ParÃs. 04.11.92. La victoria del candidato demócrata Bill
Clinton, quien se declara más preocupado por los problemas
internos norteamericanos que por la polÃtica internacional,
fue recibida el miércoles con prudencia y cierta inquietud en
la mayorÃa de las capitales, y sólo algunos adversarios
irreductibles de la diplomacia de George Bush se alegraron por
su derrota.
El presidente Sadam Husein lanzó ayer tiros al aire con su
pistola en jubilosa celebración de la derrota de George Bush
en las elecciones presidenciales norteamericanas, y previno a
otros que aprendan de los errores de su enemigo en la Guerra
del Golfo.
'Bush cayó hace mucho tiempo, cuando decidió bombardear
Bagdad', dijo el gobernante iraquà durante una gira por la
ciudad iraquesa de Ramadi, 150 kms al oeste de Bagdad.
Cuando un ciudadano le preguntó si Bush habÃa subestimado la
fuerza de Irak, Sadam, en aparente alusión al presidente
electo norteamericano Bill Clinton, respondió; 'Aun cuando
Bush no comprendió a Irak ni a la nación árabe, otros debieran
aprender de lo que ocurrió'.
Irak y Libia se distinguieron una vez más por la violencia
verbal. Mientras que Radio Bagdad anunciaba el fracaso del
"criminal Bush", condenado a "la basura de la historia" por
los diarios iraquÃes, unos 2.000 estudiantes bailaban y
cantaban en las calles de la capital. Sin embargo, las
autoridades se abstuvieron de cualquier comentario.
En Libia, el coronel Mouammar Gadafi vio en la decisión de los
electores norteamericanos "una revuelta contra una polÃtica
internacional que aterrorizó al mundo".
Más estoicos, los dirigentes iranÃes no esperaban nada del
nuevo presidente. "Estados Unidos es hostil a los dirigentes y
al pueblo de Irán", reafirmó el GuÃa de la república islámica,
Alà Jameini, el dÃa en que se celebraba el aniversario de la
toma de la embajada norteamericana de Teherán, en el que
además se anunció la detención de un "espÃa" norteamericano.
En el resto del mundo, además de los tradicionales mensajes de
felicitación, las nuevas perspectivas demócratas tras 12 años
de administración republicana eran percibidas con esperanza y
dudas.
En Japón, las perspectivas de una reactivación económica
beneficiosa para todos eran contrarrestadas por el temor de un
incremento del proteccionismo por parte de la nueva
administración. El primer ministro, Kiichi Miyazawa, reafirmó
con prudencia delante de la Dieta que Japón continuará
haciendo de sus relaciones con Washington la piedra angular de
su diplomacia.
En Europa también se espera la reactivación económica. "La
Comisión Europea espera que los próximos años esten marcados
por la calidad y la eficacia de nuestras relaciones
transatlánticas", en un telegrama enviado a Bill Clinton por
el presidente de la Comisión, el francés Jacques Delors.
En Bonn y en Londres, la victoria del candidato demócrata era
una ocasión para reafirmar la "importancia vital" de las
relaciones con Washington y esperaban una "polÃtica de
continuidad" por parte del nuevo presidente.
Por su parte, el jefe de la diplomacia francesa, Roland Dumas,
señaló su voluntad de "trabajar con esta nueva
administración". En Francia, la actitud que adopte Clinton en
relación con las negociaciones del GATT (Acuerdo General sobre
Aranceles y Comercio) será una prueba de sus intenciones.
En Israel, la partida de Bush fue recibida con satisfacción.
El primer ministro Issac Rabin se declaró "persuadido de que
las relaciones speciales" con Washington "serán más estrechas
que nunca".
En Kuwait, la derrota del "libertador" Bush fue vivida con
amargura mientras que PekÃn optó por el mutismo.
El presidente ruso, Boris Yeltsin, dijo esperar que "la
administración norteamericana continúe apoyando las reformas
rusas asà como la creación de las bases de la economÃa de
mercado".
El secretario general de las Naciones Unidas, Butros Butros
Ghali, envió un mensaje de felicitación a Bill Clinton,
mientras que Radio Vaticano informó que "la mayorÃa de los
norteamericanos tenÃa necesidad de cambios".
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Publicado el 04/Noviembre/1992 | 00:00