A LA CAZA DE LOS 4 DRAGONES
Quito. 14.05.91. La senda emprendida por los 4 dragones
asiáticos -Corea del Sur, Taiwán, Hong Kong y Singapur-
aparece como el paradigma a seguirse por parte de los paÃses
del "Tercer Mundo" que buscan una inserción exitosa en la
economÃa mundial.
Si bien las caracterÃsticas culturales, sociales y económicas
de estos paÃses del sudeste asiático difieren de lo que ocurre
en América Latina, la experiencia aperturista de estas
naciones constituye un ejemplo aleccionador sobre cuáles son
las condiciones previas que se deben cumplir, para incursionar
adecuadamente en los mercados internacionales. Los casos de
Hong Kong y Corea del Sur ofrecen una vÃa de
internacionalización de la economÃa, similar a la que persigue
ahora el Pacto Andino.
Hong Kong, una historia basada en el ahorro y China
Al concluir la segunda guerra mundial, Hong Kong comenzó a
establecer una economÃa basada en un sector manufacturero que
opera a bajo costo, con gran intensidad de trabajo, señala una
reseña del Fondo Monetario Internacional.
En vista de que el territorio de este paÃs es tan pequeño,
Hong Kong debió concentrar el desarrollo industrial en una
industria liviana que pudiera funcionar en edificios de varios
pisos.
Según el FMI, las primeras empresas manufactureras eran
pequeñas y para establecerse y expandir sus operaciones se
basaban principalmente en el ahorro personal y en el capital
que acumulaban.
En la medida en que la economÃa de Hong Kong estaba orientada
hacia el exterior y le afectaba la continua variación de las
circunstancias internacionales, esa nación debió recurrir a
una flexibilización de su aparato productivo.
La flexibilidad se refleja en la estructura de las empresas y,
en especial, en la continua preponderancia de las de pequeña
escala. Esto ha sido posible por cuanto las empresas están
autorizadas -y dispuestas- a introducir cambios en los
productos, los insumos, los salarios y el empleo cuando varÃan
las condiciones del mercado.
En la década de los 80, al encontrar en China mejores
condiciones para la producción de la industria liviana, Hong
Kong dirigió sus capitales a la República Popular China, con
lo que se estrecharon los lazos económicos entre ambas
naciones: China adquiere el 25% de la exportación de Hong
Kong, mientras que el 35% de las importaciones de este paÃs
provienen de la China.
El comercio directo de Hong Kong y China se basa en la
proximidad geográfica de ambos y el carácter complementario de
sus economÃas. Es muy considerable el comercio de
reexportación, por el cual los bienes fabricados en China y
terminados o embalados en Hong Kong se exportan a terceros
paÃses.
Adicionalmente, los lazos comerciales que unen Hong Kong y
China se han visto reforzados por un gran número de
inversiones recÃprocas: se estima que entre el 60 y 70% de la
inversión extranjera efectuada en China proviene de Hong Kong;
a su turno, China ha realizado considerables inversiones en
Hong Kong, en los sectores inmobiliarios, comercial, del
transporte y bancario.
Otro sector importante de la economÃa de este dragón asiático
constituye la rama financiera, que en los años 70 y 80
convirtieron a este paÃs un gran centro internacional, hecho
al que contribuyeron el bajo nivel impositivo y la poca
estrictez del régimen reglamentario del territorio, la
presencia de trabajadores capacitados, modernos sistemas de
comunicaciones y una clara estructura jurÃdica.
En la actualidad, los servicios financieros comprenden más de
10 mil empresas, en los que trabajan más de 100 mil personas y
son la fuente del 17% del PIB, con lo cual va ligeramente
detrás de la actividad industrial.
Un Estado pequeño, pero vigoroso
Aunque el papel del Estado es importante en lo referente al
desarrollo de la infraestructura y a la prestación de
servicios de vivienda y salud pública, el sector público es
reducido.
Un aspecto curioso de la estructura orgánica del Estado de
Hong Kong constituye el hecho de que no exista un banco
central, por lo cual la polÃtica monetaria es elaborada por la
Oficina de Asuntos Monetarios del Gobierno.
En la actualidad, no se aplican aranceles aduaneros y las
exportaciones ya no gozan de subvenciones, aunque la
exportación de determinados productos textiles y prendas de
vestir está sujeta a limitaciones.
En suma, Hong Kong es un paÃs de escasÃsimos recursos
naturales y una gran densidad poblacional, que ha centrado el
desarrollo de su economÃa en la habilidad comercial de sus
habitantes, en su capacidad de adaptación, en su elevada
propensión al ahorro y en la importancia del comercio con la
China comunista.
Corea fue proteccionista antes de abrirse al mundo
El camino seguido por Corea del Sur para ingresar en un
esquema de libre comercio presupuso la modernización del campo
y la eliminación previa de las grandes propiedades agrarias,
asà como una cierta nivelación entre los ingresos rurales y
urbanos y la reducción de la desigualdad.
Antes de entrar en una etapa de apertura, Corea del Sur
mantuvo, y en algunos casos aún mantiene, fuertes
restricciones a las importaciones. Como señala el experto
sudcoreano T.W. Kang en "¿Será Corea el próximo Japón?", el
debate acerca de si deben continuar ciertas barreras
arancelarias en Corea del Sur, el más poderoso de los tigres,
seguirá siendo el "tema de muchas discusiones en el
futuro".
Otro aspecto trascendental en el éxito de Corea, fue la
restricción a la inversión extranjera que no estuviera ligada
a la aportación de tecnologÃas de punta. Corea pudo
privilegiar cierto tipo de ventas externas a través de
subvenciones estatales, asà como desarrollar algunas de sus
industrias a través de exenciones de derechos de importación
sobre materias primas y piezas de repuesto. (A-2).
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Publicado el 14/Mayo/1991 | 00:00