VIVIMOS EN LA EDAD DE LA COLERA: RODRIGO
BORJA
Quito. 23.04.91. Hace pocas semanas visitó el paÃs el ex
ministro de Gobierno del régimen sandinista de Nicaragua,
Tomás Borge. Escritor, poeta y alma de una de las
revoluciones más polémicas del continente, Tomás Borge esta
vez hizo de periodista y entrevistó a Rodrigo Borja,
presidente ecuatoriano y antiguo amigo suyo. A continuación un
resumen de la entrevista hecha por Tomás Borge
Mientras buscaba baúles de cuero en el laberinto de las calles
de la vieja Quito con un par de amigos, se me escapaban los
ojos detrás de cada muchacha queriendo descubrir la silueta de
Manuelita Sáenz, la mujer que obsesionó a BolÃvar y cuya
memoria despierta escalofrÃos de gratitud y admiración a los
ecuatorianos.
No encontré baules de cuero sino collares hilvanados por
indÃgenas vecinos del Cotopaxi, el volcán más alto del mundo;
estos collares tienen la virtud de enloquecer a los hombres
cuando una mujer se los enrrolla como una serpiente alrededor
del cuello. Los he repartido entre mis amigos de Nicaragua, y
los resultados son sorprendentes.
En Quito, una de las ciudades más bellas del mundo, nadie
puede eludir la vigilancia del Pichincha ni la tentación de
los valles vecinos, amenos y cálidos. Pocos se salvan del
soroche -mal de altura-, ya que la ciudad está a 2827 metros
sobre el nivel del mar; ninguno escapa de la hospitalidad de
los ecuatorianos, que te ofrecen té de coca, apretones de
mano, recitales de poesÃa -de poesÃa excepcional- y visitar el
centro del mundo, donde cruza la lÃnea que divide en dos este
conflictivo planeta.
Si alguien quiere encontrar un sitio iluminado y lleno de
historia, que visite Quito y, si eso no le basta, que se de un
paseo por Cuenca, la pequeña ciudad de los cuatro rÃos,
poblada de estudiantes -la Universidad de Cuenca es la más
prestigiosa del Ecuador- y de caprichos geográficos. Tuve la
oportunidad de dialogar con los universitarios y me llamó la
atención la agudeza de las observaciones, asà como en otro
momento la audacia de las metáforas.
Durante la escasa semana que estuve en Ecuador, el pasado
abril, hablé con dirigentes polÃticos, gremiales y
gubernamentales. La plática más larga fue, para mi
satisfacción, con Rodrigo Borja, a quien conozco desde hace
varios años. El presidente estaba muy serio, incómodo por su
controversia con el Congreso debida a un proyecto de ley de
minerÃa y por la pretensión de enjuiciamiento contra su
Vicepresidente. He aquà un resumen de nuestro
diálogo.
-Presidente, ¿cuáles son los logros fundamentales de tu
gobierno?
-En el área de la polÃtica interna, devolvimos al paÃs la paz,
el respeto a los derechos humanos y a la institucionalidad
democrática. Ecuador es hoy una democracia en la que todo
puede ser discutido. Esto no ocurrÃa bajo el gobierno
conservador, que persiguió de manera sistemática a los
periodistas crÃticos del régimen. Todo eso ha cambiado.
-En el área económica y social, ¿cuáles han sido los
prioridades de tu gestión?-En medio de la crisis financiera y
social que agita a los paÃses de América Latina, hemos hecho
esfuerzos por estabilizar el aparato productivo. Los
indicadores económicos son elocuentes, demuestran que nuestra
acción ha ido cumpliendo las metas de nuestra gestión. En el
campo de la polÃtica social nos empeñamos en pagar la deuda a
los sectores desposeÃdos. Lo hemos hecho por medio de la
incorporación de más 200 mil campesinos a los beneficios de
electricidad, de la entrega de más de mil sistemas de agua
potable y alcantarillado a sectores que jamás gozaron de esos
servicios, de la distribución a los escolares de un millón de
raciones diarias de alimentos, de la formación de una amplia
red de casas comunitarias infantiles, de la implantación de
más de mil farmacias populares, de la distribución de
medicamentos gratuitos a los menores de catorce años. Hemos
realizado acciones de hondo contenido social a pesar de las
limitaciones que nos impone la crisis económica.
-Y en polÃtica internacional, ¿qué ha hecho tu
administración?- Hemos tratado de reinsertar al Ecuador en el
mundo, de abrirle un espacio para que su voz se escuche
soberana y libre. Comenzamos con la amplia reunión que
tuvimos en Quito en ocasión de mi toma de posesión -a la que
asistieron jefes de Estado europeos y latinoamericanos, entre
ellos Daniel Ortega y Fidel Castro- y seguimos luego con 17
desplazamientos al exterior en visitas oficiales a diversos
paÃses de América Latina y Europa. Logramos convertir nuestro
paÃs en miembro del Grupo de RÃo, en integrante del Consejo de
Seguridad de las Naciones Unidas, en miembro activo del
Tratado Antártico.
-A pesar de estos logros, las encuestas de los últimos tiempos
arrojan un saldo negativo en cuanto a popularidad. ¿Cómo se
explica estos resultados adversos a tu gobierno?
-Son sólo parcialmente ciertos. Se deben a que el perÃodo
presidencial en Ecuador es demasiado corto y no se alcanza a
palpar los resultados de las medidas económicas. Si tú hablas
con cualquiera de los presidentes europeos, cuyos perÃodos son
de seis y siete años, vas a ver que todos ellos coinciden que
en el cuarto año su baja de popularidad es notable y que
después, a partir del quinto o sexto y con mayor definición en
el séptimo, se logra recuperar el respaldo popular. En seis,
siete años pueden verse los resultados de una polÃtica
económica, pero no en cuatro.
