Quito. 18.04.95. En las diversas entrevistas que la Sección
Cultural ha realizado para abordar la problemática del patrimonio
religioso, se ha repetido una y otra vez que el Instituto
Nacional de Patrimonio Cultural (INPC), asà como las órdenes
religiosas, no disponen del dinero suficiente para promover
nuevos planes y proyectos en favor de este sector.
Se ha dicho, entonces, que la única salida podrÃa estar en manos
de la empresa privada y las fundaciones culturales, que,
aparentemente con mayores recursos económicos, estarÃan en la
capacidad de hacerse cargo de ciertos museos religiosos, templos
y conventos del paÃs, que hoy se enfrentan a problemas como los
robos, la falta de material informativo para los turistas, el
deterioro de piezas importantes por la falta de dinero para la
restauración, entre otras cosas.
En este artÃculo consultamos a algunas entidades privadas, sobre
la posibilidad de que asuman la promoción del patrimonio
religioso. Las respuestas no son muy alentadoras...
SOLO PROMOVER Y PROYECTAR
Manuel Calisto dirige la Fundación Caspicara, una de las pocas
entidades nacionales y privadas -si no es la única- que ha sido
creada para conservar y preservar el patrimonio cultural
ecuatoriano, a través de proyectos concretos.
Calisto también es el representante en el Ecuador de otra entidad
privada, la Fundación Getty, de los Estados Unidos, que desde
hace algunos años aporta importantes sumas de dinero para
restaurar monumentos y sitios históricos de Quito.
Cuando le preguntamos a Manuel Calisto si las Fundaciones
Caspicara o Getty estarÃan dispuesta a -más allá de trabajar en
proyectos concretos o coyunturales- asumir la promoción del
patrimonio cultural, nos dice: "No es nuestra función, no nos
hemos dedicado a pensar en esto. Tenemos objetivos definidos, y
si empezamos a salirnos de éstos dejamos de ser lo que somos".
La Fundación Caspicara -dice Calisto- trabaja sobre todo apoyando
proyectos del Municipio; son pocos los proyectos que realiza por
su propia cuenta, porque "conseguir dinero para la cultura es
difÃcil". Por eso, Caspicara se ha convertido, fundamentalmente,
en la entidad ecuatoriana que canaliza los dineros que entrega la
Fundación Getty. "Otro tipo de acciones no está en nuestras
manos, sino en las del gobierno y del Municipio. Yo participo de
la pena de ver muchas cosas que están deteriorándose, pero
nuestra función la cumplimos hasta donde existen sábanas".
Asimismo, Calisto dice que "la Fundación Getty está para
proyectos de envergadura" (ha realizado estudios sobre el control
de la contaminación en el centro histórico, realizó un proyecto
piloto de mejoramiento de la calle GarcÃa Moreno, actualmente
trabaja en la restauración de la biblioteca de La Merced...).
Para otro tipo de cosas hay que intentar interesar al propio
gobierno, ellos tendrán que proveer de más fondos al INPC, o que
se yo, pero eso no es asunto nuestro. Nuestra función es promover
proyectos, y en eso cumplimos nuestra tarea".
NO HAY INTERES TURISTICO
Sobre los proyectos turÃsticos proyectados a la difusión y
mejoramiento del patrimonio cultural y religioso, conversamos con
Armando Espinel, ministro de comunicación y turismo.
"El Ministerio de Turismo promueve de manera general el paÃs,
nacional y sobre todo internacionalmente. No existe una área
especial en cuanto a la difusión del turismo histórico y
cultural", dice Espinel, y agrega que el Ministerio "de vez en
cuando ha patrocinado alguna mejora (como los 400 millones de
sucres entregados para los trabajos en el Castillo de Ingapirca)
pero no es nuestra función esa. Eso le corresponde al Ministerio
de Educación, seguramente, y la promoción más particular les
corresponde a los operadores de turismo".
- ¿Pero no serÃa una contradicción que el Ministerio promueva el
paÃs, y por otro lado se desentienda del estado en el que se
encuentran, por ejemplo, los templos o museos religiosos, o si
éstos están abiertos al público?
Eso desgraciadamente ya no nos corresponde a nosotros... Yo te
promuevo la parte general, no la parte particular. Yo no te
promuevo especÃficamente un museo, te promuevo museos...
- ¿No tiene el Ministerio de Turismo ninguna relación con el INPC?
