Quito. 20 oct 99. El tercer curso del Colegio Mariano Benitez
de Pelileo se convirtió de pronto, desde el pasado domingo, en
dormitorio, sala, comedor y cocina de la familia Trujillo Acosta,
Silva Trujillo y Acosta Trujillo. Son 22 personas y Amelia Ruiz,
de 82 años, es la mayor del grupo.
Son oriundos de Cotaló, una loma ubicada frente con frente al
volcán Tungurahua, que amenaza con erupcionar de un momento a
otro. Al menos asÃ, dejan entrever las señales de ceniza y fuego
que de rato en rato emite como haciendo notar su presencia.
Los campesinos que se negaron a salir hasta el último momento,
por temor a perder sus animales y los sembradÃos de papas, maÃz,
cebolla y habas, ahora deben adaptarse a su nueva forma de vida.
En el refugio temporal que alberga a las vÃctimas del fenómeno,
natural Eduardo Trujillo (24), casado con Imelda Trujillo,
recuerda que durante el último mes comenzaron a escuchar ruidos
extraños que provenÃan del Tungurahua. "Esto nos obligó a
reunirnos en la Casa del Pueblo, en donde los mayores explicaron
que se trataba del volcán que ya en 1916 y 1918 erupcionó y causó
daños severos, especialmente a los terrenos y animales".
El viernes 15 de octubre de 1999 lo recordará toda su vida. Fue
ese dÃa cuando el volcán arrojó una gran cantidad de ceniza y
piedras incandescentes en medio de fuertes ruidos. Una lluvia de
ceniza, que llegaba hasta Pillate, asustó a los más incrédulos.
El domingo debieron evuacuar, ayudados por los militares.
Ahora, y en familia, debieron acomodarse en una habitación con
el piso de cemento en donde se acomodaron unos cuantos colchones
y una pequeña cocineta que la utilizan para preapar 'cafecito
o agüita para soportar el frÃo'.
En el albergue, las mujeres ayudan en la cocina comunitaria y los
hombres tratan de llegar hasta sus casas para revisar el estado
de los animales que debieron dejar por no tener a dónde
trasladarlos.
Al mediodÃa reciben el almuerzo que consiste en una sopa de
avena, arroz con fideo tallarÃn y un baso de colada de dulce. En
la cena se sirve un menú similar. Asà pasan las horas de los
desplazados, que añoran volver a sus hogares una vez que 'pase
el susto'.
Drama y enfrentamientos
Recién tiene 19 años y ya es madre soltera, tiene dos hijos. Hace
apenas un mes nació su segunda niña. Es Maribel Lozada, la más
joven de la familia Machado Lozada Carillo, que ha sido albergada
en una de las aulas del Colegio Mariano BenÃtez de Pelileo.
Es oriunda del barrio Los Pinos, del cantón Baños de Agua Santa,
en donde se ganaba la vida vendiendo velas en la puerta de la
iglesia.
Recuerda que los últimos dÃas fueron de tristeza y desolación.
'El anuncio de que el volcán estaba por erupcionar, alejó a los
turistas y las ventas bajaron', comenta con lágrimas en los
ojos, el dolor vivido por ella sus tiernos hijos.
El negocio de las velas es por tradición, su abuela Laura
Machado, (85) ha inculcado la fe y la forma de ganarse unos
sucres 'sirviendo a la Virgen'.
El negocio les permitÃa ganar dinero para alimentación y pagar
arriendo de un pequeño cuarto. Los últimos dÃas, como se alejron
los turistas las ventas bajaron a niveles insospechados. A la
semana ganaba 50 mil sucres.
Ahora, junto a su familia, ha debido acomodarse en el aula número
cinco. Unos cuantos colchones regados en el piso son , por ahora,
parte de su hogar. "Como estoy dando de lactar a mi niña las
señoritas si me regalan coladita y lechecita para mi hija',
señala.
Mientras esos dramas se observan en los albergues, las
autoridades han abierto pugnas y enfrentamientos con los medios
de comunicación, ese es el caso del gobernador quien se ha
enfrentado abiertamente con un canal de televisÃon local.
Esto ha repercutido y perjudicado a otros medios de comunicación,
el enojo del gobernador, Ignacio Vargas, se ha negado a entregar
salvoconductos a los periodistas para que puedan cubrir las
incidencias del evento con libertad.
