Washington. 04.11.92. Los norteamericanos eligieron el martes
como presidente a Bill Clinton, un hombre sin antecedentes en el
manejo de los asuntos extranjeros y cuyo peso en la arena
internacional se reduce, por el momento, al de sus declaraciones
como candidato.
Habrá que esperar la formación de su equipo gubernamental en las
próximas semanas para hacerse una idea más precisa del rumbo que
Clinton va a imprimir en la polÃtica de Estados Unidos,
superpotencia sin rival al finalizar la guerra frÃa.
Clinton debe definir muy pronto el rumbo, pues el primer Gobierno
demócrata desde hace doce años tendrá que afrontar desde su
entrada en funciones el próximo 20 de enero una serie de retos
que requieren respuestas claras de Estados Unidos. La situación
en las repúblicas ex soviéticas, en los Balcanes o en Cercano
Oriente figura en lugar preferente en la agenda.
Bill Clinton, de 46 años, ha hecho toda su carrera polÃtica en
Arkansas, uno de los estados menos poblados del paÃs.
Durante su campaña electoral, se refirió solamente cuatro veces
al lugar que Estados Unidos debe ocupar en el mundo y al papel
que debe desempeñar. Y en esas referencias, Clinton evocó más
bien grandes principios que propuestas concretas.
El primero de octubre, en Milwaukee (Wisconsin), Bill Clinton
negó ser "un idealista" inepto para la práctica del poder y
subrayó que en el mundo de la postguerra frÃa "no bastan los
cálculos cÃnicos".
En todas sus intervenciones, recalcó que Estados Unidos debe
seguir llevando las riendas del mundo, recusando asà las
acusaciones de aislacionismo que se llevan los demócratas. "Si
nos separamos del mundo, nuestra economÃa sufrirá las
consecuencias", dijo el primero de abril en Nueva York.
Sentada la premisa de la primacÃa moral y polÃtica de Estados
Unidos, hay que reactivar la economÃa para llevarla a la
práctica, sostiene el nuevo presidente.
Clinton se fijó como tema axial de su campaña electoral el
ineluctable vÃnculo que debe existir entre la potencia interior
de Estados Unidos y su influencia internacional, en un momento en
que los estadounidenses quieren que sus dirigentes se ocupen más
de sus problemas domésticos que de los mundiales.
"En polÃtica exterior mi prioridad será revitalizar la economÃa
norteamericana", exclamó en Los Angeles el 13 de agosto.
Bill Clinton ha prometido crear un Consejo Nacional de EconomÃa,
siguiendo el modelo del Consejo Nacional de Seguridad, que define
la polÃtica extranjera de Estados Unidos. Y asegura que el
Departamento de Estado tendrá que admitir la importancia que
revisten en la actualidad las cuestiones económicas.
La mejor ilustración de la necesidad para Estados Unidos de ser
ricos y fuertes la constituye la ayuda a Rusia y demás repúblicas
surgidas de la disgregación de la Unión Soviética.
Bill Clinton considera la democratización y la apertura a la
economÃa de mercado del ex imperio soviético como "un reto mayor"
para la seguridad nacional de Estados Unidos. Y, a su juicio, el
Gobierno precedente ha respondido con excesiva lentitud a ese
reto.
Clinton propone, además de una ayuda financiera, la creación de
un "cuerpo de la democracia" que vaya a exponer a la ex Unión
Soviética los méritos de la libertad.
Además, desea que en otras regiones del mundo la diplomacia
norteamericana proyecte un soplo de democracia y derechos
humanos. Al respecto, aboga por una acción más directa en Bosnia,
sin llegar a convertirse en intervención militar, y desea
condicionar las relaciones comerciales con China a que este paÃs
se encauce decididamente por el camino de la democracia.
Por último, Clinton estima que su paÃs no debe "mimar a los
tiranos" como, a su juicio, ha hecho el Gobierno de Bush en Irak
o Siria, y respalda incondicionalmente a Israel, "la única
democracia en la región" de Oriente Medio.
Respecto al uso de la potencia militar, tema delicado para un
hombre que eludió inscribirse en las listas de combatientes para
la guerra de Vietnam, Bill Clinton afirma que no le da miedo
recurrir a la fuerza.
Sin embargo, desea un Ejército más móvil y tecnológico para
Estados Unidos, que debe conservar su superioridad nuclear, pero
reducir su presencia en Europa y Asia.
en
Explored
Ciudad N/D
Publicado el 04/Noviembre/1992 | 00:00