El INPC es un organismo totalmente aparte del Ministerio. Claro
que si mañana al INPC se le ocurre un plan nosotros los
ayudaremos, pero una cosa obligatoria no la tenemos. Nosotros no
podemos abarcar todo.
- ¿Tiene el Ministerio proyectos o propuestas para una mejor
difusión turÃstica del patrimonio cultural?
No nos corresponde. Hacemos recomendaciones cuando creemos que
debemos hacerlas, pero esto no nos corresponde.
"El turismo cultural es solo un complemento"
Por su parte, Sebastián Cornejo, presidente de la Asociación de
Agencias y Operadores de Turismo Mayorista (ASECUT), manifiesta
que el problema de la difusión del turismo cultural se da porque
el producto Ecuador sale al mundo sobre todo como un producto de
naturaleza.
"En los folletos se promueve básicamente la parte natural,
parques indÃgenas y algo de Quito. La parte cultural y religiosa
viene a constituir una parte importante de las excursiones de la
ciudad, aunque no es una prioridad", dice Cornejo, quien afirma
que el turismo cultural e histórico "está promovida al mÃnimo".
Cornejo asegura que la única relación de los operadores de
turismo con Ministerio se da en las ferias internacionales.
"Aparte de eso, los planes del Ministerio no son muy claros como
para que nosotros podamos unirnos".
LA CREATIVIDAD DE ALGUNOS SACERDOTES
Hace un par de años, José Luis Micó, rector de la Iglesia de la
CompañÃa, se dedicó a buscar ayuda para reconstruir el templo,
afectado por el sismo de 1987. Como las entidades extranjeras no
respondÃan y en el paÃs se respondÃa muy poco, se le ocurrió
acudir a la empresa privada y a personas particulares. Asà fue
como nació la Fundación Iglesia de la CompañÃa, un proyecto único
en el paÃs que funcionó muy bien durante algunos meses, pero que
hoy está algo paralizado porque su principal fuente de ingresos,
el Banco de los Andes, desapareció.
"No podÃamos comenzar ningún programa serio de restauración
porque no contábamos con financiación. Entonces contactamos con
el Banco de Pichincha, el Banco de los Andes, entidades como la
Fundación Mariana de Jesús y la Universidad Católica, que
mostraron interés..."
Asà se creó legalmente la Fundación Iglesia de la CompañÃa, que
cuenta con unos 15 o 20 socios numerarios -entre empresas,
instituciones y personas particulares- que se comprometieron a
apoyar con dinero mensualmente, anualmente, o de cuando en
cuando.
"Con el dinero que recaudamos restauramos los tejuelos de las
cúpulas de la iglesia, financiamos la restauración de unos
cuantos cuadros, imprimimos tarjetas de navidad... Con la quiebra
del Banco de los Andes la marcha de la Fundación está un poco
paralizada, pero hoy buscamos una entidad que reemplace al Banco
de los Andes como mecenas principal", dice Micó.
Según nos cuenta el sacerdote, "la Fundación se creó porque no
solo buscábamos apoyos momentáneos, sino sobre todo una ayuda
permanente. Los trabajos de reconstrucción y restauración durarán
dos o tres años más y ahà se acaban, la Fundación, en cambio,
estará siempre preocupada por la CompañÃa".
Entre los planes que tiene el padre José Luis Micó para la
Fundación, está la edición de libros sobre la CompañÃa, hacer
postales, estudios sobre la pintura de la Iglesia, preparar
conferencias, actos sociales y culturales, además de hacer una
sala audiovisual para los turistas que deseen conocer más sobre
la historia de la CompañÃa, y crear un pequeño museo donde hoy
funcionan el taller de restauración.
Asimismo, el sacerdote explica que se ha pensado preparar
folletos explicativos para los turistas, y entre otras cosas,
contratar guÃas profesionales y cobrar la entrada a la iglesia,
para asegurarse un presupuesto fijo y posteriormente lograr la
autofinanciación.
Al parecer, en la Iglesia de la CompañÃa los sacerdotes se han
movido mucho y han demostrado tener mucha creatividad cuando se
trata de preservar y promover el patrimonio religioso. Será por
eso que ésta es la única iglesia de Quito que tiene un guardia de
seguridad, y quizás de las pocas entidades que ha invertido el
dinero entregado por entidades públicas, y asà lo ha
multiplicado. (6B)
Cultural ha realizado para abordar la problemática del patrimonio
religioso, se ha repetido una y otra vez que el Instituto
Nacional de Patrimonio Cultural (INPC), asà como las órdenes
religiosas, no disponen del dinero suficiente para promover
nuevos planes y proyectos en favor de este sector.