Salesianas acogen a cuarenta ancianos
La solidaridad de las religiosas salesias que regentan el Centro
Social San Liborio, en Pelileo, se ve reflejada en la ayuda y
atención que brindan a un grupo de 40 personas de la tercera edad
que fueron evacuadas, a la fuerza, por los militares y la Defensa
Civil ante el inminente peligro de una erupción del volcán
Tungurahua.
Mercedes Fialllos, 100 años de vida, es una mujer que descansa
en la cama número ocho. Su excelente memoria le hace recordar lo
que ocurrió con el Tungurahua hace ya más de 70 años. Ella narra
que en 1916 se produjo una erupción que duró dos años, lanzando
ceniza y fuego que destruyó los pastizales y sembradÃos. Ese
recuerdo la hacÃa más fuerte y se negaba a ser evacuada.
Son las 07:00 y las voluntarias del centro alistan 'a los
viejitos' para darles el desayuno. La pareja conformada por
Segundo Virgilio Yugsha(73) y Segunda Merces Choyes (68),
oriundos de Cotaló, se sienten contentos por haber sido
trasladados a un albergue, ya que viven solos.
Igual cosa ocurre con los hermanos Luz MarÃa Chávez Guevara(68)
y Angel Amable Chávez Guevara(85). Ella fue separada de su casa,
tiene un hijo y dos nietos. El sacerdote Aquiles Mayorga Gamboa
fue quien les consiguió el albergue.
Este lugar no habÃa sido escogido por la Defensa Civil como sitio
de refugio y por esta razón el gobernador, Ignacio Vargas, se
habÃa negado a prestar la ayuda solidaria que sà la enviaron
instituciones y personas caritativas.
El médico Rodrigo Carrasco Llerena es quien los visita y da un
triste diagnóstico de lo que ocurre con estas peronas. 'Se
sospeha que uno de los viejitos tiene tuberculósis', comenta,
al tiempo de lamentar la falta de ayuda de las autoridades para
estas personas, muchas de las cuales, por vez primera acuden a
una consulta médica. Destaca, eso sÃ, la ayuda brindada por el
hospital de Pelileo y por su director, Rodman RÃos, lo que ha
permitido evaluar y medicar a los pacientes que desde el lunes
reciben tres comidas al dÃa y atención médica.
Erupción en dos semanas
Inminente erupción del volcán Tugurahua, cifrada en un perÃodo
no más allá de dos semanas, pronosticó la vulcanóloga Patricia
Mothes, que junto a su esposo Minar Hall y un grupo de técnicos
ecuatorianos, monitorean las 24 horas del dÃa al volcán.
De acuerdo con la experta norteamericana, las señales trasmitidas
por el volcán hacen pensar que la erupción es inminente y
peligrosa.
¿Qué debemos esperar hasta que se dé la nueva erupción?.
-No sabemos cuantos dÃas. Pero pensamos que no necesariamente
serán muchos dÃas. No van a ser muchos dÃas los que pasen para
que ocurra la erupción. Recuerde que la alerta naranja es de dÃas
a semanas.
¿Qué han observados ustedes de novedoso en el volcán?
-Hay un tremendo movimiento en el interior del volcán. Son
movimientos grandes de gases, que lo mueven en forma ascendente
para salir. Es el magma nuevo que está muy cerca de la
superfiecie y que está fluyendo como rocas incandescentes.
¿Cuáles son las caracterÃsticas del volcán?
-El volcán tiene un conducto que está abierto por donde está
fluyendo este material.
¿Qué se debe esperar para que erupcione?
-TendrÃamos que esperar que exista mayor presión para que el
magma salga con más fuerza.
¿Está aumentando la presión del volcán?
-No necesariamente la presión está aumentando. Si el conducto que
está abierto se cierra, podrÃa registrar aún una mayor actividad.
¿Qué pasa con el gas?
- El gas podrÃa fluir por dos partes: por la roca antigua o por
el magma que se está formando.
¿Usted piensa, entonces que la erupción podrÃa ocurrir no más
allá de dos semanas?
-Buenos, sÃ, es muy posible.
¿No más de dos semanas?
-No quisiera decir no más de dos semanas, pero es un escenario
muy probable, porque esto no va a tomar un largo perÃodo de
tiempo.
¿Se ha expandido el riesgo previamente identificado?
-El riesgo ha aumentado, pero no para las poblaciones cercanas,
sino solamente para las poblaciones muy periféricas al volcán.
Una prueba de ello son las rocas incandescentes que han comenzado
a caer y han sido expedidas desde el cráter del volcán.
¿Qué significa eso?
-Quiere decir que hay explosiones que están produciéndose de
tiempo en tiempo. (DIARIO HOY) (P. 2-A)