Quito. 04.91. El manejar sostenidamente los recursos
faunÃsticos y florÃsticos del planeta se ha convertido, hoy en
dÃa, en un concepto fundamental para los planificadores de los
paÃses pobres, quienes tienen en sus manos la responsabilidad
de solucionar el problema del hambre de millones de
personas.
Si bien la revolución verde-mentalizada en la década de los
sesenta por el norteamericano Norman Borlaugh- originó nuevos
métodos de cultivo con el fin de saciar la demanda de
alimentos de mcuhos pobladores del planeta, a la luz de
nuestros dÃas no lo ha logrado por completo. Es por ello que
los cientÃficos continúan en su difÃcil tarea de encontrar
otras fuentes nutritivas a partir de las especies de animales
y de plantas silvestres que aún existen en la biósfera. Se
podrÃan afirmar que, hoy por hoy, el manejo racional de la
fauna y de la flora se impone como una necesidad tecnológica
impostergable. Desafortundamente, a pesar de los esfuerzos en
este campo el hambre avanza a un ritmo mayor que la capacidad
del ser humano para encontrar mejores y nuevos
alimentos.
Aunque no se debe desconocer que, en términos de producción
agrÃcola, los logros han sido alentadores; en el caso del
manejo sostenido de la fauna silvestre los resultados
positivos son muy puntuales y, a gran escala, aún se
encuentran en una fase experimental.
ProteÃnas de origen animalSe conoce que muchos grupos
aborÃgenes han sobrevivido en las selvas por milenios gracias
a la cacerÃa y a la recolección de los frutos. Esto ha
llevado a que los investigadores modernos descubran en las
prácticas alimenticias de los indÃgenas fuentes proteicas que
sustituyan a los animales domésticos tradicionales. Los
cientÃficos mencionan que, por ejemplo, es significativo el
hecho que de aproximadamente 300 especies de vertebrados
terrestres existentes en la cuenca del Amazonas un centenar
sea utilizado como alimento cotidiano; en especial, guantas,
guatusas, tapires, monos, pavas y venados. Además, resaltan
la importancia que tiene la pesca como un método de
subsistencia fundamental,que povee a los nativos del 85 por
ciento de las proteÃnas de su dieta. AsÃ: los peces de los
géneros Colossoma (gamitanas), Arapaima (paiches), Serrasalmus
(pirañas) y Holopias (guanchinches) se consumen diariamente en
la mayorÃa de las comunidades.
A pesar de la importancia que reviste la fauna local para los
pueblos amerindios, las estadÃsticas de producción y de
rentabilidad a nivel de los paÃses de la región continúan
siendo escasas. Tan solo se dispone de algunos datos que, en
conjunto, no reflejan el valor real que tiene la fauna para
las economÃas rurales; he aquà varios ejemplos: Perú produce
cerca de 13.000 toneladas métricas de "carne de monte" por
año: en sus mercados el 4 por ciento del total de la carne que
se vende proviene de monos chorongos y ahulladores.
Venezuela, por su parte, explota anualmente más de 60.000
capibaras o chingYires, lo que representa unas 2.200
toneladas, mientras que, en algunos asentamientos humanos
brasileros cada habitante ingiere 300 gramos de carne de
animales silvestres por dÃa.
Otros usos de los animales
El empleo de la fauna no doméstica con fines nutritivos no es
la única aplicación que tienen o pueden tener los animales.
En Latinoamérica existen casos importantes de manejo racional
de estos recursos con diferentes propósitos. AsÃ: en
Venezuela, Colombia, Bolivia, Perú y Brasil se manejan "babas"
o caimanes ("yacaré" en portugués) con la finalidad de obtener
los cueros para la industria peletera. Existe un programa
cientÃfico para estudiar las posibilidades de extracción
sostenida de primates en Iquitos (Perú). En Ecuador, Perú,m
Bolivia, Argentina y Chile se maneja con éxito varias especies
de camélidos, especialmente llamas y vicuñas, de las que se
obtiene lana, abono orgánico y ocasionalmente carne. El
Instituto Brasilero de Desenvolvimiento Forestal lleva a cabo
programas tendientes al consumo controlado de tortugas de agua
dulce; mientras que en América Central y en varios paÃses
sudamericanos existen fincas productoras o programas
experimentales de aprovechamiento de pécaris (cerdos
silvestres).
Un futuro prometedorLas experiencias adquiridas en cuanto al
manejo del recurso fauna silvestre -aunque escasas hasta el
momento- abren perspectivas novedosas y alentadoras. Sin
embargo, todavÃa queda mucho por hacer. Algunos cientÃficos
han manifestado que si bien la fauna salvaje puede ser
manejada extensiva e intensivamente para beneficio de las
comunidades más apartadas, se deben estudiar sus
peculiaridades de producción cuanto antes, y analizar con
cautela la situación en la que se encuentran los bosques en
donde existe; ya que, al parecer, el ritmo de pérdida de los
ecosistemas es tal que las posibilidades de extracción o de
manejo a mediano plazo podrÃan reducirse considerablemente.
Es prioritario, por tanto, tomar en cuanta estas advertencias
y emprender medidas efectivas que garanticen la conservación y
el manejo racional de la foresta para beneficio de las
generaciones del mañana. (C-8).
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Ciudad N/D
Publicado el 09/Abril/1991 | 00:00