Quito. 16 abr 99. Escenario de históricas jornadas, Guayaquil
protagoniza un movimiento que exige cambios para el país

Por Gisela Raymond y Marlon Puertas

Dos marchas multitudinarias en Guayaquil en menos de quince
días. En los últimos treinta años, esta ciudad había sido
escenario de tres manifestaciones de importante envergadura:
dos organizadas en la década pasada para rechazar políticas
económicas y centralistas, y la otra para apoyar la salida de
un presidente costeño, Abdalá Bucaram, aunque ésta finalmente
fue opacada por la masiva movilización quiteña. En todos estos
hechos históricos, el elemento común fue el protagonismo de
las Cámaras de la Producción de Guayaquil.

La última marcha, organizada en un tiempo récord de dos días y
con una respuesta excepcional, es parte del epílogo de la
pugna entre los gremios productivos y el Gobierno, una
relación que degeneró después de las medidas congelantes, la
crisis bancaria y llegó a su máximo nivel con el anuncio del
paquete de impuestos. La medición de fuerzas continúa, pues ni
Jamil Mahuad cedió a los llamados de las Cámaras, ni éstas
renuncian a sus exigencias de dialogar directamente con él en
Guayaquil.

El déficit: un hueco negro

"No a los impuestos que ahuyentan la inversión", ha señalado
Joyce de Ginatta frente al anuncio de un nuevo paquete de
tributos propuesto por el Ejecutivo el pasado 26 de marzo al
Congreso. Esta propuesta del Gobierno fue la gota que derramó
el vaso ya que restituye el impuesto a la renta, elimina las
exenciones del IVA -excepto para la salud, alimentos y
libros-, impone un impuesto del cuatro por ciento a la
propiedad de vehículos motorizados, limita el pago de las
indemnizaciones en el sector público e incluye un impuesto al
uno por ciento al patrimonio de las sociedades.

La aplicación de este proyecto ocasionaría, de acuerdo a los
empresarios, que suban los precios de los productos o
servicios. "Quieren obligarnos a subir más el costo de la
vida, cuando ya nadie vende ni compra en este país", dice un
comunicado publicado el día de la marcha. Además, en la actual
recesión, serán pocas las empresas que generarán utilidades y
consiguientemente causarán Impuesto a la Renta para el Fisco.
La respuesta del presidente Mahuad fue inmediata: "Este es el
país en el que menos impuestos se pagan, por lo que cada vez
que alguien diga que ya no se puede con más impuestos, no está
diciendo la verdad".

El déficit del presupuesto supera los 1.200 millones de
dólares y los ingresos que se espera recibir con la propuesta
gubernamental son solo 480 millones de dólares, 40 menos de lo
inicialmente presupuestado. Por lo tanto, será indispensable
la ayuda del Fondo Monetario Internacional para financiar la
crisis actual.

Lo cierto es que el Gobierno se juega la carta clave en el
Congreso. El 15 de marzo, luego del primer anuncio de
drásticas medidas que incluían parte de los nuevos impuestos
hoy en discusión, el Partido Social Cristiano se bajó de la
"aplanadora" dando por terminado el entendimiento que por
siete meses mantuvo con la Democracia Popular. El Gobierno
debió recurrir a una maquinaria mucho más compleja, la
"trituradora" ­bautizada así por Jaime Nebot-, con el
agravante de que ahora existen varios conductores, dispuestos
a no encender los motores sin antes cobrar los pasajes. Casos
concretos: los intensos rumores que circularon sobre la
presión del FRA para conseguir la libertad de Fabián Alarcón y
la exigencia del MPD de cancelar los sueldos de los
profesores. Pese a todos los obstáculos, los debates del nuevo
proyecto se iniciaron la víspera de la marcha de los crespones
negros en Guayaquil.

