de los nuevos
equipos; ya que los dos con los que actualmente cuenta la
Jefatura Provincial de Pichincha son tan precisos, que
inclusive excluyen de aprobación a ciertos automóviles del
año. Por eso no se los utiliza y, desde hace más de dos años,
permanecen cubiertos sin cumplir con un uso adecuado.

¿Qué pasará con las máquinas que empiecen a llegar? ¿Pasarán
los autos esas pruebas?.

Entre preguntas y respuestas, se trunca la conversación,
puesto que, y con toda razón, los conductores exigen la
presencia del subteniente León, para que les proporcione el
ticket de turno. Entonces, la autoridad policial invita a
BLANCO Y NEGRO a constatar personalmente la manera cómo se
lleva a cabo una revisión vehicular, en nuestro medio.

En ese instante le corresponde el turno al conductor de un
auto Mazda, color rojo. El técnico revisador procede: "Buenos
días señor, por favor, alce el capó; perfecto. Ahora aplaste
el freno, bien. Prenda por favor las luces. ¿Y, los
implementos?. ¡Correcto!". Luego de registrar los números de
motor y chasis, él lleva sus datos hacia la ventanilla dónde
deberán llenar el formulario y...¡listo!.

SIAT: ya era hora

El Mayor Carlos Morales, jefe del Servicio de Investigaciones
de accidentes de tránsito, SIAT, apoya ampliamente la adopción
de un nuevo sistema de revisión vehicular en nuestro país.

Chile lo tiene; Colombia, lo tiene; España lo tiene; en fin,
muchos países han notado la importancia de tecnificar el
sistema de revisión vehicular, ¿por qué nosotros aún no?,
cuestiona el Mayor Morales.

Apoya, por lo tanto, el Centro de Revisión Vehicular que el
Consejo Nacional de Tránsito, CNT, pretende incorporar en
Ecuador, en 1997.

El es un testigo diario de las consecuencias que puede
ocasionar una deficiente revisión vehicular; los accidentes de
tránsito, en este caso, aquellos que son producidos por daños
mecánicos previsibles.

Lamentablemente, su institución no cuenta con una estadística
amplia como para poder analizar qué daño mecánico es más
frecuente en el registro de accidentes vehiculares; de todas
maneras, Morales manifiesta que un estudio realizado por la
Comunidad Económica Europea evidencias el gran beneficio que
otorgan los equipos técnicos para la revisión vehicular.

El CNT solicitó momentáneamente su participación, en las
reuniones que el directorio realizaba con el fin de establecer
las bases del concurso, debido a que contaba con referencias
internacionales. "No conozco muy a fondo cómo quedarían las
bases, pero entiendo que deben ser las", confirma Morales.

Para que en lo posterior se cuente con cuadros estadísticos
que permitan emitir criterios fundamentados, sobre los
diversos tipos de daños mecánicos previsibles que ocasionan
los accidentes de tránsito, el SIAT acaba de preparar un nuevo
formulario, dónde se cita el registro de esa información.

¿Por qué desprestigian nuestra capacidad?

Su criterio, aunque similar al de otros, está más fundado en
conocimientos técnicos. Por eso no se limita a citar el por
qué de ese cambio, sino también el cómo debería realizarse.

Los veinte años de especialización en ingeniería mecánica
garantizan a Patricio Estupiñán, ex subdecano de la facultad
de Ingeniería Mecánica en la Politécnica Nacional, una visión
profesional en el tema de revisión vehicular.

"Actualmente no existen normas...¿cómo llamar norma a una
revisión tan superficial?", expone Estupiñan. Por tal motivo,
dice que hace un año, la Politécnica Nacional preparó un
proyecto técnico de revisión vehicular que pensaban
implementar en la ciudad de Quito, con la colaboración del
Municipio del cantón y del Consejo Nacional de Tránsito.

Dicho estudio fue realizado por personal especializado que
proponía que talleres mecánicos de Quito realicen la revisión
vehicular, pero que sean verdaderos profesionales quienes
califiquen dichos talleres.

De esa manera se aspiraba reemplazar a la revisión subjetiva
-que es como califica Estupiñán a la revisión que actualmente
ejecuta la Policía- por una revisión minuciosa y técnica. Por
ejemplo, ya no se iba únicamente a evidenciar el estado de los
frenos, respaldados en la distancia de frenado que el auto
alcanza cuando el conductor aplasta el freno, sino que
pretendían desarmarlo y revisar el funcionamiento de sus
partes internas; para cerciorarse de que no existan fugas en
el canal del líquido de frenos, en la efectividad de las
zapatas y de los cauchos; es decir, asegurarse de que los
cuatro elementos internos del freno garanticen una adecuada
respuesta en la fricción del vehículo.

Pero el liderazgo sobre aquel proyecto, menciona Estupiñán,
debían compartirlo el Consejo Nacional de Tránsito, el
Municipio Metropolitano de Quito y la Politécnica Nacional;
ésta última, como institución equilibrante. ¿Se aprobó? No,
pero quizá pudo dar un buen resultado; aunque para algunos
haya parecido una aventurada decisión.

