Cuenca. 26.07.93. A pesar que han transcurrido 85 días del
desfogue de las aguas represadas en la Josefina, el 1 de mayo, el
Gobierno no ha iniciado la tarea de reconstrucción anunciada.
Rubros como vialidad, vivienda, agricultura, saneamiento
ambiental, severamente afectados, no han merecido la atención
oficial, aunque el Consejo de Programación, organismo conformado
por el presidente de la República, trabaja intensamente evaluando
y planificando la tarea de rehabilitación de la región. Según
todas las opiniones la tragedia hizo retroceder 50 años el
desarrollo de la región.
Mientras tanto la Curia Arquidiocesana, al frente de la cual se
encuentra monseñor Luis Alberto Luna Tobar, arzobispo de Cuenca,
se esfuerza para reasentar a los damnificados de las áreas
rurales, a quienes les entregará viviendas que se construirán
conjuntamente con los damnificados. Con el dinero que le fuera
entregado del generoso aporte de personas y entidades nacionales
y extranjeras, el prelado ha comprado varias hectáreas de tierra
para levantar las edificaciones para los afectados por la
tragedia de Paute.
La semana última las autoridades seccionales iniciaron nuevas
gestiones para lograr que el presidente Sixto Durán Ballén envíe
el dinero proveniente de la Ley de Emergencia al Banco Central en
Cuenca, para evitar el centralismo del Ministerio de Finanzas.
Igualmente exigirán se extienda la vigencia de la Ley a cinco
años y no a uno como es ahora, ya que la rehabilitación será
costosa y aún no ha comenzado. Hagamos una rápida revisión.
VIALIDAD
Con el represamiento de las aguas -que se extendieron en más de
16 kilómetros desde La Josefina hasta Zhullín en Cañar y
Challuabamba en Azuay-, y el desfogue del 1 de mayo, quedaron
inhabilitados unos 90 kilómetros de carreteras de las provincias
de Azuay, Cañar y Morona Santiago, de ellas, hasta la fecha, aún
no se ha rehabilitado ni un solo kilómetro. Solamente se ha hecho
la limpieza de las vías dañadas en el sector de El Descanso. Y si
bien hace 25 días se firmó el contrato para la autopista
Cuenca-Azogues, el Consorcio Latinoamericano no ha comenzado la
construcción de esta carretera que será la arteria fundamental de
la zona. Se ha ofrecido la construcción de un anillo vial, pero
aún no hay nada concreto.
PUENTES
Durante el violento desfogue del 1 de mayo, fueron destruidos
cuatro puentes, tres pasarelas y cuatro tarabitas. La pérdida de
este rubro sobrepasa los 4.890 millones de sucres, según estudio
hecho por el CREA, Centro de Reconversión Económica de Azuay,
Cañar y Morona Santiago, y el IDIS, de la Universidad de Cuenca.
No obstante, aunque algunos de ellos será imposible reponerlos
porque la geografía de la zona cambió y las carreteras tendrán
variantes tampoco se ha comenzado ninguna tarea en los sitios
donde si se rehabilitará las vías. Solamente un puente metálico
fue colocado el viernes pasado. A más de dos puentes colgantes
que ha construido Tony "El suizo", el puente Bayle es la primera
obra en concreto del gobierno desde la catástrofe de La Josefina.
VIVIENDA
En cuanto a viviendas, éstas fueron destruidas durante las tres
etapas de la tragedia: la noche del aluvión, el 29 de marzo, por
la inundación que duró 33 días y en el desborde del 1 de mayo. En
total se destruyeron unas 800 viviendas que quedaron
completamente inutilizadas, pero el sector oficial hasta ahora no
ha comenzado ningún trabajo, pero se conoce que el Ministerio de
Desarrollo Urbano y Vivienda gestiona la adquisición de tierras
para el emplazamiento de las viviendas. En esta área el problema
humano es grave, ya que los damnificados están refugiados en
albergues de la ciudad. Hacinados y sin hacer ningún trabajo.
AGRICULTURA
Otro de los rubros castigado por la catástrofe fue el de la
agricultura. Según los estudios del Centro de Reconversión fueron
afectados aproximadamente 725 hectáreas de suelos agrícolas, de
los cuales 63 presentan daños menores, 88 se encuentran
erosionados con depósitos de piedras y arena, 88 con piedras
medianas y pequeñas, 99 con arena fina y el resto con acumulación
de grava.
Ha sido visible y alentador el trabajo de los empresarios
privados, como los propietarios de plantaciones de flores y hasta
la Destilería Zhumir, que han comenzado la reconstrucción de sus
agroindustrias, no obstante, del sector oficial no hay ninguna
tarea en concreto.
SANEAMIENTO AMBIENTAL
Finalmente lo que corresponde al saneamiento ambiental, la
permanencia de las aguas por 33 días y la contaminación con
residuos de bunker y desechos orgánicos produjo una alta
contaminación y provocó la presencia de insectos, roedores y
otras especies en los sectores de Challuabamba y Zhullín y
lugares aledaños. De lo que HOY conoce los primeros días de mayo,
después del desfogue, brigadas del Programa Nacional de la
Malaria se hicieron presentes en el área para analizar el suelo,
las condiciones ambientales y tomar medidas para erradicar los
problemas, sin embargo, ahora no se hace nada. Las aguas del lago
en el Descanso son malolientes y es notorio la presencia de
insectos que incluso han llegado a las ciudad de Azogues al norte
y Cuenca al sur.
desfogue de las aguas represadas en la Josefina, el 1 de mayo, el
Gobierno no ha iniciado la tarea de reconstrucción anunciada.
