Quito. 30 abr 99. La información del rotulado puede guiar al
consumidor. Las claves: registro sanitario, número de la norma
Inen y fecha máxima de consumo.

El cuidado en la selección de productos es vital en época de
crisis. De allí que, el etiquetado que deben llevar los
comestibles cobra vigencia en tiempos donde la recesión
aprieta el bolsillo de los consumidores.

El rotulado posee información sobre el contenido y la calidad
de los productos alimenticios; la falta de una guía puede
endosar problemas a la salud. Por ejemplo, hay personas que,
por ningún concepto, deben consumir sodio o cafeína porque
pueden acelerar su hipertensión o el sistema nervioso.

Pero en un recorrido que realizó EL COMERCIO por algunos
supermercados de Quito, constató que en las etiquetas de
varios productos no constan el contenido nutricional y la
fecha de caducidad. Esto ocurre, sobretodo, con el azúcar,
huevos y todo tipo de carnes, donde solo se divisa el precio,
el peso neto y la marca.

En las verificaciones que realizó el Instituto Ecuatoriano de
Normalización (Inen) se concluyó que la falta de fecha de
caducidad es recurrente en galletas, fideos y helados.

Felipe Urresta, director nacional del Inen, dice que "hay
productores que están conscientes sobre la falta de
especificidad en la rotulación pero, para evitar el cambio
constante de los productos que se muestran en las perchas, no
cumplen con la norma". Frente a ello, el consumidor debe
rechazar esa práctica al no comprar artículos que no tengan
fecha de caducidad, registro sanitario u otra información
dispuesta por la ley.

El comprador debe observar atentamente aquellas normas porque
las consecuencias pueden ser serias. En efecto, hay productos
que tienen un proceso degenerativo en función del tiempo, luz
solar, humedad... incluso dentro de su proceso tienen
compuestos químicos que pueden migrar del envase al alimento.
Las anomalías pueden ir más allá: hay chocolates que, con el
tiempo, cambian de color (blanco) y es posible que pueda haber
huevos de insectos que salen durante el proceso de la
fabricación del cereal.

Urresta recuerda que, hace un par de años, la información en
el etiquetado no era importante; sin embargo, en función de
las enfermedades degenerativas, como el c ncer o la diabetes,
se volvió necesaria y urgente.

Algo más: hace cinco años el porcentaje de alimentos que no
tenían fecha de caducidad, por ejemplo, se ubicaba entre el 30
ó 40 por ciento. Hoy -dice Urresta- esa cifra disminuyó al
cuatro por ciento.

Quedan algunos problemas: "la mayoría de productos que no
tienen fecha de caducidad llega de otros países, situación que
puede ser mucho más sospechosa porque se sabe que esa
especificación es un elemento obligatorio en todo el mundo. En
la lista también están los que son elaborados artesanalmente o
en pequeñas industrias que no cuentan con la maquinaria
necesaria", sostiene Urresta.

En todo caso, el consumidor debe aprender a leer las etiquetas
y darse tiempo para saber lo que cada producto contiene. De lo
contrario, le endosarán"gato por liebre" y pagará más de lo
que en realidad vale.

ALTERNATIVAS

La información en los productos

La etiqueta * Esta debe indicar: nombre del alimento
(indicando si es artificial); marca comercial; identificación
del lote de fabricación: nombre o razón social del fabricante,
envasador, importador, distribuidor o responsable del
producto; contenido neto en gramos, kilogramos, centímetros
cúbicos o litros; número del registro sanitario, país de
origen; número de la norma otorgada por el Inen y fecha m xima
de consumo.

El tiempo * Cabe señalar que en el rotulado la fecha del
tiempo máximo de consumo debe ser clara e inconfundible de
modo que el consumidor pueda interpretar correctamente.
Generalmente se coloca primero el día, luego el mes y al final
el año, si es el 2000 dice 00.

El rotulado * En la parte de rotulado, el Instituto
Ecuatoriano de Normalización (Inen) insiste en que también se
haga referencia a una norma técnica para saber cuál es la
relación que tiene con un nivel de calidad terminado. Es
decir, los productos deben contener indicaciones sobre el modo
de conservación, así como un listado de ingredientes
especialmente en la parte de agentes químicos: conservantes,
preservantes, edulcorantes, espumantes, aditivos químicos,
colorantes.