En Ecuador si se puede

Al inicio, el proyecto de la Politécnica Nacional no se
planteaba una aplicación nacional; pero eso sí se puede hacer,
señala Estupiñan. Pues cree que con el equipo técnico que
cuenta la Politécnica Nacional, en Quito, el Colegio Técnico
Salesiano, en Cuenca, y otras instituciones técnicas del país,
más el aporte económico que en conjunto realicen,
tranquilamente se alcanza a equipar al país de equipos
técnicos y de un confiable respaldo para la revisión
vehicular.

De todas maneras, él está consciente de que esa preferencia
por lo extranjero es común, por nuestra idiosincrasia, pero lo
rechaza diciendo que si los jóvenes estudian ingeniería
mecánica es porque se consideran capaces de afrontar los retos
del presente y del futuro; pero que "no es justo que siempre
tengan que discriminar nuestra capacidad".

Una bodega de chatarra

Estupiñán informa que, hace tres años, Chile rechazó varios
autos LADA, porque no pasaron las pruebas de los equipos de
revisión vehicular; sin embargo, en nuestro país, éstos no
tuvieron ningún inconveniente para transitar. ¿Pasarán las
pruebas que se implementará con los nuevos equipos, en 1997?
Definitivamente no, sobre todo si se les somete a las
estrictas normas estándares mundiales que menciona el director
del Consejo Nacional de Tránsito.

Los autos híbridos, solo si cumplieran con las
especificaciones técnicas reconocidas por la máquina, pasarían
la prueba de revisión; pese a que en nuestro país, la mayoría
de autos híbridos no tienen estructuradas las partes
técnicamente, sino que se someten a soldaduras inseguras;
afirma Estupiñán.

Se pudo evitar problemas

El ingeniero Patricio Estupiñán considera que las fallas
mecánicas más comunes, y que ocasionan los denigrantes
accidentes de tránsito, son:

- Problemas en el sistema de freno.

- Problemas con el paralelismo del chasis.

- Problemas en el sistema de suspensión del vehículo.

- Problemas en el funcionamiento y precisión de la dirección.

- Problemas con el sistema de luces.

- Problemas por la emisión incorrecta de los gases, que
contaminan el medio ambiente.

- Problemas en el sistema del motor y transmisión del
vehículo.

- Problemas por el deficiente estado de los neumáticos, que le
obligan a rodar de forma irregular.

Pero piensa que tales problemas hubiesen disminuído si se
empleaba, a nivel nacional, el proyecto que ellos han
preparado con un criterio muy profesional.

En síntesis, gracias a ese estudio se pretendía evidenciar el
buen estado de los frenos, de la dirección, de las luces, de
los gases de combustión, de las plumas, de los entre
parabrisas, del extintor de incendios y del tubo de escape,
todo lo cual, según Estupiñán, no son cosas que estén fuera de
los términos normales; sin embargo, apoya la implementación de
equipos sofisticados, siempre y cuando quiénes lideren ese
nuevo sistema no permitan continuar con una revisión vehicular
tan superficial, como hasta ahora.

Revisión un problema mundial

Un estudio realizado en la Comunidad Económica Europea,
demostró que si todos los vehículos que circulan en la Unión
Europea fueran sometidos a revisión técnica, se evitarían 65
mil a 172 mil accidentes sin víctimas; entre 19 mil y 36 mil
accidentes con víctimas; emisiones de gases tóxicos en 22 por
ciento y las de hidrocarburos en 10 por ciento. Además, se
ahorrarían alrededor de 1,2 millones de toneladas de
combustibles.

En los países europeos se aplican los sistemas de Estaciones
de Inspección. Colombia trató de aplicar este mismo sistema,
que se lo pretende implantar en el Ecuador, pero desistió
debido a condiciones similares a las ecuatorianas: parque
automotor obsoleto y en su mayoría ajeno a las
especificaciones de los fabricantes.

En Chile, se calificó a los principales talleres de servicio
automotriz en cada región y ciudad, y en cada uno de ellos se
instaló un sistema integral de revisión. Esto implicó una
fuente adicional de ingresos para el sector y el dinero no
salió del país.

La revisión vehicular es un problema mundial. Los accidentes
por fallas mecánicas tienden a crecer, especialmente en los
países subdesarrollados: las condiciones económicas impiden
una renovación permanente del parque automotor, con las
consecuencias de mantener en las calles y carreteras máquinas
cada vez más viejas: las cosas se gastan.

Ante esa realidad, tanto conductores como vehículos deben
tener la capacidad suficiente para responder a imprevistos.
Esa capacidad de respuesta solo puede estar "al pelo" si es
que las máquinas pasan por revisiones técnicas permanentes y
los conductores se capacitan en normas de tránsito. En el país
no ocurre ni lo uno ni lo otro.

La decisión de concesionar la revisión vehicular es vista con
buenos ojos por sectores como la Asociación Ecuatoriana
Automotriz del Interior, AEADI, pero se cuestiona que el
Consejo Nacional de Tránsito no haya consultado a sectores
involucrados en la importación y montaje de vehículos.
(Revista Blanco y Negro No. 110) (Diario HOY) (págs 1-8)
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