SORIA EL TERROR DE LOS PIPONES. Por Alcides Montilla

Guayaquil. 10.01.92. Con un marcado pragmatismo político, que
le ha permitido sobrevivir como alcalde de la ciudad más
conflictiva del país, y con el pulso firme, característico de
todo aficionado al deporte del tiro práctico, Harry Soria
confesó a HOY que su decisión de desenrolar a 4.074 pipones
será irreversible.

Soria, alcalde de Guayaquil desde hace 10 meses, luego de
reemplazar a Elsa Bucaram el pasado 19 de mayo, se mostró
dispuesto a enfrentar la fuerza de los 24 sindicatos
municipales en base al diálogo y al cumplimiento de la ley.

Denunció que la crisis municipal ha tocado fondo porque han
actuado como ediles personas sin ninguna preparación académica
o dirigentes de invasiones. Del total del presupuesto
municipal se destina el 75% para el pago de sueldos y
salarios, y se da el caso insólito que por un simple guardián
de parque hay 37 inspectores que deben vigilar que cumpla su
horario.

Soria alcanzó la concejalía en representación de CFP en las
elecciones de 1988. Fue presidente de la comisión de
planeamiento urbano, dada su condición de arquitecto. Alcanzó
la alcaldía una vez presentada la excusa de Elsa Bucaram y al
poco tiempo se desafilió de su partido.

A lo largo de sus 10 meses de alcalde, Soria ha sorteado con
habilidad la falta de respaldo político, puesto que no tiene
partido ni bloque en el Concejo. Además, ha enfrentado la
avalancha de criticas y acusaciones de varios concejales
socialcristianos y roldosistas, que cobijados por el mismo
propósito de desprestigiar la administración municipal y por
ende la figura de Soria, han pretendido hasta destituirlo.
Soria está solo, no tiene concejal de apoyo. El PRE tiene
siete, el PSC cuatro, independientes dos, socialista uno,
cefepista uno.

Con el gobierno, Soria ha mantenido una buena relación. A los
pocos meses de su mandato se reunió con el presidente Rodrigo
Borja y el ministro de Gobierno, César Verduga, de quienes
obtuvo ayuda financiera para sortear problemas salariales.

Harry Soria, de 39 años, no es aficionado al fútbol, por ende
no es barcelonista o emelecista. Le gusta el tiro práctico, el
karting, la pesca. Esta casado con Rocio Díaz con quien tiene
dos hijas.

A raíz de su anuncio de despedir pipones, a Soria se lo
calificó como "Harry El Sucio", comparándolo con el actor
norteamericano Clint Eastwood. Luego, aclaró que lo exacto era
que lo nombrasen "Harry El Exterminador" porque iba a
exterminar las ratas y cucarachas del Municipio.

La industria del piponazgo

Los pipones nacieron ante la necesidad de cubrir las espaldas
de los gobernantes municipales de turno. Salieron del vientre
de los políticos. Si alguien nos pidiera fecha de nacimiento,
diríamos que por lo menos los mayores tienen 36 años de edad.
Y eso es así, porque desde 1956 el Municipio de Guayaquil
empezó a tener pipones. Unos siguen, otros han pasado raudo.

Con los que se han quedado, que son más de cuatro mil, la
jerga guayaquileña agregó una palabra más al diccionario de la
Real Academia de la Lengua.

Cada alcalde, edil, dirigente de partido, funcionario de alta
categoría, líderes sindicales y hasta simpáticas damas al
servicio de ese personal, ha entrado al Municipio con pipones
en sus brazos. Los llevan para que cuiden sus pertenencias,
controlen sus bienes, aseen su despacho, hagan mandados,
cumplan amenazas, ocasionen daño a los rivales.

El cabildo, cuyo presupuesto de 1991 fue de 23 mil millones
destinó 12.200 millones de sucres en sostener pipones, apenas
utilizó 3 mil millones en obras.

En aseo de calles, hay 20 carros pero hay mil choferes.
Además, hay el control, el subcontrol, el inspector, el
inspector del inspector, etc, o sea, cargos inventados solo
para ganar un salario sin trabajar.

Desgraciadamente las administraciones municipales
comprometidas con el piponazgo han firmado onerosos contratos
colectivos, unicos en el mundo, donde se reconoce los cargos
hereditarios, a tal punto que es fácil encontrar 1.200 mujeres
que trabajan en aseo de calles, hecho inaudito porque nunca se
ha notado la presencia de damas recogiendo la basura.

Hay pipones que llevan otros pipones, los que a su vez traen
más pipones quienes ganan once días a la semana con
sobretiempos de hasta 38 horas, es decir, nunca duermen.

Fin a los pipones

No fue sino en la alcaldía de Harry Soria, donde se sintió la
superpoblación de pipones. Soria lo comprobó cuando se propuso
computarizar el trabajo municipal y se dio cuenta de que con 2
mil trabajadores se podía fácilmente manejar el cabildo.