Mientras tanto, las Cámaras con respaldo ciudadano pero sin el
apoyo político suficiente, apuestan por un cambio de modelo
económico orientado hacia la producción y la generación de
empleo dejando a un lado el actual modelo "monetarista,
fiscalista, financiero y especulativo". Frente a la propuesta
de los impuestos para financiar el déficit en dicha agenda se
consideran tres ejes: reducir el pago de la deuda a un 25 por
ciento del presupuesto general del Estado lo cual significa un
ahorro de 1.300 millones de dólares al año; reducir el tamaño
del Estado en 40 por ciento -lo que significaría 500 millones
de dólares- y el tercer eje es la descentralización.

Esta propuesta, que más parece un plan de Gobierno, fue
elaborada en las últimas cuatro semanas y aún catorce
comisiones integradas por los diferentes sectores productivo
afinan detalles. "No es solo cuestión de crear impuestos, hay
que proponer soluciones globales", explica Joaquín Zevallos.

El país está de luto...

Mientras esto sucede en las altas esferas, de acuerdo a
Cedatos existen 140 mil nuevos desempleados solo en el primer
trimestre de este año, como consecuencia de la aguda recesión
que vive el país. Es así como el índice de desempleo en marzo
alcanzó el 15.8 por ciento, cuatro puntos más de lo que cerró
1998. La desocupación y el ingreso inferior a los gastos ha
contraído el consumo. Esta es una de las razones por la que la
industria ha debido reducir su capacidad de producción al 40
por ciento. Cedatos revela también que antes del Gobierno de
Mahuad, el empobrecimiento de la clase media fue de 11 por
ciento y en solo ocho meses el índice se ha elevado al 20 por
ciento.

Nunca ha existido tanta especulación, desabastecimiento y
devaluación al mismo tiempo y en tan alto grado. "La gasolina
subió y los precios subieron. Pero la gasolina bajó y los
precios se quedaron en las nubes", afirma uno de los taxistas
que paralizaron Quito y Guayaquil durante las protestas del
poder amarillo.

Quienes salieron a las calles esperan respuestas. Más allá de
las reinvindicaciones gremiales, el clamor del país respecto a
los cambios es real y rebasa las intenciones políticas de
cualquier personaje. Esto explica el éxito de las últimas
marchas. Los ciudadanos que en ellas participan no saben qué
hacer frente a la congelación de sus fondos, el desempleo,
encarecimiento de los productos y un poder adquisitivo
aniquilado. Para reclamar no requieren de un líder que los
movilice a protestar porque la necesidad es su incentivo. No
obstante, sí precisan del líder que tome la iniciativa y
defina el rumbo de un acuerdo anticrisis que tenga como base
una mínima concertación. El Gobierno, los sectores políticos y
los dirigentes gremiales como parte de la sociedad civil
tienen la palabra.

2 de marzo. Mahuad anuncia el envío al Congreso de la Ley de
Racionalización de las Finanzas Públicas. El PSC no apoya el
proyecto.

3 de marzo. El dólar se dispara a 18 mil sucres. Ana Lucía
Armijos y Jorge Egas descartan la incautación de divisas y
nueva crisis bancaria.

8 de marzo. El país amanece con feriado bancario. La medida
anunciada para un día, se extiende por toda la semana.
Incertidumbre.

10 y 11 de marzo. Tercer paro general que enfrenta el
gobierno. Mahuad decide el congelamiento de las cuentas
bancarias y alza de gasolinas.

15 de marzo. Bancos reanudan atención. Taxistas paralizan las
ciudades, en rechazo al aumento del 150% en el precio de las
gasolinas.

18 de marzo. Febres Cordero exhorta a la Costa "a levantarse".
Al día siguiente, las Cámaras rompen el diálogo con el
Ejecutivo.

22 de marzo. El Banco del Progreso decide cerrar sus puertas y
una multitudinaria marcha se congrega en el Municipio de
Guayaquil.

2 de abril. Las Cámaras inician la recolección de firmas, en
respaldo a las "siete coherencias" que presentan al Gobierno.

8 de abril. "La marcha de los crespones negros" moviliza a
miles de ciudadanos. Los gremios presentan su "Agenda para el
cambio". (Texto tomado de La Revista Vistazo)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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