Guayaquil. 03 ene 99. ¿Qué titulares nos levantarán el ánimo
este año? No lo sabemos, pero nada nos
impide hacer una lista de algunas noticias realistas, que nos
gustaría leer.

Economía: Eliminan alza gradual de combustibles

Política: Felicitan a Ecuador por avances en lucha contra
corrupción

Sucesos: Se reduce índice de delincuencia

País: ¡Comenzó la reconstrucción!

Ciudad: Torrencial aguacero sin inundaciones en Guayaquil

Deportes: Ecuador en la final de Copa América.

En su mensaje navideño, el Presidente Jamil Mahuad nos pidió
que agradezcamos por los beneficios recibidos en 1998. No fue
fácil seguir su consejo después de revisar las noticias del
año que terminó.

Todos esperamos por eso que 1999 marque el comienzo de algo
distinto. ¿Es un sueño imposible? No debería ser. Después de
todo tenemos un nuevo gobierno, existe un contexto
internacional diferente -una vez que se llegó a un acuerdo con
Perú-, y hay una voluntad popular que anhela cambios
sustanciales.

Nadie espera, por supuesto, que los problemas se corrijan de
golpe. Si vamos a ser realistas, no podemos exigir lo
imposible (y pedimos disculpas por eso a la generación de
1968). Pero nada impide que se logren algunos avances
importantes, incluso de cierta trascendencia.

El escritor Arthur Clarke ha llamado la atención sobre el
enorme interés moderno que existe por prever el futuro (cuando
a lo mejor no tenemos ningún futuro, agrega él con profundo
pesimismo). A medida que se acerca el fin del milenio, ese
interés aumenta. Pero mientras los astrólogos de todo el mundo
compiten por ver cuál hace el anuncio más espectacular
(después de un año nadie se acordará), los científicos creen
en cambio que hay procesos que no se pueden prever. El clima,
los terremotos y la economía son tres ejemplos que citan con
frecuencia. Allí domina lo que ahora se llama "la teoría del
caos".

Por eso no queremos anticipar qué ocurrirá en 1999. Las buenas
noticias que hemos reunido en esta página, no son un anuncio
sino un deseo. Pero un deseo que podría volverse realidad, si
existe la voluntad para hacerlo.

El déficit bendito

En un país petrolero nos venden una de las gasolinas más caras
del mundo. Para el ciudadano común y corriente, una de las
mejores noticias que podríamos esperar en 1999, sería que se
suspende el alza mensual en el precio de los combustibles.

Sin embargo los expertos advierten que esta no es una medida
que se pueda adoptar de manera aislada. La misma caída del
petróleo, sumada a la abultada deuda externa, hacen que el
gobierno no pueda sobrevivir sin los ingresos que recibe por
este concepto.

De allí que sea indispensable un paso previo: la adopción de
un plan económico global, que corrija los problemas de fondo.
De lo contrario el remedio será peor que la enfermedad.

Hasta ahora, el gobierno se limitó a tomar medidas aisladas:
eliminó el subsidio al gas, decretó el alza de las tarifas
eléctricas (que continuará mensualmente) y sustituyó el
impuesto a la renta por el 1% a los capitales en giro.

Los ciudadanos aceptaron esos sacrificios con cierta
decepción, porque no ven la estrategia que está detrás de esas
medidas ni el rumbo al que nos deberían conducir.

Algunos especulan que Mahuad ya tiene listo su programa
económico y espera el momento oportuno para dar la gran
sorpresa. Ojalá. Pero otros más pesimistas creen que en 1999
las noticias económicas serán parecidas a las que ya vimos:
nuevos sacrificios que no se sabe a dónde conducen.

Es un escándalo

Durante 1998 los titulares de prensa estuvieron llenos de
escándalos de corrupción que involucraron a funcionarios de
los dos regímenes anteriores. Desde agosto se nota un cambio,
y los voceros del gobierno lo señalan como un logro.