Lo nutricional * La etiqueta debe informar todo en cuanto a la
grasa, colesterol, sodio, carbohidratos, contenido de fibra,
azúcar, proteínas, vitaminas... El objetivo: que el consumidor
pueda balancear su dieta. Para ello, el Inen trabajó con un
sub comité para actualizar el rotulado nutricional en los
productos.

EL CASO

Los costos de consumir sin fijarse

Yolanda Flores tuvo que llevar a su hija de emergencia a un
doctor por consumir una lata de sardina que estaba en proceso
de descomposición.

Yolanda adquirió el producto en una tienda de su barrio, pero
no se percató de que la fecha de caducidad estaba casi
borrada. Y, menos aún se fijó en que la lata tenía unos golpes
que pudieron ser la causa de que el producto empiece a
podrirse.

Las consecuencias fueron graves. Su hija debió recibir
atención médica durante dos sesiones, lo que implico altas
sumas de dinero con el costo de las recetas. Además de que no
pudo asistir al colegio durante el periodo que duró la
intoxicación.

Este caso, no esta aislado de lo que sucede en el país. Por
ejemplo el año pasado se difundió publicidad sobre una
conocida marca de atunes que presentó problemas y no estaba
apta para el consumo.

No obstante, no es el único producto propenso a venderse en
este estado. Otros alimentos como las salsas de tomate, ajíes,
y toda la diversidad de productos que contienen preservantes
son más susceptibles de descomponerse.

De ahí que el Inen después de los estudios realizados, desde
este mes, inició a empatar los productos alimenticios en la
parte del contenido nutricional. Esto con el fin de facilitar
al usuario la lectura de la etiqueta y dar toda la información
sobre lo que contiene.

No obstante, es muy difícil controlar con exactitud a todos
los expendedores pues algunos ni siquera están registrados.

MUCHO OJO

No se deje engañar * Sea un consumidor consciente y combata a
la especulación. Lo primero es exigir que los productos que
compra lleven impreso el precio de venta al público (P.V.P.)
en forma clara y visible; no acepte productos cuyo precio de
venta haya sido alterado, sobremarcado o que tengan adhesivos
colocados sobre el precio original. Hay que tomar en cuenta
que el tiempo es vital para que pueda comprar con tranquilidad
y buscar alimentos en buenas condiciones. Además, compare
precios entre un local y otro; un mismo producto puede tener
varios precios según el lugar donde se lo adquiera.

Los problemas usuales * Un producto de mar puede tener
problemas, antes de su fecha de caducidad, porque la lata
sufrió golpes o signos de oxidación. El asunto es claro, la
lata, que está en contacto con el alimento, tiene un barniz y
al momento del golpe aquella sustancia se confunde con el
alimento para, luego de unas horas, dar paso a un crecimiento
bacteriano.

¨Y sí la lata está abombada? No lo compre porque puede estar
combinado con gases o sustancias bacterianas anaeróbicas.

Carnes, en peligro * Uno de los productos más peligrosos es la
carne molida porque se daña con mucha rapidez. El consejo
exacto es que consuma el mismo día y adquiera en un lugar
confiable. Con los pollos sucede algo parecido; usualmente las
presas del ave, sobretodo en los supermercados, se exhiben en
una bandeja o base de cartón. Esa costumbre puede frenar el
frío que necesita el producto, sobretodo en la parte baja,
para conservarse en forma correcta.

Los colorantes y pastas * En la actualidad hay fideos blancos
porque ya no se utilizan los colorantes; antes eran
completamente amarillos y se los promocionaba como fideos al
huevo, por ello algunas marcas incluso utilizaban pintura
textil o industrial. Los fideos de colores que se venden en la
actualidad utilizan colorantes vegetales.

Las promociones * Tenga cuidado con los precios bajos y los
descuentos altos en algunos alimentos. En ocasiones, se
promocionan estos alimentos porque están a punto de caducar o
ya lo están. En el caso de cereales como el arroz, no hay
mucho problema, mientras que en alimentos como especerías o
aliños hay más peligro de que por su caducidad provoquen
daños. (Texto tomado de El Comercio)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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