Quito. 18.07.93. Llama la atención la actitud diversa de
guayaquileños y costeños frente al racismo.

En la sierra, una educación anticuada ha difundido en buena parte
de la población la idea de que los ciudadanos de cultura mestiza
son hispanos. Todavía hay personas que creen en abolengos, en
purezas de raza conquistadora y otras exentricidades de esa laya.
Gracias a la difusión de puntos de vista modernos, el racismo ha
perdido vigor, pero se mantiene latente. En la Sierra, el
desagrado frente a las situaciones planteadas tiende a ser mayor
que en la costa, la indiferencia es la regla general y son pocos
los que dicen que se contentarían en los diversos casos.

En Guayaquil, el tema racial tiene menos vigencia. La población
del Puerto Principal surge de una serie de migraciones internas y
externas y son pocos los que reclaman honores por supuestos
ancestros coloniales. Las asociaciones de inmigrantes árabes,
chinos, españoles, italianos, alemanes, han sido entidades
abiertas, dedicadas a ayudar a los menos favorecidos de sus
comunidades, sin el tufillo aristocratizante de las asociaciones
hispanófilas serranas. La reacción es por eso más positiva.
Ante la mayor parte de las situaciones planteadas, son muchos los
guayaquileños que dicen alegrarse, menos los que se declaran
indiferentes y menos aún los que dicen que se disgustarían. Como
hemos visto en varios artículos, son grandes las diferencias que
se dan entre los habitantes de las dos regiones, respecto de casi
todos los temas que se estudian.

Cómo estas percepciones racistas de la realidad se expresan en el
mundo de la política y cómo influyen en los resultados
electorales es uno de los temas que estudiamos en el programa de
investigaciones de política desde las vivencias reales de la
gente y no de los idearios que casi siempre son desconocidos.

Los quiteños son más racistas y hay más prejuicios en contra de
los negros.

Los quiteños reaccionaron de manera más negativa ante la idea de
que la hija se case con un negro: al 52% le resultaría
indiferente, al 36% le desagradaría y el 12% se sentiría
contento, Guayaquil demuestra ser una ciudad más tolerante puesto
que el matrimonio de la hija con un negro sería indiferente para
el 39%, le agradaría al 35% y le desagradaría al 25%.

Estos datos contrastan con la posibilidad del matrimonio con un
indio; al 63% de los quiteños le resultaría indiferente, al 23%
la idea le desagrada y al 13% le pondría contento; al 39% de los
guayaquileños le agradaría, le sería indiferente al 37% y le
desagradaría al 23%.

En las dos ciudades más personas recibirían con agrado la noticia
del matrimonio de su hija con un indio que con un negro. En
ambas ciudades quienes más se disgustarían son las mujeres y los
mayores de 53 años. Es posible que el prejuicio más marcado
hacia los negros provenga más de un miedo hacia lo desconocido
que de un enfrentamiento real. Tienen más aversión a los negros
los encuestados en Quito, ciudad en la que hay muy pocos negros.

La posibilidad de que tener vecinos negros o indios cause
desagrado, es menor. Una cosa es tener un pariente indio o
negro, parecen decir los encuestados, y otra distinta es la de
vivir cerca de ellos sin tener que entablar relaciones íntimas.

En Quito, el que los vecinos sean indios le es indiferente al 71%
de los encuestados y si son negros al 63%. Si el barrio es negro
le desagradaría al 25% y si es indio al l6%. Finalmente, si el
barrio es negro o indio le agradaría al 12% de los quiteños. En
Guayaquil, al 44% le agradaría vivir en un barrio de mayoría
india y al 42% vivir en un barrio de mayoría negra. Le
resultaría indiferente el hecho al 39% de los guayaquileños.

De las posibilidades planteadas, tener un jefe indio o negro es
la que tiene menos resistencias. El "indiferente" llega al 74%
en Quito y le "agrada" al 45% en Guayaquil.

En todo caso podemos apreciar que el porcentaje de personas a las
que les molestaría compartir su espacio social con indios o
negros no desciende nunca del l0% en ambas ciudades. Por el otro
lado, notamos una diferencia importante entre Quito y Guayaquil
con respecto a la tolerancia: dicen que podrían reaccionar con
gusto frente a alguna de estas posibilidades hasta a un 45% de
guayaquileños, pero ese porcentaje nunca pasa de el 13% en Quito.

Informe Confidencial aplicó la encuesta en cuyo formulario
estaban estas preguntas, el l0 de julio de l993. Las preguntas
fueron contratadas por el periódico HOY y son para su uso
exclusivo. La encuesta se aplicó en las ciudades de Quito y
Guayaquil a muestras representativas de los ciudadanos mayores de
l8 años, integradas por 400 personas en cada ciudad. Informe
Confidencial se responsabiliza por la validez técnica de la
encuesta.
EXPLORED
en Ciudad N/D

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