Pero nadie cree que la corrupción haya desaparecido. Uno la
encuentra en cada dependencia pública a la que concurre y en
cada trámite que debe realizar.

Tampoco son casos aislados, ni involucran a empleados de menor
jerarquía solamente. Ya se sabe que la corrupción sigue una
regla inflexible: baja al llano desde las alturas.

Por eso la mejor noticia que podríamos esperar para 1999 no
sería que no se descubran nuevos escándalos (lo que dependerá
de la habilidad de los corruptos para esconder sus delitos)
sino que se adopten medidas radicales para acabar con el mal.

Pobres angelitos

En 1998 firmamos la paz con Fujimori, pero el hampa nos
declaró la guerra. Robos, asaltos y aun asesinatos no son
nuevos; pero ahora sus protagonistas no son rateros
empobrecidos sino bandas armadas, con poderosos recursos
técnicos y financieros, que han contagiado con el virus de la
corrupción a algunos elementos de las fuerzas del orden.

El crecimiento de la delincuencia provocó un debate. Las
autoridades creen que el problema no es tan grave como se
piensa. En cambio, hay quienes las acusan de no darse cuenta
de lo que está pasando.

Ponen como ejemplo al Intendente de Guayaquil, que sigue
creyendo que su tarea es apresar a unos cuantos "cachineros"
que comercian parabrisas y espejos robados, olvidando a las
bandas que trafican 600 vehículos al año.

Que comience la reconstrucción

Para 1999 no se esperan grandes lluvias porque después de El
Niño viene La Niña, es decir un período de sequía. Las
condiciones serán oportunas para comenzar los trabajos de
reconstrucción de la Costa, que apenas dieron unos tímidos
pasos.

El principal problema es el financiero. La Cepal estimó que se
necesitan 2200 millones de dólares.

Pero no es el único inconveniente. La prensa ha señalado la
falta evidente de coordinación entre las autoridades, al punto
que alguien las comparó con los bomberos de las películas
cómicas, que se pisan la manguera entre sí.

Las mismas autoridades de Corpecuador han denunciado además,
que el centralismo obsta la utilización de recursos destinados
para la reconstrucción.

La mejor noticia para 1999, entonces, sería que el Ejecutivo,
el MOP, Copefén, Corpecuador, los consejos provinciales y los
municipios, se pongan de acuerdo para impulsar una obra que
durará cuatro años y tendrá un profundo impacto en la
reactivación económica del país.

Los problemas de Guayaquil

Las montañas de basura que se acumulaban en alcaldías
anteriores, desaparecieron del puerto y la ciudadanía respira
un aire más limpio. Se construyeron además muchos puentes a
desnivel.

Pero Guayaquil sigue arrastrando problemas. Son tantos que no
se los podría mencionar. Faltan áreas verdes, el tráfico sigue
congestionado, los apagones continúan sin explicación y la
contaminación casi no tiene control.

Ante todas estas angustias, quizás la mejor noticia que sus
habitantes podrían esperar es que para la siguiente estación
lluviosa (al terminar 1999) los trabajos de modernización del
sistema de agua potable y alcantarillado hayan avanzado lo
suficiente para que la ciudad no se vuelva a inundar.

¡Vamos por la Copa!

En junio de este año se jugará la Copa América, el torneo de
selecciones más antiguo del mundo. Ecuador participa del
"grupo de la muerte", integrado además por Argentina, Colombia
y Uruguay. Será el debú oficial de Carlos Sevilla como técnico
de la selección nacional.

Lo importante, ya se sabe, no es ganar sino competir. La mejor
noticia sería que esta vez lo hagamos con altura, con espíritu
deportivo y dispuestos a aplaudir a todos los equipos por
igual.

Pero vamos, ¡cómo nos alegraría si además llegamos a la final!
(Texto tomado de El Universo)
EXPLORED
en Ciudad Guayaquil

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