Habla un fluido español, pero pide que se le repitan algunas preguntas como para meditar su respuesta. No lleva todavÃa 15 dÃas en el Quito. Presentó sus cartas credenciales el jueves pasado ante el presidente de Ecuador, Gustavo Noboa. En los próximos dÃas recorrerá varias regiones del paÃs.
Si Ecuador ha dado muestras de que está luchando contra el narcotráfico, incluso con la Base de Manta, ¿por qué nos excluyen de la lista de preferencias arancelarias?
El ATPA no tiene nada que ver con la Base de Manta, se trata de preferencias arancelarias, y Ecuador ya está disfrutando de los beneficios, ahora hay beneficios nuevos. Con mi equipo y el Gobierno lucharé por conseguirlo; la puerta no está cerrada.
Las autoridades hablan de presiones para que se restituya el IVA a las petroleras. ¿Asà actúan ustedes?
No puedo hacer ningún comentario de lo que han dicho las autoridades. Existen desacuerdos comerciales y de asuntos laborales, y vamos a enfocarnos en ellos.
¿En qué consisten esos desacuerdos?
Honestamente, no le puedo decir, no soy abogada, ni puedo hablar sobre los empresarios. Ya hablé con el presidente y con el canciller y trabajaremos sobre ello.
¿No es verdad que hay presiones?
No puedo hacer ningún comentario.
¿Qué rango de prioridad da su Gobierno a la Base de Manta?
La Base de Manta es un buen acuerdo, una prueba de nuestras relaciones; somo socios fuertes en la lucha contra el narcotráfico. Con la Base de Manta, que es ecuatoriana, hemos conseguido buenos logros.
Si el nuevo Gobierno se lo pide ¿revisarÃa los términos del Acuerdo de Manta?
No he recibido ninguna instrucción para renegociar la Base de Manta. Estamos muy contentos logrando éxitos y quisiéramos continuar.
El paÃs ha entregado mucho, pero EEUU no retribuye, ¿ha informado de eso a su Gobierno?
No entiendo esa percepción. El acuerdo es bueno, se han invertido $70 millones y los norteamericanos allà están gastando y en Manta la gente está contenta.
De esas percepciones sà está enterada, de las otras no...
Solo recibo información, tengo que escuchar lo que se dice.
¿Cómo mira el proceso electoral interno de Ecuador?
Con entusiasmo. Los procesos democráticos son emocionantes, lo interesante es que sean transparentes. He llegado en un buen momento.
¿DialogarÃa usted con los finalistas a la segunda vuelta?
Más que eso, si ellos quieren, me gustarÃa dialogar con los once candidatos, para saber qué proponen y, si desean, darles información sobre EEUU.
¿Qué comentario le merece el discurso del presidente Noboa en las Naciones Unidas?
No he leÃdo en profundidad, pero puedo decir que me parece importante que las Naciones Unidas sea un foro donde los lÃderes del mundo puedan expresarse y manifestar las ideas de sus pueblos.
¿Estados Unidos escucha lo que allà se dice?
Creo que sÃ, pero vamos a ver...
¿Qué es para usted la democracia?
Una pregunta difÃcil porque siempre he vivido bajo la democracia. Creo que es un sistema en el que el pueblo tiene voz.
Para usted, ¿quién es un terrorista?
Una persona que no lucha por la democracia, que usa la violencia para dañar personas, gobiernos, edificios, y para destruir la sociedad. No vamos a aceptar eso.
Con la doctrina Bush hay el riesgo de que quien no esté de acuerdo con la polÃtica de EEUU sea llamado terrorista. Ese debate se da por el posible ataque a Iraq.
No soy experta en el tema, pero Iraq representa una amenaza a la paz mundial. Vamos a ver dónde hay terroristas para combatirlos.
¿Hay células terroristas en Ecuador?
No he recibido información sobre eso; el pueblo y el Gobierno están de nuestro lado en la lucha contra el terrorismo.
¿Cuáles son sus retos?
Que entre EEUU y Ecuador seamos socios fuertes, que seamos la envidia del Hemisferio.
Los ecuatorianos quisiéramos que traiga a los prófugos de la justicia.
Estamos trabajando en eso. A mediano plazo quiero firmar un nuevo Tratado porque el que tenemos es muy viejo.
LA EMBAJADORA
Kristie Kenney nació en Washington DC. Tiene una maestrÃa en Estudios Latinoamericanos y una licenciatura en Ciencias PolÃticas.
Habla español y francés. Fue la primera mujer que se desempeñó como secretaria ejecutiva del Departamento de Estado. Estuvo en el equipo de transición de las Administraciones de Clinton y Bush, fue consejera del secretario adjunto para Narcóticos Internacionales.
Su esposo es embajador en Chile.