Machala, Quito. 02 dic 96. El control del gas
doméstico en la frontera con Perú y con
Colombia se ha convertido en un cuento de
nunca acabar.

En Huaquillas (El Oro) y Tulcán (Carchi) el
contrabando ha echado raíces por dos causas
fundamentales: la falta de trabajo y la
rentabilidad de ese negocio. El cilindro de 15
kilos, que en Ecuador cuesta 2.900 sucres, en
Colombia se lo vende entre 6.000 y 10.000
pesos (24.000 ó 30.000 sucres). En Perú,
entre 25 y 30.000 sucres.

Por ello, los contrabandistas acuden a todo su
ingenio para eludir los controles más
estrictos, hasta el punto de obligar a las
autoridades a la aplicación de medidas más
rigurosas, que esta vez obtuvieron sorpresas.
En Huaquillas se descubrió a través de un
censo, que solo 20.000 cilindros, de los
26.000 que se distribuyen al mes en esa
ciudad, son usados por la población, el
resto es empleado en el contrabando hacia
Perú.

El 23 de octubre, el Comité Interinstitucional
ordenó hacer el censo para frenar el
contrabando. La tarea fue encomendada a la
Jefatura Política, en coordinación con
miembros del Ejército, la Policía y el Cuerpo
de Bomberos. 100 personas hicieron la
investigación durante un mes y los resultados
se conocieron el 21 de noviembre.

El jefe político, Truman Castillo, dijo que se
registraron 9.000 familias a las que se les
entregaba 6.000 cilindros en exceso. "Hasta
tres miembros de una misma familia tenían
cupo para comprar gas doméstico y fingían
ser propietarios de restaurantes y puestos
ambulantes de comida". De esa manera,
obtenían 1.500 cilindros para venderlos
en Perú.

Tras las indagaciones se comprobó que esas
personas nunca tuvieron un puesto de
comida, pero sí poseían cupos para obtener
el combustible.

Para ello, hacían constar 140 puestos
cuando en realidad no eran más de 30, según
Castillo.

Desde esta semana se entregarán mensualmente
dos cilindros por cada familia, con más control
al consumo real en los restaurantes, comedores
ambulantes y panaderías registradas legalmente
en el censo. Por su parte, los huaquillenses
denunciaron que desde principios de noviembre
hay escasez de gas. El desabastecimiento es de
las marcas Congas y Liquigas en toda la
provincia.

Anteriormente, las empresas envasadoras
llenaban tanques de cualquier marca, pero de
acuerdo a lo que dispone el Decreto 3989
del dos de agosto esto quedó prohibido.

El Art. 10, literal 5 y 13 de la Reglamentación
(Registro Oficial 050) sostiene que las
empresas tienen que envasar el producto, de
acuerdo a su razón social, color y tipo de
válvula.

Las empresas Congas y Liquigas no tienen
agencias en la provincia. Por ello, la población
optó por cambiar de tanque y de válvula.

En Tulcán, provincia de Carchi frontera con
Colombia, hasta hace poco más de dos
semanas el Ejército se encargaba directamente
de controlar la venta del gas doméstico.

Luego, el Comité Interinstitucional le entregó
esa responsabilidad a la Intendencia General
de Policía de Carchi.

¿La razón? los pobladores se quejaron que les
era muy difícil movilizarse hacia el cuartel
Mayor Galo Molina (al extremo sur de la
ciudad) para proveerse del combustible.

Desde entonces, un miembro del Ejército, la
Policía y de la Intendencia realizan el control
del expendio de los cilindros, en cada uno de
los 20 locales de distribución que hay en esa
ciudad.

En Tulcán se venden entre 800 y 900
cilindros diarios de lunes a sábado. El
comprador debe presentar su cédula de
identidad para ser atendido.

"Los carros que salen de Ibarra llegan al
cuartel y los inspectores de la Intendencia
los retiran en compañía de los distribuidores,
previa la presentación de las facturas", explicó
Gustavo Cárdenas, intendente de Policía de
Carchi.

La gente que contrabandea con el gas
doméstico, se arriesga demasiado -dijo-
porque puede perder todo de una sola vez.
Pero, ante la falta de trabajo, las personas
deben buscar otras formas para sobrevivir.

Los puntos de contrabando son diversos:
por el río Carchi, la planta de la luz, Urbina,
Rumichaca, a un lado de Julio Andrade,
entre otros sitios más.

"Sin embargo los 900 cilindros que llegan
diariamente a Tulcán no abastecen la demanda,
porque mensualmente llega un promedio de
30.000 cilindros y con eso se trata de atender
a más de 80.000 personas, no solo de Tulcán,
sino también de las parroquias vecinas como
Maldonado, Chical, Urbina y Tufiño".

Hay vigilancia

Los puntos de control * El Ejército continúa
con el control en diversos puntos de Carchi:
Rumichaca, Urbina, las Cuatro Esquinas, río
Carchi, Taya, La Estrellita, Casa Pintada, Los
Tres Chorros, Tufiño, entre otros.

Un problema social * Según el Intendente de
Policía de Carchi es imposible precisar
cuántas familias se dedican al contrabando.

Las autoridades sospechan que el gas no se
compra en Tulcán, si no viene de otras
provincias (Imbabura, Pichincha, Cotopaxi y
Tungurahua) para luego venderlo en el
departamento de Nariño, Colombia.

En Huaquillas

Solo 20.000 al mes * El gas se entregará con
tarjeta, a nombre del jefe de familia.

5 centros de acopio más * Funcionarán en las
parroquias Unión Lojana, Paraíso, Ecuador,
Milton Reyes y Puerto Hualtaco, a cargo
del Comité Interinstitucional.

¿Y el contrabando? * El decomiso de cilindros,
que comenzó el 27 de octubre al filo del Canal
Internacional, han tenido poco éxito.

Son 3.000 familias * Esta cantidad vive del
contrabando del gas, tras la crisis económica
que surgió después del conflicto armado de
1995. (FUENTE: EL COMERCIO)
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