Se ha dicho, entonces, que la única salida podrÃa estar en manos
de la empresa privada y las fundaciones culturales, que,
aparentemente con mayores recursos económicos, estarÃan en la
capacidad de hacerse cargo de ciertos museos religiosos, templos
y conventos del paÃs, que hoy se enfrentan a problemas como los
robos, la falta de material informativo para los turistas, el
deterioro de piezas importantes por la falta de dinero para la
restauración, entre otras cosas.
En este artÃculo consultamos a algunas entidades privadas, sobre
la posibilidad de que asuman la promoción del patrimonio
religioso. Las respuestas no son muy alentadoras...
SOLO PROMOVER Y PROYECTAR
Manuel Calisto dirige la Fundación Caspicara, una de las pocas
entidades nacionales y privadas -si no es la única- que ha sido
creada para conservar y preservar el patrimonio cultural
ecuatoriano, a través de proyectos concretos.
Calisto también es el representante en el Ecuador de otra entidad
privada, la Fundación Getty, de los Estados Unidos, que desde
hace algunos años aporta importantes sumas de dinero para
restaurar monumentos y sitios históricos de Quito.
Cuando le preguntamos a Manuel Calisto si las Fundaciones
Caspicara o Getty estarÃan dispuesta a -más allá de trabajar en
proyectos concretos o coyunturales- asumir la promoción del
patrimonio cultural, nos dice: "No es nuestra función, no nos
hemos dedicado a pensar en esto. Tenemos objetivos definidos, y
si empezamos a salirnos de éstos dejamos de ser lo que somos".
La Fundación Caspicara -dice Calisto- trabaja sobre todo apoyando
proyectos del Municipio; son pocos los proyectos que realiza por
su propia cuenta, porque "conseguir dinero para la cultura es
difÃcil". Por eso, Caspicara se ha convertido, fundamentalmente,
en la entidad ecuatoriana que canaliza los dineros que entrega la
Fundación Getty. "Otro tipo de acciones no está en nuestras
manos, sino en las del gobierno y del Municipio. Yo participo de
la pena de ver muchas cosas que están deteriorándose, pero
nuestra función la cumplimos hasta donde existen sábanas".
Asimismo, Calisto dice que "la Fundación Getty está para
proyectos de envergadura" (ha realizado estudios sobre el control
de la contaminación en el centro histórico, realizó un proyecto
piloto de mejoramiento de la calle GarcÃa Moreno, actualmente
trabaja en la restauración de la biblioteca de La Merced...).
Para otro tipo de cosas hay que intentar interesar al propio
gobierno, ellos tendrán que proveer de más fondos al INPC, o que
se yo, pero eso no es asunto nuestro. Nuestra función es promover
proyectos, y en eso cumplimos nuestra tarea".
NO HAY INTERES TURISTICO
Sobre los proyectos turÃsticos proyectados a la difusión y
mejoramiento del patrimonio cultural y religioso, conversamos con
Armando Espinel, ministro de comunicación y turismo.
"El Ministerio de Turismo promueve de manera general el paÃs,
nacional y sobre todo internacionalmente. No existe una área
especial en cuanto a la difusión del turismo histórico y
cultural", dice Espinel, y agrega que el Ministerio "de vez en
cuando ha patrocinado alguna mejora (como los 400 millones de
sucres entregados para los trabajos en el Castillo de Ingapirca)
pero no es nuestra función esa. Eso le corresponde al Ministerio
de Educación, seguramente, y la promoción más particular les
corresponde a los operadores de turismo".
- ¿Pero no serÃa una contradicción que el Ministerio promueva el
paÃs, y por otro lado se desentienda del estado en el que se
encuentran, por ejemplo, los templos o museos religiosos, o si
éstos están abiertos al público?
Eso desgraciadamente ya no nos corresponde a nosotros... Yo te
promuevo la parte general, no la parte particular. Yo no te
promuevo especÃficamente un museo, te promuevo museos...
- ¿No tiene el Ministerio de Turismo ninguna relación con el INPC?
