Moscú. 02.11.92. El presidente Boris Yeltsin declaró hoy el
estado de emergencia en dos regiones meridionales rusas donde
docenas de personas murieron en enfrentamientos librados
durante el fin de semana.
Un portavoz presidencial indicó que Yeltsin firmó un decreto
que implanta el estado de emergencia desde las dos de la tarde
hora local (1100 GMT) por un mes en Osetia del Norte e
Ingushetia.
Designó al vice primer ministro Georgy Khizha como jefe
de una administración temporaria especial en las dos zonas,
escenario de los peores enfrentamientos étnicos que hayan
afectado a Rusia desde que la Unión Soviética se desintegró el
año pasado.
Khizhia, quien presidió conversaciones de paz celebradas
durante el fin de semana entre osetianos e ingushetios,
manifestó que el orden fue restablecido, según informó la
agencia noticiosa Itar-Tass.
Pero un portavoz del ministerio del Interior ruso manifestó
que los combates continuaban, a pesar de un cese del fuego
acordado el domingo y de la presencia de varios miles de
soldados de unidades escogidas enviadas por Moscú.
Tass informó que están en camino más refuerzos.
Tass indicó que hubo lucha durante la noche cerca de
Vladikavkaz, capital de Osetia del Norte que tiene una
población de 300.000 habitantes, y hubo muertos y heridos por
ambos bandos.
Indicó que las fuerzas rusas enviadas a la región fueron
atacadas varias veces y abrieron fuego en respuesta. Tres
cadetes de una academia militar de Vladikavkaz resultaron
muertos en 'ataques de provocacón' y nueve quedaron heridos.
Agencias noticiosas informaron que docenas resultaron muertos
en los últimos tres días y la televisión rusa se refirió a
'atrocidades increíbles'.
Tass indicó que refuerzos de tropas del Ministerio del
Interior con experiencia en focos de problemas étnicos siguen
llegando. Cinco soldados osetianos son retenidos como rehenes
en la localidad ingushetia de Nazran, agregó.
El estado de emergencia y el envío de efectivos, con órdenes
de desarmar a facciones rivales por la fuerza si fuera
necesario, subrayó la preocupación de Yeltsin por la explosión
de agitación violenta en Rusia.
El Cáucaso es un polvorín de docenas de pueóblos divididos
por rivalidades tribales y entrecruzado por fronteras
frecuentemente arbitrarias.
Los ingushetios, que fueron deportados al Asia Central por
José Stalin por presunta colaboración durante la guerra con
los nazis, tienen reivindicaciones territoriales respecto de
parte de Osetia del Norte que le fue quitada por el dictador
soviético.
La agitación en Osetia del Norte, una región con 600.000
habitantes, podría enviar ondas de choque violentas a todo el
resto del Cáucaso, donde ya se libran múltiples conflictos
étnicos. También podría incrementar la cantidad de refugiados
que se dirigen al sur de Rusia.
Itar-Tass indicó que Khizha acusó a la vecina Chechenia, que
declaró su independencia nominal respecto de Rusia el año
pasado, de estar azuzando las tensiones en la región.
Dijo también que tropas de Osetia del Norte enviadas como
pacificadores este año para sofocar la agitación en Osetia del
Sur, una región rebelde de Georgia, están retirándose y son
transferidas a la nueva zona de conflicto.
Ramazan Abdulatipov, jefe del Consejo de Nacionalidades del
parlamento ruso, sugirió que el estallido de violencia fue
incitado deliberadamente por provocadores.
'Hemos estado tratando desde hace dos años de resolver el
desacuerdo existente en la zona sobre una base legal, pero
fuerzas no interesadas en una solución pacífica empujaron a
los pueblos al camino de la guerra', declaró, según informó
Tass.
'Nacionalistas militantes han desatado un ataque armado
directo contra el orden constitucional de Rusia, su seguridad
e integridad territorial', declaró Yeltsin en un llamamiento
a las tropas del ejército y el ministerio del Interior de
Rusia enviadas para sofocar la crisis.
'Las vidas de muchos miles de rusos han sido amenazadas. El
conflicto entre Osetia del Norte e Ingushetia ha conducido ya
a la muerte de ciudadanos. Los culpables de esto deben asumir
plena responsabilidad de acuerdo con la ley', agregó.
El parlamento de Rusia aprobó rápidamente el decreto de estado
de emergencia.
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