¿que Espera Al Nuevo Huesped?

Quito. 25.10.92. La situación política en Estados Unidos es
diferente. Atrás quedó la lucha de Ronald Reagan contra "el
Imperio del Mal", como era conocida la ex Unión Soviética.
Ahora lo que desean los norteamericanos es que el nuevo
presidente los saque de la crisis económica.

El huésped de la Casa Blanca deberá conducir también a su país
hacia un nuevo orden mundial, que espera ser definido.

"El próximo presidente de Estados Unidos no deberá dirigir una
cruzada contra el Imperio del Mal" decía un diplomático en
Washington, pero "evolucionará en un mundo mucho más
complicado y necesitará imaginación". Clara alusión de que
Estados Unidos dominará hasta que se consolide una Europa
unida políticamente y un Japón y una Alemania, que cada vez
más agresivos.

Los republicanos, en la Casa Blanca desde hace 12 años,
presidieron la última etapa de la carrera armamentista, así
como la del desarme, y tienen dificultades en desembarazarse
de la visión de un mundo dividido entre el Este y el Oeste,
explica el profesor Hans Binnendjik de la universidad de
Georgetown en Washington. Incluso justificaron el apoyo
acordado a algunas dictaduras para evitar el "avance" del
comunismo, añade.

Sin embargo, de los cambios ocurridos, todavía el poderío
militar es un medio para proyectar la influencia
norteamericana en el globo. Bill Clinton y George Bush no
prevén reducciones en el presupuesto de Defensa.

Pese a esta concordancia tienen un pasado diferente, mientras
el pacifísta Clinton fumó marihuana y se opuso a la guerra de
Vietnam, Bush luchó en el Pacífico y vivió un mundo dividido
por la Guerra Fría. Aunque ahora los espías de la ex KGB y de
la CIA, que antes se mostraban los dientes, inician
conversaciones para luchar contra el narcotráfico, el
terrorismo, las armas nucleares y el delito organizado.

Esta situación tal vez remueva las tumbas de los viejos
líderes, maestros de la intriga, en ambos bandos.

Como buen ex director de la CIA, Bush también cuestionó a
Clinton su participación en manifestaciones contra la guerra
de Vietnam, que incluso lo llevaron a Moscú, cuando estudiaba
en Inglaterra. "No me parece que sea correcto", comentó el
jefe de Estado.

Clinton contraatacó recordándole al presidente que su padre,
Prescott Bush, se opuso a la "caza de brujas" anticomunista
dirigida en la década de los cincuenta por el senador Joe
McCarthy.

"Usted se equivoca cuestionando mi patriotismo. Yo estaba
contra la guerra. pero amo a mi país", se defendió Clinton.

El candidato populista Ross Perot se mostró en ese sentido más
filósofo y apoyó discretamente al candidato demócrata. "Uno es
joven y luego pasa el tiempo", comentó el potentado texano,
quien mandó regalos de navidad a los combatientes de Vietnam.

Coloso en apuros

El nuevo mandatario se enfrentará a una difícil situación que
hará de los Estados Unidos de fin de siglo "el único coloso
que se salvó de la recesión mundial o una más entre las
grandes potencias económicas".

El analista Pascal Barollier señala que uno de cada diez
estadounidenses subsiste hoy gracias a las ayudas
alimentarias; la cifra de los empleados del sector terciaro se
elevó a una cifra tope desde hace dos años, mientras que el
salario de los graduados universitarios disminye regulamente
desde 1989, algo nunca visto desde la Gran Depresión de los
años 30.

Incluso el presidente del Banco de Reserva Federal, Alan
Greenspan, conocido por su sangre fría, expresó sus temores
sobre el futuro del país, reconociendo que "existe hoy una
profunda inquietud, que debo confesar que nunca vi en mi vida:
la gente cree que su generación vive menos bien que la
anterior".

Barrollier indica que en el otoño (boreal), 9.7 millones de
estadounidenses no tenían empleo (7.6% de la población
activa), a los que se suma otro millón que ya no busca
trabajo, por lo que no es tomado en cuenta por las
estadísticas oficiales.

Aquellos que trabajan vieron al fin de mes reducirse su paga.
En 1989, los salarios de los trabajadores norteamericanos de
la industria eran más bajos que los de otros siete países.
Ahora, son menores que los de 11 países.

Los norteamericanos son conscientes que su afamada protección
sanitaria deja sin protección a más de 40 millones de
personas, y es además es la más costosa y la menos eficaz del
mundo desarrollado.

Los analistas agregan a estas situaciones "la criminalidad
rampante, el consumo y tráfico importante de drogas prohibidas
y los conflictos étnicos y raciales que lo afectan". Entonces
es fácil explicar el objetivo del billonario Perot de
devolverles a los niños "el sueño americano".

Medidas urgentes esperan al nuevo habitante de la Casa Blanca.
Esto se debe a que George Bush "quedó atrapado por la herencia
de Reagan", estima Robert Hormats, vicepresidente de Goldman
Sachs. "La mayoría de los presidentes pueden hacer cambios
cuando asumen su función, responsabilizando a su predecesor
por todos los males, lo que fue imposible para Bush", agrega.
Thurow, decano del Massachusetts Institute of Technology (MIT)
y autor del best-seller "Head to Head" (Cabeza a Cabeza),
plantea la interrogante: Japón está dirigido por un
"establishment", la mayoría de países de América Latina por
una oligarquía. ¿Dónde se colocará Estados Unidos?

Entre los desafíos que se le plantean al país en el futuro,
además del déficit presupuestario, figura la educación. "No
podemos dejar un tercio de nuestros bachilleres abandonar sus
estudios a medias, mientras que en Japón, un 94% de ellos
obtiene el diploma", concluye Thurow.

Según las últimas encuestas de preferencia Clinton tiene 47
por ciento de los votos, contra 29 por ciento para el
republicano Bush y 15 por ciento para Perot. Aunque se cree
que no habrá ninguna "revolución" si gana Clinton, el
demócrata aboga por un cambio "para que la confianza prime
sobre el miedo". (3C)