Guayaquil. 04 abr 99. El sector productivo del país pide al
Gobierno que reaccione ante la crisis económica actual, que ha
llevado al cierre o a la inestabilidad a las empresas que lo
integran, con una consecuencia social grave: el incremento
acelerado del índice del desempleo. Algunos estiman que estos
problemas se profundizarán en este mes de abril.

"Al Gobierno solo le preocupa el presupuesto del Estado, pero
no escucha a los sectores productivos. Si mantiene esa actitud
la situación será más grave aún", advirtió el presidente de la
Cámara de Comercio de Machala y presidente del Club de
Deudores a nivel nacional, Numa Ramírez.

En localidades como Machala, que en la última encuesta del
Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), realizada
en noviembre, registraba un índice de desempleo del 11,8% -el
más alto a nivel urbano-, la desocupación se habría colocado
actualmente en el 16%, según estimaciones de la Cámara de
Comercio local.

Mientras que en Cuenca, la ciudad que reportaba el menor
índice de desempleo en la referida encuesta (6,7%), "la crisis
ha revertido esa realidad", sostiene el presidente de la
Cámara de la Pequeña Industria del Azuay, César Piedra.

Pichincha

Al menos 153 pequeñas empresas de Pichincha cerraron en dos
semanas, tras la congelación de las cuentas bancarias, informó
el presidente de la Cámara de la Pequeña Industria de esa
provincia, Raúl Mendizábal. La crisis económica por la que
atraviesa Ecuador "nos ha afectado de la manera más
despiadada", dijo.

De acuerdo con esta información, con el cierre de las 153
empresas, alrededor de 5.000 personas han perdido sus empleos.
La serie de despidos a la que se han visto obligadas a
realizar otras compañías que aún están operando, constituyen
una reducción del 50% del personal.

"Como Cámara, hemos insistido que no despidamos a la gente, y
que se utilice el mecanismo de las vacaciones adelantadas o
forzadas", anota Mendizábal al referirse a la gravedad de la
crisis que ha afectado a todos los sectores económicos del
país.

Ambato

En Ambato las obras civiles públicas y privadas están
paralizadas en el 40%, lo cual mantiene sin trabajo a un
porcentaje similar de la mano de obra que participa en esta
actividad formada por unas 70.000 personas.

El presidente de la Cámara de la Construcción de Ambato,
Fernando González, expone que la inestabilidad del sector
financiero acarrea serias consecuencias para las empresas y
que por ello, en abril, la crisis será todavía más grave, por
cuanto los pocos recursos de los que disponía el sector
productivo se han agotado.

González, quien también está relacionado con la industria de
la curtiembre (producción de cuero para zapatos), dice que las
operaciones se han estancado en el 80%. "Hemos optado por dar
vacaciones a los empleados y ver qué pasa, el problema es que
tampoco hay dinero para solventar los despidos, porque eso
significa un rubro enorme".

La industria de la curtiembre es una de las más participativas
en el aparato productivo de la provincia de Tungurahua y
emplea al 30% de la población económicamente activa de esa
localidad.

El sector está desfinanciado. "Nuestras ventas son a 30 y 60
días y la recuperación de la cartera no ha llegado al 5%; el
95%, o ha sido protestado o ha sido refinanciado", comenta
González.

Esto les impide afrontar gastos corrientes como sueldos a
empleados o mano de obra contrada.

La inestabilidad bancaria repercute en las actividades
productivas. "La semana pasada hicimos una importación de
Miami y no nos quisieron aceptar una carta de crédito por 5
mil dólares de ningún banco del Ecuador. Estamos en la ruina,
no tenemos credibilidad a nivel internacional", recalca.

Azuay

El presidente de los pequeños industriales de Azuay, César
Piedra, opina que el desempleo provine de dos fuentes: la
crisis y la| falta de incentivos a la producción, que ocurre
desde hace varios años.

En promedio, conforme estima el representante gremial, las
empresas han reducido el 10% de su personal, aunque en algunas
los despidos han llegado al 20% de la nómina. Todo esto
significa unos 450 puestos y un número similar de familias en
problemas. "Desde noviembre hasta la fecha conocemos que entre
las pequeñas y medianas empresas, al menos 27 habrían
cerrado", menciona.

