Es un sentimiento indispensable en nuestra vida como nación, que en muchas ocasiones parecería nos sigue haciendo falta a los ecuatorianos, para enfrentar los graves problemas que nos agobian permanentemente. Somos un país en el cual resulta difícil conseguir consensos, y mucho más ponerlos en práctica y mantenerlos. Surge y se manifiesta únicamente cuando nos sentimos amenazados por enemigos externos, fenómenos naturales, o desgracias de cualquier índole.
En la vida de la República, hemos tenido diversos momentos adversos, cuando este noble y patriótico sentimiento se ha manifestado con toda intensidad y plenitud, compartiéndolo en forma casi unánime. En diferentes ocasiones hemos estado a punto de desintegrarnos por las ambiciones desmedidas de caudillos locales, o seriamente amenazados por nuestros enemigos en recientes décadas. Figuras de gran trascendencia histórica como Rocafuerte, Garcia Moreno, Eloy Alfaro, Velasco Ibarra, comprendieron tempranamente en su vida pública, la necesidad de fomentar la vocación histórica de nuestros pueblos a permanecer unidos, y enfrentar valerosamente nuestras dificultades. La frase célebre de Durán Ballén de "ni un paso atrás" es la última manifestación de esa gran determinación.
La culminación de grandes proyectos de enorme trascendencia en la vida nacional, también ha contribuido a preservar y consolidar la unidad republicana, como fue la red ferroviaria concebida desde tiempos de García Moreno, especialmente la unión de Quito y Guayaquil en el gobierno de Alfaro, la construcción y mejoramiento de nuestra red de carreteras, impulsada desde el primer gobierno de Velasco, y hoy mejorada notablemente en este período por la esforzada y discreta labor del Ing. José Macchiavelo, que, en forma destacada, se ha desempeñado como ministro de Obras Públicas, en los dos últimos gobiernos de Noboa y de Mahuad.
Su clara visión y perseverancia para insistir en la ampliación del puente Rafael Mendoza Avilés, que une Guayaquil con el resto del país, es otra gran obra de trascendencia en la vida y desarrollo nacional, y por esa misma razón se lo denomina, con justicia, puente de la Unidad Nacional. El diseño original, realizado hace más de 30 años, fue concebido para un tránsito inferior a la tercera parte de los 60 000 vehículos que hoy lo cruzan diariamente. Su ampliación era un imperativo nacional imposible de postergar.
Las críticas y oposición a su realización no tienen mayor sentido o justificación. El precio. conseguido de $70 millones es 42% menor que el de otra única oferta. El reclamo pendiente que tiene la Contraloría contra la constructora Andrade Gutiérrez, por el cobro indebido de $22 millones, deberá seguir su curso legal y decidido en la última instancia judicial. Los afectados con la ejecución de la obra, pocos terrenos y un club social, deberán ser indemnizados, de acuerdo con la ley. Los egoísmos de quienes se oponen políticamente a la obra o al ministro, deben ser simplemente ignorados.
Quedan pendientes de realización otras grandes obras de unidad nacional, como son la navegación por el río Amazonas, la construcción de Mazar y la ejecución de una verdadera autopista Quito-Guayaquil.