Quito. 04.07.92. El 5 de octubre de 1990 Sixto Durán Ballén
enviaba una carta al directorio del Partido Social Cristiano,
PSC, en la que criticaba la forma en que su partido llevaba
adelante la oposición al gobierno de Rodrigo Borja.

Ese día nacía la candidatura de Sixto Durán Ballén cuya
campaña concluyó la fría noche del jueves 2 de julio, en la
plaza de San Francisco.

Esa carta, según Alicia Durán Ballén, hija del candidato, fue
"el primer grito", la pauta que llamó a la protesta al
interior del PSC y que hizo que un grupo de gente se aglutine
alrededor de la idea de "Sixto candidato".

Luego vino el proceso de la desafiliación y la creación de un
partido hecho a su medida: Unidad Republicana.

Pero a la postre sería secundario, porque la candidatura y la
campaña girarían alrededor de la figura del ex alcalde de
Quito. Esa figura cuya imagen resultó ser el producto más
"vendible" en tiempos electorales.

El desgaste del gobierno y el desgaste de una oposición
violenta haría que la imagen de Durán Ballén caiga como
"anillo al dedo" para efectos electorales.

"Ser visto como el salvador por aquellos a quienes repugnaría
el retorno al poder del grupo íntimo del presidente Febres
Cordero. El fracaso de centroizquierda para lanzar un
candidato con clara opción de victoria sin duda ha ayudado a
Durán Ballén. Este último goza de poyo de muchos que
ordinariamente votarían por la ID y la DP, y de ahí que Durán
Ballén reciba una mayoría absoluta de las intenciones de voto
en Quito"", decía en su Análisis Semanal, Walter Sprurrier al
echar un vistazo a la candidatura de Durán Ballén.

Según Alicia Durán Ballén, la candidatura y la campaña
nacieron con la carta de octubre de 1990. Para Diego Paredes, director
regional de campaña, la candidatura siempre existió y la
campaña arrancó con la toma del UR por parte de Durán Ballén,
luego de los sucesos relacionados con el fundador del partido,
Mauricio Gándara.

Según Paredes, la campaña solo pudo arrancar cuando Gándara
fue echado del partido que quedó en manos de Durán Ballén. Con
ese acto, "tapaba la boca" a quienes decían que Durán Ballén
no tenía capacidad de liderazgo y permitía a Durán Ballén
mover a su antojo las fichas del UR.

Gándara, un político de perfil más bien bajo que había llegado
a ser ministro de Gobierno de Velasco Ibarra y embajador de
Febres Cordero en Londres, utilizó todos sus conocimientos
para hacer el UR, un partido hecho para lanzar a la
Presidencia a Durán Ballén.

Durán Ballén, luego de largas meditaciones, decidió abandonar
el PSC que había fundado con Camilo Ponce Enríquez en 1951.
Durante un par de meses, Durán Ballén, dudó si afiliarse al
Partido Conservador o impulsar la creación de un nuevo
partido. Finalmente se inclinó por la segunda opción y se
afilió al UR cuando fue reconocido por el Tribunal Supremo
Electoral.

Pero Paredes insiste en que solo cuando Gándara quedó fuera
del partido, "se levantaron los latres y pesos" y se pudo
llevar adelante la campaña porque el país vio que "el hombre
que manda es Sixto".

Paredes sostiene que antes de que se tome esa decisión los
conflictos del partido hacían imposible la estructuración de
una campaña proselitista. Y a pesar de que Paredes considera
que el UR no es un partido sin futuro, considera que lo
fundamental en la candidatura de Durán Ballén es el candidato
y no el partido.

Y, ¿el dinero de donde vino? Cuatro amigos de Durán Ballén
firmaron una obligación bancaria que recién ha sido pagada
gracias a las contribuciones que vinieron posteriormente.
Contribuciones de todos los sectores, todos los volúmenes pero
"sin ningún tipo de condiciones" según dijo enfáticamente el
director regional de la campaña.

Y, ¿las hijas de Durán Ballén fueron realmente las inventoras
de la candidatura como se ha insinuado? Según Paredes, fue el
propio Durán Ballén que sintió la angustia del pueblo que lo
quería como su presidente aunque reconoce que éstas tuvieron
un importante papel. Alicia Durán reconoce que ella ayudó a
publicar la carta y a que su padre se decida de una vez por
todas a desafiliarse del PSC.

Paredes sostiene que las hijas más visibles en este proceso,
Susana y Alicia, fueron los soportes morales que permitió a su
padre asumir la presión que sentía por todos los lados. Sin
embargo, cree que todos los hijos de Durán Ballén (son nueve
en total) jugaron ese importante papel.

