LIMA. 25 abr 97. ¿Fueron eliminados tras haberse rendido o
murieron combatiendo? Es la pregunta que todo el Perú se hace
ahora, después de que fuentes de Inteligencia y rehenes liberados
revelaron que varios de los 14 emerretistas vencidos el martes
por un espectacular operativo, habÃan sido abatidos a pesar de
que querÃan rendirse.
El presidente Alberto Fujimori afirmó ayer en rueda de prensa,
que "frente a un terrorista armado ninguno de los comandos iba
a presentar su pecho".
"Naturalmente, se tuvo que enfrentarlos y de ahà que la balacera
fuera más intensa de lo previsto", agregó.
Fujimori eludió responder una pregunta sobre si habÃa dado la
orden de no tomar prisioneros. La única orden, dijo, era sacar
a los rehenes sanos y salvos.
REMATARON A LOS GUERRILLEROS
Por Pablo Biffi
¡Nos jodimos, nos jodimos!" gritó Néstor Cerpa Cartolini, el
lÃder del comando guerrillero, cuando escuchó la primera
explosión, que significó el inicio del fulminante ataque,
ordenado por el presidente peruano Alberto Fujimori, a la
residencia del embajador japonés. Eran las 15h23 (20h23 GMT) del
martes. Quince minutos después, Cerpa y los otros 13 emerretistas
que el pasado 17 de diciembre habÃan tomado la residencia del
embajador japonés estaban muertos.
Miembros de los servicios de Inteligencia y de la PolicÃa que
participaron en el operativo hablaron en exclusiva para El
ClarÃn.
Según dijeron, cinco de los guerrilleros que jugaban al fútbol
en la planta baja murieron al estallar una poderosa bomba
colocada contra el piso de la vivienda, a través de un túnel
pacientemente construido a lo largo de un mes por mineros civiles
traÃdos desde el interior del paÃs.
Giovanna, una de las mujeres del comando, estaba viendo el
partido y también murió destrozada por la explosión.
Cerpa Cartolini, que poco antes corrÃa descalzo y en short detrás
de una pelota con su lugarteniente, Roli Rojas ("El Arabe"),
logró salvarse de la detonación y corrió desarmado a buscar
refugio escaleras arriba, donde se encontraban los rehenes. En
ese momento ya habÃa ingresado la avanzada del comando, que le
disparó un tiro en la frente y otro en la mejilla derecha.
"HabÃa masa encefálica por todas partes, por toda la escalera",
relató una de las fuentes de Inteligencia, haciendo gestos con
las manos y con expresión de repugnancia.
"No nos maten, auxilio"
Después de estallar la bomba, otras dos mujeres guerrilleras -de
menos de 20 años de edad- quedaron atontadas por la explosión.
Se vieron venir las tropas encima y gritaron que se rendÃan, pero
fueron acribilladas. Las dos muchachas habÃan sido comisionadas
por Cerpa Cartolini para custodiar la puerta de la residencia.
"Me rindo, no me maten, auxilio", gritaron aterrorizadas las dos
chicas, antes de caer ante el fuego cruzado, dijeron las fuentes
de Inteligencia. El Gobierno de Alberto Fujimori informó, en
cambio, que los 14 miembros de la organización murieron en
combate o como consecuencia del ataque.
El comando de asalto incluyó a 72 hombres, especialmente
entrenados para servir de escudos humanos para cada uno de los
rehenes de la residencia. Los guerrilleros que se encontraban en
la planta superior lograron matar al uniformado a cargo de
custodiar al canciller Francisco Tudela, quien fue herido en una
pierna, y a otro comando que intentó ingresar por una puerta
superior.
Entre los muertos durante el partido de fútbol estaba Roly Rojas.
Pese a que su cuerpo estaba destrozado, aún podÃa verse su
vestimenta: un pantalón de lanilla de color celeste y una remera
blanca. "TenÃa una bala en la cabeza. Muchos fueron rematados",
reveló la fuente.
Entre los que murieron en la planta baja, "ninguno estaba armado,
porque las armas las habÃan dejado en la cocina", reveló la
fuente. Una de los informantes consultados, un oficial que
ingresó a la vivienda solo una hora después de finalizado el
ataque, dijo que los que sobrevivieron a la explosión murieron
por disparos efectuados por las fuerzas de seguridad desde el
primer piso. Allà habÃan llegado luego de alcanzar la terraza de
la casona.
En las escaleras también murieron tres guerrilleros que
intentaron resistir en la planta superior. La orden que tenÃa el
grupo que recapturó la residencia, unos 140 hombres bien
entrenados, pertenecientes a las tres fuerzas armadas y a la
PolicÃa Nacional, era disparar a matar y sin dudar.
Además de la precisión y el factor sorpresa, el grupo de asalto
estuvo apoyado por francotiradores alistados en los alrededores
de la residencia, un helicóptero y un avión militar que servÃa
para detectar los movimientos de las personas dentro de la
casona.
Solo 15 minutos
Los gases paralizantes y lacrimógenos ya habÃan provocado el
efecto deseado. A las fuerzas de seguridad les bastaron solo 15
minutos para dominar la situación, aunque toda la operación duró
tres cuartos de hora. Mientras el comando emerretista iba cayendo
bajo las balas, un grupo de soldados habÃa comenzado la
evacuación de los 72 rehenes, pero uno de ellos murió.
Ex rehenes consultados por ClarÃn, que prefirieron guardar su
nombre en el anonimato, pusieron en duda el número de
emerretistas que formaban parte del comando.
Por haber convivido tanto tiempo con los hombres liderados por
Cerpa, las fuentes aseguraron que eran más de 14, acaso 16 ó 17,
y que pudieron haber escapado o encontrarse detenidos. Ya en
enero, cuando poco a poco Cerpa Cartolini fue liberando rehenes,
los cautivos aseguraban casi con certeza que el comando estaba
integrado por más de 20 personas.
A las 15h23, en plena cálida tarde limeña, siete u ocho minutos
después de que Fujimori diera la orden de actuar, desde el túnel
con tres ramificaciones que llegaban a puntos clave de la planta
baja de la residencia, comenzaron a trepar grupos de comandos
para eliminar a los rebeldes.
Paralelamente, por el frente, por el costado y por el fondo de
la
casona, otros grupos tomaban posición en lugares estratégicos en
el techo y en el parque, apoyados por francotiradores.
El grupo rebelde no tuvo tiempo de reaccionar al ataque. La
velocidad del operativo les impidió activar los mecanismos de
seguridad, que consistÃan fundamentalmente en explosivos que
habÃan instalado en la residencia poco después del ocupamiento.
Tampoco pudieron usar algo del poderoso armamento quealmacenaron
en la casona y que en el momento del ataque estaba acumulado en
la cocina de la residencia. Solo pudieron defenderse al llegar
a los fusiles AK M, los famosos "cuernos de chivo" con los cuales
causaron las dos únicas bajas de las fuerzas atacantes. (DIARIO
HOY) (P. 12-A)
en
Explored
Publicado el 25/Abril/1997 | 00:00