OBISPOS HARAN CRUDO ANALISIS DE REALIDAD LATINOAMERICANA

Santo Domingo. 09.10.92. La IV Conferencia General del
Episcopado Latinoamericano (CELAM), que sera instalada el
próximo 12 de octubre por el papa Juan Pablo II, analizará con
toda crudeza los graves problemas sociales, económicos,
políticos y culturales que amenazan la vigencia de la fe
católica en América Latina y el Caribe, anunciaron el viernes
fuentes eclesiásticas.

Dispuesto a defender el predominio del catolicismo en el
continente, el CELAM buscará en Santo Domingo respuestas
urgentes a una amplísima gama de problemas que van desde el
narcotráfico hasta la propagación de las sectas protestantes,
pasando por el acelerado empobrecimiento de los sectores
campesinos y obreros, la corrupción política, el irrespeto a
los derechos humanos y el deterioro ecológico.

Las principales preocupaciones del CELAM de cara a la
Conferencia de Santo Domingo --que se extenderá hasta el 28 de
octubre--, están expresadas en un "documento de trabajo" de
200 páginas, que fue elaborado a lo largo de los tres últimos
años, a través de un laborioso proceso de diálogo y consulta
con todas las conferencias episcopales de la región.

Convocada por el Papa Juan Pablo II para rememorar los
quinientos años del descubrimiento y evangelización de América
por los españoles, la IV Conferencia del CELAM contempla
también una rigurosa evaluación de la propia historia de la
Iglesia Católica en el continente.

En tal sentido, los obispos latinoamericanos advierten que,
aunque "sería anacrónico juzgar los hechos del pasado, desde
la conciencia que sobre ellos tenemos en el presente", la
Iglesia Católica está dipuesta incluso a "pedir perdón a Dios"
por los atropellos cometidos, en nombre del cristianismo,
contra las culturas indígenas del continente, en los últimos
500 años.

El CELAM reconoce que repasar la historia del catolicismo en
América, desde su descubrimiento por Cristóbal Colón, "más que
una evocación con aires de triunfalismo, esto constituye un
reto muy serio para la Iglesia que, al hacer un balance
histórico, se encuentra con una realidad paradojica e
inquietante".

En tal sentido, los obispos recuerdan los compromisos asumidos
en las conferencias de Medellín (1968) y Puebla (1979) y
anticipan que "en Santo Domingo, tendremos que alargar la
lista de rostros sufrientes" que, en términos practicos, en
cierto modo acusan el fracaso del cristianismo en
Latinoamérica.

En opinión del CELAM, "la gran muchedumbre de crucificados
latinoamericanos que camina por esta vida en condiciones
infrahumanas, desilusionada con las promesas de sus
gobernantes y experimentando dificultades socio-económicas
crecientes", se explica por la "falta de coherencia entre la
fe que se profesa y la vida cotidiana" de estos pueblos.

"La fe (catolica) no ha tenido la fuerza necesaria para
penetrar los criterios y las decisiones de los sectores
responsables del liderazgo" político, económico y social de
los países latinoamericanos, según lo señala abiertamente el
documento que enmarcará los debates episcopales en Santo
Domingo.

Paralelamente, el CELAM indica que el futuro del catolicismo
en America está condicionado también por las grandes
transformaciones ideológicas, económicas y tecnológicas que
actualmente se dan a escala mundial.

El fracaso del socialismo en los países de Europa del Este "ha
producido una exaltación del mercado, como único criterio",
para la elaboración de las nuevas políticas de desarrollo en
el Tercer Mundo, al tiempo que ignora el continuo
ensanchamiento de la brecha entre países ricos y países
pobres.

Al respecto, los obispos señalan que los principios de
justicia y solidaridad que proclama el cristianismo resultan
violentamente negados cuando "los países desarrollados, a
pesar de contar con menos de un tercio de la población
mundial, se benefician con más del 80 por ciento del total de
los ingresos".

Tras reconocer que las injusticias derivadas del reparto
desigual de la riqueza se dan con parecida o aun mayor
gravedad al interior de las propias sociedades
latinoamericanas, el CELAM advierte que la "responsabilidad
subsidiaria del Estado" en el combate contra la pobreza
seguirá siendo necesaria, al margen de las reformas
neoliberales y privatizadoras que están en boga en todo el
continente.

En las misma perspectiva, los obispos llaman al sector
empresarial a pagar salarios justos a los trabajadores y a
combatir el desempleo mediante nuevas inversiones, y exhortan
a los gobiernos a definir nuevos esquemas productivos que
integren "el esfuerzo y la creatividad" con que millones de
latinoamericanos luchan por sobrevivir dentro de una economía
informal.

Al renovar "la opción preferencial por los pobres", a partir
de diversas consideraciones teológicas y eclesiales, el CELAM
también reconoce que la propagación e intensificación de la
miseria "ha hecho crecer el número de personas ligadas,
directa o indirectamente, a la producción y comercialización
de la droga" en varios países de América Latina.



EXPLORED
en Ciudad N/D

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