"Parece que el Presidente (de la República) aún no está
consciente de lo que ocurre en el país, pero la realidad lo va
a obligar a abrir los ojos", expresa.

Entre los sectores más afectados en esa provincia se halla el
de la confección, que anteriormente se ha visto perjudicado
por la falta de control en la comercialización de ropa usada a
precios muy bajos y ahora por el alza en el costo de los
insumos en el 50%.

"Todo esto, sumado al congelamiento, no nos permite solventar
el gasto de mano de obra", dice.

El apoyo del Gobierno a los microempresarios es la demanda de
los pequeños industriales del Azuay. "Un microempresario
necesita únicamente de 2 a 10 millones para operar, no es
mucho lo que pedimos", señala.

Los Ríos

En Los Ríos el sector de la construcción está paralizado.
"Tanto la obra civil pública como privada están detenidas, no
solo por el congelamiento de los recursos sino también por las
restricciones del Estado hacia los organismos estatales", dijo
Pedro Rodríguez, presidente de la Cámara de la Construcción de
Babahoyo.

Esto -asegura-, ha motivado el desempleo en el 40% de la mano
de obra dedicada a esta actividad. "Mientras todo esto pasa,
el Gobierno no reacciona".

Machala

En la provincia de El Oro están paralizadas alrededor de 18
empresas. Además, "otras compañías están liquidando a los
trabajadores porque el dinero del que se dispone en los bancos
no alcanza para pagarles", dice Numa Ramírez.

"Es urgente reactivar el aparato productivo, que es el motor
de la economía y el que dará empleo a los ecuatorianos",
recalca.

La Cámara de Comercio de Machala demanda organizar un nuevo
modelo económico que tenga como centro el incentivo a la
producción, lo cual implica bajar la tasa de interés en los
créditos y la rehabilitación del sector productivo mediante la
utilización de los bonos Brady.
Los comerciantes piden que en este mes se deroge el decreto
con el que se estableció el congelamiento de los depósitos.

Ramírez manifiesta que a miembros del Club de Deudores se les
han iniciado juicios de coativa y penales, porque muchos se
han quedado sin trabajo y han perdido su capacidad de pago.

Convertidos en informales

Mucha de la población que ha quedado desempleada en el país, a
causa de la crisis económica por la que atraviesa el país, ha
optado por convertirse en informal, ya sea vendiendo algún
producto u ofreciendo sus servicios.

Ante la falta de empleo en una empresa formal, los
ecuatorianos buscan subsistir esperando en las calles que
alguien los contrate para hacer cualquier labor, incluso para
las que no están preparados. "Yo voy de lo que sea, de albañil
o de carpintero", confiesa Guillermo Angulo Batallas, quien
tiene 33 años y una familia de cuatro miembros que mantener.

En la población pobre está el grueso de desocupados y
subempleados. La tasa de desempleo más alta la tiene el
quintil (grupo de la población dividida en 5 partes), más
pobre. Según la Encuesta Nacional de Empleo, Desempleo y
Subempleo, efectuada por el Instituto Nacional de Estadísticas
y Censos en noviembre de 1998, el 21,35% de este grupo no
tenía dónde trabajar. Con la crisis este índice se ha
incrementado.

Para comer

Lo importante "es ganar para el día", dice Jorge Rodríguez un
vendedor de discos compactos piratas, que desde hace un mes se
ha unido a los miles de comerciantes ambulantes que han
invadido las calles de Guayaquil y que anteriormente trabajaba
en una casa comercial de donde salió "por los famosos recortes
de personal".

Al transitar por las aceras de las calles del centro comercial
y financiero de Guayaquil, es posible constatar la realidad de
un grupo poblacional que ha quedado relegado de la economía
formal y que lucha por sobrevivir "haciendo cualquier cosa".

No hay que quedarse de brazos cruzados -reflexiona Henry León-
un joven de 24 años que vende zapatillas en la vía pública
desde hace un año. El asegura que ha estado atento a posibles
trabajos, pero desde hace dos meses "ya no hay dónde buscar".

A unos pocos metros de Henry encontramos a Dogulas Triviño,
quien vende discos compactos desde hace dos años, quien al
igual que sus compañeros debe estar atento a los
requerimientos de los pocos clientes que se acercan, a los
curiosos y a la presencia de la Policía Municipal. Despejar la
vía pública es cada vez más difícil. Con la crisis han
aumentado los vendedores ambulantes.