Rubros como vialidad, vivienda, agricultura, saneamiento
ambiental, severamente afectados, no han merecido la atención
oficial, aunque el Consejo de Programación, organismo conformado
por el presidente de la República, trabaja intensamente evaluando
y planificando la tarea de rehabilitación de la región. Según
todas las opiniones la tragedia hizo retroceder 50 años el
desarrollo de la región.
Mientras tanto la Curia Arquidiocesana, al frente de la cual se
encuentra monseñor Luis Alberto Luna Tobar, arzobispo de Cuenca,
se esfuerza para reasentar a los damnificados de las áreas
rurales, a quienes les entregará viviendas que se construirán
conjuntamente con los damnificados. Con el dinero que le fuera
entregado del generoso aporte de personas y entidades nacionales
y extranjeras, el prelado ha comprado varias hectáreas de tierra
para levantar las edificaciones para los afectados por la
tragedia de Paute.
La semana última las autoridades seccionales iniciaron nuevas
gestiones para lograr que el presidente Sixto Durán Ballén envíe
el dinero proveniente de la Ley de Emergencia al Banco Central en
Cuenca, para evitar el centralismo del Ministerio de Finanzas.
Igualmente exigirán se extienda la vigencia de la Ley a cinco
años y no a uno como es ahora, ya que la rehabilitación será
costosa y aún no ha comenzado. Hagamos una rápida revisión.
VIALIDAD
Con el represamiento de las aguas -que se extendieron en más de
16 kilómetros desde La Josefina hasta Zhullín en Cañar y
Challuabamba en Azuay-, y el desfogue del 1 de mayo, quedaron
inhabilitados unos 90 kilómetros de carreteras de las provincias
de Azuay, Cañar y Morona Santiago, de ellas, hasta la fecha, aún
no se ha rehabilitado ni un solo kilómetro. Solamente se ha hecho
la limpieza de las vías dañadas en el sector de El Descanso. Y si
bien hace 25 días se firmó el contrato para la autopista
Cuenca-Azogues, el Consorcio Latinoamericano no ha comenzado la
construcción de esta carretera que será la arteria fundamental de
la zona. Se ha ofrecido la construcción de un anillo vial, pero
aún no hay nada concreto.
PUENTES
Durante el violento desfogue del 1 de mayo, fueron destruidos
cuatro puentes, tres pasarelas y cuatro tarabitas. La pérdida de
este rubro sobrepasa los 4.890 millones de sucres, según estudio
hecho por el CREA, Centro de Reconversión Económica de Azuay,
Cañar y Morona Santiago, y el IDIS, de la Universidad de Cuenca.
No obstante, aunque algunos de ellos será imposible reponerlos
porque la geografía de la zona cambió y las carreteras tendrán
variantes tampoco se ha comenzado ninguna tarea en los sitios
donde si se rehabilitará las vías. Solamente un puente metálico
fue colocado el viernes pasado. A más de dos puentes colgantes
que ha construido Tony "El suizo", el puente Bayle es la primera
obra en concreto del gobierno desde la catástrofe de La Josefina.
VIVIENDA
En cuanto a viviendas, éstas fueron destruidas durante las tres
etapas de la tragedia: la noche del aluvión, el 29 de marzo, por
la inundación que duró 33 días y en el desborde del 1 de mayo. En
total se destruyeron unas 800 viviendas que quedaron
completamente inutilizadas, pero el sector oficial hasta ahora no
ha comenzado ningún trabajo, pero se conoce que el Ministerio de
Desarrollo Urbano y Vivienda gestiona la adquisición de tierras
para el emplazamiento de las viviendas. En esta área el problema
humano es grave, ya que los damnificados están refugiados en
albergues de la ciudad. Hacinados y sin hacer ningún trabajo.
AGRICULTURA
Otro de los rubros castigado por la catástrofe fue el de la
agricultura. Según los estudios del Centro de Reconversión fueron
afectados aproximadamente 725 hectáreas de suelos agrícolas, de
los cuales 63 presentan daños menores, 88 se encuentran
erosionados con depósitos de piedras y arena, 88 con piedras
medianas y pequeñas, 99 con arena fina y el resto con acumulación
de grava.
Ha sido visible y alentador el trabajo de los empresarios
privados, como los propietarios de plantaciones de flores y hasta
la Destilería Zhumir, que han comenzado la reconstrucción de sus
agroindustrias, no obstante, del sector oficial no hay ninguna
tarea en concreto.
SANEAMIENTO AMBIENTAL
Finalmente lo que corresponde al saneamiento ambiental, la
permanencia de las aguas por 33 días y la contaminación con
residuos de bunker y desechos orgánicos produjo una alta
contaminación y provocó la presencia de insectos, roedores y
otras especies en los sectores de Challuabamba y Zhullín y
lugares aledaños. De lo que HOY conoce los primeros días de mayo,
después del desfogue, brigadas del Programa Nacional de la
Malaria se hicieron presentes en el área para analizar el suelo,
las condiciones ambientales y tomar medidas para erradicar los
problemas, sin embargo, ahora no se hace nada. Las aguas del lago
en el Descanso son malolientes y es notorio la presencia de
insectos que incluso han llegado a las ciudad de Azogues al norte
y Cuenca al sur.
Más en el