WASHINGTON. 18 sep 96.- El presidente norteamericano, Bill
Clinton, tratando de disipar cualquier idea de vacilación,
firmó la noche del lunes el envío de 3.500 soldados hacia
Kuwait, mientras que el martes continuaban las ofensivas
diplomáticas tanto de Irak como de Estados Unidos, así como
los ataques verbales y las advertencias.

Clinton defendió su decisión porque servirá "para mejorar la
posición estratégica de Estados Unidos y nuestros aliados con
miras a mantener Saddam Hussein en una caja y a limitar su
habilidad para amenazar a sus vecinos".

El presidente aseguró a los principales senadores de los
partidos republicano y demócrata, con quienes mantuvo una
reunión, que Estados Unidos atacará a Irak
desproporcionadamente, si éste no se plega a los pedidos
norteamericanos.

El mandatario agregó que Estados Unidos ha advertido al
presidente iraquí que "no queremos que tome ninguna decisión
que incremente el peligro para nuestros pilotos".

La orden firmada por el presidente incluye el envío de 3.500
tropas norteamericanas cuya base está en Fort Hood (Texas)
para unirse a los cerca de 1.200 hombres que ya están en
Kuwait desde agosto.

Las tropas saldrán en los próximos días, dijo un portavoz del
Pentágono, agregando que la situación en el terreno iraquí
estaba en calma.

Por ello, algunos analistas opinaron que un eventual ataque
contra Irak no será inmediato y que dependerá de la actitud
del régimen de Bagdad. Sin embargo, Clinton quiso dejar en
claro que no le falta determinación y que prefiere tener sus
tropas preparadas, subrayando que "nunca hubo vacilaciones" al
respecto.

Joseph Liebermann, senador demócrata de Connecticut, aseguró
que "esto es una forma clara de decir a los kuwaitíes que
estamos con ellos".

Al mismo tiempo, la oposición iraquí en el extranjero afirmó
que unos 3.000 hombres de las tropas de élite iraquíes se
dirigen en tren hacia la región de Bassora, cerca de la
frontera con Kuwait. Pero desde principios de mes, la
oposición ha anunciado este tipo de informaciones que nunca
han sido confirmadas por Washington.

De otro lado, ambos países continuaron con sus respectivas
ofensivas diplomáticos, así como sus ataques verbales y
advertencias.

Estados Unidos presentó una nueva advertencia escrita al
gobierno iraquí alentándolo a no amenazar los aviones aliados
que patrullan el norte y sur de Irak, a través de un fax del
departamento de Estado norteamericano dirigido a la misión de
Irak ante la ONU.

El portavoz del departamento dijo que el texto alienta a Irak
a "no tomar medidas que amenacen la seguridad de los pilotos"
de los aliados, asegurando que la advertencia es lo
"suficientemente clara y comprensible".

De su lado y a través de su viceprimer ministro Tareq Aziz,
Irak presentó una nueva protesta ante la ONU por los vuelos de
patrulla de los aviones norteamericanos en el sur del país,
considerándolo como un "acto contrario a la carta de las
Naciones Unidas y a la ley internacional y como un ataque
flagrante contra la soberanía, la integridad territorial y la
independencia de Irak".

En declaraciones anteriores, Aziz consideró que "los pretextos
norteamericanos utilizados para concentrar tropas y material
militar en la región del Golfo Arabe (Pérsico) buscan preparar
una agresión contra Irak", después de conocer la decisión del
envío de tropas suplementarias.

Esta se tomó después una gira del secretario de Defensa,
William Perry, en varios países aliados de Estados Unidos para
intentar que se unan a la estrategia norteamericana. Según
Perry la coalición de los aliados contra Irak "funciona bien".

Perry no logró una declaración pública ni de Turquía ni de
Arabia Saudí, pero, en cambio, consiguió que Kuwait aceptase
más soldados en su territorio. Este emirato ya recibió ocho
aviones furtivos norteamericanos así como 18 F16 y una batería
de misiles antimissiles Patriot. Bahrein también ya aceptó 23
cazabombarderos F16 en su territorio.

Además, Londres y París expresaron su solidaridad con Estados
Unidos para la protección de sus pilotos en el cielo iraquí.

Mientras, Irak comenzó también una ofensiva diplomática con
una visita a Moscú y luego a París de su canciller Riad Al
Qaysi, países que Bagdad considera que pueden ayudarlo.

Desde la capital rusa, el canciller dijo que "no tengo
necesidad de alentarlos" a tomar posición contra Estados
Unidos, "tienen posiciones muy claras. Rusia nunca aprobó la
zona de exclusión aérea y Francia tiene enormes reservas".

En París, el jefe de la diplomacia saudí, el príncipe Saud Al
Faisal, lanzó un llamado a "la sabiduría" en la crisis entre
Irak y Estados Unidos y a la aplicación del acuerdo "petróleo
por alimentos" entre Irak y la ONU y suspendido por
Washington.

Por su parte, el líder del Partido Democrático de Kurdistán
(PDK), Massud Barzani, nuevo aliado de Bagdad y que ahora
controla el Kurdistán iraquí, era esperado "en los próximos
días" en Turquía, donde según la oposición iraquí, deberá
reunirse con el secretario de Estado adjunto para Oriente
Medio de Estados Unidos, Robert Pelletreau.

En total 1.386 kurdos iraquíes, ex colaboradores de Estados
Unidos en el norte de Irak y sus familias, dejaron Turquía
para ir a la isla de Guam (Pacífico) la tarde del martes,
según periodistas en Diyarbakir (Turquía). (AFP) (DIARIO HOY)
(P. 11-A)
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