Quito. 28 sep 96. El fuerte sonido y el aleteo de las
golondrinas anuncian la llegada de la noche. La gente que vive
alrededor de la Iglesia no necesita ver el reloj para saber
que ya son las 6 de la tarde. De pronto, una sombra gris cubre
parte del alumbrado público cercano a la iglesia matriz, y los
filos de las paredes de las casas aledañas. Cada golondrina ve
la manera de encontrar un espacio para pasar la noche. A
partir de esa hora la gente que regresa por el camino de la
iglesia apura su paso por las escalinatas para evitar recibir
un "regalito del cielo", un buen chasco que le puede pasar a
cualquiera. Al siguiente dÃa, muy temprano en la mañana, y
desde hace muchos años, un desconocido personaje se encarga de
barrer las travesuras de las golondrinas.
Asà son las dÃas, inusuales y llenos de sorpresas, en Zaruma,
una pequeña pero hermosa ciudad, ubicada al sureste de la
provincia de El Oro.
Sus habitantes la llaman "La Sultana de El Oro" porque, desde
las alturas de la Cordillera de Vizcaya, vigila sigilosamente
las minas que la rodean.
Sus antiguas casas coloniales -que poco a poco han sido
reemplazadas por el cemento- son la atracción de este rincón
del sur y quizá ellas le den ese aspecto de pueblito de hadas
y hechizos, de leyendas e inventos.
Qué ver
A pesar de ser una ciudad tan pequeña, los dÃas son diferentes
unos de otros, y siempre hay algo por hacer. Quien se va de
Zaruma sin conocer la oscuridad de las minas, quizá se perdió
de una aventura.
Pero si no le gusta la idea de adentrarse en una mina, no se
preocupe.
A falta de playas, hay rÃos -los pocos que no están
contaminados por la explotación minera- que son la atracción
de grandes y chicos.
La hospitalidad de los zarumeños es ya una tradición. Siempre
habrá alguien que le ayudará. Y si lo que le preocupa es la
comida, aquà no correrá el riesgo de morirse de hambre.
Nombres como arroz mote, tigrillo o molloco le resultarán un
poco extraños, pero son una delicia. Los platos fuertes:
arvejas con guineo, repe -sopa de verde con leche y queso-,
sancocho y bolas de verde no son aptos para gorditos. Los
quesos y el manà no pueden faltar. Y no se olvide de pedir un
buen café.
Y si de dulces se trata, también hay gran variedad. La
preparación del manjar de leche es una tradición familiar.
Ahora lo comercializan en muchos lugares del paÃs.
A 15 minutos de Zaruma se encuentra Malvas, la verdedera cuna
de las fábricas de las "colasiones", toda una mezcla de
bocadillos, huevos de faldiquera, jaleas de guayaba,
bizcochuelos y tortas de harina de maiz.
MINEROS POR EXCELENCIA
Minas de San Antonio de Zaruma fue el nombre original de esta
ciudad, que ya desde antes del año 1.600 tenÃa una gran
actividad minera entre la población indÃgena. Según los datos
de un cronista de indias, Fray Antonio Vázquez de Espinoza (un
carmelita descalzo) para 1614 Zaruma estaba poblada por 200
vecinos españoles, 50 de los cuales eran mineros.
Los indÃgenas de muchas regiones del Ecuador poblaron
rápidamente el lugar por el auge del oro; ganaban de 40 a 50
pesos a la semana lavando oro en sus bateas.
Ahora los métodos para sacar y lavar el oro no han cambiado
mucho. En cada lugar donde se descubre una veta, ahà están los
mineros, como topos, desentrañado la tierra. Hay dÃas malos y
buenos, pero las emisiones de mercurio están acabando con la
vida de muchos de ellos.
Poco a poco la actividad minera ha reemplazado a los antiguos
cafetaleros y ya forma parte de la vida diaria: hay minas que
pasan por debajo de las casas. Antes de ser clausuradas, un
ligero temblor era la señal de una explosión.
La parte trasera del Cerro Calvario, una pequeña montaña que
vigila la ciudad, es como un queso gruyere, lleno de túneles
que sirven de acceso a las improvisadas minas.
Un buen casco, una petromax y unas botas de caucho, le
servirán para adentrarse en las entrañas de la tierra y
sentir, por lo menos, el olor del oro.
Eso sÃ, nunca entre a una mina sin un guÃa.
CORTOS
- No se puede perder para llegar a Zaruma. Si quiere viajar
directamente desde Quito, lo debe hacer por la noche, para
soportar 13 horas de viaje. Este servicio lo presta
Transportes Asociados Cantonales, TAC, y sale desde el
terminal de Cumandá. También puede hacer una escala en
Machala. Hay buses confortables y a precios módicos, que
viajan por la noche.
Si lo que prefiere es viajar de dÃa, en cualquier transporte
interprovincial puede llegar hasta Guayaquil o Machala. Hay
cooperativas como TAC, o Ciudad de Piñas, que salen a cada
hora desde el terminal de Guayaquil. En Machala estas
cooperativas están ubicadas en el centro de la ciudad.
- Desde Guayaquil hasta Zaruma hay un tiempo de viaje
aproximado de cuatro horas en automóvil, y cinco en autobús.
Desde Machala, hay un tiempo de viaje de hora y media, en
auto; y en bus, de tres a tres horas y media. La carretera es
asfaltada y está en buenas condiciones. Desde Cuenca hay un
tiempo aproximado de cuatro a cuatro horas y media. Otra
opción es ir en avión hasta Machala y Guayaquil.
- Si va a viajar en su automóvil, tendrá que hacer escalas. Es
un viaje muy cansado. Además, al ser una ciudad fronteriza,
lleve todos sus documentos al dÃa: hay un puesto de revisión
militar en La Avanzada.
- En Zaruma hay dos hoteles. A la entrada de la ciudad está el
Roland Hotel, que cuesta 25 mil sucre por noche, en habitación
sencilla. La matrimonial cuesta 30 mil, y para grupos grandes
cuesta 21 mil. Las habitaciones son alfombradas, con baño
privado y televisión. Hay servicio de desayuno y merienda.
- En el Hotel Municipal, ubicado en la parte alta de la
ciudad, la noche cuesta 15 mil sucres. Hay parqueadero para 40
carros y, de acuerdo con el cliente, se prepara desayuno,
almuerzo y merienda. Las habitaciones tienen baño y
televisión.
- En la ciudad hay cerca de cuatro o cinco restaurantes que le
brindan comidas a la carta, almuerzos y comida tÃpica.
(DIARIO HOY) (P. 6-B)
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Publicado el 28/Septiembre/1996 | 00:00