-¿Quiere esto decir que el nuevo gobierno va a ser
beneficiario de las polÃticas actuales?
-Con toda seguridad. Si tiene la responsabilidad de seguir
los lineamientos que hemos implantado, recibirá los beneficios
de nuestra siembra.
-¿Quién va a cosechar esa siembra inmediata, será el partido
Izquierda Democrática?
-No soy tan optimista. No creo que logremos ganar las
próximas elecciones. Nuestro partido recibirá el impacto del
desgaste de estos cuatro años de gobierno. No es un desgaste
brusco pero sà suficiente para restarle posibilidades de
triunfo electoral. Pero de lo que sà estoy seguro -y esa fue
mi idea cuando fundé el partido Izquierda Democrática hace 20
años- es de que él no se creó para hacer presidente de la
República a Rodrigo Borja, sino para gravitar por largo rato,
en las buenas y en las malas, en la vida polÃtica de nuestro
paÃs.
-De acuerdo con las tendencias pendulares de la polÃtica
ecuatoriana, el próximo gobierno ecuatoriano estará en manos
de la derecha...-No lo creo; dudo que la derecha ecuatoriana
gane las próximas elecciones. Ella tiene muchos pecados a
cuestas, confÃan en la amnesia de nuestro pueblo, pero nos
encargaremos de recordarle sus "hazañas" durante el último
gobierno. Yo creo que el centro izquierda, sobretodo si tiene
buen tino de unificarse, ganará con holgada mayorÃa las
próximas elecciones.
-Cuando dices centro izquierda, ¿a qué partido te refieres?-Me
refiero a la Izquierda Democrática, a la Democracia Cristiana
-que en el Ecuador tiene esa posición-, al Partido Socialista,
a Liberación Nacional y a otras agrupaciones polÃticas de
menor dimensión. Todas ellas pueden y deben unificarse en
torno a un programa de gobierno.
-¿Estás sugiriendo entonces una alianza?
-SÃ, estoy sugiriendo una alianza en torno no a personas, sino
a propuestas polÃticas, económicas y sociales concretas.
NO QUIERO NI PERMITEN LAS LEYES LA REELECCION
-El brote del cólera, ¿una simple epidemia o un sÃmbolo de
estos tiempos?
-Oswaldo GuayasamÃn habló de la edad de la ira; creo que
América Latina y el mundo viven en la edad de la ira, pues la
iracundia campea por todas partes. En este sentido, hoy podrÃa
decirse también que vivimos en la edad de la cólera. Hay
irritación en el ambiente, la humanidad está angustiada por
tantos problemas y frustraciones. Esa es una epidemia
extendida; la otra, la del cólera, no es en realidad, al menos
en nuestro paÃs, una epidemia que amenace a nuestra población.
Se han dado brotes en algunos lugares, pero están bajo control
y el aparato médico del gobierno, que en asocio con diversas
entidades, está afrontando el cólera para que no se
extienda.
-Poco se sabe de la vida privada del presidente
Borja...¿podrÃas describirme, en pocas palabras, tu jornada de
trabajo?
-Me levanto a las seis y 30 de la mañana, hago una hora de
ejercicio fÃsico, trabajo hasta las 12 del dÃa sin
interrupciones. De 12 a una vuelvo a hacer una hora de
ejercicio fÃsico, duermo sólo cinco horas diarias y con
frecuencia dedico los sábados y los domingos a recorridos por
la periferia del paÃs.
-¿Y tu familia?
-Mi familia, como es natural, sufre las consecuencias de una
vida tan activa. Con todo, veo a mis hijos a la hora del
almuerzo, a veces los veo por momentos a la media noche y en
ocasiones viajo con ellos en los recorridos que hago a
ciudades o sectores campesinos del Ecuador.
-Rodrigo, ¿cuál es tu principal virtud?
-Tal vez el altruismo, esta vocación de sacrificarlo todo por
servir a los demás, de afrontar las incomprensiones y de
sufrir toda suerte de calumnias y ataques.
-He oÃdo decir que tu principal virtud es la honestidad...
Ahora bien, ¿cuál es tu principal defecto?
-La intemperancia, la vehemencia en hacer las cosas rápidas
que a veces me conducen a atropellar procedimientos, o a hacer
las cosas no tan bien como se las pudo hacer con un poco de
paciencia.
-Y esa intemperancia, ¿a qué se dedicará después de que
termine tu perÃodo presidencial?
-Esa es una pregunta que yo también me hago. No sé que voy a
hacer con la intemperancia cuando esté fuera de la polÃtica.
Me gustarÃa dedicarme a escribir, tengo borradores de algunos
libros. SÃ, creo que me dedicaré a escribir.
-¿Te gusta la literatura?-SÃ, pero no en tu campo. Me gusta
la literatura polÃtica, histórica, sociológica, económica y no
tengo el tiempo necesario para leer otros géneros
literarios.
-¿Aspiras a ser de nuevo presidente de Ecuador?
- No, ni lo quiero ni lo permiten nuestras leyes. En Ecuador
existe una ley de no reelección absoluta.
-¿Se siente Rodrigo Borja un hombre realizado, un hombre
feliz?
-Claro que sÃ. Me inicié en algunas vocaciones de acción y
pensamiento y las he podido realizar casi a plenitud.
-¿Cómo te gustarÃa ser recordado?
-Como un hombre que intentó hacer el bien a los demás, aun
cuando no siempre acertó en sus procedimientos.
en
Explored
Ciudad N/D
Publicado el 23/Abril/1991 | 00:00