El alcalde dijo que ha tiene conseguido cerca de 2 mil
millones de sucres, de un total de 5 mil millones, para
concretar la computarización, con la cual se podrá laborar con
2 mil trabajadores y no con los 3.200 que tiene en estos
momentos. Con los pipones despedidos llegaba a 7.600
trabajadores.

FRASES DEL ALCALDE

-Soy amante del peligro y me gusta el deporte que tenga esa
relación para probar mi vida.

-Duermo tranquilo porque tengo mi espíritu tranquilo.

-No le temo a la destitución.

-Socialcristianos, roldosistas e independientes siempre votan
en contra de Soria, pero la realidad es que votan en contra de
la ciudad.

-No soy candidato a la presidencia ni a nada.

-El edil Vicente Estrada siempre quiso ser alcalde, por eso
intenta desestabilizar la alcaldía.

-El concejal socialista Gustavo Darquea representa a la
licuadora ladrona, (en referencia al diputado Raúl Patiño que
tiene un negocio de venta de licuadoras).

-Los ediles independientes son toros sueltos que se acomodan
según sus necesidades.

-Un verdulero no puede ser concejal para que administre la
comisión de planeamiento urbano.

-El próximo alcalde se favorecerá con el despido de los
pipones.

-No soy un politiquero vulgar.

-Muchos que dijeron tener bien amarrados los pantalones nunca
botaron pipones como lo he hecho yo.

-En la política hay que ser original. No hay que ser imitador.

-El despido de 4 mil pipones fue una idea original

La maldición gitana persigue a Guayaquil

A Guayaquil lo persigue la maldición gitana. Alcalde que elige
el pueblo, alcalde que no termina su mandato.

Los que han abandonado el cargo, se han vistos envueltos en
juicios penales contra la seguridad interna, por el
fallecimiento de menores en repartos de juguetes, cascajo,
recolectores y procesadoras de basura o simplemente han pasado
por el cabildo en forma triste y apesadumbrada, nombrados por
el 'dedo' de la dictadura.

Tras eludir su 'rabo de paja' con 'un poco de
politiquería', esos mismos han pretendido ser presidentes de
la República o legisladores pero la 'suerte' no los ha
favorecido, tal es así que nunca un alcalde de Guayaquil ha
sido presidente de la República.

Record de alcaldes

Desde 1820 cuando José Joaquín de Olmedo se posesionó como el
primer alcalde de Guayaquil hasta la presente fecha, es decir
172 años, han pasado por el cabildo 131 alcaldes. A un
promedio de 1 año y 3 meses.

Sin duda alguna 1978 fue el peor año. En esa época de la
dictadura militar, se nombraba alcaldes y se los renunciaba.
Por cuyo motivo algunos ciudadanos, desistían de seguir como
ediles o como alcaldes.

Todo empezó con Eduardo Moncayo, que inició su gestión el 1 de
junio de 1977 y concluyó el 3 de abril de 1978. Luego vino
Raúl Baca que estuvo desde el 11 de abril hasta el 8 de mayo.

Le siguió Juan Paulson que permaneció desde el 22 de mayo
hasta el 1 de septiembre. Luego apareció Guillermo Molina que
estuvo desde el 12 al 19 de septiembre.

Pero sin duda alguna el que rompió el récord de permanencia en
la alcaldía fue Jaime Macías. Solo estuvo en el ,'sillón de
Olmedo' el 20 de septiembre. Fue reemplazado por Vicente
Norero quien permaneció desde el 26 de septiembre al 15 de
octubre. Nuevamente Jaime Macías se hizo cargo de la alcaldía
desde el 16 de octubre hasta el 21 de noviembre en que entrega
el despacho a Antonio Hanna, quien fue elegido por el pueblo.

Los que más han permanecido

Elsa Bucaram ha sido a la vez que la primera mujer en ese
cargo, la que más tiempo permaneció en la alcaldía. Estuvo
desde el 15 de mayo de 1988 hasta el 19 de mayo de 1991. Es
decir, 3 años y 27 días.

Luego estuvo Rafael Guerrero con 3 años y 27 días. Guerrero
cumplió con el mandato popular, siendo uno de los pocos que ha
ejercido el cargo hasta el último día de su mandato.

Jorge Perrone cumplió 2 años 3 meses y 10 días. Los demás han
estado en la alcaldía entre dos meses y dos años.

Jaime Macías, una vez solo el 20 de septiembre de 1978.

Guillermo Molina 7 días en septiembre de 1978 y Alberto
Ordeñana 10 días, entre diciembre y enero de 1953. (3A)

EXPLORED
en Autor: Alcides Montilla - [email protected] Ciudad N/D

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