"No hemos hecho un análisis del incremento de la informalidad,
es muy difícil de cuantificar porque es un problema muy
variable, pero es notable el aumento", dice el Arq. Félix
García, jefe de la Comisión de Reordenamiento de las bahías
del Municipio porteño.

Es un problema que hay que manejar con prudencia -sostiene-,
este fenómeno es la consecuencia de varias causas: los
impactos del fenómeno de El Niño, la inestabilidad económica
de años anteriores y la crisis actual.

"En la ciudad estamos recibiendo los efectos, pero lo
importante es solucionar el origen del problema que está en
manos del Gobierno", recalca García.

En otras ciudades como Cuenca, también se han incrementado los
informales. En parques o aceras del centro de la ciudad los
vendedores se incrementan cada día. "La informalidad aumenta
porque los que han quedado desempleados algo tienen que hacer,
es gente honrada que busca una forma honesta de ganarse la
vida. El problema es que asimismo suben los índices de
delincuencia", dijo el presidente de la Cámara de Pequeños
Industriales de Azuay, César Piedra.

Población en actividad económica

Según un reporte del Instituto de Estadísticas y Censos, la
Población Económicamente Activa (PEA) ha sufrido un
crecimiento que confirma la tendencia mantenida hace algunos
años, en respuesta al constante agravamiento de la crisis
económica que afecta al país. Cada vez un mayor número de
personas ingresan o buscan ingresar a la actividad económica.
Así, para noviembre de 1997 la tasa de participación global
fue del 56,6%, mientras que para 1998 se colocó en el 58,4%.

La desocupación se incrementa por dos vías: la restricción de
la demanda de empleo en el sector moderno de la economía
(52,2% en el 97 y 48,8% en el 98), que refleja la poca o
ninguna capacidad del mercado para generar fuentes de trabajo
acordes con la necesidad del mismo; y, el crecimiento de la
población en edad de trabajar (PET), refiere el documento.

El mercado laboral por su parte ha tratado de responder al
incremento de la oferta de mano de obra, por medio de la
autogeneración de las personas en trabajos de baja
productividad, es decir, por el lado del crecimiento del
sector informal urbano, que pasó del 36,6% en el 97, al 37,1%
en el año 98. El sector del servicio doméstico que crece del
5,3% al 6,8%, respectivamente.

Una joven tentada a caer por la crisis

Por la desesperación de no poder hacer frente a los gastos de
su familia, a la cual mantiene, y a una deuda en dólares,
Marlene L. estuvo a punto de convertirse en prostituta.

Ella no ha perdido su empleo, pero sí su capacidad de pago.
Tiene 22 años y trabaja en una entidad pública como secretaria
bilingüe, gana casi un millón de sucres mensualmente y recibe
además un sueldo adicional (S/. 400.000) cada tres meses.

El crédito en dólares por una computadora que adquirió el año
pasado absorbe casi todo su sueldo.

Por esto ella quiere un trabajo adicional que le permita
obtener más ingresos para mantener a su madre, hermana y el
hijo de esta de ocho meses, con quienes vive en su casa de El
Recreo, en Durán.

"Como no tengo dinero he pedido prestado a todo el mundo, pero
ya no sé qué hacer.
Necesito trabajar más, hacer algo por las noches, no sé,
siendo camarera en algún restaurante o lavando platos, lo que
sea", sostiene Marlene.

Refiere que un día su desesperación llegó a tal punto que
decidió llamar a esos anuncios "donde ofrecen pagar bien, pero
que no son nada bueno". "Ahí enseguida me dijeron que vaya.
Cuando estaba esperando el bus para dirigirme al lugar donde
me citaron, se me cayeron los mil sucres del pasaje. Entonces
pensé que tal vez era una señal de que no debía hacerlo y
regresé a mi casa".

Al igual que Marlene, por la crisis económica muchos
ecuatorianos con empleo se unen a los desempleados en la
búsqueda de un trabajo adicional, que les permita completar la
suma de dinero que requieren para sobrevivir, aunque las
oportunidades que tienen de lograrlo cada vez son menores.
(Texto tomado de El Universo)
EXPLORED
en Ciudad Guayaquil

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