Ya en la campaña Susana se ha dedicado más al trabajo
proselitistas, a las visitas a comités y al trabajo de campo.
"Un día está en Caluma, otro en Cuenca", dice Diego Paredes.
Alicia, en cambio, ha tenido un protagonismo distinto. Tiene
otro estilo, anota Paredes, es más política, ha contribuido
en la estructuración y organización de la campaña y en todo lo
relacionado con la Dirección de Comunicaciones.

Este protagonismo de sus hijas fue muy criticado en la primera
etapa del partido, pero esas críticas desaparecieron luego de
la reestructuración del UR. Desde entonces pasaron a ser
parte del engranaje, dice Paredes.

Entonces una mayoría opositora a Borja dominaba en el Congreso
y el PSC se había entendido con sus tradicionales rivales, los
roldosistas, para permitir la entrada de Abdalá Bucaram. Eso,
más la agresiva oposición de los socialcristianos, movió a
Durán Ballén a criticar a sus correligionarios.

Durán Ballén se había iniciado en la política como ministro de
Obras Públicas en el gobierno de Camilo Ponce y luego fue
alcalde de Quito en un período en que los recursos del
petróleo habían convertido al Estado ecuatoriano en un gran
promotor de obras públicas. Esto contribuyó a que, alrededor
suyo, se configure una imagen de hombre trabajador, apolítico,
moderado y honesto.

Así, una figura que había perdido en dos ocasiones anteriores
la Presidencia, se convirtió el hombre más idóneo para
enarbolar una meta electoral.

Partido para el candidato

La creación del UR fue un paso fundamental en la campaña de
Durán Ballén.

Diego Paredes sostiene que la creación del UR, si bien no era
indispensable para llevar a la Presidencia a Durán Ballén,
permitió que gente de las más diversa procedencia ideológica
se agrupara alrededor de la causa.

Según este razonamiento, la imagen de Durán Ballén bastaba
para llegar a la Presidencia, sin importar bajo qué bandera
partidista. Sin embargo, el UR permitió que gente de
ascendencia liberal o socialistas moderados no tengan las
resistencias que hubiesen tenido para apoyar a Durán Ballén,
si este se hubiese afiliado al Partido Conservador.

Durán Ballén convocó a un grupo de amigos suyos para formar el
partido, entre ellos Mauricio Gándara, Marcelo Fernández,
Francisco Acosta y Alfredo Crespo.

En 35 días se recolectaron 120 mil afiliaciones en maratónicas
jornadas, especialmente desde el primero al 30 de julio.

El UR fue reconocido oficialmente por el Tribunal Suprema
Electoral el 9 de octubre de 1991, es decir un año luego de la
carta de Durán Ballén.

"Sixto ha sido acusado de continuista en dos ocasiones. En
1977 por haber continuado en la alcaldía, bajo el gobierno
militar, y luego, más evidente porque había colaborado en el
gobierno de Febres Cordero". Esta era una de las causas, en
boca de Mauricio Gándara, para que se decidiera a hacer un
partido para Durán Ballén.

En esa primera etapa, fueron decisivas las participaciones de
Alfredo Laso, Elvia de Laso, Laura Coloma, Rodolfo y Pablo
Baquerizo y Jacinto Velázquez.

Sin embargo, el partido, bajo la conducción de Gándara, sufrió
una grave crisis interna que fue atribuida, por los
partidarios de Gándara, a la supuesta ambición de los
conservadores y, para el resto del partido, a la ineficiencia
y ansias de poder de Gándara.

Lo cierto es que Durán Ballén tomó la dirección del partido,
expulsó a Gándara, resolviéndose así la crisis interna aunque
se abrió otra por la impugnación hecha por Gándara en el
Tribunal Supremo Electoral.

Sin embargo, en decisión polémica para algunos, el TSE
resuelve a favor de la directiva proclive a Durán Ballén,
dejando libre el camino para que la campaña arranque.

Es entonces cuando la maquinaria del partido quedó en manos de
técnicos que, sin afanes de figuración, no les importó quedar
bajo la sombra de Durán Ballén.

Y a pesar de haber repetidamente su dolor por haberse
separado del PSC, Durán Ballén ha asegurado hace pocos días su
satisfacción por haberse separado del PSC.

"Si alguna conclusión he sacado de la presente campaña
electoral, es que el pueblo ecuatoriano me ha dado la razón al
separarme de un partido que ha equivocado sus procedimientos y
hoy prefiere la agresión y la violencia antes que el
razonamiento", dijo hace pocos días Durán Ballén en una forma
de concluir su actuación en el PSC que terminó siendo su
contendor, en su última y más exitosa participación electoral.
(3A)
EXPLORED
en Ciudad N/D

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