El INPC es un organismo totalmente aparte del Ministerio. Claro
que si mañana al INPC se le ocurre un plan nosotros los
ayudaremos, pero una cosa obligatoria no la tenemos. Nosotros no
podemos abarcar todo.
- ¿Tiene el Ministerio proyectos o propuestas para una mejor
difusión turÃstica del patrimonio cultural?
No nos corresponde. Hacemos recomendaciones cuando creemos que
debemos hacerlas, pero esto no nos corresponde.
"El turismo cultural es solo un complemento"
Por su parte, Sebastián Cornejo, presidente de la Asociación de
Agencias y Operadores de Turismo Mayorista (ASECUT), manifiesta
que el problema de la difusión del turismo cultural se da porque
el producto Ecuador sale al mundo sobre todo como un producto de
naturaleza.
"En los folletos se promueve básicamente la parte natural,
parques indÃgenas y algo de Quito. La parte cultural y religiosa
viene a constituir una parte importante de las excursiones de la
ciudad, aunque no es una prioridad", dice Cornejo, quien afirma
que el turismo cultural e histórico "está promovida al mÃnimo".
Cornejo asegura que la única relación de los operadores de
turismo con Ministerio se da en las ferias internacionales.
"Aparte de eso, los planes del Ministerio no son muy claros como
para que nosotros podamos unirnos".
LA CREATIVIDAD DE ALGUNOS SACERDOTES
Hace un par de años, José Luis Micó, rector de la Iglesia de la
CompañÃa, se dedicó a buscar ayuda para reconstruir el templo,
afectado por el sismo de 1987. Como las entidades extranjeras no
respondÃan y en el paÃs se respondÃa muy poco, se le ocurrió
acudir a la empresa privada y a personas particulares. Asà fue
como nació la Fundación Iglesia de la CompañÃa, un proyecto único
en el paÃs que funcionó muy bien durante algunos meses, pero que
hoy está algo paralizado porque su principal fuente de ingresos,
el Banco de los Andes, desapareció.
"No podÃamos comenzar ningún programa serio de restauración
porque no contábamos con financiación. Entonces contactamos con
el Banco de Pichincha, el Banco de los Andes, entidades como la
Fundación Mariana de Jesús y la Universidad Católica, que
mostraron interés..."
Asà se creó legalmente la Fundación Iglesia de la CompañÃa, que
cuenta con unos 15 o 20 socios numerarios -entre empresas,
instituciones y personas particulares- que se comprometieron a
apoyar con dinero mensualmente, anualmente, o de cuando en
cuando.
"Con el dinero que recaudamos restauramos los tejuelos de las
cúpulas de la iglesia, financiamos la restauración de unos
cuantos cuadros, imprimimos tarjetas de navidad... Con la quiebra
del Banco de los Andes la marcha de la Fundación está un poco
paralizada, pero hoy buscamos una entidad que reemplace al Banco
de los Andes como mecenas principal", dice Micó.
Según nos cuenta el sacerdote, "la Fundación se creó porque no
solo buscábamos apoyos momentáneos, sino sobre todo una ayuda
permanente. Los trabajos de reconstrucción y restauración durarán
dos o tres años más y ahà se acaban, la Fundación, en cambio,
estará siempre preocupada por la CompañÃa".
Entre los planes que tiene el padre José Luis Micó para la
Fundación, está la edición de libros sobre la CompañÃa, hacer
postales, estudios sobre la pintura de la Iglesia, preparar
conferencias, actos sociales y culturales, además de hacer una
sala audiovisual para los turistas que deseen conocer más sobre
la historia de la CompañÃa, y crear un pequeño museo donde hoy
funcionan el taller de restauración.
Asimismo, el sacerdote explica que se ha pensado preparar
folletos explicativos para los turistas, y entre otras cosas,
contratar guÃas profesionales y cobrar la entrada a la iglesia,
para asegurarse un presupuesto fijo y posteriormente lograr la
autofinanciación.
Al parecer, en la Iglesia de la CompañÃa los sacerdotes se han
movido mucho y han demostrado tener mucha creatividad cuando se
trata de preservar y promover el patrimonio religioso. Será por
eso que ésta es la única iglesia de Quito que tiene un guardia de
seguridad, y quizás de las pocas entidades que ha invertido el
dinero entregado por entidades públicas, y asà lo ha
multiplicado. (6B)
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