Andrés Oppenheimer
Columnista de The Miami Herald
Una nueva encuesta que revela que el exalcalde de Bogotá Enrique Peñalosa podría derrotar al presidente Juan Manuel Santos en la segunda vuelta de las próximas elecciones presidenciales de Colombia ha conmocionado a ese país, y -aunque Santos sigue llevando la delantera según otras encuestas- lo cerrado de la contienda sugiere que hay un cansancio de los colombianos con sus políticos tradicionales.
Hay que tener en cuenta que la encuesta Datexco publicada el 17 de marzo por el diario El Tiempo, que reveló que el candidato del Partido Verde, Peñalosa, ganaría una probable segunda vuelta electoral con 40,4% de los votos contra 37,1% de Santos, fue una encuesta telefónica con un margen de error del 3,1%.
Las encuestas telefónicas suelen acudir a los hogares de ingresos más altos, y son usualmente menos precisas que las encuestas personales.
Y también es cierto que Peñalosa podría correr la suerte de su predecesor. El excandidato del Partido Verde, Antanas Mockus, también exalcalde de Bogotá, generó mucho entusiasmo como candidato en las presidenciales de 2010, pero Santos lo derrotó con toda comodidad en la segunda vuelta.
Peñalosa, sin embargo, tiene algunas cosas a su favor. Ganó las elecciones primarias del Partido Verde el 9 de marzo en una consulta en la que sacó muchos más votos que los que Mockus obtuvo en las elecciones generales de 2010.
Graduado en economía en Duke University en Estados Unidos y doctorado en Administración Pública en la Universidad de París, Peñalosa es uno de los más innovadores planificadores urbanos de Latinoamérica, y se ha ganado la reputación de ser un político que resuelve problemas cotidianos de los ciudadanos.
Como alcalde de Bogotá entre 1998 y 2001, Peñalosa puso en marcha el sistema de tránsito Transmilenio, y popularizó el uso de las bicicletas creando 300 kilómetros de ciclovías en la capital colombiana.
El afirma con frecuencia que "una ciudad avanzada no es aquella en la que hasta los pobres empiezan a andar en automóvil, sino aquella en la que hasta los ricos empiezan a usar el transporte público".
Peñalosa se traslada por Bogotá -en su campaña- en bicicleta, y va solo, sin guardaespaldas.
Esta semana, cuando entrevisté a Peñalosa, me manifestó que Santos es "un candidato relativamente vulnerable".
"Hay personas que no tienen mucha conexión con los ciudadanos, y son elegidos porque otros que sí tienen conexión con los ciudadanos los apoyan", me dijo Peñalosa. "Santos fue elegido con el apoyo del expresidente Álvaro Uribe". Cuando le pregunté cómo podría ganar sin la máquina política de Juan Manuel Santos, Peñalosa respondió que en una elección presidencial la maquinaria política no es tan esencial como en las elecciones locales, porque los medios nacionales dan cobertura gratuita a los principales candidatos.
En lo que respecta a política exterior, Peñalosa me dijo que Santos ha tenido una posición "exageradamente conciliadora con Venezuela". Y agregó: "Sin que Colombia intervenga de ninguna manera en los asuntos internos de Venezuela, creo que Colombia debe explicar más claramente su desacuerdo con las restricciones a la democracia que están siendo implantadas progresivamente en Venezuela".
Varios analistas políticos colombianos me expresan que Peñalosa se está beneficiando de diversos asuntos.
Primero, los votantes están cansados de la lucha permanente entre Santos y Uribe, el carismático expresidente que eligió a Santos -su ex ministro de Defensa- como heredero político, y después se convirtió en su mayor enemigo.
En segundo término, Uribe ha estado recorriendo el país atacando a Santos por sus negociaciones con la guerrilla de las FARC, por su supuesta inhabilidad para controlar la delincuencia, y por su acercamiento a Venezuela. La campaña 'anti-Santos' de Uribe está beneficiando indirectamente a Peñalosa.
En tercer lugar, la campaña de Peñalosa ofrece una propuesta fresca, contraria a la política tradicional, que le cae bien a mucha gente.
"Estamos viendo una gran pérdida de credibilidad de la clase política colombiana", me señaló el analista político colombiano Pedro Medellín. "Eso claramente beneficia a Peñalosa".
Javier Restrepo, encuestador de la empresa Ipsos, advierte que también Peñalosa tiene problemas de imagen. A veces parece demasiado soberbio, y condescendiente hacia quienes carecen de sus credenciales académicas, dice.
"Claramente hay un mensaje de la opinión pública de que queremos a alguien más en la contienda electoral , y Peñalosa está representando ese 'alguien mas', me indicó Restrepo. "Pero está por verse si se podrá mantener a la altura de las expectativas de los ciudadanos".
Mi opinión: Sigo pensando que Santos lleva las de ganar, porque tendrá una maquinaria política mucho más poderosa que cualquiera de sus rivales.
Pero -considerando que el Presidente no logra despegar en las encuestas para la primera vuelta del 25 de mayo- puede que la segunda ronda electoral se convierta en un "todos contra Santos".
Y en ese escenario, se le podrían complicar las cosas.